Capítulo 51 – Caída
Psyche parpadeó varias veces.
Preguntó, con un deje de confusión.
“¿Qué quieres decir con eso? ¿Cuántos años llevo fuera de la Capital Imperial?”
“Entonces, ¿ahora es el momento de ejercer la mayor influencia?” (Alexa)
Alexa sonrió.
Luego añadió unas palabras más.
“Aparte de Su Majestad la Emperatriz, la posición de la Dama es la más alta. Y la Emperatriz no ha estado interesada en banquetes ni en el mundo social desde hace bastante tiempo, así que ¿no es el momento perfecto para ejercer influencia?” (Alexa)
“Ah. Exacto.”
No se equivocaba.
Los rumores del regreso de Psyche al Capital Imperial ya se habían extendido entre los nobles conocidos.
Todos los ojos estaban puestos en ella. Hiciera lo que hiciera, sería el centro de atención.
Psyche lo decidió entonces.
Intentaría tomar el control de la sociedad con su propio poder.
***
Habían pasado cuatro días desde que el Duque se fue.
Sin Clint, la vida diaria de Psyche era muy tranquila y pacífica.
Gracias al estricto control de Clint sobre sus empleados, nadie se atrevía a oponerse a ella.
Mientras Psyche pasaba tiempo con Schild, reflexionaba profundamente sobre cómo dominar el mundo social.
Si Claude la hubiera seguido, habría podido organizar todo entre bastidores, pero esta vez decidió hacerlo todo sola.
Así que estaba haciendo varios planes.
Pero esa mañana, llegó un mensaje diciendo que Clint volvería.
“No puede volver más tarde.”
Se dijo Psyche a si misma mientras tomaba un sencillo té en su habitación.
Alexa, que estaba de pie a su lado, se sorprendió al oírla.
“Oh, lo siento. Estoy hablando sola. ¿Qué está haciendo Schild ahora?”
“Ha nevado esta mañana, ¿verdad?, por lo que ha estado afuera construyendo un muñeco de nieve desde temprano.” (Alexa)
“¿Muñeco de nieve?”
Psyche se llevó la taza de té a los labios y miró hacia el balcón.
La nieve que había estado cayendo desde temprano por la mañana había parado, y solo caía una ligera nevada.
“Debe hacer frío.”
“Les dije a los empleados que se aseguraran de abrigarla bien.” (Alexa)
“¿Quién está jugando con ella?”
“Parece que Schild se está adaptando bastante bien a los caballeros de aquí. Oí que ayer intentó empuñar una espada.” (Alexa)
“¿En serio? Es lento con las palabras, pero rápido con su cuerpo.”
Psyche asintió y se llevó la taza de té a los labios.
Aun así, pensó que era una suerte que los caballeros y empleados del Duque fueran amables con Schild.
Por supuesto, no todos veían con buenos ojos a Schild. Pero eso también era algo inevitable. Mientras no le causara ningún daño, tenía que dejarlo pasar.
“¿Salimos a ver qué está haciendo Schild?”
“Debería abrigarse bien y salir. Todavía hace mucho frío. ¿Digo a los empleados que la preparen?” (Alexa)
“¿Eh? No. No me siento bien, así que solo voy a mirar desde el balcón. Creo que puedo verla bien desde aquí.”
Psyche señaló el ventanal.
“¿Se encuentra mal?” (Alexa)
Alexa puso cara seria. Parecía que en cualquier momento iba a correr a contarle al Duque su estado, pero Psyche hizo un gesto con la mano, diciendo que no.
No quería armar un escándalo por algo tan trivial.
“Es que tengo frío. Creo que ayer hizo un poco de frío.”
Psyche explicó rápidamente.
La razón por la que no se sentía bien era por las pastillas anticonceptivas que estaba tomando, hechas con hojas de Zabia.
Había estado sintiendo mareos y un ligero dolor de cabeza desde el día que empezó a tomarlas, pero hoy parecía estar particularmente mal, aun así, no le dio mucha importancia.
“No es nada. Me abrigaré con una manta y saldré.”
“Sí. Si no se encuentra bien, por favor, avíseme.” – Dijo Alexa con solemnidad.
Psyche, para demostrar que no era nada, se levantó y sintió que el techo daba vueltas y su cuerpo se tambaleó al instante.
‘Uf…. Los efectos secundarios son más fuertes de lo que pensaba.’
Ella se apresuró a apoyarse en la mesa.
Parecía que el mareo continuaría durante días. La más sorprendida fue Alexa.
“¡Dios mío, Señora!” (Alexa)
Alexa, que estaba de pie junto a ella, corrió a ayudarla a levantarse presa del pánico.
“Lo siento, no creo que ahora sea un buen momento para salir. Acuéstese rápido. ¿Eh?, parece que tiene un poco de fiebre.” (Alexa)
Alexa intentó llevar a Psyche a la cama de inmediato.
Psyche hizo un gesto con la mano.
Solo pensó que la píldora anticonceptiva hecha con hoja de Zabia parecía estar reaccionando demasiado fuerte.
Pensó que, si seguía tomándola de todos modos, su cuerpo se adaptaría.
Ella pensó que no era demasiado peligroso.
Psyche, que conocía bien su propio cuerpo, rechazó la recomendación de Alexa.
“No, no es tan malo, prefiero tomar un poco de aire fresco…”
Pensó que, si tomaba un poco de aire, el mareo y la congestión desaparecerían un poco.
Y sobre todo, ¿no era hoy el día en que Clint dijo que volvería?
No le apetecía acostarse en el dormitorio y darle la bienvenida así.
Eso era porque recordaba lo que él le había dicho antes de irse.
<“Y me aseguraré de ir a tu habitación la noche que regrese.”> (Clint)
Le pareció raro que dijera que vendría a verla por la noche.
El rostro de Psyche se puso aún más rojo al recordar las palabras de Clint.
“¿Está segura de que estás bien?” (Alexa)
“Sí, conozco mi cuerpo mejor que nadie.”
“…” (Alexa)
Alexa pareció no creerle, pero ella era demasiado terca.
Más que nada, Psyche quería ver a Schild pasando tiempo con otras personas además de ella.
El paisaje nevado después de tanto tiempo también era bonito.
Finalmente, ante su propia insistencia, se envolvió en una gran manta de piel y se apoyó en el borde del balcón.
El balcón, que no era muy alto, sobresalía del edificio. El segundo piso estaba un poco por debajo de la altura, así que podía ver a Schild jugando muy bien.
Psyche se arrebujó en la manta con satisfacción y observó la escena.
La nieve empezó a caer de nuevo poco a poco.
Sin embargo, Psyche estaba distraída viendo jugar a Schild.
Al principio, el viento frío la refrescó mucho, e incluso el mareo pareció desaparecer.
“Estás jugando bien…”
Psyche sonrió mientras Schild ponía los ojos en blanco.
Con el paso del tiempo, sintió que realmente estaba criando a un hijo.
Se preguntó si así se sentiría así su hijo si estuviera vivo.
“¿Eh? ¡Mamá!” (Schild)
Schild, que estaba jugando con la nieve con varios caballeros, encontró a Psyche.
En lugar de poner los ojos en blanco, extendió los brazos y la saludó trazando un círculo. Incluso la forma en que se movía era adorable.
“¡Cui-Cuidado!”
Schild, que estaba tan concentrado saludando a Psyche, cayó en la nieve sin poder ver lo que había delante.
Psyche se tapó la boca con sorpresa.
Schild, que había caído en la nieve, asomó rápidamente la cabeza de entre los copos.
Los caballeros allí presentes estallaron en carcajadas al ver a Schild sacudiéndose la nieve como un perro cuando sacude su cuerpo.
Schild entonces infló las mejillas y les lanzó nieve a los caballeros mientras ponía una cara de enfado.
“¡Uji! ¡Ma!” (Schild)
“¡Jajaja! ¡Fíjate en lo que está haciendo Schild!”
Uno de los caballeros esquivó la nieve que Schild le lanzó y salió corriendo.
La creación del muñeco de nieve ya se había convertido en una guerra de bolas de nieve.
Psyche observó la escena con una sonrisa.
Ni siquiera se dio cuenta de que todo su cuerpo se estaba congelando porque estaba mirando a Schild. Estaba tan concentrada en el paisaje exterior que creía que se le había pasado el mareo.
Solo ver la escena en la que Schild se revolcaba en la nieve la hacía feliz.
Si las cosas fueran como ahora, pensó todo estaría bien.
De repente, pensó en el niño que había muerto, pero esta vez sacudió la cabeza para no hundirse en la tragedia del pasado.
Fue entonces…
Por el rabillo del ojo, vio la puerta principal del Ducado abriéndose.
“…Parece que ha vuelto.”
Sabía que Clint había regresado.
“Ah.”
Al mismo tiempo, una sensación pesada recorrió todo su cuerpo.
Se sorprendió al ver que su cuerpo se había vuelto tan frío como el hielo. Solo entonces se dio cuenta de la gravedad de la situación e intentó entrar.
“Uf… Supongo que he estado aquí demasiado tiempo.”
Pero su cuerpo, extrañamente, se negaba a escucharla. No podía dar ni un solo paso correctamente. Se quedó paralizada, incapaz de moverse.
En un instante, sintió que sus sentidos se entumecían y su visión se quedó en blanco.
De repente, la medicina pareció intensificarse.
Gimió involuntariamente ante la sensación que le oprimía todo el cuerpo.
“¡Uf!”
Quiso entrar de inmediato, pero no funcionó.
Estaba tan mareada que se sentó precariamente en el borde del balcón. Era una posición peligrosa para cualquiera.
De repente, el cielo pareció girar ante sus ojos.
“¡Uf!”
Sintió náuseas y un nudo en el estómago.
Sintió un escalofrío y su visión se volvió blanca.
Al mismo tiempo, vio un caballo corriendo apresuradamente hacia el edificio donde se encontraba.
Esa fue la última escena que Psyche recordó.
El viento sopló y su cuerpo se balanceó en consecuencia.
Una vez más, la posición del cielo y la tierra cambió drásticamente, y pronto sintió que su cuerpo era arrastrado hacia abajo y cerró los ojos.
Oyó que alguien la llamaba con urgencia.
“¡Psyche!”
Se estaba cayendo del balcón.
Nameless. Les cuento que unos capítulos más adelante por fin pude confirmar que Schild es un niño… Así que hay cambio otra vez y lo voy a hacer afectivo a partir del capítulo 51, es decir, este. ¡Sorry chicos!
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