Capítulo 88: Un viaje a Inglaterra – Parte 2
En el momento en que las posiciones de ambos se invirtieron, la palma de Jiang Se tocó el control remoto del televisor y la película se reanudó.
El rostro del hombre a contraluz, la observaba en silencio bajo la luz y la sombra parpadeantes, esperando a que ella le quitara las gafas.
Jiang Se se desplomó, apoyando la cabeza perezosamente en los cojines tras ella, agarró las patillas de sus gafas y se las quitó lentamente.
Lu Huaiyan se inclinó y mientras la besaba, le preguntó: “¿Recuerdas la primera vez que me quitaste las gafas?”
“Lo recuerdo.” – Dijo Jiang Se con voz temblorosa mientras casi se quedaba sin aliento por sus besos y su lengua fue succionada por él. – “En el Templo Hanshan.”
Lu Huaiyan rió entre dientes. – “En aquel entonces fuiste bastante brusca.”
Jiang Se respondió con terquedad: “Te lo merecías.”
En cuanto terminó de hablar, respiró hondo y cerró los ojos.
Los tirantes de su pijama hacía rato se le habían deslizado hasta los codos, el dobladillo de su falda se había subido hasta su cintura, el cabello en las sienes de él le apuñaló la clavícula, y Jiang Se se mordió el labio e inhaló.
Antes solía ser muy paciente con este tipo de cosas, pero quizás porque habían estado viéndose intermitentemente poco tiempo* durante los últimos seis meses, tan pronto como se encontraron, empezaron como un trueno y un relámpago, sin ningún preámbulo.
(N/T: *聚少離多» (jù shǎo lí duō) significa que las personas se reúnen por poco tiempo y se separan por mucho tiempo. Se usa para describir una relación en la que las despedidas son más frecuentes que los encuentros, o para una situación en la que se trabaja mucho y se descansa poco.)
Pero ayer, cuando ella regresó a Beicheng, él claramente la había arrastrado durante media noche, y ambos habían quedado completamente satisfechos.
No debería estar tan ansioso en ese momento, y tampoco está midiendo su fuerza.
Jiang Se intentó patearlo, pero él la obligó a estirar las rodillas, presionándolas con las palmas de las manos, impidiéndole moverse.
Ella había bailado desde pequeña, su cuerpo era tan flexible como una bola de algodón, por lo que hacer un espagat lateral* no era problema, y no le resultaba incómodo.
(N/T: * El término «espagat lateral» se refiere a una apertura de piernas lateral completa, donde las piernas forman una línea recta a ambos lados del cuerpo, alcanzando una apertura de 180 grados o más.)
Pero verse así, cara a cara…
Lo encontraba insoportable.
Como si percibiera su insatisfacción, Lu Huaiyan de repente se suavizó, bajó la cabeza y la besó en los ojos y dijo con voz ronca: “Abre los ojos y mírame.”
Las pestañas de Jiang Se estaban húmedas, y cuando apartó los párpados, sus largas y rizadas pestañas estaban empapadas en mechones.
Ella lo miró.
Lu Huaiyan la besó en los labios; su aliento húmedo y cálido era abrasador.
“En mi decimoctavo cumpleaños, Linda me preguntó qué había deseado, le dije que mi deseo estaba relacionado con mi padre, ella se rió y me preguntó por qué no pedía un deseo más romántico, como conocer a la chica que amara y tener un amor profundo e inolvidable, ¿sabes lo que dije en ese entonces?”
El sudor del hombre le goteaba desde la frente a la mandíbula, y luego goteó de su mandíbula a la clavícula de Jiang Se.
Ella se impacientaba cuando él estaba ansioso, pero ahora que él había disminuido la intensidad, ella se encontraba aún más impaciente.
Jiang Se realmente no sabía de dónde sacaba la energía para charlar con ella en ese momento.
Ella respiró hondo: “¿Qué dijiste?”
“Dije que probablemente nunca conocería a alguien con quien quiera pasar el resto de mi vida.” – Dijo Lu Huaiyan, con las venas en el dorso de sus manos abultadas y una voz ronca llena de deseo reprimido, pero cada palabra que pronunciaba era excepcionalmente clara. – “Pero la encontré diez años después.”
Lu Huaiyan bajó la mirada y miró fijamente a Jiang Se.
Jiang Se se sintió aún más impaciente, el tiempo parecía pasar lentamente, no supo cuánto tiempo había pasado, y al poco tiempo, frunció el ceño y de repente abrazó con fuerza el cuello de Lu Huaiyan.
La película en la pantalla estaba a punto de alcanzar su clímax, con el protagonista masculino invitando a la protagonista femenina a irse con él.
Y en esa encrucijada, la protagonista femenina miró la camioneta que tenía delante y consideró varias veces abrir la puerta del coche y bajar para perseguir a su amor, pero las responsabilidades mundanas y las restricciones morales la detuvieron.
Su cuerpo y su alma estaban aprisionados.
Las palabras del fotógrafo resonaron de nuevo en sus oídos: «Este tipo de certeza solo se da una vez en la vida.»
Finalmente, la soltó.
La voz profunda y áspera de Lu Huaiyan atravesó los tímpanos, por encima de la lluvia torrencial y las sirenas de la película: “Se Se, te encontré.”
Jiang Se alcanzó el clímax junto con la trama de la película.
La mujer de la película se desplomó en el coche, llorando amargamente.
Por los que se perdieron y por los amores perdidos.
No todos tienen la suerte de encontrar a su alma gemela, e incluso si lo hacen, puede que no sea en el momento más oportuno, siempre existe el arrepentimiento de haber llegado demasiado pronto o demasiado tarde.
Y ese tipo de arrepentimiento suele durar toda la vida.
Qué afortunados fueron de haberse encontraron el uno al otro, ni un paso antes ni un paso después.
La mirada de Jiang Se se desvaneció gradualmente, y no pudo evitar gritar su nombre, primero “Lu Huaiyan”, luego “Hermano Huaiyan” y finalmente “Lu Huaiyan.”
La película se detuvo en el último fotograma.
El sofá de la sala de estar hacía tiempo que se había movido de su posición original, dejando profundas marcas de arrastre en la alfombra.
Lu Huaiyan la llevó en brazos a la habitación, su anterior dulzura había desaparecido por completo. Jiang Se estaba atormentada hasta el punto de perder la voz y cuando ella se desplomó en sus brazos por última vez, él la besó suavemente en el rostro y dijo: “Casémonos, Se Se.”
Jiang Se tardó un buen rato en recobrar gradualmente la consciencia.
Al darse cuenta de lo que había dicho, preguntó atónita: “¿Qué dijiste?”
Lu Huaiyan levantó su rostro sudoroso, la miró a los ojos y repitió: “Quiero casarme contigo, Jiang Se.”
Era evidente que estaba jugando sucio.
En una noche como esa, después de ver una película tan llena de arrepentimiento y tristeza, en un momento de éxtasis que la había privado de toda razón, ella accedió con demasiada facilidad.
Las luces del dormitorio estaban apagadas y los copos de nieve revoloteaban fuera de la ventana.
En su pecho bullía una ola de emociones ardientes.
Jiang Se lo miró y dijo: “Lu Huaiyan, lo hiciste a propósito.”
Lu Huaiyan no lo negó. – “Solo cásate conmigo, seré el esposo de Jiang Se y tú serás la esposa de Lu Huaiyan. No necesitarás tener otra identidad y nada te limitará. No te verás obligada a detener parte de tu vida y comenzar una vida que no deseas solo por tener una identidad extra.”
En la película, la protagonista francesca decía que cuando una mujer decide casarse y tener hijos, su vida comienza en un sentido y termina en otro.
Cuando Lu Huaiyan escuchó esas palabras a los dieciocho años, pensó en Han Yin.
Han Yin estudió ingeniería geológica en la universidad y le encantaba viajar con el equipo de geología de la escuela para estudiar rocas, suelos y minas. Esa carrera era poco común y desafiante, pero su abuelo, anticipando que ella se casaría al graduarse, la dejó elegirla.
Lu Huaiyan a menudo ha pensado que si su madre nunca se hubiera casado ni lo hubiera dado a luz, podría haberse convertido en una geóloga excepcional.
Hoy en día, Han Yin disfruta viviendo en las montañas, estudiando el suelo y el agua de la zona, en parte para recordar algo que amó profundamente en el pasado.
“No dejaré que te conviertas en una segunda madre, el matrimonio es solo asunto nuestro, ni siquiera necesitamos decírselo a nadie más.” – Lu Huaiyan la besó en los labios. – “Depende de ti si quieres que nos casemos o no, y depende de ti si quieres tener hijos o no. Solo quiero poseerte por completo en el sentido legal, de forma egoísta.”
El hombre pronunció esas palabras mientras aún estaba íntimamente entrelazado con ella.
Se miraron fijamente el uno al otro en la oscuridad, sintiéndo los latidos de sus corazones.
El corazón de Jiang Se latía con extrema rapidez, como un tambor.
“El abuelo Lu espera que tengas un heredero, si no quiero tener hijos, ¿cómo se lo vas a explicar?”
“La familia Lu tiene tantos candidatos talentosos, siempre puedo elegir un heredero adecuado.” – Lu Huaiyan soltó los labios y dijo con seriedad. – “Déjamelo a mí, no dejaré que nadie te obligue.”
Él le allanaría el camino para que no tuviera que sufrir más injusticias.
Casarse con él debería hacerla más feliz, no poner su vida en un dilema.
Jiang Se guardó silencio.
Eso mismo había dicho ese día cuando irrumpió en el sótano, pensando que ella había matado a Fu Yun:
<“Déjamelo a mí.”>
Ese hombre siempre hacía todo lo posible por proteger a quienes quería proteger.
Siempre era minucioso en todo.
Siempre ha sido así con la tía Han en el pasado, y ahora lo es con ella.
Él siempre cumple su palabra y también ve a través de sus preocupaciones.
No era que Jiang Se no hubiera pensado en el matrimonio, ni en tener un hijo con él, ni en formar una familia en el sentido secular.
Desde que lo llevó a Banri Xian a tomar té con leche, todo el barrio de la calle Fuchun sabía que tenía un novio guapo. Durante los seis meses que Jiang Se pasó en Tongcheng, cada vez que los tíos y tías la veían le preguntaban cuándo iban a conseguir el certificado de matrimonio.
En ese momento, ella respondió sin dudar: “Todavía no tan pronto.”
No tan pronto, pero eso no significaba que no se vaya a casar.
Ella también quería casarse con Lu Huaiyan, y se casarían tarde o temprano.
Solo que ella sabía que una vez casados, inevitablemente se verían presionados a tener hijos.
El abuelo Lu llevaba mucho tiempo deseando abrazar a su bisnieto.
Pero ella no estaba segura de ser una buena madre.
Ella no quería hijos cuando no estaba segura de ser una buena madre.
Ahora que él resolverá el problema de los niños, no había necesidad de dudar.
“De acuerdo.” – Respondió Jiang Se.
A Lu Huaiyan se le encogió la nuez de Adán y la miró con los ojos entrecerrados. – “¿Lo has pensado bien?”
Jiang Se repitió: “Mmm.”
Lu Huaiyan la levantó de repente, la empujó contra el cabecero y la besó en los labios. – “Una vez que haces una promesa, no puedes faltar a tu palabra.”
Jiang Se frunció el ceño, el movimiento brusco de arriba abajo de hace un momento fue tan violento que le dolió.
Ella le mordió la punta de la lengua: “Lu Huaiyan, me estás haciendo daño.”
Lu Huaiyan sonrió ante sus palabras: “Seré más suave.”
Él dijo que sería más suave, pero su intensidad no disminuyó en absoluto.
Jiang Se usó toda la fuerza que finalmente había reunido para dejarle marcas de dientes en la clavícula.
A la mañana siguiente, esas marcas se habían convertido en un círculo de moretones morados.
Jiang Se miró su clavícula mientras se cepillaba los dientes.
Lu Huaiyan llevaba una bata de dormir, con el cinturón suelto, y cuando se inclinó para enjuagarse la boca, el cuello se abrió, revelando una gran extensión de piel fría y blanca.
Al notar su mirada, el hombre la fulminó con la mirada: “¿Te da pena ahora?”
La boca de Jiang Se estaba llena de espuma, y no tuvo tiempo de prestarle atención.
Después de cepillarse los dientes, respondió con calma: “Tú te lo buscaste solo.”
Lu Huaiyan rió entre dientes y tomó el cepillo de dientes que ella tenía en la mano, guardándolo en un lugar seguro.
Jiang Se quería ducharse, estaba tan agotada de la noche anterior que se quedó dormida incluso antes de pedirle a Lu Huaiyan que la llevara a bañarse.
Ahora, después de una noche, ya no soportaba la sensación pegajosa en su cuerpo y estaba a punto de quitarse el camisón, pero Lu Huaiyan la arrastró hacia él antes de que sus dedos siquiera tocaran la ropa.
“¿Olvidaste lo que prometiste anoche?” (Lu Huaiyan)
La mano de Jiang Se estaba sujeta por la de él, y su mal humor matutino estalló de repente: “¿Y si lo olvido?”
Lu Huaiyan: “Entonces tendré que pedirte matrimonio otra vez.”
Jiang Se lo miró: “Lu Huaiyan, si no me dejas ducharme, no lo recordaré ni aunque me lo pidas diez veces.”
Lu Huaiyan la abrazó divertido y se inclinó para besarla.
La besó con ternura, con sus manos callosas le acarició la nuca, como si estuviera jugando con un gato erizado.
Jiang Se se suavizó rápidamente, y cuando los labios pegados de ambos se separaron, su irritabilidad finalmente se disipó.
“Ve a ducharte, bajaré a preparar el desayuno, después de desayunar, podrás dormir un poco más y luego nos vamos al condado de Windsor.”
El hombre dijo eso y fue a cambiarse, pero en cuanto se dio la vuelta, alguien le agarró suavemente la manga de la bata.
“Después de regresar, conseguiremos el certificado de matrimonio en Tongcheng, puedes avisarle a la tía Han y al abuelo Lu, yo también se lo diré a mamá y papá. Tampoco podemos ocultárselo a Qian Qian, de lo contrario, definitivamente no volverá a buscarme. La boda la pospondremos, esperemos hasta dentro de dos años, cuando la fábrica de vino esté en marcha…”
Su voz se detuvo bruscamente.
Lu Huaiyan no la dejó terminar sus palabras, la sentó directamente en el lavabo y la besó.
Después de besarla un buen rato, se apartó para mordisquearle el lóbulo de la oreja y dijo: “Continúa.”
Jiang Se levantó la cabeza, contuvo la respiración y continuó: “La fábrica de vino tardará al menos dos años en estar en marcha y estaré en Tongcheng durante los próximos dos años. Después de dos años, iré a Beicheng a buscarte y entonces celebraremos la boda.”
Ella había planificado cada paso con cuidado.
Mientras él caminaba hacia ella, ella también caminaba hacia él.
Lu Huaiyan sabía que no podía continuar el beso.
Levantó la cabeza, y frotó su nariz contra la de ella y dijo: “Entonces comprometámonos aquí en Inglaterra, seremos solo nosotros dos en la fiesta de compromiso.”
Jiang Se parpadeó. – “Ya nos vamos a casar, ¿para qué necesitamos un compromiso?”
Ella y Lu Huaiyan no se casaban para una alianza matrimonial, así que no había necesidad de organizar una fiesta de compromiso para anunciar al exterior la unión de las dos familias.
Y más aún, siendo solo la fiesta de compromiso para ellos dos.
Lu Huaiyan dijo: “Déjame compensar mis arrepentimientos.”
Las pestañas de Jiang Se se agitaron. “¿Arrepentimientos?”
“Sí.” – Lu Huaiyan la besó en la frente. – “Lamento no haberte acompañado en tu primer baile en tu ceremonia de mayoría de edad a los dieciocho, ni haber estado a tu lado como tu prometido en tu banquete de compromiso a los veintiuno.”
Jiang Se bailó su primer baile social en su ceremonia de mayoría de edad con Fu Jun. En su fiesta de compromiso a los veintiún años, Fu Yun estuvo a su lado.
Lu Huaiyan asistió a ambas fiestas.
Se fue antes incluso de ver su primer baile, y solo asistió a la mitad del banquete de compromiso de ella con Fu Yun.
Al recordarlo ahora, ¿cómo no iba a arrepentirse?
Jiang Se miró a Lu Huaiyan en silencio y después de unos segundos, sonrió y dijo: “Es una lástima que no te comprometieras conmigo, es una lástima que no tuvieras tu primer baile conmigo. Entonces, después de comprometernos, ¿bailarías conmigo?”
Lu Huaiyan captó sus pensamientos al instante. – “¿Quieres verme bailar?”
“Hmm.” – Dijo Jiang Se. – “¿De verdad nunca has bailado ni una sola vez? Mi hermano dijo que eras el único de ellos que nunca lo había hecho ni una sola vez.”
Lu Huaiyan pensó unos segundos. – “Bailé swing una o dos veces en la escuela secundaria.”
“¿Bailaste swing?” – Jiang Se forzó una sonrisa. – “¿Grabaron algún vídeo?”
“No lo sé, puede que Guan Shaoting lo tenga, él también lo hizo en ese momento. Le pediré que lo busque.” – Lu Huaiyan no pudo resistirse a pellizcarle la mandíbula, con la voz teñida de risa. – “Ve a ducharte rápido, no tienes que esperar hasta ahora para ver mi ridículo.”
Jiang Se se duchó obedientemente y cuando salió, Lu Huaiyan ya había servido el desayuno.
Un desayuno inglés muy tradicional: tocino tostado, huevos estrellados, papas fritas, frijoles al horno, tostadas, champiñones a la plancha, tomates cherry y además la joya de la corona, una versión refrescante del mundo culinario oscuro: morcilla.
Jiang Se solo eligió algunos ingredientes a los que estaba acostumbrada, dejando todo lo demás en paz.
Lu Huaiyan cortó un trozo de morcilla y preguntó: “¿De verdad no quieres probarla? Antes también pensaba que no era bueno, pero cuando lo probé, descubrí que tenía un sabor bastante bueno.”
A Jiang Se no le gustaban los productos sanguíneos, negó con la cabeza y dijo que no lo comería.
Después de que Lu Huaiyan le diera un mordisco, dijo deliberadamente: “Hoy no puedes besarme.”
La mano de Lu Huaiyan con el tenedor y el cuchillo hizo una pausa, levantó la vista y dijo: “¿Por qué no te da asco cada vez que me muerdes la lengua?”
Jiang Se dijo: “Eso es diferente.”
Lu Huaiyan: “¿En qué es diferente?”
Jiang Se guardó silencio, bebiendo en silencio un trago de su taza de té negro.
Desde niña, le había disgustado el olor a sangre.
Pero cuando se besaban, ella le mordía la lengua más de una vez, y cuando hacían el amor, a menudo le mordisqueaba el hombro y la clavícula. En ese momento, el sabor a sangre en sus labios no la molestaba en absoluto; al contrario, la excitaba aún más.
Lu Huaiyan dejó de tocar la morcilla en su plato, la tomó de la muñeca, bebió un sorbo de su té negro y la llamó lentamente: “Pequeña vampira.”
Jiang Se: “…”
***
Anoche hicieron mucho ruido hasta tarde, así que también se despertaron tarde.
Después de desayunar ya eran pasadas las diez, Jiang Se no durmió más, hizo las maletas y partieron hacia el condado de Windsor.
Su viaje a Inglaterra duró solo cinco días: dos en Londres, uno en Windsor y uno en Oxfordshire. No visitarían ningún otro lugar.
El condado Windsor está a las afueras de Londres, a menos de una hora en coche del apartamento de Lu Huaiyan.
Hoy nevaba copiosamente y el cielo estaba sombrío.
Pero el mal tiempo no afectó en lo más mínimo el estado de ánimo de ambos.
La calefacción del coche estaba a tope y el equipo de música reproducía alegres canciones navideñas. En un instante, Jiang Se contemplaba los copos de nieve por la ventana y, al momento siguiente ya se había quedado profundamente dormida.
Cuando despertó, el coche estaba estacionado en el aparcamiento de una cafetería con las luces intermitentes encendidas.
Lu Huaiyan estaba de pie bajo un árbol, en el lado del copiloto, hablando por teléfono.
Jiang Se miró su reloj, eran las doce y media, había dormido dos horas completas.
Ella llevaba puesto el abrigo de Lu Huaiyan, mientras que el hombre permanecía de pie en la nieve con un jersey de cuello alto y pantalones de vestir informales.
Jiang Se, todavía algo somnolienta luego de haberse despertado, no tenía prisa por bajar del coche, apoyó la cabeza en el respaldo del asiento y miró por la ventana en silencio.
El hombre de afuera, quizá notando el movimiento de ella, desvió la mirada repentinamente.
Colgó el teléfono luego de unas breves palabras, se acercó y tocó la ventanilla.
Jiang Se bajó la ventanilla.
“Te traeré una taza de té negro, espérame aquí.” (Lu Huaiyan)
La taza de té negro que llevó al salir se había enfriado hacía tiempo, y Jiang Se tenía sed, así que soltó un perezoso “hmm.”
Su tez estaba un poco sonrosada por el calor de la calefacción, su largo cabello caía desordenadamente sobre el respaldo de la silla y su voz era ronca.
Lu Huaiyan la miró unos segundos y, de repente, abrió la puerta del coche, ignorando su prohibición de besar que ella había mencionado por la mañana, la besó en los suaves labios y dijo: “Dormiste profundamente.”
Después del beso, le subió el abrigo para cubrirle el cuello desnudo, cerró la puerta del coche y se dirigió a la cafetería cercana.
Lu Huaiyan le trajo té negro y bollos dulces.
Jiang Se no tenía hambre, pero en un día tan frío y nublado, no pudo resistir la tentación del té inglés y los bollos dulces.
Lu Huaiyan no subió al coche, sino que se quedó de pie a su lado, observándola comer los bollos mientras seguía hablando por teléfono.
Él le compró cuatro bollos dulces y Jiang Se comió tres de una sola vez y empujó lentamente el último hasta la parte superior de la bolsa de papel, mirando a Lu Huaiyan.
Lu Huaiyan le sostuvo la mirada un segundo, antes de inclinarse hacia la ventanilla del coche, Jiang Se le dio el último bollo dulce en la boca. Después de dárselo, dobló la bolsa de papel, se puso el abrigo, abrió la puerta del coche y lo tiró a la papelera que estaba a su lado.
Después de estar más de dos horas sentada en el coche, tenía la espalda y las extremidades rígidas y doloridas, así que simplemente decidió bajarse y jugar a amontonar nieve en los dedos de los pies bajo un árbol.
Lu Huaiyan la siguió con la mirada, y una leve sonrisa se dibujó en sus ojos al verla jugar en la nieve.
Esa chica era más irritable que nadie al despertar, pero era fácil consolar; con un poco de algo dulce, se le pasa el mal humor.
Después de que Lu Huaiyan terminara la llamada, se acercó y le tomó la mano.
“¿Has descansado lo suficiente? Si es así, aparcaré el coche y te llevaré a dar un paseo por Eton.” (Lu Huaiyan)
Jiang Se asintió, se asomó por la ventana del coche para tomar el té negro y, después de que Lu Huaiyan aparcara el coche, caminaron juntos hacia la calle de enfrente.
Eran vacaciones de Navidad y no había muchos estudiantes en la escuela.
Las calles estaban desiertas, y Lu Huaiyan, como un guía turístico diligente, le mostró la residencia donde había vivido y el edificio de enseñanza que frecuentaba para sus clases.
Bajo un cielo sombrío, los antiguos edificios, con sus muros rojos y ventanas blancas, evocaban una solemne y digna sensación de historia en un día de invierno marcado por la nieve que cae a cántaros y un viento gélido que susurra.
Lu Huaiyan había traído su cámara réflex digital al bajar del auto y le tomó fotos a Jiang Se cada vez que pasaban por un lugar.
Ella dejó su huella en los lugares que él había visitado hacía más de una década.
La única foto que se habían tomado los dos juntos fue frente a la estatua de Enrique VI, en medio de copos de nieve que caían por todas partes, con la mano de ella entrelazada con la suya y metida en el bolsillo de su abrigo y con sus hombros nevados cubiertos por el cabello alborotado por el viento.
Ambos sonreían.
Jiang Se cargó la batería en el coche y condujo durante tres horas sin cansarse.
Al oscurecerse el cielo, cogieron dos platos de pescado con patatas fritas para llevar de un pequeño restaurante familiar que Lu Huaiyan solía frecuentar y los comieron de pie bajo una farola de la calle.
“¿Esta fue tu primera cena en Inglaterra?”
“Hmm.” – Dijo Lu Huaiyan, cogiendo un trozo de pescado frito, mojándolo en salsa y dándole de comer. – “Pasaba por aquí y vi una fila larguísima en este restaurante, así que le pedí al mayordomo que me comprara una porción.”
El pescado que tenía en la boca estaba crujiente por fuera y tierno por dentro, mezclado con una salsa de crema agria cubierta de pepinillo picado, estaba realmente delicioso, mejor que cualquier pescado frito que Jiang Se hubiera probado antes.
“¿La llamada que hiciste hace un momento fue a la dueña de este restaurante?”
“Era la dueña anterior, ahora le ha cedido el negocio a su hija.” – Lu Huaiyan llevándose a la boca el trozo de pescado restante sin salsa, dijo. – “La dueña fue a la ciudad de Beicheng cuando era joven y lo extrañó muchísimo. Cuando me gradué y me fui, me dijo que le avisara cuando regresara y que me volvería a freír pescado.”
Jiang Se tomó un sorbo de té negro y miró al hombre que estaba bajo la farola.
Había sido alto desde niño, no desentonaba en absoluto incluso entre los europeos altos y con sus atractivos rasgos orientales y su actitud reservada, era realmente encantador.
“¿Le gustabas a mucha gente cuando estabas en la universidad?”
Lu Huaiyan hizo una pausa, levantó la vista y preguntó: “¿Quién te dijo eso? ¿Guan Shaoting?”
Jiang Se respondió con sinceridad: “Linda me lo dijo, ella dijo que la nieta de un Duque te persiguió durante tres años y que, durante tu segundo año, un apuesto italiano te confesó su amor, pero lo rechazaste, y después de eso, arrastraste a Guan Shaoting a un bar y bebieron toda la noche.”
Lu Huaiyan bajó la mirada y sonrió un par de veces. – “Jiang Se, ¿estás celosa o estás investigando mi historial amoroso?”
Anterior | Novelas | Menú | Siguiente |
Capítulo 90: Mi Certeza (FIN) El día que recibieron su certificado de matrimonio, Tongcheng…
Esta web usa cookies.