Me voy a casar (1)
Como si no pudiera escuchar sus palabras, Seon-jeong dio la impresión de revisar su elección de lectura, aunque su cara estaba distorsionada.
“Creo que se va a casar de nuevo pronto. Escuche que mi tercera hermana se interpone entre ellos. Estoy preocupada porque ella podría estar sensible…”
«¿Por qué hablas de ella como la ‘tercera’?»
Hee-won dejó de hablar por la sensación incómoda de su tono.
«Porque ella es la tercera, si dices que no lo es, entonces ¿Cómo debo llamarla?»
«No me hables sobre ti misma y las hijas de esa mujer en la misma oración. Me disgusta eso.»
Si la escucharan, un tercero seguramente malinterpretaría que Hee-won fue una hija terriblemente amada, si, bastaba que no supieran la verdad.
Resultaba difícil comprender el trasfondo psicológico de la sensación que le generaba tanto desagrado, el hecho de que su ex-marido se mezclara constantemente con las hijas que tuvo con otra mujer, mientras que nunca le había dado nada a Hee-won ni una vez.
Kyung-tae es el nombre de su padre, él y Seon-jeong se conocieron a la edad de veinticinco, y después de luchar ferozmente durante tres años, se divorciaron.
Dirigiendo una pequeña empresa que luego se volvió mediana y saludable, conoció a una nueva mujer en dos años y comenzó una nueva familia, con ella tuvo dos hijas.
Hace dos años falleció su segunda esposa y ahora se preparaba para un tercer matrimonio. Mientras que su madre era demasiado fría, su padre era demasiado caliente.
Mientras Seon-jeong se enfrentaba continuamente con Hee-won, viviendo juntas después del divorcio, Kyung-tae, quien establecía reuniones regulares mensuales, siempre estaba lleno de afecto.
Tomando prestadas las palabras de su madre, Kyung-tae era el tipo de persona que ‘le derramaba afecto hasta a las cucarachas en la esquina del fregadero’.
Parecía que no podría estar sin una esposa durante más de dos años. En contraste, desde que Seon-jeong se divorció de él, ha estado sola sin ni siquiera una historia pasajera con alguien del sexo opuesto.
Si lo pensaba bien, con respecto a su nacimiento, Hee-won no pudo evitar preguntarse. ¿Era tan obvio que el poder físico de atracción era más fuerte que los sentimientos?
Esa noche Kyung-tae la recuerda como la primera noche, la más encantadora de su vida, Seon-jeong por su parte, quiere borrar esa noche de su vida, aquella en la que ardieron y concibieron una hija.
Por la que se casaron apresuradamente, se dedicaron a lastimarse y herirse el uno al otro durante los tres años posteriores, dándose cuenta de que cada uno era demasiado diferente, pasaron por el proceso de divorcio consensuado.
La noche en que se concibió a Hee-won fue lo que les dio la fuerza impulsora para entretejerse como criaturas vivientes que intentaban conformar una familia, razón por la que no se separaron durante tres años. El recordatorio constante de Seon-jeong hacía Hee-won cuando entró en la pubertad, fue que nunca debía permitirse un embarazo no deseado.
No era probable que hubiera tenido una vida muy feliz, incluso sin casarse con Kyung-tae debido a su personalidad fría y distante, pero creía firmemente que él y Hee-won habían arruinado su vida.
«Mamá, ¿Todavía lo culpas?»
La boca que se había mantenido firmemente sellada, se abrió inconscientemente por una pregunta sencilla que nunca había hecho.
«Mi papá no se vio obligado a estar con mi madre, y en algún momento se agradaron».
“Jang Hee-won. ¿Comiste algo estropeado? ¿Por qué estás haciendo tantas preguntas de repente?»
‘Lo único que comí mal fue la leche. Asumamos que fue la leche que bebimos’ pensó con ‘dos líneas’ en mente.
“¿Mamá también me odiaba? Entonces, ¿Culpabas constantemente a papá por ser la causa de tus malestares?»
«Jang Hee-won, si vas a continuar haciendo preguntas inútiles, puedes retirarte ahora, antes de que se haga demasiado tarde».
“¿Por qué crees que lo es? Preguntarme si fui odiada injustamente por algo que no fue mi culpa, ¿Es inútil?»
La voz de Heewon se mezcló con temblor al final. Seon-jeong, que se levantó de su asiento, dejó caer el libro en su mano como si lo arrojara.
«¿Acaso fuiste feliz de comprometerte?, de otro modo, ¿Por qué me trataste como un obstáculo en tu vida, madre?»
Hee-won, agarrándose con fuerza ambas manos, estaba dejando salir una rebelión que no había hecho ni siquiera durante su adolescencia. Mientras hablaba, todo se volvió injusto. Todo el amor que su padre le entregaba a sus media hermanas, ellas disfrutaban el contenido de su corazón y el amor de papá diariamente, a ella solo le entregaban un almuerzo una vez, todos los meses.
Incluso la frialdad de su madre la hizo sentir como si la hubieran recogido por obligación, de repente, en este momento en que para su madre y su padre no era necesaria, de repente se volvió injusto.
«Me detendré.»
Hee-won, quien se secó bruscamente las lágrimas que estaban a punto de fluir, dejó a la mujer que estaba sorprendida por el repentino ataque, tomó su bolso, y ya de pie se dirigió a la puerta principal.
“Nunca me he olvidado de responsabilizarme de ti”.
Hee-won acababa de escuchar de una voz dulce que ni siquiera podía predecir podría salir de Seon-jeong.
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