Capítulo 17
Agotada por el dolor, solo parpadeé, tirada en el suelo. Un cabello largo y blanco yacía extrañamente en el piso de mármol. Mientras lo miraba fijamente, sin expresión, sentí que el dolor disminuía gradualmente.
‘Cabello…. Blanco….?’
Mi madre y Kairi tenían el cabello del mismo color. Nunca tuve cabello. Siempre estaba celosa cuando la veía peinarse o trenzarlo hermosamente.
La lámpara del pasillo arrojaba suficiente luz a la habitación y, sin darme cuenta, estiré la pata delantera y la miré. Entonces, una mano apareció en mi campo de visión.
‘¿Una mano… humana…?’
¿Quién era el dueño de esa mano que apareció cuando saqué la pata?
Después de estar congelada por unos segundos, me senté rápidamente y toqué el cabello blanco. Cuando me di cuenta de que salía de mí, también noté unas piernas y una cintura que solo podía pertenecer a un humano, lo cual no podía ser posible.
Cuanto más tocaba mi cuerpo, más se me erizaba la piel.
‘No no. Contrólate, Vivi.’
¿Yo, con un cuerpo humano? Esto es ridículo. Anestesiada, negué con la cabeza y miré a mi alrededor.
La habitación en la que me encontraba casi no tenía muebles, quizás porque era una habitación que se encontraba sin uso. Por casualidad, noté que al lado de la pared había un espejo.
Traté de levantarme rápidamente, pero mis piernas no me sostenían y me caí. Sentí dolor en los huesos que golpearon el suelo duro. Tocando mis piernas reflexivamente doloridas, miré hacia abajo con ojos temblorosos.
Brazos, manos. Cinco dedos. Era una vista que ni siquiera podía imaginar en mis sueños.
Acabé arrastrándome por el suelo hasta el espejo. No sería capaz de caminar sobre dos piernas de la nada. Después de todo, me he estado moviendo en 4 patas toda mi vida.
En el espejo, que había buscado con tanto esfuerzo, estaba una mujer que nunca antes había visto. Parecía tener unos 18 años, una edad cercana a la de Ahin.
Mirando con asombro, estiré mi pata delantera hacia el espejo. Entonces, la mujer extendió su mano al mismo tiempo. Eso me hizo temblar.
«¡Argh!»
Cuando accidentalmente golpeé el espejo, la mujer también abrió mucho los ojos con una expresión de dolor.
‘Humanizada…’
Los labios que podía ver debajo de la delicada nariz temblaban. Finalmente acepté la increíble realidad.
‘Me humanicé.’
En ese mismo momento, los ojos violetas de la mujer en el espejo temblaron.
Ojos de color violeta claro, únicos en el clan de las liebres, y cabello blanco, idéntico al de mi madre. Era difícil de negar. Esa era yo.
Como prueba de que nunca había cortado mi cabello en 18 años, mi pelo estaba tan largo que llegaba al suelo. Mirando los mechones blancos rizados alrededor de mis piernas, me mordí el labio.
‘¿Pero, cómo ha ocurrido esto?’
Los hombres-bestia nacen en forma humana, pero a los pocos días de nacer cambian a su forma animal. El cambio entre formas puede ocurrir varias veces durante un período de tiempo, hasta que alcanzan cierta edad y se humanizan por completo. Cuanto mejor fuera la raza, más rápido se lograba alcanzar esta humanización completa y menos frecuentes eran los cambios entre formas hasta entonces. Así que no había forma de explicar la situación en la que me encontraba, como alguien que no solo había pasado por una humanización súper tardía, y no tampoco había tenido ningún cambio entre formas en absoluto.
Mientras me pellizcaba las mejillas, me di cuenta de que no llevaba ropa. Además, a diferencia de cuando era un conejo, ya no tenía una chaqueta de piel para protegerme por lo que el viento de la noche me hizo temblar. Qué apariencia más vergonzosa. Me encogí.
‘¡Eso…!’
Mientras miraba alrededor de la habitación, pude ver una mesa al lado del espejo. Arrastrándome, tiré el mantel que la cubría. Me envolví en la tela y luego me sentí un poco más cómoda.
Me moví de nuevo, arrastrándome para debajo de la mesa. Sentada allí, me encogí, sintiendo el latido de mi propio corazón.
‘Cálmate, cálmate. Vivi, no eres tan débil.’
Seguí repitiendo esto en mi cabeza, pero como no podía calmarme, me abofeteé las mejillas con las manos.
Esta era la humanización que había estado esperando, pero no pensé que llegaría tan de repente. Y en lugar de estar feliz, estaba pensando en los problemas que enfrentaría.
‘¿Qué pasa si Ahin me ve así?’
Él podría haber sabido que no era un conejo normal, pero tampoco pudo haber sabido que era una mujer-bestia todo el tiempo. ¿Qué pasa si me mata de inmediato por engañarlo? La macabra sonrisa de Ahin y Evelyn pasó por mi mente.
[Lord Ahin, ¿qué tal un estofado de mujer-bestia liebre?]
[Nada mal. Tomaré esto para el desayuno.]
[Le diré al chef inmediatamente.]
‘¡Nooooo!’
Golpeé el suelo después de ver esta terrible visión. El piso era de mármol y mi muñeca inmediatamente me dolió. Esto solo sucedió debido a mis traumas con estas malvadas panteras negras.
‘Cómo pasó esto…. Sí, pensemos desde el principio.’
Negué con la cabeza y me mordí el labio con ansiedad.
Los dedos que había visto esa noche… no fueron una alucinación. Pero cuando me desperté al día siguiente, estaba de vuelta en la forma de conejo bebé.
‘¿Así que la transformación en ese momento fue temporal? ¿Cómo? ¿Por qué?’
Las preguntas se amontonaban y no podía pensar en ninguna respuesta lógica.
Para empezar, sentí mucho dolor. Era una situación difícil de explicar.
Mientras estaba perdida en mis pensamientos, escuché que alguien entraba en la habitación. Estaba tan confundida que no se me había ocurrido intentar cerrar la puerta.
‘¡¿Y si es Ahin?!’
¿Me reconocería? ¿¿Qué debería hacer?? Pellizque el borde del mantel en el que estaba envuelta. El nerviosismo era tanto que sentí que mis ojos temblaban.
«Sal de ahí.»
Entonces escuché pasos y la puerta se cerró.
«Sé que estás ahí abajo.»
El silencio que siguió hizo que mi boca se secara. No era Ahin. Era una voz que ya había escuchado.
“Todos están locos buscándote.”
Rune Manionz, el joven maestro del clan de los leones. No podía verlo porque estaba debajo de la mesa, pero el sonido de pasos se acercaba más y más. No podía hablar, así que dejé de respirar.
“Sal de ahí y hablemos… ¡¿Pero qué?!”
La voz sorprendida de Rune, que se había agachado, resonó en la habitación. Tan pronto como comenzó a gritar, entré en pánico y le tapé la boca con las manos.
«¿Quién es…? No, ¿por qué estás debajo de una mesa?»
Rune, agachado, me miró y quedó petrificado. Nuestros ojos se encontraron. Me miró y se sonrojó hasta las orejas, alejándose rápidamente.
«¡¿Qué llevas puesto…?!»
Finalmente entendí su reacción. Noté que el mantel se había deslizado con mis movimientos. La tensión llenó la pequeña habitación. Todavía no puedo caminar sobre dos piernas, así que ni siquiera podía huir de él.
‘¿Tendré que arrastrarme lejos…?’
¿Quizás empujarlo y marcharme? No podía imaginar el éxito en ningún plan que pudiera formular.
Pronto, Rune, que había estado caminando en círculos, se detuvo.
Se acercó a la mesa de nuevo y se agachó, mirándome. Extendió la mano y atrapó un mechón de pelo blanco.
Se llevó el mechón a la nariz y lo olió. Mi apariencia, que aún me resultaba desconocida, se reflejaba en sus ojos dorados.
Pasaron segundos de silencio que se sintieron como horas. Sospechaba que le habían pegado la boca para que no se abriera.
«Como imaginé, no eras un conejo, sino una mujer-bestia del clan de las liebres.»
No puedo creer que percibiera mi identidad solo por el olfato. Mi espalda estaba helada por el miedo.
Empecé a negar con la cabeza porque no quería que me descubrieran, pero me di cuenta de que ahora podía hablar.
‘…¿Pero cómo?’
No pude decir nada, pero forcé mi garganta. Necesitaba hacer un sonido.
“A… ah…”
Los ojos dorados de Rune se entrecerraron.
«¿No sabes hablar?»
‘Nunca he hecho esto antes, ¿ok? ¡¿Pudiste hablar en el segundo en que te humanizaste por primera vez?! Depredador malvado.’
No podía decirlo, pero estaba decidida a decir algo.
Mientras intentaba vocalizar durante mucho tiempo, finalmente logré controlar mejor el sonido. Inesperadamente, Rune estaba esperando pacientemente mi respuesta.
«Yo-»
Una voz desconocida salió de mi boca. Volví a abrir los labios, animada de que la pronunciación saliera mejor de lo que había imaginado.
«No soy una mujer-bestia liebre».
Logré pronunciar mi primera oración, pero un momento después sentí vergüenza, no triunfó. Mi primera oración había sido algo que negaba mi propia existencia. Me mordí el labio para no llorar. Aunque había hablado lentamente, mi voz había salido fuerte y clara.
«¿Qué?»
Rune se rió como si hubiera oído un chiste.
«¿Qué pasa con las feromonas de pantera negra que siento en ti?»
No era especulación, estaba seguro de eso. Sacudió la cabeza y su cabello rosado se movió.
«No puede ser verdad.»
Tuve que seguir negándolo. Sin saber qué expresión transmitía mi rostro, giré la cabeza y me tapé los ojos con las manos.
Sin embargo, Rune, que estaba decidido a interrogarme, siguió hablando.
«¿Por qué tus ojos son violetas si no eres un conejo?»
Decidí intentar inventar.
«Soy mestiza».
«Eres una mujer-bestia conejo».
«¡No soy!»
Comenzó una extraña discusión. ¿De qué feromonas había estado hablando? Ahin también parecía conocer bien a los otros depredadores. ¿Me había puesto feromonas en algún momento?
[Te quitaré ese olor a león.]
Él dijo. Cuando retiré mis manos de mis ojos, Rune fruncía el ceño. Con un poco de miedo, saqué el mechón de mi cabello de su mano. Justo cuando Rune soltó el mechón, escuché un ruido en el pasillo.
Y en el momento en que la puerta se abrió, un cabello plateado familiar brilló a la luz de la linterna.
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el gran momento