Capítulo 2: Sin Tiempo
A medida que se acercaba octubre, el cielo en Beicheng se oscureció más rápido de lo habitual. Alrededor de las seis o siete de la tarde, solo quedaban unos tenues rayos de luz rojas, como salpicaduras de tinte carmesí empapadas en satén azul oscuro.
Jiang Se acababa de acomodar en el coche cuando recibió la llamada de Guo Qian.
“¡Se Se, estoy a punto de volverme loca por culpa de Zhu Mingli!”
“¿Qué ha pasado?” – Para no interferir con la conducción del tío Liu, Jiang Se se puso los auriculares Bluetooth. – “¿Tiene algo que ver conmigo?”
“Si no tuviera nada que ver contigo, ¿cómo podría estar tan enfadada?” – La voz de Guo Qian temblaba de rabia. – “Creó un grupo de WeChat y te llamó Jiang Enxi y ha dicho que eres un cuco que se está apoderando del nido de la urraca* y que no tienes vergüenza. ¿Puedes creerlo? ¡Esos malditos asuntos no le incumben! ¡Te llamaba zorra en secreto! ¡Lo recuerdo todo! ¡Cuando vuelva a China, me vengaré de ella por ti!”
(N/T: * «鸠占鹊巢» (qiū zhàn què cháo) es un dicho chino que significa literalmente «la paloma ocupa el nido de la urraca.” Se usa para describir la situación en la que alguien ocupa o toma para sí la posición, el puesto o las posesiones de otro sin derecho, a menudo de manera injusta o ilegal.)
Jiang Se arqueó una ceja. “¿Jiang Enxi?”
Guo Qian respondió: “Es la protagonista de una vieja serie coreana. Era una hija falsa, que luego tuvo cáncer y murió.”
Jiang Se: “…”
Guo Qian escupió enfadada: “¡Se Se, te están maldiciendo hasta la muerte!”
“…”
Comparada con Guo Qian, que estaba furiosa, Jiang Se no estaba enfadada en absoluto. No era porque tuviera un carácter excepcionalmente bueno, sino porque sentía que esas palabras simplemente carecían de sentido.
Las emociones humanas en el mundo suelen ser frías y cálidas.
Quienes te elogian cuando prosperas y quienes echan sal a la herida cuando estás caído suelen ser las mismas personas.
Ahora que ya no era Cen Se, de la familia Cen de Beicheng, siempre había gente dispuesta a aprovechar la oportunidad para pisotear al ‘falso ave fénix.’
Hacer unos cuantos comentarios sarcásticos en un grupo de WeChat era una forma bastante suave de hacerlo.
Jiang Se era demasiado perezosa para prestarle atención, pero como esas personas habían enojado a Guo Qian, quien estaba de su lado, no podía quedarse de brazos cruzados.
Un minuto después, Guo Qian la añadió al pequeño grupo.
Tras pensarlo unos segundos, Jiang Se envió un mensaje al grupo: [‘De acuerdo, adelante. Díganme cómo me apoderé del nido de la urraca y soy una desvergonzada. Siéntase libres de decir lo que quieran, para que pueda tomar una captura de pantalla y publicarla en el círculo para que todos se diviertan.’]
Quizás no esperaban que la persona en cuestión respondiera así, y el grupo permaneció en un silencio inquietante.
Salvo por las extrañas imágenes animadas que envió Guo Qian, no hubo ningún otro signo de actividad.
Mientras el coche se acercaba al aeropuerto, notó que nadie había dicho una palabra en el chat grupal, por lo que Jiang Se abandonó la ventana de diálogo, aburrida.
Sabía lo que estaban pensando.
Probablemente habían asumido que se empecinaría en quedarse con la familia Cen, ¿verdad? Antes de que se deshiciera por completo su identidad como la señorita Cen, no se atreverían a enfrentarse a ella de verdad.
Solo se atrevieron a murmurar a sus espaldas, lo cual fue realmente… decepcionante.
Ahora que estaba descalza, le preocupaba encontrarse con alguien con zapatos que la volviera loca.
***
En septiembre, el cielo en Beicheng oscurecía temprano, pero la temperatura seguía siendo tan calurosa como un horno.
Incluso de noche, el viento era abrasador.
Un sedán negro atravesó el tráfico y llegó al aeropuerto. Jiang Se empujó la puerta y salió del coche y el ruido mezclado con el viento, la golpeó en la cara.
El tío Liu miró por la ventana y no pudo evitar llamar a Jiang Se: “Señorita, ¿qué tal si entro a recoger… a esa persona?”
“No hace falta, yo la recogeré.” – Tacones altos de piel de oveja blanca pisaron suavemente el suelo iluminado por luces de neón, Jiang Se miró hacia atrás y sonrió, diciendo. – “Además, tío Liu, ya no soy la hija mayor de la familia Cen. No es apropiado que sigas llamándome ‘señorita’.”
(N/T: La llama: «Xiaojie» (小姐) significa «señorita» en chino mandarín. Es un término de cortesía para referirse a una mujer, especialmente una joven soltera.)
Jiang Se lo había mencionado hacía un par de días, pero el tío Liu llevaba más de diez años trabajando con la familia Cen, acompañándola ida y vuelta a la escuela y más adelante al trabajo, no era algo que pudiera cambiar tan fácilmente con solo decirlo.
Al ver cómo se alejaba la figura de Jiang Se, los labios del tío Liu se abrieron y cerraron como si quisiera decir algo, pero se detuvo.
Al final no dijo nada, solo suspiró profundamente.
La aplicación móvil mostraba que el vuelo A6788 había llegado. Jiang Se se encontraba en la zona de llegadas, observando en silencio la enorme pantalla electrónica LED.
A su alrededor, la multitud se arremolinaba como una marea, pero ella permaneció inmóvil, irradiando un aire elegante y sereno.
Cuando Cen Yu salió empujando su equipaje, esa fue la escena que vio.
La bulliciosa terminal del aeropuerto era caótica y ruidosa, con gente moviéndose por todas partes. Solo la zona donde Jiang Se se encontraba parecía extrañamente tranquila, como si el aire mismo estuviera en silencio.
Cen Yu y Jiang Se eran viejas conocidas.
Ambas eran estudiantes destacados de la Facultad de Administración de Empresas de la universidad A, aunque Cen Yu estaba un año menos que Jiang Se.
Cuando Cen Yu participó en la Competencia Global de Emprendimiento W-PEC, Jiang Se, ganadora de la medalla de oro del año anterior, fue la asesora estratégica del equipo de Cen Yu.
Habían pasado casi tres años desde la última vez que se vieron tras la graduación de Jiang Se, y pensaron que nunca volverían a cruzarse.
Inesperadamente… sus vidas se cruzaron de tal manera.
La chica ya no era Jiang Yu, y ella ya no era la hermana mayor de la escuela* Cen Se.
(N/T: 學姐» (xue jie) significa «hermana mayor de la escuela» o «estudiante mayor» en chino. Se refiere a una mujer que es estudiante en una escuela o universidad, y está en un año académico superior al tuyo: Senior.)
“¡Junior*!” – Jiang Se sonrió y saludó a Cen Yu.
“¡Sénior!” – Cen Yu esbozó una sonrisa radiante y caminó hacia Jiang Se. – “¿Has esperado mucho tiempo? Disculpa, había demasiada gente recogiendo equipaje, así que me retrasé un poco.”
(N/T: 學妹» (xuemei) en chino tradicional y «学妹» (xué mèi) en chino simplificado significa «hermana menor» o JUNIOR en un contexto escolar o universitario. Se utiliza para referirse a una estudiante que está en una promoción inferior a la de quien lo dice. Es un término común en la cultura china para referirse a una compañera de estudios más joven.)
“No te preocupes, acabo de llegar.” (Jiang Se)
Mientras hablaban, caminaron hacia la salida de la terminal. El ambiente no era demasiado íntimo, pero sí muy armonioso. No hubo una rivalidad irreconciliable de hija verdadera e hija falsa que luchan por estatus como en esas historias cliché de sangre de perro, ni tampoco la dramática pelea de gatas que los espectadores esperaban.
(N/T: En el contexto de la cultura popular, especialmente en historias de ficción, «sangre de perro» (en chino, «狗血.” gǒu xiě) se utiliza para describir situaciones o tramas cursis, exageradas y melodramáticas. Generalmente implica elementos como cambios al nacer, amnesia, secretos ocultos, venganzas y conspiraciones.)
El Rolls-Royce negro estaba aparcado en el mismo lugar.
El tío Liu bajó para ayudar a Cen Yu con su equipaje, miró a Jiang Se y luego a Cen Yu, sin saber cómo dirigirse a ella y solo pudo decir vagamente: “Señorita, yo me encargo.”
Jiang Se abrió la puerta del coche para que Cen Yu entrara primero, justo cuando Cen Yu se acomodaba en su asiento y Jiang Se estaba a punto de agacharse para entrar, su visión periférica captó un coche familiar.
Era un Maybach de edición limitada, del que había menos de cien ejemplares en el mundo. En Beicheng, la única persona entre sus conocidos. que conducía ese coche era ‘esa persona.’
Jiang Se giró sutilmente la cabeza y, efectivamente, vio una figura familiar saliendo por las puertas automáticas de la terminal.
El hombre era extremadamente atractivo, de rasgos afilados y fríos.
Su rostro tenía más dimensión que el de una persona promedio, con pómulos altos, ojos profundos, una línea de labios fina y fría, y un puente nasal prominente. Su perfil afilado estaba enmarcado por unas gafas de montura dorada, su figura alta y esbelta vestía impecablemente un traje negro bien planchado, que le daba un aura dominante e imponente.
Estaba escuchando a su asistente y, debido a su gran altura, tuvo que inclinar ligeramente la cabeza.
La luz de la luna, como plata fundida, se reflejó en sus gafas, proyectando un brillo frío.
Era Lu Huaiyan, el heredero del Grupo Lu, quien se dedicado a expandir su territorio los últimos dos años por Europa. Había pasado más de medio año desde la última vez que Jiang Se lo había visto.
Normalmente, Jiang Se lo habría saludado con cortesía y distancia.
Pero ahora, no había necesidad.
No había necesidad de desperdiciar más cortesías con personas con las que nunca se cruzaría en el futuro.
Jiang Se apartó la mirada con frialdad, se agachó y subió al coche y la puerta se cerró de golpe con un fuerte <¡bang!>
Al otro lado…
Después de que Jiang Se subiera al coche, el asistente Li Rui soltó un suave. – “¿Es la señorita Cen Se?”
Lu Huaiyan siguió su mirada, pero no vio a nadie, aunque reconoció el coche y la matrícula.
Simplemente tarareó un «hmm» en señal de reconocimiento, sin ninguna emoción.
“Parece que sí era ella.” – La mirada de Li Rui era compleja, y su tono estaba lleno de un sentimiento de arrepentimiento inexplicable.
Aunque Li Rui no era precisamente un joven maestro de alta cuna, llevaba ocho años al lado de Lu Huaiyan, lo que lo convertía en un personaje secundario en el círculo de la alta sociedad, por lo que había oído muchos secretos sobre los ricos y poderosos.
Hacía unos días, un joven maestro le había dicho que Jiang Se era la hija equivocada que la familia Cen había criado por error.
Aunque Lu Huaiyan notó el extraño tono de voz de Li Rui, no preguntó más, pues nunca le habían interesado los asuntos relacionados con Cen Se.
Li Rui, tras subir al coche, estaba deseando compartir con su jefe el gran melón fresco que acababa de oír.
(N/T: *大瓜» (dàguā) significa «gran melón» en chino, pero en internet, especialmente en China, tiene un significado figurado. Se refiere a un rumor explosivo, un escándalo, o una noticia que causa gran revuelo.)
“Señor* Lu, ¿sabe algo de la situación de la familia Cen?”
(N/T: 總 <Zong> Tiene varios significados, pero generalmente se traduce como Jefe / Director General. Es posible que use cualquiera de ellos; Señor, Jefe o Director General.)
Lu Huaiyan apoyó la cabeza en el respaldo en la silla, se quitó las gafas y se presionó las sienes.
Tras unos segundos, observó la expresión ansiosa de Li Rui y preguntó con indiferencia: “¿Qué ocurre?”
“Se trata de que la señorita Cen Se no es la hija biológica del Presidente Cen. Al parecer, la cambiaron por error al nacer. La hija biológica del Presidente se llama Cen Yu, y la señorita Cen Se ha recuperado su apellido original: Jiang. Ahora es Jiang Se. Supongo que ahora deberíamos llamarla señorita Jiang Se.”
Lu Huaiyan abrió los ojos ligeramente al oír eso, pero su tono permaneció indiferente. “¿Cuándo ocurrió eso?”
“Hace un mes.” – Respondió Li Rui con entusiasmo, casi contándole el chisme a Lu Huaiyan como si fuera una rebanada de fruta. – “En realidad, es como una historia de sangre de perro, como algo sacado de una telenovela.”
Jiang Se y Cen Yu nacieron en el Primer Hospital de Beicheng. La noche en que nacieron, alguien armó disturbios en el hospital e incluso alguien provocó un incendio silencioso y feroz.
En medio del caos, la enfermera intercambió accidentalmente dos pares de bebés recién nacidos: un par de niños y un par de niñas.
Hace poco más de un mes, uno de los niños intercambiados por error descubrió que no era el hijo de sus padres y armó un escándalo en el hospital. Ese incidente fue reportado posteriormente a los medios de comunicación.
Poco después, alguien publicó en Weibo la noticia de que Jiang Se y Cen Yu eran las otras víctimas del intercambio de bebés en el Primer Hospital.
Pero la noticia fue silenciada por la familia Cen en cuanto se difundió y no hubo ni una sola repercusión.
Li Rui tenía mucha curiosidad por saber cómo manejaría la familia Cen la situación.
Después de todo, la señorita Cen Se era una figura importante de la alta sociedad, e incluso estaba comprometida con la familia Fu. Si enviaban lejos a Jiang Se, todos los años de cultivación serían en vano, ¿verdad?
Por supuesto, sin esa relación de sangre con el linaje de la familia Cen, aún estaba por verse si la familia Fu la aceptaría como su futura nuera.
Li Rui miró disimuladamente a Lu Huaiyan, con la esperanza de obtener algún chisme de su jefe.
Quién iba a imaginar que, después de que Lu Huaiyan terminara de comer el melón*, simplemente tarareara un «hmm» en señal de agradecimiento y luego cerrara los ojos con indiferencia.
(N/T: *Escuchar el chisme.)
Li Rui se quedó atónito.
‘¿Acaso Lu Huaiyan y la señorita Jiang Se no eran amigos de la infancia? ¿Esa… fue toda su reacción?’
***
Lu Huaiyan no regresó a la antigua residencia de la familia Lu, sino que fue directamente al Ruidu Huafu*, ubicado en la zona céntrica del distrito financiero de Beicheng.
(N/T: » (huáfù) en chino significa «Washington.” Es una abreviatura común y coloquial para referirse a Washington, D.C., la capital de los Estados Unidos. La palabra «华» (huá) se refiere a China o a la cultura china, y «府» (fǔ) significa «palacio» o «gobierno.” Por lo tanto, «华府» se puede interpretar como «palacio de China» o «gobierno de China»)
La vista nocturna desde allí era famosa por sus encantadores y magníficos paisajes de Beicheng, con una vista despejada del mar de Linshi y del puente que cruza el mar.
Su jefe vivía en un apartamento dúplex en el último piso. Li Rui, queriendo aprovechar la oportunidad para disfrutar la vista nocturna de Beicheng, fue a llevar el equipaje diligentemente, pero Lu Huaiyan lo empujó sin piedad de vuelta al coche.
“Iremos a Tongcheng mañana temprano. Regresa y prepara la información.”
Después de decir esto, Lu Huaiyan tomó la tarjeta de la puerta para pasar el ascensor.
El ático tenía un ascensor privado que lleva directamente al interior del apartamento del último piso, y en cuanto se abrió la puerta del ascensor, un samoyedo* blanco puro como la nieve se acercó corriendo, meneando la cola.
(N/T: El samoyedo es una raza de perro originaria de Rusia. Son perros de tipo spitz que toman su nombre de los pueblos nénets o samoyedos del norte de Siberia. Son animales domesticados que ayudan en el pastoreo, la caza, la protección y la tracción de trineos. El samoyedo es un perro inteligente, leal y dulce, que resulta un excelente perro de compañía para familias con niños.)
Lu Huaiyan extendió hábilmente la mano para detener al perro, frunciendo el ceño. “Jialuo*, ¿cuántas veces te he dicho que no te metas en el ascensor?”
(N/T: «伽羅» (Jiāluó) (Kyara o Gara en japonés) significa «agarwood» o «incienso de agar» en inglés. Es una madera aromática muy preciada, especialmente en el budismo y otras tradiciones de Asia oriental.)
Jialuo era una palabra sánscrita tomada del Sutra Avatamsaka, y fue un nombre dado por madre de Lu Huaiyan, Han Yin.
Han Yin adoraba a Buda y siempre había pensado que su hijo era demasiado insensible. Cuatro años atrás, en el cumpleaños de Lu Huaiyan, le regaló en secreto ese cachorro, diciendo que era para que tuviera un corazón tierno.
Aunque el pequeño Jialuo tenía un nombre de inspiración budista, seguía siendo un samoyedo muy pegajoso, y a quien más le gustaba aferrarse era a su ‘dueño.’
En ese momento, el entusiasta saludo de Jialuo provocó una ligera expresión de amargura en el rostro del dueño.
La tía, que seguía a Jialuo, dijo con una sonrisa. – “Jialuo lo extrañó mucho, Sr. Lu.”
La fría mirada de Lu Huaiyan se suavizó un poco al inclinarse para acariciar la cabeza de Jialuo. – “Papá se duchará primero y luego saldrá a jugar contigo.”
El apartamento donde vivía Lu Huaiyan siempre ha estado desierto, y la tía solo venía a cuidar a Jialuo cuando él estaba de viaje de negocios. Después de ducharse, salió y encontró que la tía le había dejado algunas notas adhesivas y se marchó, como era su costumbre.
Jialuo lo esperaba junto a la puerta del baño del dormitorio principal, y en cuanto vio a Lu Huaiyan, corrió hacia él con entusiasmo.
La bata negra de Lu Huaiyan fue rápidamente aflojada por las patas de Jialuo, y una larga y esbelta V se perfiló desde el cuello hasta la cintura y el abdomen, revelando unas delicadas clavículas y unos músculos abdominales bien definidos.
A Lu Huaiyan no le importó, le dio otra palmadita en la cabeza a Jialuo y murmuró: “Vamos a jugar abajo.”
Después de pasar casi media hora jugando con Jialuo, sonó su teléfono.
Al mirar el nombre en la pantalla, Lu Huaiyan recordó rápidamente los chismes que Li Rui había compartido antes.
Normalmente le eran indiferentes los cotilleos, sobre todo los asuntos relacionados con la familia Cen y Cen Se.
El teléfono sonó insistentemente durante unos diez segundos antes de que finalmente él respondiera. “¿Qué pasa?”
Al otro lado de la línea, se escuchó la alegre voz de Cen Li. – “Ah’Yan, ¿has vuelto al país?”
Lu Huaiyan respondió con un breve “Mmm.”
“Seguramente has oído hablar del pequeño problema de mi familia, ¿verdad?” – Cen Li tosió levemente. – “La tía Zhang me dijo que Se Se regresará pronto a Tongcheng y tú sueles ir a Tongcheng en viaje de negocios, ¿verdad? ¿Podrías cuidarla mientras estés allí y darle algunos consejos? ¿Puedes hacerlo?”
Lu Huaiyan respondió sin cambiar de expresión, mientras jugaba con el perro: “¿Qué soy yo, su hermano?”
“Estoy atrapado en el extranjero y no puedo volver. Que se haya cambiado el apellido sin consultar a nadie enfureció mucho a mis padres. Están disgustados y no puedo ir a verla ahora mismo. Se Se solía escucharte. Tus palabras podrían ser más efectivas que las de un hermano como yo. ¿Podrías hacerme ese pequeño favor?”
Lu Huaiyan tenía buena memoria, y con solo unas pocas palabras de Cen Li, varias escenas pasaron por su mente y se detuvieron en una noche lluviosa en la que Jiang Se lo había llamado cariñosamente ‘Hermano mayor Huaiyan’ mientras descansaba en sus brazos.
Estos recuerdos pasaron como un rayo y pronto se desvanecieron de su mente.
El tono de Lu Huaiyan permaneció indiferente. – “Eso fue hace muchos años. Tú, que has sido su hermano durante 23 años, no estás disponible, y ¿crees que yo sí lo estaré?”
“…”
Al otro lado del teléfono, Cen Li finalmente no pudo evitar poner los ojos en blanco.
Si Se Se no hubiera sido tan terca y decidido ir a Tongcheng, ni siquiera se molestaría en pedirle ayuda a ese tipo.
Cen Li tampoco esperaba que el vínculo de la infancia significara mucho para alguien que había sido capaz de romper todos los lazos con su padre biológico.
Para decirlo sin rodeos, el cariño que Lu Huaiyan sentía por él probablemente no era tan bueno como el que sentía por ese tonto perro suyo.
El hermoso rostro de Cen Li perdió completamente la sonrisa.
Apretando la mandíbula, dijo con el corazón dolido: “No me preocupa mucho que Se Se vaya sola a Tongcheng, no se quedará mucho tiempo allí; tarde o temprano volverá con la familia Cen. Solo tienes que cuidarla un tiempo. ¡A cambio mi viñedo en Francia será tuyo!”
Lu Huaiyan arqueó una ceja.
Para una hermana sin parentesco consanguíneo, sacrificar un viñedo con buenos ingresos, incluso para alguien como Cen Li, que es la reencarnación de Grandet*, era bastante generoso.
(N/T: «Eugenia Grandet» (o «Eugénie Grandet») es una novela de Honoré de Balzac, publicada en 1833, que describe la vida de una mujer y la avaricia de su familia. En este contexto, «Grandet» se refiere a la familia protagonista de la novela, conocida por su riqueza y su deseo constante de acumular más.)
Sin embargo, un viñedo no era suficiente para convencer a Lu Huaiyan de interferir en los asuntos familiares de otra persona.
Lu Huaiyan sacó el robot de juguete de la boca de Xiao Jialuo, que el perro había logrado agarrar en algún momento, y con una mirada fría a su teléfono, le respondió a Cen Li con solo dos palabras:
“No tengo tiempo.”
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