¡Señorita Ye, el joven maestro se despertó! (1)
Ye Zhen siempre había sido una hedonista que creía en la búsqueda de la gratificación instantánea y estaba bastante satisfecha con el ejercicio de la noche anterior.
Tenía su autoconciencia en un alto nivel, sabía que estaba interpretando el papel de Ye Zhen y Lu Beichuan la tomó como su esposa. Para un esposo y esposa hacer las actividades de anoche, era algo perfectamente natural.
Sin embargo, no podía aceptar que se burlara de ella y la tomara por tonta.
Caminó hasta la cama del lado de Lu Beichuan y se inclinó para mirar su cara dormida, miró fijamente sus ojos inmóviles así como sus pestañas negras.
Si solo estuviera fingiendo dormir, ella definitivamente vería un defecto.
La distancia entre ambos era del ancho de un cabello fino. La respiración superficial de Ye Zhen sopló sobre el rostro de Lu Beichuan, podía ver su fino vello facial moverse ligeramente. Los ojos de Ye Zhen se tensaron por sostener tan fijamente la mirada, pero no halló ningún defecto.
¡Qué gran fuerza de voluntad!
Ye Zhen se enderezó y se frotó la cintura dolorida mientras caminaba hacia el baño para asearse. El resto del día lo pasó distraída, hasta el punto de que incluso la Madre Lu no pudo resistirse a preguntarle qué le pasaba.
La noche llegó en un instante, Ye Zhen pasó por la cocina y vio al viejo mayordomo de la familia Lu poniendo una pastilla blanca en una taza de leche tibia.
La pastilla había sido sacada de un frasco blanco, luego de ponerla en aquella leche tibia, el viejo mayordomo la removió con una cuchara.
Ella recordó de repente que todas las noches bebía una taza de leche tibia que le traía el viejo mayordomo.
El viejo mayordomo había estado drogando su leche.
Pero… ¿Por qué?
Ye Zhen no tuvo tiempo para pensar. El viejo mayordomo puso la taza de leche en una bandeja, se apresuró a esconderse detrás de un gran jarrón de flores, allí esperó hasta que él cruzó la sala y subió las escaleras, cuando ya estaba fuera de su vista, entró a la cocina. El frasco blanco de pastillas había quedado sobre el mesón. Ye Zhen tomó una de las pastillas, y actuando como si nada hubiera pasado, subió las escaleras.
Antes de poder empujar la puerta para abrirla, el viejo mayordomo salió de la habitación, al verla sonrió y dijo: «Señorita Ye, estaba aquí».
«Tío Xiao, ¿Por qué me buscabas?»
El tío Xiao sonrió. «Vine aquí para traerle leche señorita Ye. La dejé sobre la mesita de noche, bébala mientras aún esté caliente».
Mientras el tío Xiao hablaba, Ye Zhen lo miró a los ojos, pero estaban llenos de afecto bondadoso, no había indicios de engaño.
«Está bien. Gracias por los problemas causados».
«No es problema en absoluto, deberías descansar temprano. Buenas noches.»
«Buenas noches, tío Xiao».
Ye Zhen, naturalmente, no tomó la taza de leche después de entrar, en vez de eso la vertió directamente en el inodoro.
Por si acaso, también sacó una corbata del armario y ató las manos de Lu Beichuan, después de hacer un nudo firme, se fue a dormir sin preocupaciones.
A la mañana siguiente, cuando William estaba haciendo su examen diario de Lu Beichuan, Ye Zhen silenciosamente lo llamó aparte.
William pensó que ella quería preguntarle sobre la condición de Lu Beichuan en privado, por lo que no sospechó nada al respecto. Entregó su trabajo del examen al asistente.
Ella le mostró la pastilla blanca que había tomado del mayordomo.
«Doctor ¿Puede decirme para qué es este medicamento?»
William tomó la medicina, Ye Zhen continuó diciendo: «No tengo idea de para qué sirve este medicamento. Si es muy difícil de saber para qué sirve, entonces puedo…»
Sin esperar a que terminara de hablar, William sonrió y la miró mientras le preguntaba: «¿Te has sentido dolorida y débil últimamente?»
Ye Zhen mirándolo estupefacta y sin comprender asintió poco después con la cabeza.
«Yo le receté este medicamento».
Ye Zhen lo miró con ojos inseguros.
«El Viejo Maestro Lu observó lo cansada que estabas por cuidar al joven maestro Lu, así que me solicitó que recetara un medicamento para ayudarle a dormir y que el mayordomo lo preparara en su leche, es una medicina que prolonga su período de sueño profundo». William sonrió y continuó: «El sueño profundo puede ayudarle a aliviar el cansancio diario y estimular el metabolismo de su cuerpo, algo muy bueno para su salud. No debe preocuparse, este medicamento no tiene ningún efecto adverso».
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