Aviso de que es un capítulo algo sangriento, nada del otro mundo, pero que no vaya a ser que haya alguien muy sensible.
«¡Argh!»
El Príncipe Heredero, que cruzó el Palacio del Emperador con sus largas piernas, atacó al que estaba más cerca de él sin dudarlo. Me quedé mirando fijamente a esta Callisto, incapaz de enojarme por el beso sorpresa. (Miri: Pillina, si ya sabemos que lo amas… Solo que eres demasiado Tsundere.)
«¡Al intruso!»
«¡Def… Defendernos!»
El Delman, que reconoció tardíamente su apariencia, sacó apresuradamente la espada, sin embargo, antes de que pudiera unirse a la acción, de los cuatro miembros de Delman únicamente quedan dos.
«¡A por el Príncipe Heredero!»
«¡Atacar, atacar!»
Las sombras del segundo Príncipe, la Reina y el Marqués de Ellen se unieron al encuentro, pero antes de que la gente se diera cuenta, el Príncipe Heredero rápidamente se ocupó del resto de los soldados.
«¡Uf!»
Con su espada en alto y moviéndola con una elegancia inhumana cortó, al mismo tiempo, a dos personas en los muslos, cayendo sobre ellos como un relámpago. Mientras se movía, se escapó por poco de dos espadas que se balancearon hacia él, se enderezó y ensartó la espada en la parte superior del cuerpo del enemigo.
Mi Varita de Espejo, que ese hombre sostenía, cayó al suelo e hizo un ruido sordo cuando Callisto clavó su espada en su cuello. Y, para vista de todos, empezó a salir sangre a chorro, como si de una fuente se tratara, logrando que los aristócratas se estremecieran.
«¡Uh, aargh! ¡Maten al Príncipe Heredero! (Miri: Señores, me da que no.)
En ese momento, tres miembros de la aristocracia del segundo Príncipe, sacaron sus espadas y corrieron hacía él.
«Te mataré por mi cuenta incluso si me quedo quieto, por qué estás perdiendo tu fuerza.»
«Tsk.»
Callisto chasqueó la lengua como si estuviera molesto y corrió contra los nobles que iban hacia él, eliminándolos en el proceso. Pasó poco tiempo cuando algunos guardias reaccionaron y se llevaron a la Reina y al Marqués Ellen a una esquina, para protegerlos.
«¿Cómo está usted, Marqués Ellen?» (Miri: ¿¿En serio señora?? ¿¿En serio??)
Pero antes de poder iniciar esta conversación, una voz les interrumpió.
«Cuánto tiempo sin verte, madre.»
El Príncipe Heredero, que se acercó tranquilamente mientras mataba a otro hombre, hizo un saludo exagerado.
«¡Príncipe Heredero! ¿Qué estás haciendo en el Palacio del Emperador actuando de esta manera?»
La Reina gritó cuando su vestido se manchó de la sangre que Callisto hizo salpicar al mover su espada de forma elegante.
«¡Madre!»
«¡Emp… Emperatriz! ¡Quédese atrás!»
El segundo Príncipe y el Marqués de Ellen se apartaron, temblando y con el rostro borroso. Callisto ladeó la cabeza.
«Entonces, ¿qué están haciendo aquí mi único hermano y mi madre?»
«¡Príncipe Heredero!»
«Oh, ¿nuestro Emperador Celestial se cortó él solo el cuello?»
«Bueno, eso es…»
Solo entonces la Reina cerró la boca mientras su rostro se ponía pálido. Acababan de asesinar al Emperador, actual gobernante del Imperio, y el Príncipe Heredero los atrapó por completo.
«Yo, Su alteza, por favor, cálmese y escúcheme primero. Si Su alteza lo escucha, puede cambiar de opinión…»
El Marqués Ellen lo intento disuadir con el rostro servil, pero al escuchar sus palabras, Callisto, acariciando su frente dijo:
«Estaba de buen humor hasta hace un momento. Pensaba escucharte, pero ahora creo que estás bromeando conmigo.»
«¡Bien, Su alteza!» (Miri: Creo que le faltan algunas neuronas…)
«Me siento bastante mal por él en este momento.»
Miró hacía el suelo, donde estaba la cabeza del emperador, que había sido golpeada por alguien en medio de esa movida.
«¡Oh, no es malo para él de todos modos! Si estuviera vivo…»
«Allí está el problema.»
Los ojos del Príncipe Heredero brillaron repentinamente mientras miraba a la reina cuyo rostro mostraba demasiado descaro.
«Mi padre y tu hijo han tomado lo que he estado anhelando toda mi vida.»
«¡Príncipe Heredero…!»
La Reina se puso pálida de golpe y con disimulo retrocedió, notando como se le erizaba la piel.
El Príncipe Heredero tomó una espada manchada de sangre y dio un paso, acercándose más a ella.
«Realmente no es un gran problema, simplemente debo tomar mi lugar con mis propias manos.»
Él sonrió emocionado al verla asustada, ahora sí que hacía honor a su nombre: El Príncipe Heredero Sangriento.
‘Oh, gracias a Dios que no soy una enemiga suya.’
Me estremecí al ver al loco de Callisto, aunque no me podía quejar, gracias a él, que luchó fielmente por mí, los alrededores de los rehenes estaban vacíos.
‘Ahora es la oportunidad.’
Después de esconderme en el pasaje secreto y espiar la situación, me di cuenta de que ahora era el momento adecuado, así que sin demorarme mas abrí la puerta del pasillo secreto y salí corriendo. Miré de reojo a Yvonne mientras corría y ella simplemente se me quedó mirando.
Ella había reunido todas las piezas, por eso debía de estar tan segura. Cuando llegué a la zona de los rehenes lo primero que llamó mi atención fue una joven, la cual destacaba entre todos los niños pequeños con máscaras de animales. Saqué la daga de mis brazos y corté la cuerda que ataba a Emily y cuando solté la tela que cubría su boca, los ojos de Emily se abrieron.
«¡Señorita! ¿¡Aquí, como lo hizo…!?»
«Emily, no tenemos tiempo. Vamos. Ayúdame.»
Rápidamente desaté la cuerda de otro niño y, afortunadamente, mi ingeniosa doncella me ayudó de inmediato. Sin embargo, no pudo esconder un gemido.
«Pensé que no vendría…»
«Lo sé. Tampoco sabía que vendría hasta aquí.»
«¡Señorita! ¡Eso es malo!»
Hablando en un sentido complejo, Emily exclamó en un tono de tristeza, así que le devolví una sonrisa.
«Es bueno verte de nuevo, Emily. Ni tú ni yo estamos muertas todavía.»
Sus lágrimas brotaron de nuevo ante mis palabras.
«¡Sí! La verdadera villana debería morir. ¡Por qué mueren personas buenas como nosotros!»
Con la ayuda de Emily pude liberar a todos los niños más rápido de lo que pensaba. Había siete personas en total.
«Emily, cuida de los niños.»
«¡Sí, sí!»
«¿Están todos bien?»
«Sí, sí…»
Me respondieron los niños como si fuera una extraña. Excepto por la máscara de león, los niños no saben quién soy yo sin mi máscara.
«Pero… Huegg, Raon… Raon…»
En ese momento un niño con una máscara de ardilla agarró mi falda.
«Falta Raon.»
Miré a los niños apresuradamente, era cierto, no había ninguna máscara de león entre las máscaras de animales locos.
‘De acuerdo, vamos por pasos, ¿dónde está mi varita?’
Recordaba que uno de los hombres de Delman cayó al caer después de ser apuñalado por Callisto, sin embargo, mientras los niños eran liberados, la había perdido de vista por completo.
«Raon, mata a todos y ven a mí con la varita mágica.»
Una voz baja sonó desde el otro lado. Cuando levanté la cabeza, vi una máscara de león erguida no muy lejos, apuntándome con su varita mágica mientras sostenía mi varita en la otra mano.
«¡Yvonne!»
Al mirar a Yvonne vi que se estaba deslizando por el agujero que estaba frente a la silla dorada.
«¿Qué? ¿A dónde vas…?»
«¡Maldita sea! Tiene el tesoro del Emperador. ¡Está intentando hacer algo bajo tierra!»
Con las vidas del Marqués Ellen y el segundo Príncipe en el punto de mira, el Príncipe Heredero empezó a correr hacía el podio.
«¡Bien, Su alteza!»
«Iré y la bloquearé. ¡Salva a los niños y baja despacio, Princesa!»
«No, ¿qué se supone que debo hacer en esta situación?»
‘¡Hay un niño aquí con una varita apuntándome!’
Sin embargo, sin poder decir nada, Callisto siguió a Yvonne al interior del agujero. No sabía si debería estar feliz o triste de que él persiguiera a Yvonne, que estaba huyendo, por mí. Cuando volví la cabeza de nuevo, vi los ojos vacíos de un niño con una máscara de león.
«… Emily, retrocede lentamente con los niños.»
«¿Por qué no corremos y lo apretujamos? ¡Él es el motivo por el cual la casa segura…!»
«Shhh… No digas eso, es peligroso.»
Advertí a Emily y los empujé detrás de mí.
«Raon… Heugheug.»
Los niños gimieron llamando a Raon, entonces él se quedó paralizado con una voz vacía como para responder.
«Maestro… Por mi culpa, mi maestro…»
«Raon, solo cálmate por ahora.»
Calmé al niño con voz suave mientras recordaba las palabras de Vinter.
‘Leila le lavó el cerebro a Raon y quizás ella le está mostrando cómo morí tratando de salvarlo, y él se siente culpable. ‘ Los niños son más susceptibles al lavado de cerebro, por eso me había dicho repetidas veces que no debía provocarle culpa. Abrí la boca tranquilamente pensando en ello.
«Tu maestro no está muerto y no es tu culpa que esto haya pasado.»
«No. Mi maestro murió en una explosión por mi culpa… Y tengo que escuchar. Así es como puedo salvar a mis amigos.»
«¡Raon! ¡Estamos aquí!»
«¡Somos nosotros, somos nosotros! ¡Tus amigos!»
Los niños, que no habían escuchado el murmullo de Raon, gritaron sin tiempo para detenerse.
«… Mis amigos están en una casa segura ahora, ella dijo que estaban en un lugar seguro…»
«¡Somos nosotros! ¡Nos hiciste venir aquí!»
«¡Contrólate!»
«¡Chicos, deténganse!»
Logré detener a los niños, pero ya era tarde.
«¡Ah, ah, no! No soy yo. ¡No lo hice! ¡Lo siento! ¡Lo haré! ¡Uf, haré lo que me dicen!»
Raon de repente agarró su cabeza con ambos manos, sacudiéndose como loco.
«¡Los mataré a todos! ¡Mataré a todos los espíritus malignos!»
Levantó su varita mágica mientras un enjambre de luz blanca comenzó a acumularse y el tamaño comenzó a crecer como si de una bola de nieve se tratase.
«¡Raon!»
Pues aquí tenemos un capítulo casi enteramente de Callisto, debo decir que me ha gustado tanta acción, ya lo necesitaba.
¿Cómo evitará Penny que Raon haga daño a alguien? ¿Y Callisto podrá contener a la bruja antes de que pueda liarla aún más?
Voy a hacer la comida, jajaja, luego inicio con el próximo capítulo, que estamos todos con una tensión que ni queriendo, jajaja.
Miri
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