No estés nerviosa, hazte más fuerte(3)
‘Lo que no asocié de inmediato fue el maquillaje oscuro y el atuendo llamativo que es diferente al de ahora, pero sería deshonesto decir que me abstuve concientemente de intentar conocer su nombre en primer lugar.
Doo-joon no sabía su nombre.
Una mujer, que Doo-joon escogió al azar que dejó atrás solo dos billetes de 50 mil wones. Dos billetes que pueden gustarle a algunos y hacer enojar a otros.
‘Por primera vez en mi vida, lo que sucedió esa noche fue una experiencia para mí, pero estuvo bien. No, honestamente, fue una noche increíble.’
‘Esa mañana, me levante con ojos confundidos, pero lleno con la plenitud de la noche en todo mi cuerpo.’
‘Hasta que encontré esos dos billetes…’
Al principio, solo salieron risas. Honestamente a él, Kang Doo-joon de todos los hombres del mundo… Y después de un tiempo, la ira estalló como fuego.
‘Cada vez que la tomaba ella se estremecía con gestos torpes entre mis brazos, pero para esa mujer todo lo que pasamos…’
Empezó a crecer un sentimiento autodestructivo en su corazón de que solo valía 100.000 wones.
‘Al principio, invertí de mi tiempo y esfuerzo para movilizar encontrarla porque tenía curiosidad por saber si el único propósito de ella era despertar un gran deseo en mi de liberar mi ira por lo que me hizo, pero no pude encontrarla en ningún lugar para que me demostrara si fueron falsas todas las emociones extraordinarias que vivimos después de nuestro viaje de una noche…’
Por primera vez en su vida, cayó en la tentación de una mujer que no podía convertirse en su tentación verdadera, y estaba borracho de intentar conseguir lo que no había pensado nunca que necesitaba. Al final, ella se estaba escondiendo frente a su nariz descaramente.
¿Quién hubiera sabido que la encontraría en un lugar tan inesperado, en una clínica de obstetricia y ginecología, con un rostro sencillo sin ningún maquillaje extravagante, y con un vestido anticuado de maestra.?
Mirando al muchacho, le pasaban muchas suposiciones por la cabeza, en primer lugar parecía que el joven muchacho no era su marido, y aún continuaba la pregunta de por qué decidió acudir en grupo al departamento de obstetricia y ginecología junto a sus grandes amigos. A través de la situación actual Doo-joon actuó como si necesitara únicamente satisfacer la curiosidad de su sobrina Se-hyun, un zorro cazando a otro zorro*. Pero esa idea no le gustó mucho tampoco. (*refiriendose a que ambos son escurridizos y sus intenciones pueden parecer deshonestas)
Hee-won también se enfrentaba a una situación que no le gustaba.
Las gafas de montura plateada se iluminaron y la doctora que parecía ser muy fría estaba escribiendo pesadamente en el teclado sin siquiera mirar a Hee-won.
Ella tuvo el presentimiento de que aquella doctora estaba escribiendo en realidad insultos contra ella en su historial, tal vez por mirar sus delgados labios cerrados y apretados en una línea fría y recta.
«Has pasado la quinta semana de embarazo».
Hablaba tan seca como parecía. Para algunos, este era un gran evento que podría ser un punto de inflexión en la vida, pero a otros les pareció un simple chequeo de rutina.
‘Me siento como si conociera a un maestro que bosteza lentamente para decirme: ‘No puedes ir a la universidad aunque quieras’.
«¿Su marido vino con usted?»
Hee-won se quedó sin habla cuando le llegó una pregunta inesperada. La doctora, que se dio cuenta rápidamente, pareció haber notado la vergüenza que, sin saberlo, mostró Hee-won. Una tos vaga salió de la boca de la doctora.
Puede que su situación no fuera la mejor, pero los ojos de una doctora que la miraba a través de sus gafas de montura plateada parecían estar llenos de burla. Resultó injusta para nada.
‘Al menos, ¿no podría haber sido posible mostrar consideración por la persona que está atravesando un tifón frente a ella y mirarla con una mirada más amistosa que no sea tan dura?’
“¿Sabías que el aborto es ilegal? Nuestro hospital no realiza procedimientos de aborto, por lo que si está pensando en ello, sería mejor consultar con otro hospital. ¿Tiene alguna otra pregunta?»
El rostro de Hee-won se contrajo ante las palabras que la doctora que soltó sin ninguna consideración.
«Usted, ¿Estás casada?»
«¿Sí?, sí.» La médico miró a Hee-won, quien no sabia que de a partir de esa pregunta ya había empezado a surgir su ira, como si fuera una perra loca enfurecida.
«¿Tuviste un bebé?»
«Sí. ¿Por q…».
«¿La felicitaron cuando se enteró de la noticia de su embarazo?»
«Oye, paciente, ¿Qué estás diciendo? ¿Buscas que te felicite al respecto?»
«No. No estoy diciendo que lo haga. No estoy orgullosa de estar soltera y embarazada, pero esas dos líneas, no, ¡Todo acaba de empezar! No creo que esa sea una razón por la que una nueva vida no se celebre».
La doctora se subió las gafas con expresión irónica, pero Hee-won continuó hablando sin preocupación.
“Me pregunto si cualquier otro obstetra o ginecólogo que ayuda al nacimiento de una nueva vida, incluso si es una vida que no bienvenida ni siquiera por las madres, podría haber dicho una palabra de felicitación antes de decir el aborto”.
«No, mire, Hee-won Jang…»
Hee-won se levantó del asiento como si ya hubiese dado la conversación por terminada.
«No tengo nada que agradecerle, por lo que no sé si pueda solicitar una consulta para venir al chequeo de control ya que soy alguien muy ocupada».
Hee-won, se dio la vuelta y abrió la puerta del consultorio médico, rápidamente la cerró tras de ella y se paralizó sosteniendo la impresión como si estuviera soportando las lagrimas.
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