Había pasado una semana desde que les dije a las sirvientas que eran libres de usar lo que quisieran. La mayoría de
las criadas parecían bastante cautelosas con el decreto, pero afortunadamente, después de solo unos días, las cosas comenzaron a cambiar poco a poco. Algunas criadas incluso usaban los accesorios que les regalé. Clara, en particular, fue tan entusiasta que se ponía algo diferente todos los días junto con sus pendientes de zafiro.
Pero no todo el mundo fue como Clara. Algunas sirvientas, incluida Norma, todavía se abstuvieron de usar cualquier cosa elegante. Si era por su propia voluntad, no tenía problemas con eso, pero desafortunadamente, parecía provenir de su desconfianza hacia mí.
‘Sigh. Supongo que con todas las cosas que hizo Abigail en el pasado, no era de extrañar que todavía no confíen en mi. Abigail en serio que trabajó a destajo. No me sorprendería que una doncella la hubiera matado.
Hablando de eso, ¿quién la mató, de todos modos?’
Mas que unas pocas personas vieron a Abigail como una molestia.
Primero, los partidarios de la anterior Reina, Miriam. Ella era hija de la estimada familia Stork, y después de su muerte, la familia ofreció a la hermana de Miriam para ser la próxima Reina. Pero Abigail, la princesa de Cronenberg, terminó siendo elegida en su lugar. Obviamente, la familia Stork no miraría con demasiada amabilidad a Abigail por
eso.
Otro con el que tener cuidado era el medio hermano de Sabelian. Su nombre era Raven*.
Como su nombre, su cabello era tan negro como las plumas de un cuervo. A pesar de tener una madre diferente, él
era la viva imagen de Sabelian, con algunas notables excepciones. Mientras que los ojos de Sabelian tenían tonos de azul y gris, los de Raven eran dorados.
La personalidad de Raven también era totalmente diferente a la de Sabelian, por lo que era fácil distinguirlos. Sin mencionar que el cabello de Raven era lo suficientemente largo como para llegarle a sus hombros. (*J: creo que no hace falta mencionar que Raven en inglés es cuervo…)
Supuestamente, no tenían una gran relación, debido en parte a problemas de sucesión. Aunque Raven no tenía una relación terrible con Abigail, per se, eran similares a enemigos políticos.
Después de todo, si Abigail tuviera un hijo, el derecho al trono de Raven se desplomaría.
Aparte de esas personas, la larga lista de aquellos con animosidad hacia Abigail era un subproducto de su horrible trato a la gente. Ella había torturado a demasiadas personas, incluyendo a sus sirvientes en el castillo.
‘Ah, Abigail. ¿Qué voy a hacer contigo?’ Había demasiados posibles sospechosos.
‘¡Lo primero que debo hacer es reducir el número de mis enemigos! No puedo morir como en el cuento original ¡Debo mejorar mi relación con Blanche!’
«Clara, se supone que Blanche se medirá para su nuevo vestuario hoy, ¿verdad?»
«Si su Majestad.»
«¿Crees que si yo asistiera… encontraría desagradable mi presencia?»
‘¡Hoy es el día en que Blanche finalmente se prueba ropa nueva! Realmente, realmente quiero ir. Pero estoy indecisa considerando que Blanche todavía se aterra al verme’
«¡Estará bien, creo!»
La tranquilidad de Clara me dio valor. Por lo menos, podría decir que estaba llevando un regalo como excusa para pasar por allí.
«Bien entonces. En ese caso, ¿puedes ayudarme a vestirme?»
«¡Sí, Su Majestad!»
***
Clara y Norma tomaron cada una una caja de zapatos para llevar. Llevaban los mismos zapatos entre los que había estado intentando decidir la semana pasada. Con las dos sirvientas a mi lado, caminé hacia la habitación de invitados; mientras me acercaba, comencé a escuchar las voces de varias personas. Antes de entrar, eché un pequeño vistazo dentro.
Pude ver a Blanche sentada en una silla. Mientras se sentaba quieta, con sus diminutas manos colocadas cuidadosamente sobre su regazo, parecía una pequeña muñeca de porcelana. Incluso desde esta distancia, se veía simplemente de lo más linda.
Desde su pequeña nariz, hasta su boca y orejas, e incluso hasta sus mejillas rosadas. Si tuviera que empujar sus mejillas, parecían ser lo suficientemente suaves como para rebotar con un pequeño temblor.
La habitación estaba repleta de cajas grandes y varios maniquíes cubiertos con vestidos nuevos. La temporada estaba cambiando de invierno a primavera, por lo que todos los vestidos tenían una apariencia cálida y colorida. Sin embargo, había un problema: todos los vestidos eran de tamaño adulto.
«Señorita Jeremie, ¿qué piensa de este vestido?» Un hombre vestido con un traje bastante elegante intervino desde la habitación. Parecía ser una especie de diseñador. La dama, la señorita Jeremie, fue cuidadosamente mirando la selección de vestidos.
Escuché que la señorita Jeremie era la niñera y maestra de Blanche. Ella había estado sirviendo a Blanche desde que la Princesa era más joven y, si no recuerdo mal, era la sobrina del Duque Stork. Con el respaldo de su familia, no era alguien con quien jugar. Aparte de eso, apenas sabía nada sobre ella.
Para empezar, Abigail nunca le había hablado realmente. El primer y último momento en que las dos se encontraron fue cuando Abigail entró por primera vez al Palacio. La señorita Jeremie trató de hablar con Abigail sobre la educación y la personalidad de Blanche, pero Abigail interrumpió a la mujer y dijo:
«Es demasiado molesto, así que te dejo a la Princesa a ti, y en el futuro, no me vengas a buscar por asuntos de la Princesa.»
‘Sigh. Abigail. ¿Por qué fuiste e hiciste eso? Debería darle un regalo a la señorita Jeremie como disculpa en algún momento también’ Mientras me quedaba allí lamentándome, la señorita Jeremie revisó un vestido tras otro, sus ojos vagaron sobre ellos como un halcón.
«¿Tienes otros vestidos además de estos?»
Actualmente estaba mirando un vestido de color marrón rojizo. Se veía elegante, pero no era de mi gusto. De hecho, ninguno de esos vestidos era de mi agrado. La ropa de los niños era un mundo aparte de la de los adultos. La ropa ahí dentro ahora mismo eran vestidos de adultos con corsés.
Probablemente estaban planeando simplemente adaptar los atuendos para que le quedaran a Blanche. No hay forma de que ropa así fuese cómoda para una niña.
Mi deseo de diseñar ropa para Blanche aumentó aún más. Quería correr y detenerlos, pero necesitaba ser paciente. En cambio, decidí aprovechar la oportunidad para ver qué ropa le gustaba a Blanche, de forma que pudiera hacer alguna para ella más adelante. Mientras tanto, el diseñador sacó un vestido nuevo de una caja.
«¿Qué piensas de este, entonces?» Era un vestido celeste con cintas blancas por todas partes.
‘¿Le gustaría a Blanche ese estilo?’
Me volví para ver su reacción y vi que sus ojos brillaban como estrellas. La niña le dio al vestido múltiples miradas excitadas. Sus pies se balanceaban hacia adelante y hacia atrás en la silla con anticipación.
‘Oh, Dios, oh Dios, sus piernas ni siquiera llegaban al suelo porque eran muy pequeñas. Eso es tan adorable.
Gracias a Dios que encontró un vestido que le gusta.’
Mientras estaba ocupada mirando a Blanche, la señorita Jeremie respondió. «Muéstrame algo más»
«¿Es así? Entonces, ¿qué hay de estos? También son bastante populares hoy en día», dijo el diseñador, sacando otro vestido.
En el momento en que lo vi, me tapé la boca con la mano por el shock. Ese era un vestido demasiado adelantado a su tiempo. Incluso para los estándares modernos, el diseño parecía bastante atrevido.
‘Pensar que vería algo así en esta época…’
El vestido utilizó sedas de varios colores: rojo, naranja, amarillo, verde, azul, índigo y violeta. El diseño parecía que se asemejaba a un arco iris. Aparte de la combinación de colores chillones, la forma del vestido en sí era un espectáculo para la vista. Las mangas abullonadas eran lo suficientemente grandes como para esconder sandías dentro de ellas, y el escote tenía una gran cantidad de pelo en el borde, suficiente para parecerse a la melena de un león. El diseñador dijo que este estilo de ropa estaba de moda en este momento, pero yo sabía que acababa de venir aquí para deshacerse de su basura no vendible.
La señorita Jeremie respondió: «Este parece bueno.»
‘¡¿Qué?!’ Casi irrumpí en la habitación en un ataque de rabia.
¿De verdad estás pensando en hacer que Blanche se ponga algo tan atroz? ‘Si Blanche usaba algo tan horrendo como eso…’
‘¡Todavía estaría encantadora!’ Sí. Blanche era adorable, sin importar lo que vistiera.
¿Quizás la señorita Jeremie estaba al tanto de eso, y esa es la razón por la que lo compró? O tal vez ¿A Blanche le encantaban los arcoíris? Los gustos pueden diferir de una persona a otra.
Reflexionando, miré la reacción de Blanche.
‘Ah, sus pies dejaron de moverse por completo.’
Su rostro una vez radiante se distorsionó en uno de terror. Me recordó a un cachorro que crié en el pasado. Solía poner esa cara cada vez que lo llevaba al veterinario después de decir que íbamos a dar un paseo.
Blanche bajó los hombros como cuando mi cachorro era arrastrado a la fuerza al veterinario.
‘¡Esa cara, oh, hace que me palpite el corazón! Oh, Blanche, realmente no te gusta ese vestido, ¿verdad?’
Blanche miró fijamente el vestido durante un rato antes de decir:
«U-um, señorita Jeremie»
«¿Qué pasa, Princesa?» La señorita Jeremie sonrió, pero su sonrisa parecía bastante estricta.
Blanche se estremeció después de mirar el rostro de la señorita Jeremie. «N-no es nada.»
La señorita Jeremie le dio a Blanche otra sonrisa antes de volver a hablar con el diseñador.
‘Hmm… Eso fue extraño. ¿De verdad la señorita Jeremie ha estado tan despistada todo este tiempo?’
La mujer empezó a escoger más y más vestidos sin dudarlo un momento.
‘Ugh … ¡Yo también quiero elegir vestidos para Blanche! Me pregunto que vestidos le quedarían bien a Blanche? ¿Y qué estilo de vestido le gustaría? ¿Hm? ¿Estilo?’
Sentí que algo estaba mal por un segundo.
Blanche no dijo nada mientras la señorita Jeremie seguía seleccionando vestidos. Todo lo que hizo fue mirar boquiabierta después de observar el vestido arcoíris.
‘¿Estaba dejando todo en manos de la señorita Jeremie porque no tenía ganas de elegirlos ella misma?
No, ese no parecía ser el caso.’
Blanche parecía mortificada cuando había visto el vestido arcoíris, pero de vez en cuando, cuando el diseñador sacó un vestido nuevo, sus ojos se iluminaban. Luego, el diseñador sacó su último vestido. No me perdí lo mucho que brillaron los ojos de Blanche en ese momento. Era un vestido rosa brillante más lindo que bonito y al ver los patrones de flores bordados por todas partes, realmente encajaba en la temporada.
El diseñador sonrió alegremente, “Este vestido también es muy popular en este momento. ¿Qué piensa, señorita Jeremie?»
La señorita Jeremie echó un breve vistazo al vestido y luego lo apartó con un gesto de rechazo.
“Un vestido así no le sentaría bien a la Princesa. Continuaremos con los vestidos que seleccioné antes.»
«Comprendido. Entonces me pondré a trabajar en esos vestidos» después de eso, el diseñador comenzó a organizar los vestidos en sus cajas. Blanche miró hacia abajo en el suelo, luciendo deprimida.
‘¡N-no! ¡Mi pobre Blanche! ¡Sus preciosos vestidos van a ser…!’
No podía quedarme ahí parada sin hacer nada. Si el diseñador se fuese a retirar ahora, ¡Blanche se vería como un
payaso toda la primavera! Golpeé ligeramente un par de veces, luego entré inmediatamente a la habitación. La gente dentro de la habitación se inclinó, con sorpresa evidente en sus rostros.
«Bienvenida, Su Majestad»
«B-bienvenida, Lady Abigail», dijo Blanche, saltando de su asiento para saludarme.
Su cabeza era tan pequeña y redonda, tan parecida a la de un gato, que casi la acaricio instintivamente.
‘Uf, paciencia’
Aparté los ojos de la chica para mirar a la señorita Jeremie.
“Escuché que un diseñador estaba de visita. ¿Cómo está yendo la selección de ropa de primavera para Blanche?»
«Si su Majestad.» La señorita Jeremie señaló a los maniquíes: «Acabamos de terminar de ordenar todo.»
Le eché un vistazo al diseñador. Estaba bastante pálido. Me volví para mirar mi reflejo en la ventana. ‘Vaya, esta es una cara digna de una calificación para adultos. Me veo tan aterradora con estos ojos, en serio.’
«Me gustaría ver los vestidos que ha seleccionado»
«S-sí, por supuesto, Su Majestad.» El diseñador trajo a alguien para que se llevara todos los vestidos que acababa de
empaquetar de nuevo. Había docenas de vestidos en la caja, pero no había ninguno que a Blanche pareciera gustarle.
Miré los vestidos un poco antes de volver la cabeza hacia Blanche. La niña se quedó quieta, con sus manos juntas. «Blanche, ¿tienes algún vestido que te guste de estos?» Traté de lucir tan amable como pude.
«Ah, um… me gustan todos». Blanche respondió con torpeza.
«Ya veo»
‘Hmm.’ Blanche no parecía que quisiera responder honestamente frente a todos. Caminé hacia otra caja y la abrí.
Definitivamente vi al diseñador poner el vestido rosa aquí hace un momento. Pude sentir la insatisfacción de la señorita Jeremie, pero no tuve otra opción. Puede que sea la niñera de Blanche, pero yo soy su madrastra. Tengo derecho a interferir.
“Debo decir que este me parece mucho más bonito. ¿Qué opinas, Princesa Blanche?» Yo recogí el vestido rosa y lo sostuve frente a Blanche.
La niña pareció un poco sorprendida, pero después de un momento, logró asentir un par de veces.
«¡Sí! ¡Es bonito, Su Majestad!»
«Entonces vayamos con este.» También recordé que se veía feliz cuando había visto ese vestido celeste antes. Busqué en algunas cajas para encontrarlo. «¿Y este, Princesa Blanche?»
«¡Sí, es bonito, Su Majestad!» La vida volvió a los ojos azules de Blanche, y brillaron como un estanque a la luz de la mañana.
‘Bien bien. Busquemos algunos más como estos que le gusten a Blanche. Estoy bastante segura de que hubo más que solo estos. El problema es que no recuerdo los demás en absoluto. Pero eso no es ningún problema porque, ya ves, ¡soy la Reina de este País!’
«Muy bien. Debería recompensar a una buena Princesa que responde honestamente.» Al igual que la historia del leñador honesto, las personas que responden con sinceridad son recompensadas.
Me volví hacia el diseñador. “Tráeme todos los vestidos aquí y ajústalos para Blanche. Asegúrate de quitar los corsés. En cuanto al costo, yo lo pagaré.»
En el momento en que dije esto, toda la habitación se congeló por completo. Todo lo que quedó fue un inquietante silencio.
Nadie podía creer lo que acabo de decir. Incluso las doncellas estaban desconcertadas. Solo el diseñador se vio extremadamente feliz, como si acabara de hacerse rico.
Quien rompió el silencio fue la señorita Jeremie. Me habló con una sonrisa en su rostro. «Su Majestad, puede que esté sobrepasando mis límites ahora, pero el presupuesto de la Princesa no nos permite comprar todos los vestidos aquí. El Rey ha prohibido los lujos…»
‘Maldita sea… ¡Sabelian! Blanche ni siquiera es del tipo que hace alarde de dinero. ¿Cómo puede ser tan mezquino? Incluso así, no puedo dar marcha atrás ahora.’
“Y esa es la razón por la que dije que lo pagaría. Usaré mi propio dinero, por lo que no debería haber problema alguno. Si el Rey pregunta, simplemente dígale que se hizo bajo mi orden.»
Si compro ropa de Blanche con el dinero destinado a gastar en mis propios vestidos, no quedará nada que refutar. Finalmente, la señorita Jeremie asintió.
«Haré lo que usted ordene, Su Majestad.»
‘Supongo que esto resuelve eso por ahora. Aunque, podría terminar peleando con Sabelian más tarde… ¿hm?’ Sentí que alguien tiraba de mi ropa. Cuando miré hacia abajo, vi a Blanche a mi lado. La chica me estaba mirando con una expresión desesperada en su rostro.
«U-um… Lady Abigail, estoy bien. Yo no quiero que pierda la oportunidad de comprarse ropa solo por mí…»
‘¿Está diciendo esto por miedo a Abigail?’
Mirándola a los ojos, ese no parecía ser el caso; Lo sentí en su mirada. La chica realmente se sintió apenada por mi. Me picaba un poco la nariz.
‘¿Es un ángel?’
Me agaché, haciendo todo lo posible por no sonreír, y llegué al nivel de los ojos de Blanche. «Está bien, Princesa
Blanche. No pensaba comprar nada, ya que tengo mucho que ponerme.»
«P-pero». Blanche se puso bastante triste. No tenía por qué sentir tanta pena por mí. Para calmarla, intenté hablar tan amablemente como pudiera.
«Entonces, ¿podrías concederme una solicitud?»
“¿Eh? ¡Sí!» Esta niña parecía lista para hacer cualquier cosa. Incluso tenía las manos apretadas formando puños y todo.
“Cuando lleguen los vestidos, escoge uno que realmente te guste y enséñamelo. Quiero que presumas tu vestido favorito para mí.»
‘Entonces puedo ver que vestidos preferiría Blanche’. Sin embargo, parecía bastante confundida por mi solicitud.
«¿Eso es todo?»
«Sí. Eso es ciertamente suficiente». Fue más que suficiente. Pensando en ella con ropa bonita ya tengo mi sangre bombeando. «Me iré, entonces. Oh, Blanche, casi se me olvida. Vine aquí para darte este regalo.» Acerqué las dos cajas de zapatos.
Cuando vi que Blanche dudaba en aceptar el regalo, le susurré al oído:
“Muéstrame tu vestido con estos zapatos. Puedo tomar eso como pago.»
Dejé los zapatos sobre la mesa y miré a la gente en la habitación. La señorita Jeremie parecía que acababa de ver un fantasma.
“Me retiraré, entonces. Los veré a todos la próxima vez.»
Salí de la habitación, dejando atrás a la confusa Blanche. En el momento en que me fui, dejé escapar un largo suspiro.
‘Ah, pensé, mi corazón iba a estallar. No he hecho nada como esto antes… Mis manos estaban temblando. Pero ayudé a Blanche, ¡así que bien está lo que bien acaba!’
Calmé mi corazón por un momento en el pasillo, pero luego escuché una voz urgente desde atrás.
«¡E-espere, Lady Abigail!» En el momento en que me volví, vi a Blanche.
¿Había estado corriendo? Sus hombros estaban agitados y parecía un poco sin aliento.
“¿Sí, princesa Blanche? ¿Sucede algo?»
«U-um,» Blanche hizo una pausa por un momento antes de sacar su pie por debajo de su falda. Ella ya estaba llevando los zapatos que le di, y brillaban a la luz del sol. Los calcetines con encaje y los zapatos estilo Mary Jane se complementaban a la perfección. Sus pies eran tan pequeños, que hacían que los zapatos parecieran como si estuvieran hechos para una muñeca. Al principio pensé que le quedarían bien, pero verla usarlos en persona, y decir que solo ‘le quedaban bien’ ¡era un eufemismo criminal!
«Dijo que quería verme usando estos, así que.» La chica titubeó un poco al hablar, y su cara estaba completamente roja de lo nerviosa que estaba, pero aun así sonrió mientras me miraba. «Realmente me encantan. ¡Muchas, muchas gracias, Lady Abigail!»
El rostro brillante y sonriente de Blanche era extremadamente hermoso. Nunca la había visto sonreír así antes. Si
las sonrisas tuvieran una temperatura correspondiente asociada a ellas, entonces la de ella probablemente sería la calidez de la primavera. Una sonrisa que hizo florecer las flores desde el corazón de los espectadores.
‘¡Oh, oh vaya, buen trabajo, yo! ¡Vamos, chica!’
Y pensar que esto haría tan feliz a Blanche. ¡Incluso Norma tenía una sonrisa maternal en su rostro! Entonces, en ese momento, alguien gritó desde el final del pasillo.
«¡Princesa Blanche! ¡Aún necesita que le tomen las medidas!» Fue la señorita Jeremie.
Blanche, sobresaltada, perdió inmediatamente la compostura y empezó a revolverse.
«U-um, tengo que irme.»
«Por supuesto, puedes irte.»
«¡Le veré de nuevo la próxima vez con la ropa…!» Blanche hizo una pulcra, aunque un poco nerviosa, reverencia y regresó a la habitación de invitados. Por la forma en que sus pies saltaban por el suelo, uno casi podía ver flores floreciendo debajo de ellos.
‘Oh que bonito. Ver a Blanche tan alegre me hace feliz. Qué linda, qué linda’ Incluso después de regresar a mi habitación, no pude evitar que mis labios se movieran hacia arriba.
Con curiosidad, Clara me miró mientras intentaba controlarme. «Lady Abigail, ¿debería llamar a un doctor? No se la ve muy bien.»
‘¿No me veo muy bien? ¿A qué te refieres? ¡Simplemente no podría estar más feliz! Como pensaba, esta cara realmente invita a muchos malentendidos.’
«Estoy bien. Quiero descansar un poco, así que vosotras dos podéis retiraros. No vuelvan hasta que yo os llame.»
«Si su Majestad.» Las criadas salieron rápidamente de la habitación.
Tan pronto como escuché el clic de la puerta detrás de ellas, salté directamente a mi cama. A esto le siguió inmediatamente la paliza que le di a mis almohadas a plena luz del día.
‘¡Ahh, Aaaah! ¡Blanche es tan linda! ¿Cómo puede ser tan hermosa? Quiero hacerle la ropa. ¡Quiero que use la ropa que le hice…!’
Quería convocar al diseñador y ponerlo a trabajar en la confección de algunos vestidos para mí de inmediato, pero había algunos problemas.
En primer lugar, todavía era demasiado pronto para regalarle algo por el estilo. No tenia idea del tipo de ropa que le gustaría. No solo quería hacer ropa bonita; Quería hacer ropa bonita que le gustara a Blanche. Al ver que no podía rechazar las sugerencias de la señorita Jeremie, si yo le diera un vestido ahora, lo usaría independientemente de sus sentimientos, y definitivamente usaría ese vestido arcoíris si se lo regalara. Es por eso que primero necesitaba mejorar mi relación con ella, hasta que honestamente pueda decirme que no.
Cerré mis manos formando puños y me armé de valor.
‘Algún día podré organizar un desfile de modas para Blanche. Hasta entonces, ¡necesito llegar a ser su mejor amiga!’
***
El sol de finales de primavera era bastante cálido. Sabelian estaba actualmente junto a un alféizar soleado y miró el edificio al otro lado del camino: era el pabellón oeste donde actualmente residía Abigail.
Abigail estaba sola en el pasillo y no parecía darse cuenta de que la estaban observando. No, desde el principio, ella misma estaba demasiado ocupada observando a alguien. Cuando giró la cabeza para seguir la mirada de la mujer, descubrió que Blanche estaba dando un paseo por el jardín.
La joven Princesa caminaba por el sendero del jardín, vestida con un vestido rosa. La chica estaba solo dando un paseo normal, pero Abigail ya la había estado observando durante casi 30 minutos seguidos.
Esta ni siquiera era la primera vez que había presenciado tal comportamiento: Abigail hacía esto cada vez que Blanche apareció alrededor de ella.
‘¿Esa mujer estaba tratando de espiar a Blanche? ¿Qué estaba planeando?’
Sabelian se mordió los labios inconscientemente. La última vez que se hablaron, Abigail le pidió que pasase un poco más de tiempo cuidando de Blanche. Casi sonaba como una persona totalmente diferente. Algunos creían que Abigail había cambiado, pero Sabelian no lo creyó ni por un momento.
Abigail realmente parecía odiar a Blanche. La mujer miraba fijamente a Blanche durante largos períodos de tiempo, luego pasaba varios minutos golpeando la pared o dando vueltas por el suelo mientras se perdía en sus pensamientos.
Sabelian se preguntó si era así como esa mujer liberaba sus sentimientos asesinos.
En ese momento, Abigail volvió la cara lo suficiente como para que Sabelian pudiera ver su expresión.
Era imposible no ver la sonrisa maligna y venenosa de la mujer. Quizás así era como un diablo del infierno se vería si sonriera. Los ojos de color gris azulado de Sabelian se tornaron fríos cuando vio esa cara. ‘Entonces esa mujer odiaba a Blanche después de todo.’
No podía entender lo que pasaba por la mente de Abigail. Abigail estaba celosa de la esposa anterior de Sabelian. Odiar a los muertos no parecía ser suficiente para esa mujer, así que, ella dirigió su odio hacia los vivos también. Incluso le gritó a Sabelian una vez, preguntándole si querría tener un niño con ella si Blanche ya no estuviera cerca.
‘No hay forma de que una mujer así cambie tan fácilmente.’
Mientras pensaba en todo eso, Blanche ya había terminado su paseo. Fue entonces cuando Abigail comenzó a moverse. Sabelian fijó su mirada en lo que estaba llevando; esa mujer parecía llevar una caja.
‘Es una caja lo suficientemente grande como para que cupiera una cabeza humana’ (J: uauuu chico que imaginación… un poco tétrico, no?)
Las cejas de Sabelian se movieron en el momento en que vio la caja. Instintivamente sintió el peligro.
Esa mujer estaba a punto de hacer algo. ¿Qué estaba tramando para tener una sonrisa tan malévola?
Abigail se movió en silencio, sin una criada a su lado. Mirando la dirección hacia la que se estaba dirigiendo la mujer, Sabelian se puso de pie.
***
‘Mm, supongo que ahora es la hora en la que Blanche suele regresar’. Estaba escondida detrás de una pared con una
caja en mi mano. Podía ver la habitación de Blanche desde aquí.
Durante toda esta semana, escuché los rumores sobre Blanche y observé a la niña por mí misma. También ejecuté simulaciones en mi mente de lo que podría gustarle todo el tiempo. Sus nuevos vestidos acababan de llegar recientemente, así que fue un pase. Ya le di un par de zapatos, así que fue otro pase.
Los accesorios estaban prohibidos a su edad y ella tampoco parecía disfrutarlos. Después de mucho pensar, se me ocurrió el regalo perfecto. ‘A Blanche también le debería gustar esto’
El problema ahora, sin embargo, era el momento. Estaba pensando en dárselo mientras estaba dando un paseo, pero no quería molestarla entonces.
‘Si actuara como si me la hubiera encontrado por coincidencia en este pasillo y le diera esta caja, entonces Blanche
estaría… ¿Hm? ¿No me haría eso parecer una arrastrada?’
Empecé a pensar desde la perspectiva de Blanche. Para Blanche, yo era algo así como un jefe molesto en el trabajo. ¿Cómo me sentiría si mi jefe apareciera de la nada durante mi día libre? Sentí un escalofrío correr por mi columna vertebral.
‘No, debería irme antes de que vuelva Blanche. Tal vez debería dejar el regalo en frente de su puerta…’
Quería ver su cara cuando abriera el regalo, pero en ese momento, pensé que retirarme era la mejor opción. Sentí una sensación de decepción cuando dejé la caja.
En ese momento, sentí que alguien caminaba detrás de mí.
‘Oh no, ¿Blanche ya había vuelto?’
Me giré para ver a Sabelian de pie allí.
‘Uf, no era Blanche. Pero, ¿qué está haciendo ese tipo aquí?’
No lo había visto desde el día en que acordamos usar habitaciones separadas. También comíamos nuestras comidas por separado, así que realmente no había ninguna razón para que nos encontráramos.
‘Aun así, al menos debería saludarlo’
Me levanté de donde estaba y le di una rápida reverencia.
«Espero que haya estado bien, Su Majestad.»
«¿Qué estás haciendo aquí, Abigail?» Solo recibí una fría pregunta en respuesta. Sabelian sonaba incluso más nervioso hoy que antes.
Me estremecí por una fracción de segundo, pero traté de ser un poco más directa al respecto. ‘¿Qué? ¿Qué quieres?
Solo estoy aquí para darle a Blanche una caja de regalo.’
«Iba a darle un regalo a la Princesa Blanche y estaba a punto de dejarlo aquí.»
«¿Un regalo?» Todavía parecía sospechar mucho de mí. Me miró casi como si fuera una terrorista con una bomba.
«Sí, un regalo»
«Dámelo» Sabelian me tendió la mano.
‘¿Dárselo a él? ¿Cuándo ya lo había envuelto todo bonito con una cinta rosa para Blanche? Pero no parecía como si lo dejase pasar si me negaba… Bueno, lo que sea. Siempre podría volver a rehacer la cinta.’
Oculté mi enfado y le entregué la caja. Sabelian rápidamente deshizo la cinta con sus manos.
‘¡Ahhh, mi precioso regalo para Blanche está…! ¿Por qué eres tú quien lo desenvuelve?’ Pronto, el hombre terminó de desenvolver, y el regalo se reveló.
«¿Esto es?»
«Como puede ver, es una muñeca»
Lo que había dentro era una adorable muñeca de conejo que se parecía a Blanche.
¡Ya que hablamos del tema, su ropa fue diseñada totalmente en base a la suya! Tenía el mismo diseño que el vestido rosa que a Blanche le había gustado ese día. Quería que las dos usaran una especie de atuendos a juego.
Blanche se vería realmente linda, abrazando a una muñeca con la misma ropa que ella.
Sabelian no dejaba de mirar fijamente a la muñeca. ‘¿Qué?, ¿crees que realmente escondí una bomba?’
«Por favor devu…» Tan pronto como dije esto, desenvainó su espada.
La espada larga se reveló con un escalofriante sonido metálico. ‘Santa m…, ¡¿qué diablos?!’
Di un paso atrás involuntario. ‘Oye, oye, ¿qué diablos estás haciendo ¿Qué pasa con la espada? ¡¿Fuiste tú realmente el que me mató antes…?!’
La muñeca aterrizó en el suelo mientras yo intentaba recuperar la compostura. Y la espada de Sabelian se hundió directamente en ella. Ya sabes, como que la apuñaló. Justo en el estómago.
Miré a Sabelian, completamente estupefacta. ‘¿Qué… sólo qué… qué acaba de pasar?’ Su espada partió la barriga del conejo en dos. El vestido que hice se cortó por la mitad, así como así. Algodón blanco se derramaba de su estómago.
Agarró la muñeca del suelo y empezó a sacar todo lo que había dentro. La muñeca se convirtió en un desastre en un instante. El suelo estaba cubierto de algodón y trozos de tela rosa empezaron a volar por todas partes, como pétalos de flores moribundos. Desgarró la muñeca lo mejor que pudo para comprobar su contenido, y después de lo que pareció una eternidad, tiró lo que quedaba de ella al suelo.
«Así que en realidad era solo una muñeca», murmuró Sabelian en voz baja. (J: si, cacho bruto… que sepas que tienes el odio de todo el fandom sobre ti ahora ¬¬)
Solo cuando lo escuché hablar volví a la realidad.
«¿Qué…»
Sabelian volvió la cabeza hacia mi lado cuando escuchó mi voz. Pareció sorprendido.
No pude evitar que mi ira comenzara a brotar.
«¿Qué acaba de hacer, Su Majestad?»
Se sintió mucho mas intenso que cualquier cosa que pudiera haber imaginado. Esa muñeca fue algo en lo que pasé horas trabajando para hacer el regalo. Simplemente lo rompió en unos segundos. Tuve que observar como el regalo de Blanche se convirtió en poco más que un montón de basura. Sin embargo, más que cualquier otra cosa, el rostro de Sabelian me enfureció. Simplemente pareció un poco sorprendido. Ni siquiera había una pizca de culpa en su rostro.
Seguro, sospechaba de mí porque Abigail había abusado de Blanche en el pasado. No pude hacer nada sobre su sospecha de que podría haber manipulado la muñeca. ¿Pero tuvo que recurrir a esto?
¿En serio?
Traté de contener las inminentes oleadas de lágrimas, pero no pude detenerme.
Fue entonces cuando noté un cambio en el rostro de Sabelian. No parecía arrepentido en absoluto, por supuesto. Más bien, él parecía que acababa de ver una criatura extraña. No quería ni mirarlo. Tan solo quería huir, pero había algo que tenía que hacer primero.
Me agaché y comencé a recoger todos los restos. Me sentí humillada. Era basura que debería ser desechada a ese punto, pero no pude verla quedar esparcida por todo el suelo de esa forma. ‘Hice esto para Blanche… lo hice para poder ver su rostro sonriente, y sin embargo…’
En ese momento, mientras mis dedos temblaban por una mezcla de vergüenza y rabia, escuché una voz venir de
detrás de mí.
“¿Lady Abigail…? ¿Padre?»
Era Blanche. Un vistazo por encima de mi hombro la reveló de pie en el pasillo con una sirvienta a su lado. Las lágrimas brotaron de mis ojos de nuevo al verla, ya que llevaba el mismo vestido rosa que la muñeca tenía puesto.
No quería llorar delante de Blanche, así que me enjugué las lágrimas a escondidas.
«¿Has estado bien, Blanche?»
“Sí, Lady Abigail. Pero um, ¿eso es…?» Blanche estaba mirando lo que quedaba de la muñeca en mis manos. A simple vista, apenas se podía decir que, en un momento dado, había sido un conejo. Ahora era una mera sombra de su antigua gloria.
«Esto es…» ¿Qué debo decir? Dudé por un momento antes de tratar de pasarlo tan casualmente como pudiera. “Quería regalarte una pequeña muñeca, pero me equivoqué un poco y el algodón parece haber acabado en todas partes.»
Fue una mentira obvia. Una especie de objeto afilado claramente había destruido la muñeca. No solo eso, Sabelian estaba justo detrás de mí, espada en mano. Hubiera sido la cosa más fácil del mundo decir, ‘¡el completo hijo de puta de tu padre aquí fue el que destruyó tu regalo!’ Pero suprimí esas palabras. No importa cómo me sintiera, no quería que ella viera a sus padres pelear, incluso si ella sabía que no había amor entre ellos.
La mirada de Blanche se desvió hacia Sabelian por un segundo antes de volver a centrarse en mis manos. Ella entonces envolvió sus pequeñas manos alrededor de las mías. «Tengo una criada que es muy buena cosiendo. La arreglará en poco tiempo», sonrió tratando de consolarme, antes de quitarme los restos de las manos con cuidado. Sus pequeñas manos no podían contenerlo todo, así que coloqué el resto en la caja a mi lado.
«Gracias, Lady Abigail. La atesoraré.»
Ah, sentí ganas de llorar de nuevo. Tuve que mirar hacia el techo para evitar que se filtrara algo. ¿Cómo un ángel así nació de una basura humana como él? La esposa anterior del hombre debe haber sido la encarnación femenina del propio Buda.
A pesar de querer pasar un poco más de tiempo con Blanche, era más imperativo escapar de Sabelian en este momento. Poniéndome de pie, bajé la cabeza en una aproximación de una inclinación de cabeza en su dirección estimada y rápidamente escapé, casi corriendo por el pasillo.
En el momento en que puse mi pie en la escalera, las lágrimas que había estado conteniendo simplemente se desbordaron. Maldita sea, no había planeado llorar. Pero, Blanche aceptó mi regalo hoy, ¿verdad?
Ella también tomó mis manos. También dijo ‘gracias’.
Muchas cosas maravillosas habían sucedido hoy, pero a pesar de saber eso, mis lágrimas no dejaban de fluir. Solo podía esconderme detrás de un pilar cercano y cubrirme la cara con las manos.
***
Miró el trozo de tela rosa del vestido de la muñeca que tenía en la mano, luego lo colocó sobre la mesa. Era solo un trozo de tela, no más grande que una uña, pero Sabelian no pudo quitarle los ojos de encima.
«¿Hay algo que le preocupe, Su Majestad?» Miró al dueño de la voz. Era nada menos que su ayudante, Millard. El hombre había aparecido de la nada a su lado antes de que él incluso se diera cuenta.
«No es nada.» Una mirada extraña cruzó el rostro de Millard cuando Sabelian dijo eso.
Si realmente no fuese nada, ¿por qué otra razón habría estado el Rey haciendo una mueca que se parecía a la de un filósofo absorto en sus pensamientos?, con un trozo de tela en la mano, nada menos.
Con una expresión tan distante como siempre, Sabelian habló de repente. «¿Cómo está la reina Abigail hoy en día? ¿Qué rumores hay sobre ella?»
Millard se encontró inesperadamente sorprendido por esto. Sabelian, ¿mostrando interés en esa Abigail?
El asistente respondió en voz baja, “según mis fuentes, parece que se ha detenido en su acoso a todas las sirvientas. También parece estar visitando a la Princesa Blanche con frecuencia.»
«¿Por qué razón?»
“No parece ser nada especial. Escuché que es principalmente para darle regalos a la Princesa.»
Regalos. Sabelian pensó en la muñeca que destrozó hoy. Con toda seguridad, debería haber tenido una aguja escondida dentro, como mínimo. Sin embargo, contrariamente a sus expectativas, no había encontrado nada en el interior.
‘¿Así que realmente fue solo un regalo?’
No, no había forma de que eso fuera posible.
Sin embargo, ahora que lo pensaba, el vestido que llevaba la muñeca se veía exactamente como el que tenía Blanche.
Sabelian jugueteó con el trozo que tenía en la mano. No se arrepintió de su decisión, ya que consideró sus acciones necesarias, dadas las circunstancias. Sin embargo, ver a Abigail llorar fue desconcertante.
En el año transcurrido desde su boda, habían ocurrido muchas cosas entre ellos dos. Él tuvo que presenciar frente a él la rabia de Abigail como una loca; la había visto suplicar delante suyo como una mendiga. Pero nunca había visto llorar a la mujer. Nunca antes la había visto realmente tan herida.
“He escuchado relatos similares. Me han dicho que parece una persona diferente.» Sabelian se volvió para mirar a Millard, su rostro todavía desprovisto de emoción. «Parece haber pasado página. ¿Qué opinas?»
«Creo que todo es un acto, si nos basamos en la personalidad de la Reina.» La respuesta de Millard contenía una inconfundible nota de hostilidad. «Probablemente esté tratando de hacerle bajar la guardia. Esa debe ser la razón por la que también se está acercando a la Princesa Blanche.»
Si bien Sabelian inicialmente había tenido una opinión similar, ya no estaba tan seguro. La mirada en el rostro de Abigail cuando lo rodeó en el pasillo todavía estaba demasiado fresca en su memoria. Esa expresión suya, ¿fue solo un acto?
Sabelian cayó en una profunda reflexión. En ese momento, un sirviente entró en la habitación.
«Su Majestad, hay dos personas que solicitan una audiencia con usted.»
Sabelian asintió con la cabeza en señal de afirmación. Poco después de eso, dos hombres de mediana edad entraron en la habitación. Uno de ellos era el Duque Stork, que sonreía alegremente a Sabelian.
“¿Ha estado bien, Su Majestad? Espero no imponer demasiada carga en su trabajo.»
«¿Qué quieres?» Era una voz extremadamente fría, que nadie hubiera esperado escuchar de un hombre que hablaba con su suegro.
Sin embargo, el Duque Stork no parecía preocupado en absoluto. El hombre simplemente mantuvo su rostro sonriente mientras respondió: “Me disculpo profundamente por molestarlo. Simplemente estoy ansioso por escuchar las palabras de Su Majestad en respuesta a mi pregunta sobre su nuevo matrimonio.»
El rostro de Sabelian se volvió aún más frío. El Duque Stork continuó hablando, sin notar el cambio en la expresión de Sabelian. “Su Majestad aún no ha tenido otro hijo, a pesar de haber estado casado con la Reina Abigail durante más de un año. ¿Por qué no piensa en conseguir una segunda esposa por un futuro próspero?»
«Como le he informado en el pasado, no tengo ningún interés en volver a casarme.»
“Mi otra hija, Karin, es una chica sobresaliente y delicada. Creo que Su Majestad definitivamente…»
«Suficiente.» Sabelian interrumpió al hombre sin piedad cuando estaba diciendo algo. Su expresión era aún más escalofriante de lo habitual. «No habrá una segunda advertencia.» Sus palabras cayeron como la hoja de una guillotina.
Stork sintió que se le enfriaba el cuello al pensarlo, porque sabía muy bien que el Rey no era de los que hacían amenazas vacías. El hombre no lo perdonaría solo por ser su suegro. Allí no había ningún beneficio en molestar más a ese hombre.
El Duque Stork cerró la boca y se obligó a sonreír. “Mis más profundas disculpas por mis presuntuosas palabras. Hablé simplemente por mi preocupación por Su Majestad. Entonces me despediré.»
El Duque Stork salió de la habitación con cara de amargura. El otro hombre que quedaba en la habitación se quedó ahí parado en silencio, sin decir una palabra. Con un tono cortante de voz, Sabelian se dirigió a él: «¿Tienes algo que decir también?»
“Su Majestad, el Duque Stork tiene razón. Si no es Karin, ¿no considerarás al menos otras casas? Debe cumplir con sus deberes como Rey.»
La expresión de Sabelian permaneció rígida, pero el hombre no retrocedió.
«Si no obtienes un Príncipe, eventualmente, el hijo de Sir Raven podría terminar convirtiéndose en el próximo Rey.»
Raven era el hijo ilegítimo del Rey anterior. Debido a esto, mientras que su reclamo al trono era débil, todavía no podía ser ignorado. El género importaba a la hora de la sucesión. Si Raven tuviera un hijo, y Sabelian no, el castillo se dividiría en dos facciones, entre el hijo de Raven y la hija de Sabelian.
«Le sugiero que se case con una mujer excelente del Reino o con la Realeza de otro país.»
«¿Estás sugiriendo que no lo sé ya?» El hombre cerró la boca. El Duque Stork podría haberse ido, pero el Rey todavía era muy sensible a este tema.
«Tengo mis manos bastante llenas con Abigail tal cual. No tengo ninguna intención de acoger a otra mujer en este momento.»
Sabelian dirigió su atención a su trabajo después de esa declaración, mostrando que la conversación había terminado, en lo que a él respectaba. El hombre se inclinó en respuesta.
«Entiendo. Me disculpo por molestarlo, Su Majestad»
«Retírese. Millard, te agradecería que te fueras un rato también.» Se fue en silencio al final.
Después de que la habitación se vació, Sabelian se masajeó la frente con molestia. Cuando hizo esto, se dio cuenta de que el trozo rosa de antes todavía estaba en su mano. Verlo le recordó a Sabelian algo que Abigail dijo una vez de pasada. ‘No tiene que preocuparse, no se trata de cumplir sus deberes como marido. Más bien, me gustaría que cumpliera con sus deberes como padre, como mínimo.’
‘Deberes. Deberes.’ La misma palabra que sus súbditos le lanzaron descuidadamente antes; la queja sin sentido de
cumplir con sus deberes como Rey. Esos deberes y los deberes de esposo que Abigail mencionó eran los
mismos. Eran simplemente demandas para que tuviera más hijos. ‘Cumple con tus deberes como Rey.’
Había escuchado esta cantinela innumerables veces durante toda su vida. Nunca nadie le había dicho que estaba bien ignorar sus deberes.
Actuando como padre. Nunca se había considerado falto en ese departamento, pero después de lo que sucedió hoy, ya no estaba tan seguro. Podía recordar el rostro de Blanche cuando miró la muñeca destruida, una muñeca que valía sólo una moneda de cobre. A ella no le habría importado que se destruyera tal cosa antes, entonces, ¿qué fue tan diferente esta vez?
A Sabelian le dolía la cabeza. No queriendo reflexionar más sobre el tema, recogió sus papeles.
Enterrarse en el trabajo seguramente haría que este extraño sentimiento desapareciera. Saltándose las comidas, él
trabajó sin descanso hasta la puesta del sol y hasta que cayó la noche. Resolvió los crujidos en su cuello mientras salía de su oficina, con el cuerpo adolorido por haber estado sentado tanto tiempo.
Era bastante agradable que él y la Reina tuvieran ahora habitaciones separadas. Él no habría sabido qué decir si viera a Abigail ahora. Cuando entró en su habitación, los sirvientes lo ayudaron a cambiarse. Todos ellos tenían expresiones bastante rígidas.
«N-nos despediremos ahora, Su Majestad. Por favor descanse bien.»
Un poco perplejo por su comportamiento, Sabelian entró en su dormitorio. Al hacerlo, sintió como todo su cuerpo se congelaba en su lugar. Los extraños sucesos de hoy estaban lejos de terminar.
«Bienvenido, Su Majestad»
El aroma de las rosas impregnaba el aire mientras la tenue luz de las velas iluminaba su dormitorio.
En el centro de este escenario en medio de esta penumbra con aroma a rosas no estaba otra que la propia Abigail.
Vestida con un camisón casi transparente, la mujer descansaba seductoramente en su cama.
Sus labios se curvaron en una sonrisa taimada, como si hubiera estado esperando a que él apareciera.
Anterior | Novelas | Menú |
Esta web usa cookies.
Ver comentarios
Omaiga que pasa? Jajaja para mi esta alucinando 🤣
juajuajuajua habrá suculento¿¿?? bueno nop, sino estaría en el dark side... ;P