Alyssa Lizwin (2)
Era inteligente, sincero y responsable. Todos pensaron que si el actual Emperador era sucedido por él, estarían bien. Pero, la paz que todos esperan será destrozada por Ain…
Además, el Marqués de Lizwin y el Duque de Chade no tenían trato de ningún tipo. Además de la ya conocida razón, al propio Duque de Chade no le interesaba asistir a actividades sociales.
A excepción del banquete del Palacio Imperial, que era obligatorio a la que asisten los Duques de Chade, más el Marqués de Lizwin no, y en los banquetes o fiestas de té organizados por el Marqués de Lizwin, las invitaciones nunca llegan a la casa de los Chade.
‘Será muy difícil reunirnos, ¿qué debo hacer para verla?’
Cuando Roselia estaba en medio de sus pensamientos, con la cabeza hecha un lío. De repente, Ain se paró frente a ella, se ciñó alrededor de su cintura y la detuvo a la fuerza.
«¿Ain…?»
«Hay un estanque en frente madre».
«¡¿Eh?!»
Oh Dios, Roselia casi se muerde la lengua de la impresión. Estaba ensimismada y caminó en la dirección equivocada hasta que llegó al frente de un estanque.
Ain la llamó varias veces, pero dado que ella seguía caminando sin escucharlo, la bloqueó con urgencia. Los ojos de Ain se suavizaron.
«Lo siento. Estuve pensando en otra cosa por un tiempo».
«¿Estás bien ahora madre?»
Ain preguntó con cara de preocupación. Roselia siente pena por él.
No pudo decidir qué hacer con la repentina situación. Pero una cosa sí es segura.
«Gracias Ain. Por ahora, centrémonos en lo que está justo frente a nosotros».
Llevar a cabo todo lo que tenía por hacer ya le era abrumador. Como para sumar ese factor, de igual forma, en este momento, el Príncipe Heredero y Alyssa Lizwin no están preparándose para hacer nada contra Ain.
Lo que tiene que hacer ahora es concentrarse en Ain.
Caminaron lentamente por los terrenos del Palacio hasta que llegó Cassius a su encuentro.
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El Príncipe todavía se reía de la vergüenza ajena que sintió. Es como si lo viera cambiar su rostro en un instante por otro. No podría creerlo de no verlo con sus propios ojos.
Por varias ocasiones más, esa imagen permaneció en su mente cuando un invitado familiar visitó su Palacio.
«Majestad. La Señorita Lizwin desea verlo».
«¿Vino?»
El Príncipe actuó más rápido, sin esperar la respuesta. Fue directamente a saludarla. Tan pronto como vio a Alyssa, su rostro se iluminó como si hubiera recibido un obsequio inesperado.
«Oh, ¿ya estás aquí?»
El Príncipe Lucas sin responder a su pregunta se acercó más a Alyssa y dijo:
“Alyssa. ¿No fue difícil para ti venir todo el camino hasta acá sola?»
«Para nada. Vine en carruaje».
Alyssa dijo con una leve sonrisa. La boca del Príncipe se ensanchó cada vez más ante sus palabras.
Los dos eran amigos, pero al menos no era tan simple para el Príncipe Heredero. Él ya estaba enamorado de ella.
“Alyssa. ¿Has venido hasta aquí de nuevo?”
El Marqués de Lizwin, que llegó poco después que el Príncipe Lucas, regañó a Alyssa cuando la vio. Su rostro era aún más severo porque sabía de sus frecuentes visitas recientemente y ya había sido advertida una vez por eso mismo.
«Marqués, no hagas eso. Es divertido que Alyssa venga a veces a jugar, pero si el Maestro la sigue regañando, es posible que ya no lo haga al creer que me perturba su visita”.
El Príncipe Lucas habló como si la representara. Fue cuando el Marqués de Lizwin, incapaz de reprender al Príncipe Heredero, se quedó sin habla.
«Jeje. Oh, vamos. Tendré cuidado de no molestarlos».
Alyssa se escondió rápidamente detrás de la espalda del Príncipe y dijo. Tan pronto como el Marqués de Lizwin comenzó a ablandarse de su tierna apariencia, ella volvió a sonreír y mostró interés en agradarlo.
El Marqués de Lizwin decidió dimitir por hoy, pensando que algún día tendrá que decírselo en privado y con firmeza. Cortésmente abre la boca hacia el Príncipe Lucas.
«Majestad. Es hora de que regrese al entrenamiento».
«¿Es eso así? Vamos a tomar una taza de té primero, ¿sí?».
Ambos miraron al Marqués de Lizwin con ojos apesadumbrados. Casi vaciló por un momento, pero pronto tomó el control.
“Ya es demasiado tarde. Si pasa más tiempo aquí, el resto de su horario también se verá afectado».
“… Bueno. El discípulo estaba pidiendo solo un momento, nada más».
Ante las decididas palabras del Marqués Lizwin, Alisa rápidamente escondió su cabeza detrás de la espalda del Príncipe Lucas luego de refutar. Sentía como si su padre la fuera a echar en cualquier momento.
Después de leer su mente, el Marqués de Lizwin suspiró y abrió la boca.
“Alyssa. No te quedes demasiado tiempo y vuelve pronto a casa».
Al final, levantó un poco la voz, recordando advertirla debidamente.
“… ¡Sí!»
Pero cuando Alyssa escuchó el permiso junto a la advertencia, sus ojos se abrieron y su voz en respuesta se volvió animada. Pensó que le diría que volviera de inmediato, pero parece que ese no es el caso, pensó y se sintió aliviada.
Los labios del Marqués de Lizwin se levantaron cuando se dio la vuelta porque eran tan lindos juntos y estaba lleno de emoción al verlos.
Cuando su padre los dejó, Alyssa estaba tan emocionada que sus pies parecían flotar en el suelo. Inquieta, mientras habla con el Príncipe Lucas, le pregunta sobre lo que ha sentido curiosidad desde que llegó.
«Parece que alguien acaba de salir de aquí».
Parecía que había coincidido con Ain. El rostro del Príncipe se contrajo por sí solo.
«Ah…»
El Príncipe gimió brevemente.
«¿Quiénes eran Su Majestad, eran invitados?”
Alyssa pregunta con curiosidad. Pero el Príncipe frunció aún más las cejas y mantuvo la boca cerrada por un momento.
«Ellos no son importantes, no deben preocuparte. Entremos.»
“… Sí.»
Alyssa se preguntó aún más quiénes serían aquellas personas, pero el Príncipe Lucas parecía incómodo, por lo que se abstuvo de hacerle más preguntas.
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