El anillo de la promesa(2)
«Pero mi madre podría saber mejor cómo es una mujer.»
«No, no estoy realmente interesado.» Pero continuó con algo que estaba en su mente. «Habló como si la hubiera alejado hasta permitir que la trataran así. ¿Pero a qué marido le gusta que traten así a su mujer? Qué mujer tan estúpida.»
Fue muy incómodo verlo enfadarse solo, cuando Serus ni siquiera preguntó por ello.
«Si no tienes nada más que decir, volveré». Serus dijo en voz baja y desapareció.
«Estúpido…» Su rabia, que acababa de amainar, parecía intentar reaparecer. «Sí, nunca me necesitaste.»
Del mismo modo era cierto incluso ahora. Evelyn nunca le pidió ayuda ni se apoyó en él.
«Yo no era nada». Murmuró con tristeza.
Luego saco la nota de su mano y la tiró a la chimenea. Lo primero que escribió sobre Evelyn Felice se quemó y se convirtió en cenizas.
«No vale la pena pensar más en ello».
Pronto acercó su mano a un collar colgante. El colgante, un tesoro heredado de la Familia Imperial, podía guardar un pequeño retrato en su interior y tenía un espacio oculto para guardar pequeños objetos.
En el pasado, los ancestros de la Familia Imperial siempre ponían veneno en él para determinar su propio destino cuando eran capturados por el enemigo.
«Ahora…»
Lo que Fabián puso allí fue un anillo de bodas. Era el mismo anillo que Evelyn dejó antes como Emperatriz, sin ningún tipo de arrepentimiento.
«Una cosa como esta…»
Fabián sostuvo el anillo en la palma de su mano y levantó el puño como si lo estuviera lanzando a la chimenea. Era algo que ella había dejado atrás. Entonces, ¿cuál era el problema si ahora él lo tiraba?
No, debería haberlo tirado antes.
«Joder…»
El puño que sostenía el anillo se cayó indefenso. Su alianza de boda aún estaba en el dedo anular de su mano izquierda. Evelyn creía que el llevaba el anillo sin ningún pensamiento o significado en particular, pero para el corazón de Fabián era un poco diferente.
«¿Cómo puedes ser tan fría?»
Compartir un anillo era un vínculo para Fabián, y un juramento y una ceremonia. Eso significaba que dependían el uno del otro para siempre. Por eso nunca se sacó el anillo que Evelyn le colocó en la ceremonia de boda. Porque creía que un anillo de boda debía ser así.
[‘Existe magia en el anillo de boda. Cuando se pellizcan cerca del anillo del dedo del otro, la magia los une».]
Y fue Evelyn, quien lo susurró con sus mejillas sonrojadas.
[‘Así que, nunca te quites este anillo’]
[‘No importa cuán enojado estés conmigo, o incluso si me odias y no quieres verme…’]
Él no creía en las supersticiones. Lo que quería proteger era la petición de ella, no la magia del anillo.
[‘Mientras no nos quitemos este anillo, nuestra relación no terminará. Porque el Dios del Matrimonio nos protegerá.’]
Fabián estaba harto y cansado, pero la mano izquierda que sostenía el anillo le daba fuerzas.
«Eso es lo que me dijiste…»
No pudo lanzar el anillo al final. La magia que Evelyn le había susurrado se le pegó como una maldición ahora. Quitarse un anillo de boda significaba anular el contrato de matrimonio que se había hecho en esta vida. El divorcio era una cosa rara. Y Fabián también creía que sólo tendría un matrimonio en su vida. (vamos Fabi, recuperala hombre!)
«Por qué».
Fabian aún no sabía ‘por qué’.
No hubo ni siquiera una pequeña disputa entre ellos. Pero un día, de repente se despidió y desapareció.
No podía entender, como ella había olvidado fácilmente su promesa pasada de que sólo la persona que le pusiera el anillo de boda podría romperla.
«Fue tan fácil». Su voz resonó amargamente. Poco a poco, la palabra «divorcio», que apenas había olvidado, empezó a salir a la luz.
Todo antes de la Emperatriz seguía igual. Esto se debió a que después de que se marchara, ella le dijo que no cambiara nada. En ese momento, él se sintió más relajado y rápidamente rechazó la verdad que aceptar la separación tal y como era.
«¿Por qué, es tan fácil sólo para ti?»
Pero en el momento en que vio la vida en sus mejillas y en su sonrisa cuando la volvió a ver, el corazón se le rompió. Su corazón, que se había prometido a sí mismo que nunca miraría atrás, y que no sería sacudido, se derrumbó.
«¿Por qué, no es fácil para mí…?»
Evelyn parecía feliz, brillante. Ella estaba viviendo el presente sin él. Fabián, que negaba la ruptura y seguía atrapado en el pasado, titilando a medias de forma lamentable.
«Ya has abandonado todo».
Sabía en su cabeza que el divorcio Imperial no era sencillo. Y sabía muy bien que Evelyn, que le había dejado tan fríamente, no tenía intención de volver.
«Pero… no puedo, ni siquiera puedo tirarlo.»
Falló en tirar el anillo y volvió a guardarlo en el colgante. No había forma de que pudiera tirar el anillo de Evelyn al fuego sin quitarse su propio anillo del dedo.
«Esto es una mierda…» Se habló a sí mismo en voz baja.
El recuerdo de ella, marchándose sin decirle por qué, era demasiado amargo.
También le dolía Evelyn, que parecía más feliz que nunca.
Pero lo más cruel era su débil corazón, que no podía aceptar el final de todo.
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Waaaa! Fabiiii! Tienes tantas cosas hermosas para ella pero te las guardas solo para ti :'( en vez de mostrárselas a ella (aunque sinceramente Eve no lo deja hablar antes de huir siempre xS) solo sé que aunque ella sufrió mucho, en esta línea de tiempo el no ha hecho todas esas cosas malas, así que es natural que no entienda el ‘por qué’ y aunque ella pasó muchos años amándolo y sufriendo, para Fabi apenas empezaban su vida de Esposos… Ay, ya no sé, me duele el cerebro 🥺
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