Saltar al contenido
I'm Reading A Book

EUECEPM Capítulo 159-Final

5 enero, 2022

«Raphael, ¿no tienes frío?»

«¡Estoy bien!»

Raphael sopló la taza de chocolate que tenía en sus manos. El cálido humo que se extendió en el aire olía dulce.

Los tres se acurrucaron juntos frente a la chimenea encendida.

Lizelle se apoyó en el hombro de Chester, y Raphael se sentó entre las piernas de ella.

Olvidaron que era invierno y caminaron por la arena a lo largo de la playa con Raphael así que, inevitablemente, se congelaron. Después de un rato, el sol se puso a través de una gran ventana de vidrio que ocupaba por completo un lado de la pared.

El suave resplandor del atardecer, junto con las cálidas llamas de la chimenea, abrazó a los tres. Fue una tarde tranquila.

«¿Cómo te sientes?»

Lizelle preguntó, acariciando el suave cabello de Raphael.

«Jejeje».

El niño sonrió juguetonamente y se hundió en sus brazos. A Raphael le encantó el mar que vio por primera vez. Era tan diferente a lo que había visto en el restaurante.

Mientras caminaba por la arena blanca, donde sus pies se empaparon, el viento sopló y la brisa marina se sintió refrescante.

Además, el agua del mar era tan hermosa como si estuviera llena de brillantes estrellas.

Era algo que no olvidaría por el resto de su vida.

«Raphael, afortunadamente puedes ver a Elensia en cualquier momento, así que no te enfades demasiado. Puedes ir a visitarla a su casa o invitarla aquí para jugar».

«¡Entonces invitémosla aquí!»

Ante las palabras de Lizelle, Raphael gritó con los ojos brillantes.

Quería mostrar este maravilloso mar a Elensia lo antes posible. Estaba seguro de que le gustaría tanto como a él.

«Es una buena idea. Raphael, invitemos a Elensia».

«¡Sí! Jeje».

Sonrió ampliamente cuando recibió esa respuesta.

«Es hora de tomar un baño, joven maestro».

En ese momento, la voz que sonó borró la sonrisa en el rostro del pequeño.

Después de preparar el agua para el baño, Tia apareció sonriendo con una gelatina en la mano.

«……».

La cara de Raphael, que había estado sonriente hasta ahora, se puso triste en ese instante.

El agua no daba tanto miedo como antes, pero todavía odiaba bañarse, asustado agarró a Lizelle de la manga resistiéndose a ir.

Cuando vio a Raphael así, Lizelle movió la boca llena de picardía como si algo le hubiera venido a la mente.

«Escuché que a Elensia le gustan las personas que se bañan seguido».

«… ¡Oh Dios! ¡Voy a darme un baño!»

Raphael saltó de su asiento mientras Lizelle lo miraba victoriosa.

No le importaba si lo que decía Lizelle era cierto o no. Iba a hacer cualquier cosa si podía quedar bien con Elensia.

«¡Tia! ¡Vamos a bañarnos! ¡Rápido, rápido!»

Raphael se acercó a Tia en un instante.

«¡Sí, sí! Vamos, joven maestro».

Tia sonrió y tomó la mano del niño. Luego, puso la gelatina que había preparado sobre la mesa. Al parecer hoy no necesitaba un soborno.

«Tendré que usarlo a menudo».

Lizelle tenía una expresión de satisfacción en su rostro al ver a Raphael caminando con Tia de la mano hacia el baño.

«¿De verdad Elensia dijo eso?»

Los dos se miraron cuando Chester, lleno de curiosidad, abrazó por la cintura a Lizelle.

«De ninguna manera. Me lo inventé. A veces es necesaria una mentira piadosa».

Lizelle se echó a reír ante la reacción del ingenuo Chester.

«Mi esposa es buena actuando. Realmente no hay nada que no puedas hacer».

Chester, quien casi había sido engañado por su actuación, miró a Lizelle admirado. ¿Había algo que su amada no pudiera hacer?

En ese momento, sus ojos brillaron de admiración.

«¿Eh? No, no fue gran cosa…».

Desconcertada por el cumplido exagerado, Lizelle soltó esas palabras.

«No. Pienso en ello todos los días, pero eres increíble. Un ángel que descendió del cielo…».

«Detente, sabes que has ido demasiado lejos, ¿verdad?»

Interceptó apresuradamente la boca de Chester. No podía creer que hubiera dicho algo tan vergonzoso.

Las orejas de Lizelle se tiñeron de rojo por la vergüenza.

Chester se rió tiernamente ante su reacción.

Ella era sorpresivamente vulnerable a comentarios incómodos.

Cada vez que decía algo así, se sorprendía y sus orejas se ponían rojas, por lo que a veces se burlaba de ella a propósito. Su reacción era tan linda.

«Esposa, tenemos un lugar al que ir».

Chester se levantó de su asiento y le tendió una mano.

«¿Ahora? ¿Dónde?»

Lizelle se puso de pie desconcertada y sostuvo la mano que estaba delante de ella.

«Ven aquí por un momento».

Condujo a Lizelle con una sonrisa. No viajaron tan lejos sólo para mostrarle el mar. Había algo que quería decirle.

Los dos caminaron por el pasillo de la villa y se dirigieron hacia la puerta principal.

«Va a hacer frío, así que déjalo puesto».

Chester puso su chaqueta alrededor del hombro de Lizelle y tomó su mano de nuevo.

Lizelle comenzó a caminar a través del amplio camino que llevaba al jardín. Era el paisaje que había visto antes, pero no dejaba de maravillarla. La vista del jardín, cuidado con mucho esfuerzo, no era diferente de una obra de arte.

Además, por la noche, tenía un encanto diferente al que había visto durante el día.

«¿Podrías cerrar los ojos por un momento?»

Chester dejó de caminar y le pidió a Lizelle que lo hiciera.

«De acuerdo».

Sentía mucha curiosidad, pero pronto asintió y cerró los ojos. Seguramente había una razón para pedirlo.

«Solo tienes que caminar lentamente con los ojos cerrados. Yo te sostendré».

Chester tomó sus manos y avanzó con cuidado.

Lizelle se dejó guiar por él.

¿Cuántos pasos habían dado?

Chester la detuvo suavemente por el brazo cuando llegaron.

«Ahora abre los ojos».

Al oír la dulce voz de su esposo, Lizelle levantó los párpados poco a poco.

«… Chester, esto es…».

En ese momento, no pudo pronunciar correctamente nada ante la asombrosa vista que apareció frente a ella.

Sobre el césped del jardín, había una larga alfombra blanca justo enfrente del lugar donde estaban parados.

Y unas pequeñas lámparas mágicas del tamaño de una uña, flotaban encima de ellos, iluminando el camino.

Las luces brillaban como una estrella en el cielo nocturno.

Se esparcieron pétalos blancos sobre la alfombra, y en ambos lados del camino había hileras de rosas de diferentes colores, tantas, que no se podían contar cuántas había.

Al final del camino cubierto de rosas, había un arco nupcial decorado con hermosas flores en plena floración.

Era como el camino que había en las bodas.

«Es tan bonito. ¿Qué es todo esto?»

Lizelle expresó con la cara sonrojada. Chester la miró con una mirada llena de amor y extendió su brazo hacia ella.

«¿Te gustaría caminar conmigo?»

«Si, por supuesto».

Sin dudarlo, inmediatamente puso su mano alrededor del brazo que le ofreció Chester. Los dos dieron un paso adelante sobre la alfombra blanca y limpia.

Cada vez que el viento soplaba, un aroma fragante venía con el.

Lizelle atravesó el arco con Chester, incapaz de apartar los ojos de la hermosa vista.

Entonces, otro escenario que nunca había visto, la estaba esperando. El fuego mágico de velas, que no se sacudía por el viento, estaba dibujando una forma de corazón alrededor del lugar donde estaban de pie.

«Chester, esto es…».

«Quería proponerte matrimonio correctamente».

Cuando Lizelle lo miró con una cara sorprendida, Chester se arrodilló y sacó un estuche que tenía preparado.

Lo abrió frente a ella.

«Te amo».

«……».

«Eres la primera persona que he amado y serás la última».

Chester se confesó con todo su corazón. Dado que se había casado con ella por contrato, nunca le había pedido matrimonio adecuadamente.

Era algo que le preocupaba todo el tiempo.

Por eso decidió proponerle matrimonio en esta villa, que originalmente se construyó con esa intención.

«Espero que el tiempo que estemos juntos no sea el año escrito en el contrato, sino hasta que me quede sin aliento. Quiero pasar el resto de mi vida contigo».

«……».

Lizelle miraba a Chester con ojos temblorosos.

Su confesión sincera, bajo el cielo nocturno, estaba haciendo que su corazón palpitara violentamente.

«Si me lo permites, quiero ser tu esposo en mi próxima vida».

Chester expresó su deseo expresando sus verdaderos sentimientos.

En esta vida, en la próxima vida, en la siguiente.

Ella era la única a quien quería tener a su lado.

«Esto es completamente mi codicia. ¡No importa si tú no…!»

«Yo también».

Pero cuando no escuchó su respuesta, Chester pensó que la estaba presionando, así que quiso corregirlo enseguida.

En ese momento, una mano cálida comenzó a acariciar su mejilla.

«Si existe una próxima vida, me gustaría que fueras mi esposo. Mi codicia también es demasiado alta, así que eres la pareja perfecta para mí».

Con ojos llorosos, Lizelle le dedicó su sonrisa más brillante. Los ojos de Chester se agrandaron ante la respuesta que dio.

Sabía mejor que nadie el significado de esas palabras.

Porque fue él quien lo dijo en el banquete de cumpleaños de la hija del Conde Humphrey.

 «No importa. Mi temperamento no es tan fácil. Es la pareja perfecta para mí».

Ella recordó esas palabras y se las devolvió.

«Chester.

Lizelle extendió la mano y sacó el anillo que estaba en el estuche.

«Siempre seré tu esposa».

Se puso el anillo en el dedo anular y alzó la mano para mostrárselo.

Sin darse cuenta, tenía una sonrisa en su rostro más brillante que los diamantes incrustados en el anillo.

«…. Lizelle».

«Te amo».

Cuando Chester abrió los labios con una alegría indescriptible, Lizelle transmitió sus verdaderos sentimientos.

Eso es lo que siempre quiso decirle.

«Mucho».

En medio de esa confesión, Chester se levantó y la sostuvo en sus brazos. Poco después, los dos superpusieron sus labios sin decir una palabra.

Era un beso cálido y profundo que no se enfrió ni siquiera con el viento frío, como si representara los sentimientos del uno por el otro. ¿Cuánto tiempo habrá durado el largo beso que confirmó los sentimientos de ambos?

Cuando Lizelle estaba teniendo problemas para respirar, Chester retrocedió un momento y continuó besando toda su cara.

«Ahh…».

Sólo entonces Lizelle, que exhaló con fuerza, sonrió suavemente y enterró la cara en su cálido y firme pecho.

«Chester, en ese entonces, ¿qué estabas tratando de decir?»

Poco después, Lizelle abrió la boca para hacer una pregunta que desde hace tiempo quería saber.

«¿Qué quieres decir?»

Respondió colocando suavemente su cabello detrás de las orejas.

«Cuando fuiste a saludar a mi padres y te emborrachaste. En ese momento dijiste: “Si tan sólo estuvieras conmigo”, y luego te quedaste dormido de nuevo, pero tengo curiosidad por saber que seguía después».

«……».

Chester se endureció por un momento.

Pensó que no había cometido un error frente a ella… Mientras le hablaba de ese día, recordó todo lo que dijo cuando estaba borracho. Cuando pensó en su lamentable aspecto, un sentimiento de decepción apareció en su rostro.

«¿Chester?»

«Oh, lo siento».

La voz que lo llamó hizo que recuperara el sentido rápidamente.

«No, no tienes que hacerlo si es difícil de decir. Sólo tenía curiosidad y pregunté».

Lizelle negó con la cabeza como si estuviera bien, pero Chester abrió los labios decidido.

Después de todo, era algo que quería decirle algún día.

«Pensé que contigo podría formar una familia normal».

«……».

«Quería decir eso».

Y realmente, porque estaban juntos, hizo realidad ese sueño. Cuando la conoció, su vida se volvió más alegre.

Chester se tragó las últimas palabras y, como si nunca quisiera soltarla, rodeo con fuerza a Lizelle por la cintura.

«Es un gran honor».

Un poco sorprendida, Lizelle sonrió suavemente y envolvió sus brazos alrededor de su cuerpo.

Porque sabía lo mucho que él dudaba sobre tener una familia, y que ella fuera quien lo motivara, la hizo muy feliz.

«¡Tío, Lizelle!»

Después de bañarse, apareció Raphael corriendo hacia los dos.

Pensándolo bien, todas estos eventos de ensueño sucedieron gracias a Raphael.

Un niño tan encantador. Un niño que siempre merece ser amado.

«Raphael».

«Raphael».

Lizelle y Chester se sentían bendecidos.

Extendieron la mano hacia el pequeño.

«Jejeje».

Raphael sonrió más brillante que la luz del sol y abrazó a los dos.

Poco después, numerosas estrellas dibujadas en el cielo nocturno brillaban hermosamente sobre ellos.

Como para bendecir su futuro.

Ayer, hoy y mañana estarían llenos de sólo días cálidos para los tres.

Además, como siempre, sin importar qué dificultades o adversidades vinieran, las superarían con el amor que se tenían entre ellos.

Porque eran una verdadera familia.

FIN


Me tomo un mendigo año con 2 ó 3 meses pero por fin la acabe, yo se que los 1eros caps que hice después de que el scan en inglés abandono apestaron, y me disculpo, fue la segunda novela que traduje del coreano y hasta el momento es la mas complicada de traducir, si me hizo llorar y renegar traducirla. Si voy a corregir esos capítulos no se apuren, y mucho antes de terminar Penny, porque solo fueron unos cuantos que usaba otro traductor, eso y cambiar el nombre de nuestra prota, pero es todo; les agradezco mucho a los que la leyeron aquí, y lamento mucho que me tomara tanto tiempo traducirla.

Si no es mañana, a mas tardar el sabado hago los extras, no pasa de esta semana si Dios quiere. Gracias por acompañarme en esta novela, de principio a fin la hice sola, y solo tuve la ventaja como en los 30’s de que me dieran los raws, así que acepto todas sus quejas.

 

Atrás Novelas Menú Siguiente
error: Content is protected !!