No se atrevió a moverse (6)
Ante su interrogatorio, Lin Zhan explicó: «No te lo dije porque nunca me consideré un miembro de la familia Lu. Te dije antes que mi madre es mi única pariente. Ahora que mi madre falleció. No tengo a nadie más excepto a ti».
«¡Solo pones excusas! ¡Si realmente me amas, me lo dirías todo incondicionalmente!»
Lin Zhan guardó silencio.
Era cierto que no debería haber ocultado este secreto a Ye Qing.
Ella acababa de terminar de ducharse, por lo que el espacio estrecho y poco iluminado se llenó con el aroma de su jabón y champú. El aroma mixto era dulce, se notaba lo costoso del producto. Todo lo contrario de su anterior aroma fresco y puro.
Él comenzaba a darse cuenta de que la mujer que estaba frente suyo había dejado de pertenecerle el día que se marchó de su lado.
¡Pero no estaba dispuesto a rendirse todavía!
«Qing-qing, no es demasiado tarde para nosotros. Ven conmigo».
«¿Irme contigo? ¿Cómo puedo irme contigo? ¡Soy la esposa de Lu Beichuan!»
«¡No seas estúpida!» Lin Zhan se sintió resentido por verla ignorar deliberadamente la verdad. «Si incluso yo puedo verlo, ¿cómo es que no puedes verlo tú también? Él no tiene los más mínimos sentimientos por ti. ¿Quieres pasar el resto de tu vida en un matrimonio sin amor? ¿Has olvidado lo que me dijiste entonces? ¡Dijiste que aunque no tengo nada, estabas dispuesta a seguirme!»
Cuando ella era más joven y sin experiencia, alguien le preguntó una vez si prefería sentarse en la parte trasera de una bicicleta y reír, o sentarse dentro de un BMW y llorar.
En ese momento, Ye Qing tenía un BMW, por lo que respondió muy animada: «Elijo lo primero».
Sin embargo, después de pasar toda una vida luchando para ganar dinero para satisfacer medianamente sus necesidades diarias de la vida, para luego ver la vida feliz y afortunada de Ye Zhen, se arrepintió mucho de su elección.
En ese momento, después de verla en aquel auto, creía ciegamente que si no hubiera entregado libremente la identidad de la Sra. Lu, ¡ella sería la que estaría sentada en el Bentley!
¡La vida que vivía Ye Zhen también le pertenecía a ella!
Ye Qing negó con la cabeza. En un tono tranquilo, dijo: «No, no fui yo quien dijo eso».
Lin Zhan también estaba en negación. «Deja de mentirte a ti misma. Qing-qing, vente conmigo. Te prometo que haré todo lo posible para darte una buena vida».
En el baño con poca luz, Ye Qing miró a Lin Zhan a los ojos.
Ahora podía ver que la juventud de Lin Zhan le dio una confianza en sí mismo injustificada. En ese entonces, ella no había entendido cómo funcionaba la sociedad y lo difícil que era ganarse la vida. Se topó con su guapo yo en una cancha de baloncesto. Le fue muy bien en la escuela y había sido la persona más popular del colegio. Fue difícil para ella olvidar su romance de juventud.
Sin embargo, después de toda una vida de experiencia en su vida pasada, el breve período de su juventud había perdido su importancia para ella hace mucho tiempo. Durante el largo período de su agitada vida, ¿quién tuvo el tiempo y la energía para pensar con cariño en el amor?
“Lin Zhan, realmente no fui yo quien dijo esas palabras. Fue Ye Zhen».
Lin Zhan frunció el ceño. «¿Qué quieres decir?»
«Ya llegado a este punto. Hablaré con franqueza». Ye Qing dijo con calma: «En ese entonces, yo no era quién te escribía más de 20 cartas de amor, ni quién te acompañaba en tu trabajo en el restaurante. Cuando te desmayaste y te enviaron al hospital, yo no estaba contigo. La persona que cuidó incansablemente de tu madre enferma tampoco fui yo. No soy el tipo de persona que escribe cartas de amor llorosas. No estaría dispuesta a ensuciarme haciendo trabajo manual en un restaurante. Eres demasiado alto. No me destrozaría la espalda en intentar llevarte a un hospital. Si tuviera que cuidar de tu madre en ese entonces, simplemente habría contratado cuidadores para ella. Ye Zhen es la que estuvo dispuesta a hacer todo ese tipo de cosas. Fue ella quien las hizo en ese entonces, no yo.
Lin Zhan contuvo la respiración. Era como si su conciencia estuviera demasiado conmocionada para reaccionar. «¿Qué… Qué estás diciendo?»
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Wow! Golpe bajo señores, Ye Quing mintió sobre todo desde el principio pero recrimina que él no le dijo únicamente quien era su padre. En fin, la hipocresía.
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