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Capitulo 106

«¿Hay algo mal?»

La suave voz de la zorra me despertó del trance, pues sentía que caminaba en la niebla. Conseguí levantarme de la cama e ir al baño de la enfermería.

Después de cerrar la puerta y mirarme al espejo, vi a una mujer pálida. Tirando de mi cabello hacia un lado, me quité los vendajes y me incliné para mirar la parte de atrás de mi cuello.

‘Es verdad….’

Aunque no estaban nítidos, pude ver pétalos pálidos. Recuerdo haber tocado la nuca de Ahin con mis patas delanteras en el pasado, y tenía una marca de humanización definida en la parte posterior de su cuello, aunque era más afilada que la mía.

Mientras tocaba el área, con manos temblorosas, me mordí el labio. ¿Será esto una señal de que estaba cerca de lograr la humanización definitiva? Como siempre había sido diferente de los estándares, esto no debería ser algo tan extraño…

[¿Por qué ella no se humaniza?]

Humanización. Cuando pensé que lo que más había deseado durante toda mi vida pronto podría realizarse, me encontré más en conflicto que feliz.

[Pobrecita, no puede cambiar a forma humana.~]

Badum.

[Así que ella es como un animal, ¿pero con la mente de una persona? Qué repulsivo.]

Badum.

Mi corazón estaba acelerado. Los días que viví como un conejo pasaron frente a mis ojos.

“¿Señorita Liebre?”

Escuché a Meimi, llamándome afuera del baño, preocupada. No podía apartar los ojos del espejo, pero traté de volver a la realidad. Arreglé mi cabello para cubrir mi cuello y rápidamente abrí la puerta.

«Vamos, Meimi.»

No ganaría nada quedándome más tiempo con esa zorra. Traté de sonar calmada, pero mi voz todavía temblaba un poco.

La mujer-bestia zorro, agarrando precariamente la sábana que apenas cubría su cuerpo, habló.

«¿Te vas y me dejarás así?»

«¿Cómo?»

«Podría desmayarme de nuevo…»

Ella era una bestia peligrosa. Hablando con voz ronca, me agarró el tobillo.

«Pobre de mí…»

Le lancé una mirada amenazadora, para disuadirla de usar más feromonas sexuales que yo tendría problemas para repeler.

«Cuídate, me retiraré.»

Contrariamente a mis intenciones, mi voz volvió a sonar temblorosa. La sonrisa en el rostro de la zorra se profundizó.

“Oh, no quiero dejarte ir. Más de lo que quería a Lord Grace, te quiero a ti. Tu olor es delicioso.”

He oído que los depredadores son codiciosos. Esa mujer tenía 5 maridos pero seguía deseando a otras personas. Logré liberarme y me escondí detrás de Meimi.

Los ojos anaranjados, exclusivos del clan de los zorros, parecían que iban a succionarme, y el cabello escarlata flotaba en el aire. Finalmente logré averiguar la razón de la incomodidad que había sentido antes.

Era una mujer muy sensual y quería robar a Ahin. Yo no quería que ella lo hiciera. Estaba enojada con él por tener una cara tan innecesariamente bonita. Agarré el lazo del delantal de Meimi sin darme cuenta y murmuré.

«…Él es mío.»

«¿Hablas de Lord Grace?»

Estaba tan avergonzada que en lugar de responder, enterré mi rostro en la espalda de Meimi.

«Qué linda.»

La zorra comenzó a reír a carcajadas. Levanté la cabeza, tratando de decir algo para reforzar mi posición.

“Grrr. Grrr.”

Ash y Barra estaban haciendo mucho ruido fuera de la enfermería. Supuse que no harían eso sin motivo… y justo cuando pensaba en abrir la puerta para comprobarlo, el picaporte giró solo y un enorme animal, parado sobre sus patas traseras, abrió la puerta y entró.

‘…¿Un león?’

¿Por qué el rey de la selva vendría a la enfermería? Me froté los ojos pensando que estaba alucinando, pero el león, que había girado el pomo, seguía mirándome.

Todavía conmocionada por la zorra, pasé junto al león y corrí por el pasillo, sintiendo un miedo sin igual.

“¡Señorita Liebre!”

Comenzó una extraña persecución. Empecé a correr tan rápido como mis pies me lo permitían. Detrás de mí, Meimi, dos panteras negras y un león.

¡¡No me sigan!!

Ayuda… Hice una señal con mis ojos, olvidando que podía hablar, pero todos los sirvientes con los que pasé me sonrieron y saludaron, alejándose.

‘Yuan, ayúdame…’

Pasé junto al sirviente exclusivo de Ahin, quien levantó un puño en un «¡fighting!»

Mis sueños y esperanzas desaparecieron.

 

***

 

A Vivi le costó mucho acercarse a Rune como ser humano desde que él había confesado sus sentimientos hacía ella. Incluso cuando se cruzaba con él en el campo de entrenamiento o en la sala de estar, ella evitaba el contacto visual.

Entonces, Rune pensó que podría sentirse más cómoda en su forma animal, ya que su experiencia en el territorio de las panteras negras era diferente de lo normal.

Pero ella le había tenido miedo. Como resultado, Rune, que había comenzado a jugar a las atrapadas de la nada, miró hacia adelante. El vestido blanco de Vivi ondeaba mientras corría. A diferencia de los primeros días, en los que caminaba como un pato, ahora podía correr por toda la mansión como una velocista.

Vivi, que sabía racionalmente que el león era Rune, trató de detenerse varias veces, pero tan pronto como veía el rostro de la bestia, comenzaba a correr de nuevo, pronunciando varias palabras incomprensibles.

En un momento, cuando él estaba considerando volver a su forma humana, Vivi entró en el invernadero de la mansión. Deteniéndose en la entrada, Meimi se inclinó ante Rune.

“Traeré ropa para el Señor. Por favor, vuelva a la forma humana.”

Después de mirar a los guardias que custodiaban la entrada al conservatorio, la criada se fue en busca de ropa.

‘No fue mi intención aterrorizarla, como hacen estas locas panteras negras…’

Rune se rascó la melena con la pata delantera, avergonzado. Caminando por el exterior del invernadero, se detuvo cuando vio, a través de las paredes de vidrio, a Vivi agachada en el suelo y mirándolo. Su cabello estaba todo desordenado y sus mejillas estaban rojas por correr.

Después de reunir su coraje, Vivi entrecerró sus ojos violeta claro. Movió los labios para hacer una pregunta y Rune los leyó a través del cristal.

<¿Por qué me estabas persiguiendo?>

Este esfuerzo desesperado por transmitir el mensaje hizo sonreír a Rune.

<No tengo motivos.>

No podía verla a menos que fuera a la mansión Grace.

Parado sobre sus patas traseras, él se inclinó hacia la ventana del invernadero, mirando a Vivi con el vidrio entre ellos. No había sido capaz de acercarse mucho.

Ahin Grace estaba celoso y lo había acusado falsamente de ser un secuestrador. Tal vez era porque él había sido el primero. El primero en ver a Vivi en la noche del baile, cuando se convirtió en humana por primera vez. El primero en ver a Vivi con un vestido de gala en territorio de las liebres, dando vueltas. El primero en verla bailar como coneja ninfa.

Sin embargo, el vidrio del invernadero ahora parecía simbolizar la distancia que existía entre él y Vivi. Rune sintió ganas de llorar. Parece que sus sentimientos eran más grandes de lo que había pensado.

La noche de fiesta estaba en pleno apogeo. Los nobles que vieron la escena del león, parado en la ventana del invernadero, lo miraron fijamente, pensando que era una situación rara de encontrar.

 

***

 

Valence, Ahin y Lillian estaban uno al lado del otro, pero el ambiente no era amistoso. Estos tres eran los personajes principales de la familia que encabezaba el clan de las panteras negras, pero verlos juntos, uno al lado del otro, era muy inusual.

Sin embargo, los ojos de todos los nobles presentes en el salón estaban pegados a otra parte: el pastel cuyo topo estaba tallado en forma de conejo.

Mientras tanto, Ahin, el protagonista del banquete, estaba exhausto. No había dormido nada la noche anterior. La coneja más astuta del continente había se metido en sus sabanas y dormido tranquila, lo que le había hecho pasar muchas penurias.

Si ella iba a hacer eso, al menos que lo hiciera cuando él estuviera exhausto por un ataque de feromonas. Pero Vivi, sin tener idea de lo que Ahin sentía, simplemente arrancó la almohada que había marcado como un borde con una expresión voraz.

A pesar de que le había dejado una cicatriz en el cuello, Vivi no tenía idea de cuánto él se había contenido y cuántos impulsos había tenido que reprimir. Ahin, que no había prestado la menor atención a su propia fiesta de cumpleaños, miró vagamente a su alrededor.

«Lord Ahin, ¿no le gustó el pastel?»

Evelyn notó que Ahin se veía incómodo y preguntó. Los ojos rojos de Ahin se volvieron hacia la escultura de conejo en la parte superior del tercer piso del pastel.

«Vivi no tiene una expresión tan amable.»

La pequeña bestia real parecía mucho más feroz y amenazante, agitando su pata delantera en un puño.

Evelyn, deprimido por la desaprobación, miró a la Señora Valence con sus últimas esperanzas. Ella tampoco parecía muy feliz.

“Es demasiado pequeña, no puedo verla bien. ¿No crees, suegro?”

“….”

Lillian, que ni siquiera respondió, solo miró y sacudió la cabeza. Ezran, el abuelo materno de Rune, miró al trío, que no estaba contento con el pastel. No pudo hacer una escena, pero le susurró a Restin.

“¿Hay alguna enfermedad en la familia Grace? De una forma u otra, todos parecen estar locos.”

Restin quería estar de acuerdo, pero mantuvo la boca cerrada, solo asintió y sintió simpatía.

¿Dónde está Rune? No lo he visto en mucho tiempo.”

«Estuvo aquí, pero debe estar descansando ahora…»

“Qué vago es este nieto mío.”

Restin no tenía idea de dónde estaba Rune, quien había cambiado a su forma de león. Fue una pequeña mentira. Después de decirlo, Restin se frotó las manos sudorosas en los pantalones. Sería mejor que no preocupara a Lord Ezran, para que no provocara su ira.

“Lástima que no captaron correctamente los trazos de la coneja. ¿No crees, suegro?”

«…Bien.»

Mientras tanto, el debate de la familia Grace continuó.

«Ahin, qué idea, tener un pastel hecho en forma de conejo.»

«Yo no ordené nada de eso.»

«¿Entonces el chef lo hizo solo?»

Al sentir que la opinión pública estaba empeorando de su lado, Evelyn rápidamente señaló a Restin.

«Señor Restin, traté de advertirle que no sería una buena idea usar a la Señorita Liebre como molde para la escultura.»

Restin, habiéndose convertido en un chivo expiatorio de la nada, sacudió los hombros.

«¿Qué? ¡Espera! Esa escultura, fue el señor Evelyn quien…”

“No intente ocultarlo, señor Restin. ¿No fuiste tú mismo quien me mostró esta escultura?”

Restin, agraviado, maldijo para sus adentros, mientras Evelyn fingía estar asustado y se escondía detrás de Ahin. Pronto, toda la mirada de todos los Grace se posó en el hombre-bestia león, que vaciló.

“Oh, yo… yo no…”

Mientras Restin agitaba las manos, fue salvado por el sirviente exclusivo de Ahin, Yuan, quien apareció.

«Permiso.»

Dado que Quinn había sido enviado al territorio de los osos para llevar una carta en nombre de su amo, Yuan se había quedado a cargo de monitorear a la coneja. Susurró en el oído de Evelyn.

“La Señorita Liebre conoció a la Señora Ayla del clan zorro, desmayada, hace aproximadamente una hora. Estaba en la enfermería con ella. Según Meimi, a la señora Ayla parece haberle gustado la Señorita Liebre.”

Al escuchar la noticia inesperada, Evelyn frunció el ceño. La rareza de que cambiara su expresión facial atrajo la atención de las personas que lo rodeaban. Evelyn se acercó a Ahin y susurró su versión abreviada de los hechos.

«Me dijeron que la Señorita Liebre está traicionando al Lord con una zorra.»

«¿Qué? ¿Otra vez?»

La primera persona en estar irritado por la noticia fue Lillian, lo que era visible por el hecho de que su bastón fue partido por la mitad.

Yuan aún no había terminado y susurró el resto del informe a Evelyn.

“Ahora, ella está corriendo por toda la mansión siendo seguida por Lord Rune, quien está en forma de león. Y eso es todo.»

«Regresa allí y monitorea todo.»

«Sí.»

Yuan, temeroso, salió corriendo cuando vio la furia de Lillian. Los tres miembros de la familia Grace se rodearon en un ambiente tan frío como el hielo, y solo Ezran y Restin se quedaron donde estaban. Tosiendo para disfrazar, Evelyn se acercó a Ahin y le dio la segunda parte de la noticia.

«Ella está huyendo ahora.»

Ahin aflojándose la corbata, preguntó.

«¿De la zorra?»

“No, del león.”

El reloj de bolsillo en la mano de Ahin fue aplastado, partiéndose por la mitad.

 

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