Parte 4 – Una semana con Ashtarte
Episodio 15.
Ha pasado un día desde que Ashtarte desapareció. Loena la había estado buscando todo el tiempo, tal como esperaba Ashtarte.
El primer día que Ashtarte desapareció, Loena encontró la glorieta en el Jardín de los Lirios y cuando enfrentó la complicada escena, de repente sintió una extraña sensación de inseguridad. Sin mirar atrás, corrió como una loca hacia el Palacio, pero Ashtarte no estaba a la vista.
Su visión, que había sido normal, se volvió borrosa como si estuviera cubierta por nubes oscuras. De repente, las manos y los pies de Loena temblaron.
“Ohhh, Princesa.”
Una voz lastimosa se deslizó a través de los labios resecos de Loena. También era una voz débil que nunca habría hecho en su vida cotidiana, porque siempre tenía que ser fuerte frente a Ashtarte.
“¿Dónde está, Princesa? … ¿Dónde se esconde?”
Loena abrió la puerta del comedor de golpe. Incluso en el comedor abierto de par en par, Ashtarte todavía no estaba a la vista.
Loena, que subió al segundo piso con pasos apresurados, llegó frente a la puerta de Ashtarte y levantó la mano derecha para tocar. Sin embargo, el golpe no siguió de inmediato. Fue porque las manos de Loena temblaban anormalmente.
‘Cálmate. Tranquila, Loena Yeres. La Princesa está allí. Debes estar durmiendo en su habitación.’
Loena respiró hondo y exhaló en silencio, llamando lentamente a la puerta.
<’¡Toc, toc!’>
“Princesa, ¿está durmiendo?”
Pero no llegó ninguna respuesta. Y el irregular latido en su pecho no se detuvo.
<’¡Pum!’>
La puerta, abierta con fuerza, rugió como si estuviera a punto de romperse.
Normalmente, ella no habría entrado en la habitación así, pero la mujer que es ahora no podía permitírselo. Ella se sintió como alguien que ha perdido algo precioso. Como alguien que ha perdido algo que no debería perder.
Loena, que estaba en una profunda inquietud, entró y miró a su alrededor. Tal vez Ashtarte tuvo una mala experiencia con el Príncipe Heredero Miragen, por lo que es posible que estuviera escondida en alguna parte.
No, cualquiera fuera el motivo, así que tenía que ser. Pero no importa cuánto ella miró alrededor de la habitación, no importa cuánto pronunció su nombre. Lo único que volvió fue un escalofrío.
Aunque era un espacio grande para que vivieran dos personas, se sentía aún más frío que cuando estaba sola.
‘No. No… Ella está bien. A veces hay cosas que no quiere mostrarme ni siquiera a mí, así que tal vez está escondidas en alguna parte…’
Como si tratara de entender la situación actual de alguna manera, Loena luchó por convencerse a sí misma.
‘El único lugar del Palacio Imperial donde la Princesa Ashtarte regresaría era el Palacio de la Emperatriz.’
Loena se sentó en el suelo junto a la cama de Ashtarte y la esperó durante mucho tiempo… Una hora, Dos horas… Incluso aunque Ashtarte no regresó, el tiempo voló salvajemente.
Poco después, el día era completamente brillante. Sin embargo, incluso con la nueva mañana, Ashtarte no apareció frente a Loena hasta el final. Fue entonces cuando Loena admitió que algo andaba mal. Que ella no podía encontrar a Ashtarte solo con sus propias fuerzas.
Los ojos de Loena, que no pudo dormir en toda la noche mientras esperaba el regreso de Ashtarte, estaban borrosos y cansados como si estuvieran a punto de cerrarse.
‘¿La Princesa se escapó sola? …No es posible. La Princesa no podría haberme dejado. Entonces… ¿tal vez un secuestro?’
La fina frente de Loena se arrugó.
Ashtarte era llamada la ‘estrella de la Oscuridad’ de la profecía. No sabía cuándo o dónde habría un intento de asesinato por parte de aquellos que buscaban la paz y el bienestar del Imperio. Más bien, era extraño que no hubiera pasado nada durante los 10 años que había vivido.
Cuando lo pensó tan lejos, Loena se levantó sin dudarlo, se levantó y corrió hacia la persona que la ayudaría.
****
Dentro del salón de entrenamiento de la 5ta Orden de Caballeros, Sir Ashton se sentó frente a un pequeño escritorio en una esquina y dejó escapar un breve suspiro.
Él no pudo ocultar que la Princesa Amaryllis era la causante de sus suspiros. Después de recibir las órdenes de Su Alteza Miragen el día anterior, Ashton continuó persiguiendo a Amaryllis.
Ella era tan terca que no se detuvo en absoluto, incluso mientras caminaba con esas piernas cortas, además él no podía tocar el cuerpo de la Princesa y ni siquiera podía detenerla amenazadoramente, así que se dispuso a seguirla por un rato e hizo lo mejor que pudo.
A pesar de que Amaryllis le arrojó guijarros y malas hierbas que encontró cerca del jardín diciéndole que no se acercara a ella, él no los esquivó.
Nunca fue difícil de seguir. No era demasiado difícil para Ashton perseguir a una niña de solo 10 años, incluso con un vestido, huyendo durante horas. El problema era que su condición* no mejoraba incluso después de haber sufrido tanto el día anterior.
(N/E: No se si es que por su condición quiere decir solo cansado o enojado.)
“Uff…” – Sir Ashton dejó escapar un suspiro por enésima vez con una expresión cansada en su rostro. Luego sacudió ligeramente la cabeza como si pensara en algo preocupante que no quería recordar.
Hoy, las palabras de la Princesa Amaryllis, causaron revuelo en el Palacio Imperial, esto se debió a las palabras que ella dijo en el desayuno mensual con Su Majestad el Emperador.
<<“Padre. Esta niña le pidió a su hermana, Ashtarte, que le prestara una horquilla para el cabello anoche, pero ella la rechazó. Por supuesto, con eso no quiero decir que ella sea mala. Parecía ser algo precioso para ella, pero podría haberse sentido ofendida porque pareció creer que estaba tratando de robárselo. Solo quiero tener una horquilla similar a esa, así que se lo estoy informando aquí.”>>
Ashton, que no estaba presente, por lo que no sabía cómo respondió el Emperador a los comentarios. Sin embargo, ante las palabras de Amaryllis, el Palacio Imperial comenzó a volverse notablemente ruidoso.
<<“La Princesa Ashtarte comenzó a devorar a la Princesa Amaryllis.”>>
<<“El oráculo no se equivocó.”>>
Todos empezaron a hablar de ello y al mismo tiempo esas personas comenzaron a moverse afanosamente para buscar las horquillas más finas modeladas a partir de la flor de lirio del valle.
‘El ambiente estará bastante movido por un tiempo.’ – Ashton frotó suavemente la parte posterior de su cuello. Sus párpados cansados se cerraron y un silencio inmóvil cayó a su alrededor.
‘Su Alteza Ashtarte…’
Entonces, de repente, él recordó a la Princesita a la que había acompañado ayer y que dejó frente a Miragen. La otra Princesa del Imperio que era pequeña y linda, y estaba agradecida por cada pequeña cosa con todo su corazón.
‘¿Regresó sola? …’
Ashton sabía lo que había pasado entre Miragen y ella porque escuchó y observó atentamente la escena. Sin embargo, Miragen le ordenó que siguiera a Amaryllis, por lo que Ashton no pudo desobedecer. Pero incluso sabiendo eso, lamentó profundamente haberla dejado atrás.
Como si una espina se hubiera clavado profundamente en su pecho, una sensación de incomodidad permaneció y no desapareció. Incluso si trató de sacudirse de una vez sus pensamientos, siguió pensando en ello, por lo que Ashton se levantó de su asiento y dijo que tenía que ir al Palacio de la Emperatriz a buscarla.
Fue cuando Ashton, que había llegado a la puerta de la sala de entrenamiento la cual no estaba muy lejos de donde estaba sentado y alargó la mano para agarrar la manija.
<’¡Boom!’>
La puerta ubicada frente a Ashton fue abierta de par en par, y Loena entró corriendo. Y como no era ni la primera ni la segunda vez que ella entraba de esa forma al centro de entrenamiento de la 5ta. Orden de Caballeros, así que Ashton preguntó con una voz insensible como de costumbre.
“¿Loena Yeres? Hoy no es día de entrenamiento, pero ¿qué está pasando?”
Mientras hablaba, en realidad él podía adivinar algo. Los comentarios de Amaryllis ya deben haberse difundido ampliamente dentro del Palacio Imperial, por lo que incluso debe haber llegado a los oídos de Loena.
Pensando que sus dolores de cabeza habían aumentado nuevamente, Ashton puso su mano sobre su frente y tragó un suspiro.
“¡Sir Ashton, por favor ayúdeme!”
“… ¿Qué significa esto?” – Ashton entrecerró los ojos y preguntó.
Cuando venía aquí, Loena siempre se había presentado llena de confianza, pero ahora estaba llorando de miedo. Parecía que se derrumbaría si la tocaba.
“La Princesa… ¡La Princesa ha desaparecido!”
“¿Su Alteza, la Princesa Ashtarte…?”
“¡Sí! Oh, no puedo encontrarla por mucho que la busque… Oh… Por favor, ayúdeme, Sir Ashton…” – Loena agarró las muñecas de Ashton.
Debido a sus ojos temblorosos y al leve temblor que él sintió en sus manos, supo que no estaba mintiendo.
‘… ¿Desapareció?’
Los ojos de Ashton temblaron ligeramente. Incluso él parecía estar inmerso en un sentimiento en el que nunca había pensado.
‘Si la hubiera acompañado apropiadamente al Palacio de la Emperatriz en ese momento…’
Pero el pensamiento no duró mucho. Ashton cerró lentamente los ojos y sacudió la cabeza sin decir una palabra. Aunque se arrepienta del pasado, la Princesa Ashtarte, que ha desaparecido, no aparecerá.
… Ashton sabía ese hecho mejor que cualquier otra cosa. Así que, si no quiere arrepentirse más adelante, lo primero que debes hacer es encontrarla a salvo.
Ashton fingió estar tranquilo y soltó las manos de Loena que sostenían sus muñecas. Y abrió la boca con cuidado.
“Loena Yeres.”(Sir Ashton)
“…¡La Princesa!”
“…Loena.” (Sir Ashton)
Nunca la había llamado por su nombre, así que se sorprendió un poco, pero no paso lo mismo dadas las circunstancia de la actual Loena.
Los ojos de Loena estaban desenfocados y Ashton parecía no estar contenido en su visión, que se sentía algo borrosa.
Ashton se dio cuenta de que no importaba cuántas veces la llamara, ella no respondería y chasqueó la lengua una vez. Pronto Ashton estiró los brazos y abrazó a Loena en sus brazos.
“Cálmate, Loena.” (Sir Ashton)
“…Ugh.”
“¿Cómo vas a encontrar a la Princesa Imperial con ese espíritu?”
“Buahhh.”
“No te estás comportando como la persona que sé que eres.”
“¡Sir Ashton!”
“¿Pero qué…?”
“Está bien, solo déjeme ir… Asfixiando…”
“Oh…”
Ashton soltó rápidamente el brazo que rodeaba la espalda de Loena.
Loena, que se soltó de sus brazos, tosió un par de veces y luego miró a Ashton. Sus orejas estaban teñidas de rojo y por un momento con una sonrisa amarga ante su apariencia inusual, Loena continuó.
“Soy muy consciente de que no puedo encontrar a la Princesa por mi cuenta. Solo hay una persona en la que puedo confiar y pedírselo… ¿Puede encontrar a la Princesa, Sir Ashton?
“Por supuesto.” – Ashton asintió con una expresión firme.
“Gracias. Muchas gracias, señor.”
“¿Por qué no esperas a que regrese la Princesa con una comida caliente?”
“Sí… Leche… Necesito calentar su leche azucarada…”
Ante el tono directo de Ashton, las esquinas de los ojos de Loena se doblaron suavemente, creando una sonrisa amable.
Era un poco difícil de entender, pero ella pudo sentir la tierna consideración de Ashton. No todas sus preocupaciones sobre Ashtarte habían desaparecido. Incluso ahora, tenía la misma ansiedad insoportable.
Perder a su bella Princesa y decir ‘por favor encuéntrala’ no era un sentimiento simple que pudiera resumirse en una palabra.
Hasta hace un momento, había una enorme ola de emociones arremolinándose como un charco en su interior con la suficiente violencia como para desbordarse. Hasta el punto en que estaba realmente inmersa en ese sentimiento. Sin embargo, desde el momento en que ella estuvo en los brazos de Ashton, se convirtió en una ola de calma y tranquilidad.
(N/T: ¿Los shipeamos?… Pero seré sincera, sentí una ola extraña entre Loena y Miragen… pero espero equivocarme…)
Quizás la razón por la que pudo encontrar un poco de tranquilidad fue porque ella tenía consigo a Sir Ashton, quien parecía estar preocupado por Ashtarte.
Loena levantó la cabeza en silencio y miró a Ashton, que tenía los ojos puestos en ella.
Pelo del mismo color que el suyo. Ojos azul claro. Es aproximadamente dos palmos más alto, que ella, por lo que apenas podía ver su rostro cuando levanta la cabeza.
Inmediatamente miró sus mano áspera, que sostenía el mango de la espada que colgaba de su cintura.
Ella pensó que tenía que disculparme por venir a verlo y cometer estas descortesías, pero por alguna razón tenía la boca cerrada y no pudo abrirla.
“Entonces, discúlpeme primero.” (Sir Ashton)
“Ah, sí. bien… Por favor, encuéntrela.”
Las orejas de Loena, que miraba la espalda de Ashton mientras él sacudía levemente la cabeza y avanzaba por el hueco de la puerta abierta, estaba teñida de rojo como las de él.
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