Capítulo 40 – Traición
Tras regresar de su encuentro con Psyche, Clint perdió la cabeza por un tiempo.
No, ni siquiera podía recordar qué estaba pensando cuando regresó.
“…”
Desde que la encontró hasta que la dejó, su mente tumultuosa no se calmó en absoluto hasta el anochecer.
A pesar de la hora, no podía dormir, así que se quedó quieto y cayó en un abismo. Clint permaneció inmóvil un largo rato, con la mirada perdida en la oscuridad.
Aunque no había nadie frente a él, la imagen de Psyche le vino a la mente.
No podía quitarse de la cabeza la imagen de Psyche del anterior encuentro a la luz del día.
‘¿Por qué?’
La pregunta se repetía innumerables veces en su cabeza, pero no encontraba una respuesta.
‘¿Por qué?’
Todo lo que quedaba era una pregunta sin forma que regresaba como un eco.
Parecía un poco más delgada que cuando vivía con él, pero su expresión y su rostro parecían mucho más animados.
Conocía la situación de la finca de Alistair mejor que nadie. Eso se debía a la información que había recopilado durante los años de seguimiento.
No había mejor entorno que la residencia del Duque.
¿Pero por qué, por qué, por qué se veía mejor?
¿Sería porque esa niña estaba a su lado?
“…Maldita sea.”
La ira subió a lo alto de su cabeza.
Después de que ella se fuera de su lado, había reflexionado sobre su matrimonio una y otra vez.
Por mucho que reflexionara sobre su vida de casado con Psyche, no encontraba una razón.
La razón por la que lo dejó, por la que había sufrido una sed que parecía volverlo loco durante años.
Nunca la había sumergido a un caos emocional, ni le había pedido que cumpliera con sus deberes como Duquesa.
<“¿Estaba bien dejar desatendida a su esposa?”>
<“A pesar de todo… ¿no te sentirías sola?”>
A menudo, cuando estaba fuera de la residencia Ducal, Alexandro solía decir estas palabras llenas de preocupación.
Clint pensaba que había una línea que no debían cruzar, ya que su relación se basaba en una relación contractual.
Era una regla que se aplicaba tanto a él, como a Psyche. Así que, para algunos, podría haber parecido que la estaba descuidando. Sin embargo, era su propia consideración desde el punto de vista de Clint.
Sin embargo, si esa consideración la hacía sentirse sola… Era culpa suya.
“¿Huiste de mí porque te sentías sola?”
Escupió las palabras como si las estuviera masticando.
Si le preguntaban si la había descuidado, parecía imposible decir que no.
Claramente le había dado lo mejor…
Le había proporcionado un buen entorno y le había otorgado una posición noble.
‘¿Acaso no era suficiente?’
Había supuesto vagamente que simplemente había perdido a su hijo y había huido con el corazón roto.
Sin embargo, verla con otro niño puso un signo de interrogación sobre la pregunta que llevaba años dándole vueltas.
“Ja…”
Los pensamientos de Clint estaban fuera de control.
Cuando pensaba en ella, su mente se volvía un desastre.
<¡Pum!>
Estaba tan furioso que golpeó el escritorio con fuerza.
Pero su ira no disminuyó. Era la primera vez que se sentía tan emocionado.
Le habían enseñado desde muy pequeño que no debía mostrar sus emociones.
Le habían inculcado desde pequeño que alguien con un estatus de un Duque no debía dejarse llevar por las emociones.
Apenas había reprimido todas sus emociones frente de Psyche, pero ahora no podía controlarlas en absoluto.
Entonces, y si de repente, ella había conocido a otro hombre debido a su soledad…
El motivo de su huida tenía sentido.
Psyche lo había dejado hacía cuatro años…
El niño parecía tener exactamente tres años.
Era como si lo hubiera concebido justo después de haber abortado a su hijo.
(N/T: Esa parte no entiendo… La niña debería tener más o menos 4 años y no 3… Porque ella la encontró ni bien salió de la mansión del Principe.)
‘¡Cómo demonios!’
Esta vez, sintió una sensación de traición subiéndole a la garganta.
‘¿Cómo es posible?’
Sintió que la cabeza le iba a estallar.
Sintió una ira incontrolable carcomiéndole todo el cuerpo.
Pensando en Psyche, quien debía de haber estado viviendo con otro hombre en su ausencia, un dolor punzante lo consumió.
‘¿Cómo pudiste abandonarme…?’
Psyche, quien estaba con otro hombre, no con él.
Psyche, quien dio a luz al hijo de otro hombre.
Psyche sonriéndole a alguien más. Nunca habría imaginado algo así.
Pronto, se dio cuenta de que la emoción que lo atormentaba de esta manera era la traición.
Traición…
Clint era una persona que nunca había tenido una razón para sentir tales emociones en toda su vida.
Por primera vez, sintió una aplastante sensación de derrota por parte de un hombre desconocido.
Aunque nunca había peleado ni cruzado espadas con él.
Sintió como si alguien le apretara el corazón con las manos.
Esa era la primera vez en su vida que se sentía así.
Pensó que lo controlaba todo, incluso a mí mismo y a los demás.
Sin embargo, cuando se trataba de Psyche, no había nada que pudiera salir a su antojo.
Si ella quería morir, había gente por todas partes que fingirían estar muertas…
Él era el único que no podía hacer lo que quería.
Por eso sentía que se estaba volviendo loco.
No podía dormir.
Al cerrar los ojos, la escena de antes le venía a la mente como si fuera una escena coreografiada.
<“¿Mamá…?”>
“¿De verdad?”
La imagen de la niña llamando a Psyche ‘Mamá’ y la imagen de ella mirándola con cariño.
¿Cómo podría conciliar el sueño con esa escena volviendo a su mente?
Pensamientos que lo confundían no dejaban de venir a su mente.
Se sentó en su escritorio con todas las luces apagadas, repitiendo pensamientos sin respuesta.
“¡Maldita sea!”
Maldijo en voz baja.
Una parte de él quería gritar y romperlo todo.
“¡…!”
Finalmente, no pudo soportarlo más y agarró el vaso de cristal del escritorio con todas sus fuerzas.
<¡Crackkkk!>
Debió de haberlo sostenido tan fuerte que el vaso se quebró y se hizo añicos en ese instante.
Sin embargo, Clint estaba tan enojado que ni siquiera se dio cuenta de que el vaso se había roto en sus manos.
“¡Dios mío, Su Excelencia! ¿Por qué no enciende la luz…?” (Alexandro)
Alexandro, que había venido a ver cómo estaba Clint porque estaba preocupado por lo sucedido durante el día, estaba a punto de dejar la linterna que había traído sobre el escritorio cuando se sobresaltó.
“¡Dios mío! ¡Su Excelencia, su, su mano! (Alexandro)
Ni siquiera se dio cuenta de que los fragmentos de vidrio le perforaban la piel.
No sentía dolor porque la sangre le subía a la cabeza por la ira.
Alexandro fue el único sorprendido al ver la sangre roja brillante empapando el escritorio.
“Cállate.”
Los ojos de Clint no registraron el sonido de la voz de Alexandro, que temblaba frente a él.
El dolor y la realidad se sentían muy distantes.
Sintió que se sentiría mejor si iba ahora mismo, desgarraba las extremidades del hombre desconocido y traía a Psyche ante él.
“Ahora, ahora mismo, trae a Psyche…”
“¿Eh?” (Alexandro)
Clint ni siquiera se dio cuenta de que estaba buscando a Psyche en voz alta.
No notó en absoluto el pánico y la sorpresa de Alexandro.
“¡Tráela!”
“Bien, Su Excelencia, primero, detengamos la hemorragia.” (Alexandro)
Alexandro salió y llamó al médico.
Al poco rato, los caballeros entraron con las medicinas y vendas de siempre.
Alexandro, sabiendo que Clint estaba muy incómodo, hizo que todos regresaran excepto él, dejando atrás lo que habían traído.
Clint seguía sujetando el vaso con fuerza.
La sangre goteaba de él en un círculo húmedo, fluyendo al suelo.
“Esto va a ser un gran problema.” (Alexandro)
Alexandro frunció el ceño y trató de apartar el vaso de la mano de Clint con fuerza.
Sin embargo, estaba usando tanta fuerza que su mano, llena de venas, estaba dura como una piedra.
“Yo, Su Excelencia…” (Alexandro)
Él miró a Clint con torpeza.
Solo entonces su mirada de Clint, que había estado perdida, finalmente se volvió hacia Alexandro.
“Envía la carta de inmediato.”
Los ojos fríos se encontraron con los suyos.
El rostro de Clint, consumido por la ira, parecía demasiado contenido a la vista de Alexandro, lo que lo hacía aún más espeluznante. El frío de pleno invierno no podía ser más gélido que eso.
“¿Qué?” (Alexandro)
Al mismo tiempo, la mano de Clint pareció perder algo de fuerza.
“Envía una carta oficial al Castillo Alistair, indicando que iré de visita.”
“Ah, lo entiendo. Primero, muéstreme la mano.” (Alexandro)
Alexandro pensó que Clint divagaba porque estaba enojado.
Los fragmentos de vidrio se incrustaron sin piedad en su mano, y la sangre seguía goteando.
“¡Dios mío!” (Alexandro)
Su mano contenían toda la fuerza de su ira.
Alexandro limpió la sangre alrededor de la herida, pensando que tocarla la haría más grande.
“¿Me escuchaste?”
“… ¿Qué?” (Alexandro)
“Envía la carta ahora mismo. Iré de visita mañana.”
“¿Eh?” (Alexandro)
Alexandro estaba completamente atónito.
“Envíala como es debido con el sello de Valentine.”
Clint entonces sacudió su mano ensangrentada y los fragmentos de vidrio que tenía atrapados cayeron.
Luego tomó la venda que tenía Alexandro y se la envolvió bruscamente en la mano y agitó la otra mano, indicándole que saliera.
Quería ir ahora mismo a sacar a Psyche de ese castillo y traerla de vuelta. Contenerse era la mayor paciencia que podía reunir.
“¿Qué estás haciendo?”
Alexandro parecía aturdido.
“Date prisa.”
“Entendido.” (Alexandro)
En consecuencia, Alexandro asintió rápidamente.
Envió inmediatamente la carta del Duque a la finca de Alistair.
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