MNM – Episodio 95
Irenea se sintió muy avergonzada por César, quien dijo esas palabras con una expresión tan seria.
“¡No hagas eso!”
“… ¿No hacer que?” – César murmuró, desconcertado. – “Princesa, o hada. ¿No es eso?”
“¿De qué hablas?” – Preguntó Irenea, con el rostro enrojecido.
“…En los cuentos de hadas, los seres más bellos suelen compararse con princesas o hadas. ¿Me equivoco? Si no es así, te pido disculpas.” (César)
Ahora era el turno de Irenea de quedarse en blanco. ¿Se refería a los cuentos de hadas que leía de niño? Pensándolo bien… César había dicho que nunca había salido con una mujer. Nunca había tenido el tiempo ni las ganas de hacerlo.
Y como esa persona acababa de casarse, no podía saber nada del amor. El cumplido indiscreto y sin refinar había sido el mejor cumplido que César podía hacer en un momento como ese.
Irenea extendió la mano y abrazó la cintura de César.
“No. No te equivocas, César. César siempre tiene la razón.” – Murmuró Irenea, un poco conmovida.
“¿Leía César cuentos de hadas?”
“El padre Fidelis me los leyó.” (César)
“Ya veo.”
Irenea se acurrucó en el abrazo de César. Le gustaba cómo César siempre intentaba darle lo mejor.
“¿No te referías a un cuento de hadas, verdad…?”
César murmuró y abrazó a Irenea. Parecía que necesitaba hablar sobre ese asunto con Bigtail en cuanto regresara a la mansión. Saber qué salió mal le impediría volver a cometer el mismo error.
No había nadie alrededor de César que fuera tan exigente con la verdad como Bigtail.
Y como esperaba.
Bigtail solo dijo las palabras correctas.
“¿…Qué dijo ahora?” (Bigtail)
“¿…Un hada?”
“¿Le dijo eso a Su Alteza la Gran Duquesa? ¿En serio?” (Bigtail)
“¿Entonces? ¿Qué salió tan mal?”
Bigtail se llevó la mano a la frente.
“¡No saber qué está mal es el mayor error! ¿Cómo puede un adulto hecho y derecho ser un hada? ¡Un Hada! ¡Eso se dice solo cuando eres niño! Es tan espeluznante, ¡madre mía! ¿Ve esto en mi brazo?” (Bigtail)
“No sé por qué haces esto.”
César apartó el brazo de Bigtail de un manotazo. No entendía por qué tenía que hacer tanto alboroto.
“¡El ambiente agradable se echó a perder por completo! ¡Oí que las doncellas recomendaron un lugar estupendo!” (Bigtail)
“Así es, efectivamente.”
“Acaso… ¿El ambiente allí era terrible?” (Bigtail)
“En absoluto, era un lugar realmente hermoso.”
“…Su Alteza el Gran Duque lo convirtió en un desastre.” (Bigtail)
Bigtail murmuró para sí mismo con autodesprecio. Sabía que César no había tenido una relación antes, pero eso era un poco extremo. Era un comentario que arruinaría el ambiente que iba tan bien. ¿Quién no se estremecería al oír esa palabra?
“Pensé que otros asuntos eran más urgentes.” (Bigtail)
“¿Qué?”
“¡Pensé que el trono era lo más urgente! ¡El tener que sobrevivir ahora mismo, esa era la prioridad! ¡Pero no es así! Lo más urgente es Su Alteza el Gran Duque. En este estado… aunque Su Alteza la Gran Duquesa huyera, ¡no tendría nada que decir!” (Bigtail)
‘Los Caballeros del Norte se las arreglan para tener citas y casarse por su cuenta, incluso con sus apretadas agendas, así que ¿por qué César es el único que actúa así?’ – Bigtail se secó las lágrimas. Sentía que comprendía los sentimientos de Irenea en esa situación.
El sufrimiento que Irenea debió de soportar al principio… …
“¿Irenea va a huir? ¿De qué estás hablando?”
“¡Exacto! A eso me refiero. Uf, es una forma de hablar. Uf, esas declaraciones están prohibidas: Ángel, hada o Princesa; piense esas cosas solo para usted.” (Bigtail)
“¿Por qué?”
“Porque los oídos del oyente son lo más importante. Esos tipos de comentarios son los principales culpables de arruinar un buen ambiente.” (Bigtail)
“¿Entonces qué debo decir en una situación así?”
Bigtail se golpeó el pecho; no sabía qué había hecho César para llegar a ese estado. Estaba tan lleno de resentimiento consigo mismo que prácticamente se estaba ahogando en él.
“Sir Bigtail.”
“¡Aunque me hable así en voz tan baja, mi frustración no desaparece! ¿Por qué solo dice esas cosas cuando tiene tantas cosas buenas que decir? ‘¡Te amo! ¡Solo te tengo a ti! ¡Eres deslumbrante!’ ¿No existen esas palabras? Cuando ves algo hermoso, te enamoras, y luego tu amor se desborda. ¿No le parece que el hermoso cabello plateado de Su Alteza la Gran Duquesa inspira admiración? ¿No se conecta eso con el amor?” (Bigtail)
“Claro… Espera un momento. ¿Esa declaración significa que tú también sientes amor por Irenea?”
“Oh…” (Bigtail)
‘Dios.’ – Bigtail se cubrió la cara con las manos. No había entendido nada, y no lo había hecho por mucho.
“Está equivocado.” (Bigtail)
“¿Qué?”
“Simplemente está equivocado. Simplemente… Simplemente viva esta vida. ¿No es eso también algo que Su Alteza la Gran Duquesa debe soportar?” (Bigtail)
Bigtail se encogió de hombros. César instó a Bigtail, pero no hubo respuesta. Simplemente murmuraba que no había respuesta.
* * *
“¿Irenea, Aaron?”
Rasmus apretó los dientes y soltó el nombre. ¿Quiere decir que esa mujer seguía viva? Los rumores se extendieron como la pólvora, llegando incluso a Rasmus, quien se encontraba en reclusión.
“Sí. Dicen que es información que salió del lado de la Emperatriz. Así que corre el rumor de que es una Santa que regresó de entre los muertos, una santa elegida por Khaleesi. Dado que una Santa como ella lo eligió, ¿no es natural que Benoit se convierta en Emperador?” (Asistente)
<¡Crackkk!>
La copa en la mano de Rasmus se rompió con un fuerte ruido. A pesar de que la sangre fluyó a borbotones, el rostro de Rasmus permaneció completamente inexpresivo. Rasmus sonrió brevemente, impasible.
“Entonces, ¿eso significa que esos malditos Aarons me mintieron? ¿No es cierto? Declararon muerta a una mujer que escapó sana y salva.”
“…Su Alteza.” (Asistente)
“Aunque los haga pedazos ahora mismo, no será suficiente.”
Si Rasmus lo hubiera sabido antes, habría ido a buscar a Irenea enseguida. ¡Antes de que se convirtiera en la Archiduquesa de Benoit y se convirtiera en Santa! Irenea fue encontrada por Rasmus. ¡Todo el poder y la gloria de Irenea estaban destinados a ser para Rasmus!
Tras haber confiado su posesión más preciada al Conde Aaron, la había perdido. Rasmus apretó los dientes.
“Debo recuperar lo que es mío.”
“¿Eh?” (Asistente)
“Dije que tengo recuperar lo que es mío.”
Rasmus miró fijamente a su ayudante. Recuperando la compostura, Rasmus se limpió la sangre de la mano con una toalla y aunque le dolió mucho, como si un fragmento de vidrio se le hubiera alojado en la mano, en realidad eso lo ayudó a recuperar la cordura. Rasmus tiró la toalla empapada en sangre al suelo.
Un olor penetrante inundó la oficina.
“¿Cómo puede alguien como César, que ni siquiera conoce su valor, poseerla? Debo recuperar a Irenea.”
Rasmus apretó los dientes.
Tenía que devolver a Irenea al lugar que le correspondía, incluso si eso significaba recurrir a los medios más despreciables y sucios. Por lo tanto, todo lo que Irenea tenía, Rasmus debía tenerlo. ¡No dejaría que alguien como César la tuviera!
“Encuentra una manera para que pueda reunirme con Irenea en secreto. Simplemente quiero verla.”
Los ojos de Rasmus brillaron con crueldad.
“¿Qué quieres decir…?” (Asistente)
“Haz lo que te digo. Debo encontrarme y reunirme con la Archiduquesa Irenea repetidamente en lugares públicos y concurridos; esto ayudará a extender el rumor.”
Surgió un nuevo plan en su mente.
Rasmus sonrió fríamente.
* * *
Hacía mucho tiempo que no estaba en la Capital Imperial.
Y era una Capital Imperial completamente diferente. La gente coreaba el nombre de Irenea, los que acampaban fuera de la mansión alababan a Benoit y coreaban el nombre de Irenea, incluso oyó rumores de que las flores que habían traído habían bloqueado la entrada a la mansión.
Fue una experiencia conmovedora.
“¿Su Alteza la Gran Duquesa?” (Emma)
“Oh, no.”
“El carruaje del Palacio Imperial ya ha llegado. Debe darse prisa.” (Emma)
La instó Emma, con el rostro lleno de ansiedad. Nunca imaginó que el Emperador enviaría un carruaje y caballeros para escoltarla directamente. Hoy se había programado una ceremonia para conmemorar los logros de Irenea y reconocerla oficialmente como Santa. A continuación, se celebraría una fiesta de bienvenida.
Como eso había sucedido tan pronto después de llegar a la capital, el breve tiempo de preparación la dejó con el corazón latiendo con fuerza. Tuvo que acosar a las modistas de las tiendas de ropa toda la noche, convocándolas a todas a la mansión Benoit y tuvo que reunir a las trabajadoras más hábiles y hacer que cosieran toda la noche. Debido al poco tiempo, no pudieron crear un vestido nuevo, así que tuvoieron que hacer modificaciones a lo que ya estaba hecho.
Afortunadamente, el vestido se completó según el diseño que ella tenía previsto.
Flores bordadas con un precioso hilo de plata brillaban con fuerza sobre el vestido dorado. La parte superior tenía un acabado dorado intenso.
Irenea llevaba el vestido como si hubiera nacido para ella. A instancias de Emma, Irenea se puso en marcha.
“Primero irá al templo. He oído que allí también hubo mucho revuelo. Su Majestad la Emperatriz puso el lugar patas arriba.” (Emma)
“¿En serio?”
“¡Sí! Así que, según me dijeron, todos aprobaron esta ceremonia por unanimidad… ¡Y también he oído que Su Majestad la Emperatriz ha formado un nuevo gabinete!” (Emma)
“Lo sé.”
Irenea sonrió.
Sabía que todo lo que la Emperatriz había hecho en el imperio hasta ahora había sido por Irenea y César. Aun así, los ciudadanos del imperio seguían asumiendo, como era natural, que Rasmus se convertiría en Emperador, a ellos, entonces, tenía que demostrarles que César también poseía las cualificaciones necesarias para el trono.
Los Emperadores no descienden de la cima, ascienden desde abajo.
No dudaba de que ese sería el primer paso más importante.
La sonrisa de Irenea brilló tan radiante como la luz del sol.
Nameless: Nos quedamos aquí esta semana. Me voy a Hiatus, regreso a partir del 04 de enero del Próximo año. Que pasen una Feliz Navidad y un próspero año nuevo.
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