MNM – Episodio 43
“¿Eh?”
“¿No es por eso vino a buscarme? Al amanecer, sin ninguna advertencia, evitando la vista de Su Alteza el Archiduque.” (Bigtail)
“Así es.” – Irenea asintió. – “Dios me dio una profecía, me dijo que protegiera a César.”
Irenea mintió con descaro de nuevo, con una voz que fluía con naturalidad, la elección de un nuevo cielo le correspondía a Irenea, así que cualquier decisión que tomara era suya. Irenea eligió a César, y él sería su cielo.
“Así que…” (Bigtail)
César no había compartido esos detalles con él, así que Bigtail desconocía la profecía. Bigtail gimió y asintió.
‘Debe tener la cabeza hecha un lío.’ (Bigtail)
Porque a César, que solo se había conformado con evitar la tormenta, ahora le estaban lanzando una bomba.
“Eso explica la boda apresurada. Oí que es hija mayor de la familia Aaron, sin embargo, parece que la familia Aaron no está de acuerdo.” (Bigtail)
“Así es, escapé de ellos y corrí hacia César. El Archiduque Rasmus y la casa Aaron querían apropiarse de la profecía.”
Bigtail comprendió lo que quería decir.
A diferencia de César, Rasmus era un hombre con una codicia feroz, él quería todas las cosas valiosas del mundo. Era natural que codiciara a Irenea tan pronto como se enterara de su existencia.
Después de todo, el cabello plateado divino era el protagonista de una profecía transmitida desde los primeros tiempos del imperio.
“Sin embargo, no creo que la casa Aaron y Rasmus deban ser los temas de esa profecía, ellos son codiciosos y aunque consigan lo que quieren, no hay garantía de que se detengan.”
“…Así es.” (Bigtail)
Aunque el destino es incognoscible*, si Rasmus realmente se convierte en Emperador, el futuro de César también será incierto. Incluso si el Emperador está bien ahora, cualquier problema surgirá en los próximos diez años.
(N/T: *Que no se puede conocer.)
“Conozco un poco el futuro, conozco el curso de los grandes acontecimientos que se desarrollarán en ese futuro.”
“… ¿Eso también forma parte de la profecía?” (Bigtail)
“Creo que puedes considerarlo una especie de visión del futuro.”
Irenea tenía la intención de seleccionar y utilizar solo la información necesaria que conocía.
“Pero, Bigtail, creo que César es un hombre de convicciones firmes, él no es alguien que haría cosas incorrectas.”
“…Así es.” (Bigtail)
Fue la Gran Dama quien le inculcó a César ese estándar de principios morales y éticos. Solo en el campo de batalla esos principios se desvanecían.
“Pero… la posición del Emperador es un lugar que no se puede alcanzar sin tales acciones.”
“Tiene razón, Su Alteza la Gran Duquesa.” (Bigtail)
“Tengo la intención desempeñar ese papel.” – Irenea dijo con calma.
“Fortaleceré la reputación de César y aumentaré su índice de aprobación, tendré que escribir cartas y enviar regalos a los nobles de la Capital Imperial. Les contaré dulces historias y los animaré, les diré lo que quieren oír.”
También era cierto que no había nadie en Benoit para hacer tal trabajo. La Gran Dama se había mantenido al margen, y habían pasado décadas desde que se había abierto el salón de banquetes de Benoit. Bigtail sabía que se intercambiaba mucha información entre las damas nobles de la alta sociedad, que eran como animales salvajes en la jungla.
Sin nadie en Benoit interactuando con nadie, no podía imaginar lo atrasados que debían estar…
La mirada de Bigtail se profundizó.
Ahora Irenea se ofrecía ahora a asumir ese papel, para Bigtail, eso era motivo de gran alegría.
Sin embargo.
“¿Está Su Alteza la Gran Duquesa actuando según la profecía?” (Bigtail)
Irenea sonrió con amargura.
No esperaba que Bigtail aceptara dócilmente sus palabras, incluso en su vida anterior, Bigtail había desconfiado de Irenea hasta el final, él creía que Irenea algún día se convertiría en una calamidad que engulliría a César.
Y su predicción fue correcta, porque Rasmus usó a Irenea para devorar a Benoit. Ese asunto había sucedido en relación con la tribu Yi.
“Señor Bigtail, yo soy quien le dará a César un hijo que protegerá su trono.” (Bigtail)
“…”
“Creo que entiende el significado del cabello sagrado, he vivido en el centro de la profecía, y soy una persona cuya vida se arruinó por esa profecía.”
Irenea sonrió con amargura de nuevo. Esa era una verdad innegable.
“¿Podría vivir sin la profecía siendo como soy? ¿Se habría casado César conmigo si no hubiera existido esa profecía? Él es un hombre recto y honesto. ¿Pero eso significa que no tiene aspiraciones en la vida? Entonces, ¿por qué me trajo aquí?”
Irenea abordó el tema.
César, aún dudando sobre el trono, se casó con Irenea, todavía estaba confundido, pero ella creía que César avanzaría hacia el trono imperial.
“¿Acaso no todas las personas se dejan llevar por las profecías?”
“…Tiene razón.” (Bigtail)
“Sé que Sir Bigtail cree que soy alguien que puede darle la espalda en cualquier momento, pero Sir Bigtail, soy una persona acorralada, tomé la mano de César al borde del acantilado. No tengo otro lugar donde refugiarme.”
“El Archiduque Benito…” (Bigtail)
“Te lo dije. Sé un poco sobre el futuro.”
Irenea se tomó las manos, empapadas de sudor, no podía revelar que había regresado de una vida pasada desesperada. Si contaba semejante historia, seguramente pensarían que estaba loca.
Pero Irenea ya había probado la desesperación y un final perfecto.
Y esa desesperación era la que Rasmus había depositado en sus brazos.
“No sabes lo que hizo Rasmus en el futuro que vi, cómo me arruinó y a qué abismo condujo finalmente a este imperio.”
“Eso significa…” (Bigtail)
“Rasmus llevará este imperio a la ruina, no solo morirá Benoit, Sir Bigtail, yo también moriré, todos van a morir. Rasmus es codicioso y egoísta, solo le importa conseguir lo que quiere.”
“…En ese futuro, ¿se cumplió la profecía?” (Bigtail)
“No.”
Rasmus no se unió a Irenea.
Simplemente estaba cautivado por las faldas de Karolia, y puso a trabajar a Irenea como a una doncella de cámara. La dejaron de pie como una pared, mientras ambos hacían todo tipo de cosas, ese era el motor detrás de la habilidad de Irenea para seducir a César.
Aunque Karolia había insultado a Irenea como una tonta sin ningún encanto femenino, siempre valía la pena intentarlo.
En cualquier caso, Karolia haría lo que fuera para atrapar a Rasmus bajo sus faldas, una de ellas era impedir que Rasmus entrara en la habitación de Irenea y como el poder sagrado de Irenea no se manifestó, tampoco hubo interés por parte de Rasmus, lo cual fue demasiado fácil.
Karolia siempre preparaba camas originales para Rasmus y la propia Irenea siempre tomaba pastillas anticonceptivas, por si acaso.
Irenea no tenía intención de compartir esos detalles.
Era un dolor que no quería sentir y si hablaba de eso, sentía que nadie le creería.
“Señor Bigtail, mi vida está en juego. Así que espero que confíe en mí, aunque sea un poco.”
“…Haré un esfuerzo.” (Bigtail)
Irenea suspiró.
“César debe estar confundido ahora mismo. Yo también soy un poco cómo es él.” (Bigtail)
Tampoco fue que César no se rebelara en su vida anterior, pero se había arrodillado por los demás. Si él se hubiera rebelado contra Rasmus y hubiera iniciado una guerra civil, Benoit habría quedado aislado.
Y Benoit no estaba en condiciones de sobrevivir al aislamiento en ese momento. Los miembros de la tribu Yi se habían descontrolado y habían invadido las murallas de Benoit.
Esa también fue una de las hazañas de Rasmus.
Había tomado a Benoit como rehén, vilmente.
César ni siquiera había considerado tal movimiento.
“Tengo la intención de actuar primero antes de que Rasmus haga nada.”
La epidemia estaba destinada a azotar ese año. A raíz de ese incidente, Rasmus se fortaleció y cuando la epidemia comenzó a propagarse, empezó a inducir a la prensa a creer que Irenea era como una catalizadora mediática, prometiendo una cura a la enfermedad, y se casó con Ireneia en una fastuosa ceremonia.
Por supuesto, Irenea no podía usar sus poderes en ese momento, así que la cura de la epidemia se logró gracias a los diligentes esfuerzos de sacerdotes y senadores. Lenta pero eficazmente, el método resultó efectivo y la opinión pública se volcó hacia Rasmus.
Y siguiendo esa opinión pública, la nobleza en ascenso siguió su ejemplo.
“Para lograr esto, necesito la ayuda de Sir Bigtail, necesito a alguien que colabore conmigo, sin que César lo sepa. Si él no puede hacer el trabajo sucio… Yo estoy dispuesta a hacerlo.”
“¿Tienes algo en mente?” (Bigtail)
“Estamos en junio, ¿verdad? En julio, estallará una epidemia. La epidemia que se originará en el sur, se extenderá por todo el imperio. Seremos los primeros en aprovecharla.”
“… ¿Puedo preguntarle en qué está pensando?” (Bigtail)
“Si contraes esa enfermedad contagiosa, sangrarás durante una semana y morirás. Innumerables personas serán sacrificadas.”
“Si Su Alteza el Gran Duque lo supiera primero, querría encontrar la manera de prevenirlo.” (Bigtail)
“Eso es cierto, pero así no ganará el corazón del pueblo. Planeo centrarme en el tratamiento en lugar de la prevención.”
Como lo hizo Rasmus.
| Anterior | Novelas | Menú | Siguiente |
Esta web usa cookies.