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Capítulo 175 DDSLE

27 enero, 2021

La sangre que fluye en ti(3)

 «Bien… seguramente salvaré a este niño.» Fabián le dio la espalda al montón de rocas donde podía escuchar el llanto desconsolado de su amada.

 Había algo más urgente que consolar a Evelyn en este momento. Mientras el rostro de Adrián, que estaba acostado boca abajo, se veía más azul que antes.

 Sin demora, Fabián sacó el frasco de medicina de su pecho. Era un artículo que no podría usar hasta que escuchó la respuesta de ella.

 «Adrian… debes tomar mi antídoto.» Mientras sostenía al niño, Fabián abrió los labios y derramó la medicina. Pero Adrián tosió y lo escupió.

 Fabián usó otro método. Se metió el antídoto en la boca y se lo dio a Adrián.

 Solo entonces el niño logró tragarlo. Fabián repitió lo mismo varias veces y la medicina del frasco se acabó rápidamente. Este era todo el tratamiento que podía hacer por ahora.

 «Hay una fuerte sangre fluyendo dentro de ti también. Es la misma sangre de alguien que dijiste que era muy fuerte». Dijo Fabián suavemente mientras cargaba al niño en sus brazos. «Así que estoy seguro… de que puedes conseguir pasar a través de esto.» (kyaa! Que bellos)

 La vida en sus brazos parecía demasiado ligera y pequeña. Fabián no recordaba haber abrazado algo tan frágil como esto en su vida.

 Nunca en su vida había estado tan desesperado como ahora. Cómo se sintió cuando ella se fue de su lado era completamente diferente de cómo se sintió cuando vio a su hijo sin aliento.

 «Eres un niño valiente».

 Este niño susurró ‘gracias’ por ser abrazado por Fabián a pesar de que acababa de tener una experiencia aterradora y todo su cuerpo estaba cubierto de cicatrices. Entonces, no podía perder su vida por los demonios en un lugar como este.

 Si eso sucediera, probablemente Fabián no sería capaz de perdonarse a sí mismo.

 «Entonces, Adrián… tienes que ayudarme». Fabián se tocó la frente mientras sostenía a Adrián. El deseo de enfriar esta fiebre caliente fue como una serie de oraciones. «Tienes que ayudarme para que pueda cumplir mi promesa con tu mamá».

 Afortunadamente, solo una pequeña cantidad de sangre salió de su herida. Sin embargo, Fabián no se sintió aliviado porque Adrián había derramado mucha sangre. El antídoto estaba funcionando, pero su fiebre todavía no se redujo por completo.

 Lo que quedaba ahora era la lucha entre la resistencia de Adrián y el tiempo de escapar de este lugar.

 «Adrián». Fabián nunca creyó en Dios. Pero por esta vez, quiso rezar a ese ser absoluto.

 «Por favor… nos acabamos de conocer…» (Waa… lloro a mares!)

 Una vez que escuchó la respuesta de ella, todo quedó claro. Adrián era su hijo con Evelyn, a quien él amaba tanto.

 «Todavía tengo tantas cosas que quiero hacer por ti». Fabián no pudo decir en un segundo que lo sabía todo sobre el amor paternal. Pero su instinto de proteger el pequeño calor que dormía en sus brazos recorría todo su cuerpo. Se sentía impotente, como Evelyn, que ahora lloraba. 

 «Nada, no he hecho nada por ti». Fue la primera vez que Fabián lo abrazó con tanta fuerza. Y no quería que esto fuera el último recuerdo suyo.

 «Vamos, puedes hacerlo.»

 Los ojos de Adrián se estremecieron. Fabián miró de cerca su rostro y su corazón latió con fuerza en ese momento.

 «Ugh….»

 Una voz cansada sonó a través de sus pequeños labios.

 «¿Adrián?»

 «Ughhh…»

Lentamente abrió uno de sus ojos. Mientras trataba de frotarse los ojos con sus pequeñas manos, Adrián no podía mover su cuerpo como quería. Y pronto sus lágrimas volvieron a salir.

 «Adrián, ¿puedes verme?»

 «Uhumm…»

 Si el antídoto funcionó bien, Adrián ya debería haberse despertado. Porque cuanto más perdiera el conocimiento, más difícil le resultaría recuperarse del veneno.

 Fabián se vio obligado a pellizcar la mejilla del niño. Entonces, sus dos ojos pequeños y redondos se abrieron de par en par.

 «Jimoo…»

 Fabián estaba tan feliz que sintió su garganta apretada. (que hermoso…)

 «Jimoo, me pellizcaste…» Los ojos de Adrián de repente se llenaron de lágrimas.

 Pronto, estallaron los gritos más tristes del mundo. Sólo entonces Fabián se sintió aliviado, liberado de su miedo. Afortunadamente, el grito de Adrián fue fuerte. Incluso Evelyn, que estaba detrás del montón de piedras, podía oírlo con claridad.

 «¡Jimoo… Jimoo me ha hecho molestar!»

 Cuando estalló su fuerte grito, todos los que estaban desesperados en la cueva finalmente pudieron dejar escapar un largo suspiro.

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Siiii!! David no pudo lograr su cometido, en vez de eso, los unió más, eres grande Fabi!!

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