Un sentimiento de soledad(1)
Hubo una cosa que Fabián ciertamente aprendió durante este corto tiempo. Fue el hecho de que sabía poco sobre Evelyn. Hizo falta un divorcio, perder su figura y tiempo para darse cuenta de todo eso.
«Deja en paz a Serus. He emitido una orden para que escolte a la Duquesa de vuelta a su propia residencia mañana.»
«Sí».
Fabián estaba acompañado por uno de los Caballeros del Halcón Negro que había reemplazado temporalmente a Serus. Nunca se le dejó solo en el Palacio Imperial. Aunque parecía estar solo, en realidad, siempre era custodiado por personas que se escondían en las sombras. Y él, acostumbrado a ese entorno desde una edad temprana, a veces daba todo por sentado.
«Su Majestad, ¿a dónde va? Esta es una dirección diferente a la nuestra.» Obviamente este caballero sustituto lo conocía menos que Serus.
«Voy al Palacio de la Emperatriz. Vigila la puerta y no dejes entrar a nadie».
«Sí».
El Palacio de la Emperatriz era un hermoso edificio de mármol blanco. El techo dorado brillaba hermosamente cada vez que el sol salía como si quisiera bendecir a la Emperatriz. El jardín estaba lleno de agradables aromas y el agua clara brotaba sin parar de la fuente.
«Lo saludo, Su Majestad.»
Los oficiales de la Corte que mantenían el Palacio de la Emperatriz doblaron sus rodillas en el suelo en cuanto él apareció. Y nadie se atrevió a resistirse cuando Fabián les ordenó que salieran todos.
«El propietario sólo estuvo dos años aquí, así que este lugar debe ser solitario.»
Las palabras poco amables de Fabián para sí mismo sonaron en el salón de la Emperatriz, donde no había nadie, solo él. Era un edificio nuevo, diseñado por Fabián usando los mejores materiales después de que se decidiera su matrimonio con Evelyn.
Pero poco después, la propietaria abandonó el lugar. Y todo lo que Fabián pudo hacer en ese momento fue mantener el aspecto de este Palacio sin cambios desde ese día.
«Todo sigue siendo el mismo…, pero es como un espacio completamente diferente.»
Lo único que había cambiado era que una de los dueños de este lugar había desaparecido. El resto permaneció intacto, incluso todos los sirvientes eran los mismos, aunque sus rostros eran sombríos.
Entonces, Fabián caminó por el pasillo y entró en los aposentos de la Emperatriz. Era la primera vez desde el día en que encontró el anillo.
«¿También odiabas esto?»
Había muchos preciosos y hermosos tesoros en los aposentos de ella. El día que se marchó, puso la alfombra más gruesa en el suelo y dejó todos los regalos que había recibido de Fabián. Lo último fue su anillo de bodas.
«Parecía que querías anular el hecho de que estabas casada.»
Él no era estúpido. Era imposible que ella no supiera el significado de sus actos.
«En ese momento, no quería aceptarlo».
Fabian no quería creer que el sagrado juramento del matrimonio se había roto en vano. Después de aceptarlo, no podía admitir fácilmente que el corto matrimonio entre los dos se desvanecería como cenizas.
«¿Me equivoqué?» Era la única palabra que podía escupir cuando estaba solo.
«En ese momento, ¿tenía que negarme? ¿Preguntar por qué, y persuadirte?»
Pero no pudo hacerlo, porque Fabián vio una fuerte determinación en los ojos de ella ese día como si se estuviera viendo a sí mismo. Sus ojos trataron de cumplir el sueño de ella sin pensar en su vida. Así que no tuvo otra opción que dejarla ir. Para entonces estaba seguro de que, aunque Evelyn se hubiera ido, volvería a él. Y tal vez ella también se arrepentiría de su partida.
«Todas las palabras del mundo están equivocadas». La voz de Fabián estaba tan cansada. Aunque nunca se quejó de su trabajo, la fatiga que sentía en ese momento había debilitado su cuerpo más que cualquier guerra política o demoníaca.
«Evelyn…».
Su voz baja sonaba cuando decía ese nombre. Ya no había una mujer que volteara a mirarlo y le respondiera con un rostro encantador. Fabián se frustró y se hirió a sí mismo para negarlo, aunque lo sabía muy bien.
Luego se acostó en una silla larga donde Evelyn solía dormir la siesta. Hubo un momento en el que suspiró profundamente mientras miraba los velos que había encima.
«Eve…»
Extendió su mano en el aire. Todo lo que quería era tomar esa mano que nunca deseó perder. La dulzura del olor corporal y el perfume de Evelyn, que había permanecido débil al principio, era ahora irreconocible por mucho que se concentrara en él. Y sólo la suave vela perfumada que Evelyn siempre encendía tenía la misma fragancia que antes.
«¿Fueron sólo dos años?»
Los preceptos Imperiales también eran estrictos incluso en las bodas. Le tomó más de un año proponerle matrimonio, celebrar una ceremonia de compromiso y hacer que Evelyn tomara las clases de etiqueta y de novia. Y tomó casi una temporada para que se celebrara la gran ceremonia de boda, y cuando finalmente se convirtieron en pareja, los dos estaban muy cansados de todo y de todos.
«Dejaste todo esto en sólo dos años y te fuiste, ¿realmente fui el peor marido?»
Sin embargo, no todos los momentos fueron malos. Fabián aún recordaba su cara sonrojada el día que pasaron su primera noche juntos. Su dulce voz, su largo cabello rubio que brillaba y danzaba con el viento, y su cálida temperatura corporal tocando sus hombros con sus pequeñas manos blancas, aún lo recordaba vivamente.
—- — —- — —- —- —
;_; Fabi, mi Fabi, me duele, me lastima verte así, mi bebé, donde estará esa méndiga de Eve para darle de sus pataditas por tenerte todo depre! o_o ok, no, pero me da cosita que sufra tanto, compréndanme y no me pregunten de que lado estoy! Ya ni yo lo sé Dx Entre otras noticias… Mi regalo de navidad para ustedes será…. Acabar para siempre con la cuarentena!! Nah, es un chiste, un muy mal chiste, será aún mejor! Se viene un SUPER PACK!! Aún ando sin PC pero es mi manera de agradecerles por elegir esta novela como la mejor de la semana *3* son lo máximo!! Pd: siempre les leo, pero no me alcanza el tiempo para responderles ;_;
Anterior | Novelas | Menú | Siguiente |