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Capítulo 13: Campanilla de Camello

 

Chen Ji sonrió y dijo: “Estaré de guardia en el Palacio Chaolu durante los próximos días, velando por la seguridad de la Princesa día y noche.”

Jun Min se quedó atónita por un momento, pero no pudo evitar levantar ligeramente la comisura de sus labios. – “Es solo una enfermedad leve que durará unos días. ¿Por qué tanto alboroto? ¡Jin Lan, ve a arreglar la habitación contigua!”

Un “¡Sí!” seco y dulce sonó desde afuera, y Chen Ji se apresuró a intervenir, diciendo: “¡No hace falta, no hace falta! Está impecable, yo mismo puedo hacer la cama.”

Dos criadas en la puerta intercambiaron una mirada, sonrieron y se marcharon con una risita contenida.

La habitación lateral era más pequeña; contenía una mesa, una silla, una cama dura y una lámpara de aceite sobre la mesa y estaba separada del dormitorio de Jun Min Xin por una cortina de cuentas y una gran ventana de papel enrejado. Anteriormente, había estado ocupada por una criada personal, pero con el reciente frío, Mu Jin y Jin Lan había trasladado la cama a su dormitorio para poder levantarse por la noche a cuidar el fuego de carbón.

Después de hacer la cama, con la ropa cuidadosamente doblada en el cabecero, Chen Ji encendió la lámpara de aceite; la luz naranja proyectó su hermosa silueta contra la ventana de papel.

La nariz de Ah´Ji era realmente hermosa, como una majestuosa montaña nevada… Pensó Jun Min Xin, absorta en sus pensamientos.

Desde el interior, se oía una voz claramente juvenil: “Cuando era niño, mi madre me decía a menudo: ‘Un bambú no tiene corazón, sin corazón no hay heridas, sin heridas, se alcanza la fuerza máxima y no hay obstáculos en este mundo que no se puedan superar.”

‘Sin corazón no hay heridas y sin heridas, se alcanza la fuerza máxima…’ (Jun Min Xin)

Jun Min Xin repitió esta frase en su mente varias veces, y de repente lo comprendió, sonrió ampliamente y dijo: “La madre de Ah´Ji debió ser una mujer talentosa sin duda y de mente abierta.”

Tras la ventana de papel, la silueta de Chen Ji pareció asentir, y dijo con voz débil: “Ella provenía originalmente de una familia de eruditos, cuando siguió a su padre a un pueblo fronterizo por servicio, estalló la guerra y fue capturada por los bárbaros y sufrió todo tipo de humillaciones en el norte y murió de enfermedad cuando yo tenía ocho años.”

Jun Min Xin guardó silencio, era la primera vez que Chen Ji mencionaba a su madre biológica y aunque solo fueron unas pocas palabras, estaban llenas de añoranza y soledad persistente.

Un momento después, Chen Ji salió de la habitación, sacó un objeto azul oscuro y tintineante y se lo entregó a Jun Min Xin, diciendo. – “He estado buscando por las calles durante mucho tiempo y finalmente encontré esto en una caravana.” – Se tocó la nariz recta imperceptiblemente, pareciendo un poco incómodo. – “En mi tierra natal, este es un talismán que aleja los desastres y atrae la buena fortuna. Colgarlo en un rincón de la casa puede ahuyentar a los espíritus malignos y calmar el espíritu.”

Jun Min Xin, con el corazón latiendo, lo tomó aturdida y descubrió que era una campanilla de camello de bronce del tamaño de la palma de la mano, con un gancho, cuyas paredes estaban rodeadas de inscripciones arcaicas. Dentro de la campanilla, una fina varilla de cobre sostenía una bola de choque que tintineaba y un trozo de papel talismán amarillo doblado estaba insertado en la varilla.

“¿Qué es esto?” – Jun Min Xin no pudo contener su curiosidad, sacó el papel del talismán y lo desdobló. Solo vio que estaba cubierto de caracteres de color bermellón densamente escritos en una lengua extranjera, que parecían dragones y serpientes volando y retorciéndose. Al examinarlo más de cerca, se dio cuenta de que era escritura de la tribu Hu.

Chen Ji se apresuró a agarrar primero el papel amarillo del talismán y con las orejas enrojecidas, dijo apresuradamente: “Es un amuleto para la paz y seguridad, muy efectivo… Lo colgaré en el alero para ti.”

Dicho eso, se elevó hacia el cielo, llevando consigo la campanilla de camello y al aterrizar, la campanilla colgaba perfectamente del alero. Una brisa la agitó, produciendo un sonido claro y espiritual, un sonido que traía la desolación y la frescura de la arena y el viento del desierto, como un canto sagrado transportado desde las nubes.

“Ah´Ji.” – Jun Min Xin sonrió y le hizo señas para que se acercara. El joven se movió y se sentó a su lado con naturalidad.

“Ah´Ji…” – Jun Min Xin extendió la mano desde debajo de la colcha, aferrándose a sus brazos musculosos, largos y proporcionados, con un suspiro de satisfacción.

Detrás de ella, su larga cabellera, sinuosa y oscura, se extendía como la noche desolada, cubriendo toda la cama bordada.

Chen Ji permaneció sentado algo rígido, con una sonrisa dibujada en su rostro mientras ladeaba la cabeza.

Él dijo en voz baja: “No tengas miedo Min’er, tu hermano mayor velará por ti.”

Un dolor sordo se apoderó de su corazón sin previo aviso. Los recuerdos fluyeron hacia atrás, retrocediendo a una vida pasada, en aquel entonces, en el Valle de Luoxia, enfrentando el peligro y la muerte, él la había consolado esa misma ternura…

<“Min’er, no llores. Esperaré hasta… Que se complete la boda y te llevaré a casa.”>

<“No tengas miedo. Min’er, ven, abrázame por la cintura.”>

<“Te amo.”>

Chen Ji siempre estuvo de pie detrás de ella, protegiéndola en silencio, pero ella lo había ignorado por completo, y solo aprendió a apreciarlo después de perderlo… Jun Min Xin cerró los ojos, con el corazón hecho un mar de confusión.

Había estado aprendiendo el idioma Hu del Rey Jing desde los ocho años, y comprendió al instante la oración escrita en el de papel del talismán de la campanilla de camello.

[‘Todas las malas acciones no tienen nada que ver con la Princesa, Chen Ji está dispuesto a sacrificar su vida para expiar sus pecados y bendecir a la Princesa con buena fortuna y longevidad ininterrumpidas.’]

¡Él preferiría sacrificar su vida para proteger la paz eterna de Jun Min Xin!

Conteniendo a duras penas las lágrimas que amenazaban con rodar; sus pestañas temblorosas ya estaban húmedas. Apretando los dientes, la joven se juró a sí misma: ‘De ahora en adelante, yo, Jun Min Xin, compartiré la buena fortuna y la adversidad con Chen Ji, viviremos y moriremos juntos. Si algún día pudiera gobernar el mundo, ¡lo compartiré con Chen Ji!’

La campanilla de camello sonó con claridad, la luz de la vela parpadeó. Curiosamente, Jun Min Xin no volvió a sufrir pesadillas después de esa noche, y todas las noches siguientes durmió plácidamente.

Diez días después, el cuerpo y la mente de Jun Min Xin se recuperaron y Reino de Jing dio la bienvenida a la primera nevada intensa del invierno de este año.

A medida que se acercaba el final del año, los asuntos se volvían cada vez más agitados, Chen Ji hacía tiempo que había dejado el servicio en el Palacio Chaolu y había regresado al lado de Jun Xian para ayudar con los asuntos militares. Jun Min Xin también estaba ocupada, el Reino de Jing tenía que pagar tributo a la dinastía Jiang cada final de año, y la magnitud del tributo anual, de dos millones de taels, por sí solo era suficiente para que ella y Gu Qinshu se devanaran los sesos, sin mencionar los bienes adicionales como las telas, caballos, ganado, ovejas, maíz y otros artículos, que tenían que ser contados uno por uno antes de que pudieran sentirse tranquilos.

Después de enviar finalmente a los emisarios para transportar el tributo anual contado a la capital de la dinastía Jiang, apenas tuvieron tiempo para tomar un respiro cuando un informe secreto urgente del sur llegó al palacio.

Qiu Chuzhao, el Noveno Príncipe Luo Chang’an y otros, habían llegado a Jing para una inspección bajo las órdenes del Emperador Jiang. Ya habían llegado a la Puerta Sur y se instalarían en el Palacio Jing dentro de siete días.

Al enterarse de la noticia, los dedos de Jun Min Xin, que sostenían la taza de té, temblaron violentamente, ¡casi rompiendo la taza de porcelana azul y blanca!

Según los recuerdos de su vida anterior, ¿no se suponía que Qiu Chuzhao y Luo Chang’an llegarían a principios de la primavera del año siguiente? ¿Cómo podrían llegar de repente tres o cuatro meses antes? ¿Será que su renacimiento también alteró el curso de la historia?

¡Todo está hecho un caos! …Jun Min Xin cerró los ojos, esforzándose por organizar sus pensamientos. Si están allí para inspeccionar el tesoro, no había nada de qué preocuparse, los libros de cuentas falsificados ya están preparados y a menos que Gu Qinshu fuera un espía y a menos que Qiu Chuzhao tuviera ojos de oro con visión penetrante* no podría detectar las cuentas falsificadas que tenía en sus manos. El problema era que Reino Jing ha estado reclutando tropas y caballos en secreto durante los últimos años, superando con creces la estipulación imperial de que «el ejército de un estado vasallo no debe superar los 80.000 soldados.», solo las tropas de Jun Xian ya tenían 3.000 soldados de élite y 40.000 nuevos reclutas bajo su mando, y aún no habían tenido tiempo de ocultarse…

(N/T: * «火眼金睛» (huǒ yǎn jīn jīng) significa «ojos de oro con visión penetrante» y se refiere a la capacidad de ver la verdad, distinguir el bien del mal o ser muy perspicaz. Es una expresión china que se usa para describir a alguien que tiene la habilidad de percibir la realidad sin dejarse engañar. )

Durante la reunión de consejo, el Rey Jing frunció el ceño con preocupación, algo inusual en él. Tras mucha deliberación, Jun Min Xin tuvo una idea: dispersar primero a los 40.000 nuevos reclutas por todas partes y luego reunirlos una vez que pasara el peligro. Aunque era una medida de último recurso, le permitiría ocultar a esa gran cantidad de hombres a la mayor velocidad posible.

Tras escuchar las palabras de Jun Min Xin, el Rey Jing frunció el ceño y dijo en voz baja: “Esa maniobra es demasiado arriesgada. Una vez que la moral del ejército se debilite, recuperarla de nuevo resultaría extremadamente difícil. Además, más de 40.000 hombres dispersándose repentinamente a diversas regiones, no podría pasar inadvertido y levantaría sospechas a los ojos de Qiu Chuzhao.”

“…Fue negligencia de esta hija.” – Jun Min Xin se dio cuenta de repente, frunciendo el ceño con frustración, con un tono de voz teñido de abatimiento.

Jun Xian tomó una taza de té de ciruela negra, tomó un sorbo con calma y serenidad, miró a las dos personas con el ceño fruncido y una sonrisa se dibujó en su rostro. – “No hay por qué preocuparse, no hay por qué preocuparse, siempre hay más soluciones que problemas.”

Jun Min Xin prácticamente estaba vomitando sangre. En ese momento crítico, ¿por qué su tío seguía siendo tan cínico? Entonces preguntó con tristeza:

“Tío, ¿tienes alguna idea?”

Jun Xian dejó su taza, se levantó y dio varias vueltas antes de decir lentamente: “En otoño e invierno, los bárbaros Hu necesitan urgentemente comida para sobrevivir, e inevitablemente cruzarán la frontera para hostigar y robar grano. Podemos usar eso como pretexto para enviar 40.000 nuevas reclutas a la frontera, que resistirán al enemigo y nos permitirá evitar sospechas. El Reino de Jing y el Gran Imperio de Jiang están estrechamente relacionados como los labios y los dientes*, y el Emperador no se opondrá. Solo que debemos informar de un número inferior de tropas y partir en secreto por la puerta norte a medianoche, de lo contrario, tal ostentación despertaría inevitablemente sospechas.”

Al oír eso, el Rey Jing no pudo evitar sonreír, su espíritu se elevó considerablemente. – “¡Construir abiertamente un camino de tablones mientras cruzamos Chencang en secreto* es una estrategia brillante que mata dos pájaros de un tiro!”

(N/T: * «明修棧道暗渡陳倉» (Míng xiū zhàn dào, àn dù Chéncāng) significa fingir una acción obvia para distraer al enemigo mientras se realiza secretamente un movimiento en otro lugar. Es una estrategia de engaño militar que implica hacer una demostración pública de reparación de caminos para hacer creer al adversario que se le atacará por ahí, pero secretamente se ataca por una ruta diferente y oculta.)

Jun Min se quedó atónita. – “Tío, ¿por qué no lo dijiste antes?”

Jun Xian agitó las manos con inocencia. – “¿Por qué no me lo preguntaste antes?”

Al oír esto, Jun Min Xin escupió una bocanada de sangre…

El Rey Jing dijo: “No hay tiempo que perder, el hermano menor Xian estará a la vanguardia temporalmente. ¡Organiza las tropas y parte de inmediato!”

Jun Xian dijo lentamente: “Hermano, no te preocupes. Justo antes de salir, le dije a mi pequeño discípulo que hiciera los preparativos. ¡En este momento, Chen Ji debe estar esperando tus órdenes en el campo de entrenamiento con los 40.000 nuevos reclutas!”

El Rey Jing se quedó atónito, luego sonrió y dijo: “¿Cómo? ¿Será Chen Ji quien lidere las tropas esta vez? Es joven y nunca ha estado en el campo de batalla, así que no puedo evitar sentirme inquieto.”

“¡Un hombre necesita templarse y perfeccionarse para madurar! No te preocupes, el aprendiz al que enseñé no será tan malo.” (Jun Xian)

Jun Xian rió entre dientes, sacó una cinta negra con patrones oscuros de su manga y ató su hermoso cabello gris plateado en una coleta alta, su hermoso rostro de repente se volvió enérgico y lleno de vigor.

“En cuanto a mí.” – Sus ojos negros como la tinta se entrecerraron como los de un zorro y sonrió. – “¡Tengo cosas más importantes que hacer!”


Nota del autor:

De todas mis creaciones, Ah’Ji es a quien más aprecio…

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