Capítulo 70 – Sensación extraña
El buen ambiente que había reinado mientras practicaban esgrima desapareció de repente.
Clint no respondió a las palabras de Psyche y se limitó a mirarla sin comprender.
“…”
Si todo hubiera salido según lo planeado, Clint y Psyche habrían participado en la cacería juntos.
Sin embargo, Psyche no quería volver a ver a Rachel.
Por supuesto, las cosas eran muy diferentes ahora que cuando Psyche huyó de la residencia Ducal, pero seguía sin querer verla.
No era porque le tuviera miedo a Rachel ni nada por el estilo.
Psyche sentía que, al ver a Rachel, pensaría naturalmente en su hijo perdido.
No quería perder la tranquilidad que apenas había encontrado al enviar a Kylie a Tarangok.
A duras penas había logrado llevar una vida normal, así que no podía simplemente tirar otra piedra sobre la superficie del agua tranquila.
Clint hizo una mueca incómoda.
Psyche no pudo contenerse y añadió.
“Es un lugar al que Su Alteza, puede ir solo.”
“Es cierto, pero…” (Clint)
Pero Clint no quería dejar a Psyche en la residencia Ducal.
Era porque recordaba su huida.
“Me quedaré tranquila y no iré a ningún lado. Si no confías en mí, puedes contratar más escoltas.”
Psyche notó rápidamente la ansiedad de Clint y añadió rápidamente.
Pero Clint seguía ansioso.
No era solo que le preocupara que Psyche se escapara.
La última vez que dejó a Psyche sola en la mansión, ella terminó herida.
El recuerdo de perder a un hijo.
Ese recuerdo no le hacía ningún bien a Psyche, pero a Clint tampoco.
Desde hacía un tiempo, le irritaba que Psyche lo llamara ‘Su Alteza.’
Ahora solía llamarlo por su nombre de pila, pero cuando estaba de mal humor, siempre lo llamaba ‘Su Alteza’, aumentando la distancia entre ellos.
“¿Su Alteza?”
Como seguía sin responder, Psyche lo volvió a llamar con cautela.
“No puedo.” (Clint)
Después de pasar por muchas situaciones e idas y venidas, apenas logró encontrar un punto medio y mantener una buena relación, pero Clint seguía sin querer repetir los errores del pasado.
“…”
Psyche se quedó boquiabierta ante eso.
“Rachel, no, la esposa del Marqués no es rival para ti. ¿No es por eso por lo que te has vuelto tan poderosa?” (Clint)
“¿Qué?”
“¿No es por eso por lo que te has esforzado tanto en socializar para que la Marquesa no pueda volver a hacerte daño?” (Clint)
Psyche se quedó momentáneamente sin palabras.
Sintió que sus verdaderos sentimientos se revelaban al instante.
Esa sensación pronto se convirtió en incomodidad.
“¿Cómo sabe Su Alteza algo tan profundo?”
“Es obvio. A mi esposa no le interesaban esas cosas en absoluto antes.” (Clint)
“Sí. Pero…”
‘Intentaste matarme, así que buscaba la manera de vivir sin ti.’ – Quiso decir que Rachel era un propósito secundario, pero no pudo, así que mantuvo la boca cerrada.
“Así que no te preocupes por ella…” (Clint)
“Lo dice con tanta facilidad, Su Alteza.”
Psyche lo interrumpió con fuerza.
Parecía que la relación entre los dos, que apenas se había mantenido estable, comenzaba a resquebrajarse de nuevo.
“Entiendo sus intenciones, Su Alteza.”
Psyche se levantó y abandonó el campo de entrenamiento con la espada en la mano.
Clint se enfureció al ver eso y arrojó lejos la espada de madera que sostenía.
***
Día de caza.
Psyche y Clint viajaron en carruaje hasta el lugar de caza.
No había bosques adecuados para cazar alrededor del Palacio Imperial, así que tuvieron que alejarse bastante.
El aroma del bosque le hizo cosquillas en la nariz en cuanto bajaron.
Psyche miró a su alrededor, mientras era escoltada por Clint.
“Vaya, ¿todo esto es bosque?”
Habló con Alexa, que la había seguido para escoltarla.
“Sí. Este es el territorio del Marqués Plank, un Marqués de la zona fronteriza, y es conocido como un lugar donde la nobleza suele frecuentar para cazar o algo así.” (Alexa)
“¿Marqués Plank?”
“Sí, Marqués Plank Marsen.” (Alexa)
“Ah.”
Creyó haber oído ese nombre en alguna parte y se dio cuenta de que no era otro que el Marqués Marsen, la persona con quien Rachel se había casado.
Solo entonces comprendió por qué habían dicho que Rachel se presentaría en la Corte Imperial.
Debía de haber planeado recibir al Emperador allí y luego seguirlo hasta la Capital imperial.
Psyche rió ante esa idea.
Pronto, los hombres comenzaron a prepararse afanosamente para la caza.
Aunque había ido allí después de su discusión con el Duque, el aire del bosque que no había sentido en mucho tiempo la refrescó.
El olor de los árboles y el amargo aroma de la hierba eran agradables.
Psyche acompañada de Alexa, miró a su alrededor, observando los árboles y la hierba. Eran cosas que había hecho tan bien en la finca Alistair, pero allí, le resultaban extrañamente desconocidas.
“Oh, Alexa. Eso no.”
“¿Qué es?” (Alexa)
“Oh, no son flores buenas. Esas flores son venenosas.”
Alexa retiró la mano para no tocarla.
“¿Cómo es que sabe tanto de plantas?” (Alexa)
“Ah. Lo aprendí de mis padres. Ahora que lo pienso, no sé por qué Alexa nunca ha estado en mi ciudad natal. Está rodeada de montañas, así que hay muchísimas plantas.”
“Aun así, nunca he conocido a nadie que sepa tanto como la Señora.” (Alexa)
“No, debe haber expertos en el Palacio Imperial.”
Alexa asintió con asombro, tomando cada una de las hierbas que Psyche le daba.
“Oh, no debería dejar pasar esta.”
“¿Qué encontró?” (Alexa)
“¡Dios mío! ¿Hay muchas de estas por aquí?”
Psyche miró el lugar donde las diminutas flores blancas estaban en plena floración.
“¡Guau, es tan hermoso!” (Alexa)
“¿Verdad que es hermoso? Pero esas flores tiene un componente tóxico, y si te envenenas, alucinarás o te volverás loco.”
“Ah, también he oído eso antes.” (Alexa)
“Sí. Intentemos no acercarnos demasiado. ¿Volvemos? Ya es casi la hora de que empiece la cacería.”
Dicho esto, Psyche y Alexa se dirigieron a donde estaban reunidos los nobles, incluyendo el Emperador.
Incluso desde lejos, Clint era claramente visible.
Clint era uno de los hombres más altos, tenía un físico robusto y estaba armado, lo que lo hacía destacar aún más.
Los hombres estaban revisando si sus espadas y arcos estaban en buen estado.
En ese momento, el Emperador, que se encontraba bajo la tienda más majestuosa, se puso de pie de repente.
“Es un placer estar hoy aquí con ustedes.” (Emperador)
Tras unas sencillas palabras de saludo, anunció el inicio de la cacería.
“¡Entonces, chicos, demuestren sus habilidades a su antojo! ¡Que las bendiciones del imperio los acompañen!” (Emperador)
Con esas palabras, los hombres armados se adentraron en el bosque.
Clint, que había permanecido inmóvil, se acercó a Psyche.
“Volveré enseguida.” (Clint)
Psyche solo asintió y abrió la boca lentamente.
“Oh, no vayas al este. Hay muchas flores de thalais por allí, así que es peligroso.”
Tras una breve conversación con Alexa sobre las flores que había visto antes, se despidieron y separaron.
Se acercó a Alexa, que la estaba esperando, y le dijo.
“Alexa, tú también deberías ir. Llevas tiempo queriendo ir de caza.”
“Pero…” (Alexa)
“Su Alteza dijo que estaba bien. Y el Emperador está aquí, así que ¿qué podría pasar? No te preocupes y ve.”
Psyche la tranquilizó y le hizo señas para que se fuera rápido.
Emocionada, Alexa corrió hacia el bosque como una niña.
Psyche, que la miraba con satisfacción, se preguntó dónde estaría y luego se dirigió con confianza hacia la ornamentada tienda donde estaba sentado el Emperador.
Sintió que le faltaban fuerzas para unirse a la conversación de las damas nobles, así que prefirió tomar el lado del Emperador.
“Oh, ¿Miren quién llegó? ¿No es la Duquesa, de quien se dice que es la más prestigiosa hoy en día?” (Emperador)
Psyche sonrió e hizo una reverencia.
“Veo a Su Majestad, la gloria del imperio.”
“¿Ya que llegaste hasta aquí tan atentamente, ven y siéntate.” (Emperador)
Le dirigió una mirada conspiradora y dejó paso para que Psyche se sentara.
El Emperador, que la observó sentarse, volvió a hablar rápidamente.
“¿Sigue sin haber noticias de un heredero?” (Emperador)
“Ah…”
El Emperador, que no podía saber que Psyche tomaba píldoras anticonceptivas con regularidad, hizo esa pregunta con ánimo de ofenderla.
Psyche sintió que sus verdaderos sentimientos eran demasiado obvios y le pareció gracioso.
“¿No hay un momento para todo?”
“Es cierto. Sin embargo, el Duque tiene la edad suficiente para… Dicen que son tan cercanos, ¿por qué no usa su vigor por la noche?” (Emperador)
Le sorprendió la audacia del Emperador al hacer preguntas que se pasaban de la raya, pero no quería caer en una trampa tan superficial.
“No puede ser. Estamos en la flor de la vida, Su Majestad.”
“¿En serio?” (Emperador)
“Sí, no debe preocuparse por nuestros asuntos como pareja, su Majestad. Más bien, ¿no debería preocuparle más que Su Alteza el Príncipe Heredero encuentre consorte cuanto antes?”
Era común responder a la maldad con maldad. Psyche cambió de tema y habló del Príncipe Heredero, el punto más débil del Emperador.
“¿Hay alguien que pueda recomendar la Duquesa como esposa del Príncipe Heredero?” (Emperador)
“Bueno… Alguien que sea adecuada y digna para un puesto tan noble como el de Princesa heredera…”
“El Príncipe Heredero lo dijo. ¿Le gustaría una mujer como la Duquesa, ni más ni menos?” (Emperador)
Ante esas palabras, el rostro de Psyche palideció.
Sintió que la sangre se le escapaba de las venas.
El Emperador observaba su cambio con una expresión divertida.
Psyche tuvo que reflexionar sobre la intención de las palabras del Emperador, preguntándose si el Príncipe Heredero le habría dicho algo extraño.
Rápidamente fijó su expresión y sonrió levemente.
“No diga nada que pueda causar problemas, Su Majestad. Si alguien lo escucha, podría malinterpretarlo.”
“¿De verdad? Lo siento mucho. A menudo me pregunto qué habría pasado si hubiera conocido primero a nuestro Príncipe Heredero en lugar de al Duque.” (Emperador)
“…”
La conversación se volvió cada vez más extraña. No era algo que se pudiera decir delante de una mujer que, obviamente, estaba casada.
Psyche sintió que su cabeza le daba vueltas.
Se sentía muy peligroso continuar esa conversación.
Si alguien los oyera, parecería que al Príncipe Heredero le gustaba Psyche. Ella odiaba ese tipo de malentendidos.
“¡Su Majestad, está bromeando demasiado…!”
<¡Kuung!>
<¡Kwakjik!>, de repente, un ruido de algo roto vino de algún lugar.
“¡Su, Su Majestad! ¡Protéjase!” (Asistente)
Alguien llamó al Emperador con urgencia.
Y al mismo tiempo, el árbol que sostenía la tienda en la que se encontraban se rompió de repente y comenzó a caer.
Nameless: Nos quedamos aquí. No va a haber actualización la próxima semana porque tengo varios temas personales que atender. Nos vemos en 2 semanas.
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