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Categorías: Romántico

DLHA – Cap 6 – Part1

CAPITULO VI – Parte I

«Entonces, ¿qué es lo que tienes que informarme?»

Basster salió del salón y no habló con nadie en particular. Algo descendió del techo y se detuvo junto a él. Caminando despreocupadamente detrás suyo, la Sombra habló.

«He viajado a cada una de las aldeas del reino, como solicitó Su Excelencia, y parece que ha sucedido lo que le preocupaba».

«¿Estás diciendo que hay un caso de infección como el que se denunció entonces?».

«Sí, no son demasiados, así que supongo que los señores se encogen de hombros como si no fuera para tanto, pero está ocurriendo en todo el sur».

«… Ya veo.»

Los ojos de Basster se entrecerraron.

El sur del país es conocido por muchos como un lugar agradable y tranquilo para vivir con un buen clima la mayor parte del año, pero en realidad era uno de los más peligrosos. Bandidos y ladrones invadían cuando se aburrían, y los bárbaros asaltaban y saqueaban las aldeas a su antojo.

No sólo eso, sino que el exceso de sol puede matar los cultivos, por lo que extraer agua de los embalses supone todo un gasto energético.

Además, de vez en cuando aparecían enfermedades inexplicables como ésta. El clima cálido era perfecto para la propagación de gérmenes. Una vez que una epidemia tomara más víctimas, podría regarse por todo el país.

«¿Cuál es la probabilidad de contagio?»

«Tendré que investigar un poco más, pero tal vez…»

La sombra hizo una reverencia de disculpa.

Se omitieron las últimas palabras, pero la respuesta era obvia. Probablemente era contagiosa, y la gran pregunta era de dónde procedía y cómo se estaba propagando.

«Ya llegó la hora».

No esperaba que esto ocurriera justo cuando se estaba acercando un poco más a Nitens y Karinna. Un profundo ceño se formó en su frente. No podía evitar sentirse molesto.

En caso de epidemia, se veía obligado a abandonar la mansión.

«Emitan un aviso en cada pueblo y ordénenles aislar a los pacientes. Aumenten los controles al entrar en la capital. Si tienen el más mínimo parecido con la enfermedad, manténganlos fuera y asegúrense de que reciben un diagnóstico adecuado».

«Entendido.»

«Reúne a los médicos de cabecera, prominentes o no. Diles que vengan a la mansión».

«¡Sí, Excelencia!». Dijo la Sombra, haciendo una nueva reverencia.

Basster agitó ligeramente la mano. La sombra retrocedió rápidamente.

Soltó un lento suspiro y se frotó la cara. Lo piense como lo piense, esto está muy mal. El momento era desafortunado: en unas semanas será el banquete de cumpleaños del Emperador. Si cometía un error, no podrán asistir.

«… Nitens.»

Pensó que también debía enviar una carta a la escuela del niño.

Era una escuela infantil para jóvenes aristócratas de las provincias del sur, por lo que era un lugar al que debía prestar más atención.

Basster se cruzó de brazos y dejó escapar un largo suspiro.

Me gustaría ver esto terminado en dos semanas como máximo.’

Con un rápido giro de cabeza, terminó de caminar hacia su despacho.

∴※✻※∴

Las noches sin luna no traen buenos recuerdos a Basster. En esas noches se activaba la maldición con la que había nacido, de la que no sabía desde cuándo padeció, cómo ni por qué su familia la tenía.

Buscó en todos los libros de literatura relacionados a maldiciones, pero no encontró el por qué ni la solución aparente. Una maldición que corre por la sangre Kayenne. Claro, había algunas personas que la habían roto. Pero nadie había escrito sobre ello.

En la larga historia de la familia Kayenne, no se ha escrito ni una sola línea, ni una sola letra, sobre los que rompieron la maldición y cómo lo hicieron, sólo que pudieron levantarla.

Y casualmente, el padre de Basster, el antiguo Archiduque de Kayenne, también rompió la maldición. El problema es que nunca le dijo a Basster cuándo, cómo ni por qué él también la heredó.

Tan despreocupado que fue capaz de irse de viaje por el mundo.’

Desde que Basster asumió el cargo de Archiduque, su padre nunca volvió a la Residencia Ducal, y ya han pasado cinco años desde entonces. Ni siquiera sabía si estaban vivos o muertos, ya que viajó con su madre, pues no se han puesto en contacto con él o alguien más.

‘Supongo que siguen vivos en alguna parte porque no he oído ninguna noticia de repatriación de cuerpos.’

Con un leve suspiro, Basster se levantó de su asiento. La disposición de la sala le era ya lo bastante familiar como para moverse como si pudiera ver sin estar ciego.

Se dirigió enérgicamente al armario y sacó el whisky y un vaso. Las bebidas estaban dispuestas sobre la mesa como si Basster hubiera esperado tal comportamiento.

Es un gesto de amabilidad de Vincent, que conoce la tendencia de su amo de beber y no dormir bien por las noches sin luna.

Basster sirvió whisky en un vaso de cristal. Lo olfateó con la punta de la nariz, saboreó el ácido alcohol e inclinó el vaso.

Toc -Toc

Llamaron a la puerta.

«¿Quién es?»

«Basster, ¿puedo entrar?»

Dejó el vaso, un poco avergonzado. En un acto reflejo, inclinó la cabeza para comprobar su atuendo y, al darse cuenta de que no veía nada, puso cara de consternación.

«Adelante.»

Como si nada, la puerta se abrió y alguien entró. Sabiendo que le era una persona familiar, Basster dejó ligeramente a un lado su vaso y se puso en pie.

«Oh, puedes sentarte.»

Karinna instó a Basster a no levantarse.

Se acercó un poco más a él y lo miró a los ojos. Estaban abiertos, pero desenfocados y sin luz, como en aquel entonces. No cabía duda, era el hombre que conoció hace tres años.

‘Era cierto.’

Tuve la ligera sospecha de que tal vez fueran gemelos idénticos o algo así, pero se disipó rápidamente.

«Hoy es luna nueva, así que pensé en venir a verte, además ayer me comentaste de ello».

«¿Estabas preocupada por mí?»

«Sí.»

Su sonrisa se ensanchó ante la simple respuesta que salió de su boca. Las comisuras de los labios de Basster se curvaron en un surco profundo, lo hizo sentir extrañamente bien al saber que estaba tan preocupada, que había recorrido todo el camino hasta aquí, por primera vez.

«Ya veo. En este momento no tengo nada para comer, pero tal vez te apetezca un vaso de vino.»

«Creo que puedo tomar whisky…»

«Mejor vino, no te preocupes, tengo aquí uno nuevo».

Se levantó de su asiento. Karinna se acercó corriendo y apretó el hombro de Basster, obligándolo a volver a sentarse.

«Yo lo pido».

Basster enarcó las cejas extrañado por su movimiento repentino.

«… Sí.»

Sabía que ella estaba preocupada por él, así que obedientemente volvió a sentarse. Salió afuera y le pidió a Vincent unas cuantas cosas y luego volvió a cerrar la puerta.

La voz inusualmente suave era agradable de oír.

«Debiste haberlo pasado mal cada vez».

«Sí, pero ya estoy acostumbrado.»

«Deberías tener cuidado de no salir solo de noche, no vayas a quedarte atrapado en un callejón o algo así».

El ceño de Basster se frunció ante las palabras de Karinna. Sabía que era una preocupación común temer que se perdiera, pero le resultaba extraño esa selección de palabras.

«¿No es demasiado detallado mencionar un callejón?»

«… La mayoría de las veces cuando la gente se pierde terminan en callejones, era un ejemplo, solo eso».

Basster asintió, escuchando las palabras inusualmente rígidas de Karinna. No quería pensar demasiado en ello, ya que estar con alguien en una noche sin luna era algo muy raro para él.

Por lo que no le dio importancia a la sensación inusual que le causó.

«No esperaba que vinieras».

«Es que quedé preocupada. No duermes bien en noches como esta».

» Gracias por tu preocupación, pero ¿Cómo sabes que no duermo en las noches sin luna?»

«No…»

La expresión de Karinna era severa, tardó en encontrar las palabras. El comentario había salido de su boca por un desliz, embriagada por la sensación de nostalgia que la invadía.

Ese día, él le susurró que no dormía bien en noches como esta, por lo que solía tomarse una copa, luego de eso preguntó mi nombre, y allí acabó su pequeña conversación.

Karinna se devanaba los sesos buscando excusas.

«Me refiero… No es sólo por esta noche, sentía que no dormías bien por las noches en general, pero hoy debe ser incluso más complicado”.

Basster asintió en señal de comprensión.

«Sí, generalmente tengo el sueño ligero, pero en noches como ésta no duermo bien porque estoy ansioso».

«¿Te sientes ansioso? ¿De qué?»

«La ansiedad de que alguien aproveche mi momento más débil y me corte la garganta. Bueno, eso es lo que pasa por la cabeza de alguien que tiene las manos manchadas de la sangre de sus enemigos».

Las comisuras de sus labios se crisparon hacia arriba. No fue un comentario chistoso, y sin embargo no dudó en sonreír con cinismo al decirlo.

«Pero eres el Archiduque».

«Cuando encabezas la alta sociedad, tienes enemigos por doquier, especialmente yo, y no sólo me refiero a la nobleza, sino a los bárbaros comunes del sur».

Karinna asintió a las palabras de Basster.

Con un golpe suave de puerta, Vincent se acercó y colocó las copas y el vino sobre la mesa del despacho. En la mesa había más aperitivos que antes.

«Me parece que hay un sesgo en el tratamiento a tu señor, mayordomo».

«¿Qué diferencia habría entre un rey y una reina que beben bebidas fuertes de noche?».

Basster frunció el ceño ante el tono descarado de Vincent. Giró la cabeza en dirección a Vincent y negó con la cabeza.

Era un gesto claro para que se marchara. Vincent obedeció sin decir palabra. Karinna no pudo ocultar su sorpresa por Basster, que no podía ver, pero actuaba como si pudiera.

«¿Quieres un poco de vino?»

«Sí, pero yo puedo…»

«Lo sirvo por ti».

‘Servirme, ¿cómo diablos vas a hacer si no puedes ver…?’

Como si no se diera cuenta de la mirada incrédula de su compañera, extendió la mano con cautela por encima de la mesa y tomó una copa de vino. Karinna se tapó la boca inconscientemente abierta al ver cómo Basster inclinaba la copa para verter el líquido.

«Siento que realmente puedes ver las cosas».

«He pasado por esto desde que era niño, así que ya era hora de que me acostumbrara».

Continuó, como si no fuera para tanto. Karinna miró a Basster y asintió. Aunque fue sólo después que se dio cuenta de que ahora estaba ciego, así que abrió la boca para hablar.

«Ya veo.»

Basster se tragó una carcajada ante la tardía respuesta, era obvio lo que estaba pensando, pero ella seguía sin creer que estuviera junto a alguien invidente.

«Tengo una curiosidad».

«¿Sí? ¿Cuál?»

«Simplemente quiero saber, no estás cómoda aquí, ¿verdad?»

Karinna no respondió enseguida. Basster luchó contra sus nervios. Cuando desaparecía la información visual, sus otros sentidos se volvían demasiado sensibles. Esa es la principal causa de que le costara dormir por las noches sin luna.

Tras un largo momento de silencio, Karinna habló lentamente.

«No, al contrario, todo parece un sueño».

«¿Un sueño?»

«Sí, siento que todo esto es un sueño, desde que lo conocí, hace tres años, hasta ahora».

Los ojos de Basster se entrecerraron a pesar de su ceguera. No dijo nada durante un momento, como si se hubiera quedado mudo, y luego abrió la boca lentamente.

«¿Un sueño? ¿Te refieres a conocerme?»

«Sí. Todo. Siento que va a desaparecer como un espejismo cuando abra los ojos», respondió Karinna lentamente, con los hombros relajados y la espalda hundida en el respaldo, quizá porque Basster estaba ciego se sentía más cómoda de costumbre.

Basster entrecerró los ojos mientras la escuchaba en silencio.

«¿Por qué parece un sueño?»

«En realidad, todo esto me pudo ocurrir porque tuve a Nitens».

El ceño de Basster se frunció aún más al oír las palabras de Karinna. Levantó el vaso de whisky que tenía en la mano, se lo llevó a la boca de un largo trago y exhaló lentamente. Luego inclinó la cabeza y abrió la boca.

«¿Estás diciendo que esto no habría pasado si no hubieras conocido a ese hombre?»

Karinna lo miró de reojo.

Sin saber el motivo del disgusto en su voz, ladeó la cabeza un momento y luego asintió con una sonrisa amarga. Luego abrió la boca con vacilación.

«Sí. Conocerle es el punto de inflexión en mi vida».

«…»

Basster cerró la boca. Al ver su expresión tensa, Karinna sonrió con amargura. Probablemente se ofende porque no piensa en ese hombre como en sí mismo, pero…

‘Sería raro decírselo ahora‘.

Sería conveniente decírselo algún día, cuando Nitens estuviera en una posición más segura. Aprovechando el momento, Karinna se quedó quieta y estudió el rostro de Basster.

No parece muy diferente de lo que era hace tres años. Resultaba extraño contemplar su rostro tan de cerca, sin sus brillantes ojos granate, fijos en ella. Karinna sonrió lentamente.

‘Fue el destino que nos encontráramos de nuevo.’

Fue un hecho fortuito que éste el hombre que vino en mi ayuda fuera su actual esposo nominalmente. Tal vez, si se hubiera encontrado con cualquier otro hombre, podría haber corrido peor suerte que estando bajo el conde Buffo.

Hasta que no vi el trasfondo de las posibles consecuencias de mis actos, no me di cuenta de lo ridícula que era y de lo temeraria que fui ese día. Así que, en muchos sentidos, fue un golpe de suerte conocer a Basster.

Al no poder darle las gracias, lo último que Karinna quería era interponerse en su camino dando lástima con su situación personal a su benefactor.

«Así que estás diciendo que nunca lo olvidaste».

«Uh… sí. No lo puedo olvidar. Supongo…» dijo Karinna temblando.

Es difícil olvidarlo cuando está frente a mí, pero no podía decir algo como eso. El ambiente alrededor de Basster se volvió aún más siniestro. Karinna retorció los dedos avergonzada.

«Basster, ¿te has molestado por algo?»

«No. En absoluto.»

Su voz era áspera para asegurar no estar enojado. Karinna levantó con cuidado su copa de vino y bebió un sorbo. El vino de Dardidan era poco amargo. Con los ojos entrecerrados, Karinna dio otro sorbo a su copa de vino.

«Mmm, esto está delicioso».

«… ¿En serio?»

La voz de Basster se animó. Las comisuras de sus labios se curvaron en un ligero arco, como si su malestar se hubiera aliviado.

«Puedo preguntarte, ¿qué y cuánto recuerdas de él?»

«¿Yo?, todo.»

«¿Todo…?»

«Sí, en realidad he estado pensando en todo tipo de cosas últimamente. Pero no me aferro al pasado. Ahora, te estoy más agradecida que antes».

Al oír las palabras de Karinna, Basster tosió un poco por la vergüenza, inclinó la botella de vino y volvió a llenar la copa de Karinna. Ella soltó una risita ante el suave sonrojo que vislumbró en su rostro.

«Creo que eres muy dulce.»

«¿Yo?»

Basster tragó saliva. Nunca en su vida le habían dicho que fuera dulce, entrecerrando los ojos, Basster frunció los labios.

«Sí, aunque al principio pensé que podría morir».

El cuerpo de Basster se estremeció ligeramente. Sus ojos giraban de un lado a otro, desenfocados, como si tuviera pánico. Karinna soltó una pequeña carcajada al verlo.

«No quería morir, pero no sentía que mi vida tuviera un sentido».

Basster frunció el ceño al oír las palabras de Karinna. Guardó silencio un momento y luego asintió pensativo. Puede que sea ciego, pero no parecía alguien arrogante.

«Así que pensé, cuando Nitens pueda valerse por sí mismo algún día, ¿qué será de mí? ¿tendré alguna utilidad para alguien?».

Basster aún con el ceño fruncido, se cruzó de brazos. Escuchó la historia de Karinna en silencio mientras su voz sonaba lentamente como acordes suaves contra su oído. Su voz era mucho más agradable ahora que la de la muerta en vida que había oído al principio, cuando la conoció.

«Sólo estaba con el propósito de cuidar de Nitens, pero cuando hice lo que me dijiste, pensar en mí y lo quiero lograr en el futuro, fue diferente. Quiero vivir un poco más».

«…»

«También ahora tengo la esperanza de ver crecer y desarrollarse a Nitens que antes si soñar con eso podía».

«Sí.»

Basster asintió levemente. Le gustaba escucharla pensando así, eso era lo que él quería. Quería motivarla a que cumpliera sus deseos.

«Buen trabajo, Karinna.»

«¿Por qué…?»

«Lo estás haciendo muy bien y lo harás mejor en el futuro».

Basster volvió la cabeza hacia el origen de la voz de Karinna. Manteniendo la mirada fija lo mejor que pudo, Basster forzó los ojos. Quería verla, pero no podía.

«Has estado reprimida mucho tiempo y creo que eres una persona mucho más libre ahora».

«¿Yo?»

«Sí, creo que vas a ser mucho más descarada y desplegarás un poco más tus alas».

Los ojos de Karinna se abrieron de par en par ante el inesperado comentario y soltó una débil carcajada.

Seguro que sí lo fue, cuando era más joven. Pero pensar en ello, hace que caiga en cuenta de que en realidad es más cutre ahora que entonces. Aunque está en un sitio bonito y lleve ropa bonita, sigues siendo un ser humano cutre.

El hecho de que no se sintiera orgullosa de sí misma la hacía sentirse aún más humilde. Basster se quedó mirando a Karinna como si pudiera verle los ojos.

«Espero poder volver a serlo pronto, porque gusta más mi antiguo yo».

«¿En serio?»

«Sí.»

«¿Él te vio así?»

Los ojos de Karinna se entrecerraron ante la pregunta. Su mirada interrogante era palpable sin ser vista. Los ojos de Basster también se entrecerraron.

«Estoy hablando del padre de Nitens».

«Oh… sí. Yo era una joven inmadura en esa época».

«No digas que eras inmadura, fuiste libre y desde ahora, siempre lo serás».

Las palabras de Basster hicieron reír a Karinna. Al oír su risita, la expresión de Basster se volvió sutil. Karinna asintió y habló tras un breve silencio.

«Yo también lo espero, porque entonces era bastante rebelde con mi padre».

«¿Tú?»

«Sí. Fui la principal culpable de que perdiera su mayor inversión».

Basster soltó una risita ante el comentario de Karinna.

Karinna extendió la mano y sirvió whisky en el vaso de Basster. Basster abrió los ojos, sorprendido.

«Tú me serviste vino, así que yo te serviré ahora».

«… Vale, gracias.»

El hombre y la mujer inclinaron ligeramente sus copas.

Durante mucho tiempo, en una noche oscura y sin luna, la habitación estuvo a oscuras. Fue un momento de paz.

∴※✻※∴

«Nitens, ¿por qué no te has levantado? Creo que ya es hora de que te levantes».

Karinna, que últimamente se levanta cada vez más temprano para seguir el ritmo de Basster, lleva varios días visitando la habitación de su hijo para saludarlo muy temprano.

La habitación es pequeña pero acogedora, llena con muchos juguetes y un gusto infantil, sin duda Basster y Vincent pensaron en todo. Nitens desde la primera vez que a vio, le encantó y pronto empezó a dormir allí solo.

Durante un tiempo, Karinna sintió que era la única que no podía dormir sola, lo que la hacía sentir extraña. Últimamente era un proceso más claro, por lo que observaba el crecimiento de su hijo llena con orgullo.

A Nitens, que siempre se levanta mucho antes que Karinna para ir a explorar, hoy le cuesta despertarse. Karinna ha venido a despertarle, pensando que se había quedado dormido por primera vez en mucho tiempo.

«¿Nitens?»

Karinna se acercó sigilosamente al niño.

Estaba inusualmente tranquilo, demasiado tranquilo. En el momento en que ella extiende la mano hacia él, hay un gemido y calor.

«¡Nitens!»

Karinna se asustó y retiró la manta que cubría al niño. El niño tenía la cara roja y exhalaba aliento caliente.

«Uh, ma-mamá…»

Nitens abrió los ojos y sonrió débilmente a Karinna. Al ver sus labios entreabiertos, Karinna rápidamente lo estrechó entre sus brazos.

«Nity, Nity, ¿qué pasa, estás enfermo?»

«No, Nity… qué te sucede…»

Los latidos del corazón de Karinna se aceleraron bajo su respiración entrecortada. Nitens rió con fuerza, como si hubiera visto el rostro de su madre lleno de preocupación. Finalmente, la cabeza de Nitens se inclinó, como si apenas pudiera mantener los ojos abiertos.

«¿Nity…?»

«…»

«¡Nity!»

Karinna tomó al niño en brazos. Su pequeño cuerpo estaba caliente, como si lo hubieran calentado sobre un largo fuego. Karinna acunó al afiebrado niño en sus brazos.

El peso del niño era mayor del esperado, pero eso no fue motivo para que Karinna dudara ni un segundo. Con él en brazos, se dirigió al exterior.

‘Basster…’

Ahora mismo, no podía hacer nada al respecto; sólo podía pedirle ayuda.

No tengo dinero ni pertenencias. Todo pertenece a Basster. Karinna inclinó la cabeza, con el rostro blanco de angustia, y luego aceleró el paso.

Acababa de empezar a bajar las escaleras cuando se encontró de frente con Basster, que subía por ellas.

«¿Karinna…?»

«¡Basster!»

Se apresuró a bajar las escaleras, con el cuerpo ladeado, y al hacerlo, Basster saltó y la agarró por la cintura.

«¿Qué sucede? Estás blanca como una sábana. ¿Qué te pasa?» preguntó Basster con el ceño fruncido, observando su rostro pálido sin sangre y sus labios azules. La cabeza de Karinna asintió rápidamente ante la preocupación de su mirada.

«Basster, Nity, él, él…»

«¿Qué le sucede a Nitens?».

La mano de Basster acarició suavemente su espalda. Pero no se calmaba fácilmente, temblaba y apenas abría la boca.

«Nity está enfermo… Qué puedo hacer, tiene fiebre y está muy débil…»

Ante las palabras de Karinna, Basster cargó rápidamente al niño en brazos. El cuerpo de Nitens estaba enrojecido, no necesitaba que lo tocaran para saberlo. Su respiración entrecortada irradiaba calor.

«Karinna, cálmate, llamaré al médico enseguida».

«Ah, sí. Pero…».

Basster se llevó a Nitens y volvió a bajar a la planta baja. Abajo, Vincent se movía afanosamente. Cuando vio a Basster, se acercó.

«Vincent, llama a Holly. Nitens no se encuentra bien».

«¡Sí, su Excelencia!»

Vincent se movió rápidamente ante las urgentes palabras de Basster. Karinna, que se movía detrás de él, jadeó. Sus manos se cerraron en apretados puños.

‘Soy un ser impotente.’

Hoy ha vuelto a recordarlo: si hubiera sido una Archiduquesa normal y sin defectos, ¿se habría precipitado y se habría aferrado a Nity cuando estaba enfermo, estrechándolo entre sus brazos?

Tendría que haber sido diferente.

 

 

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