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Capítulo 16 – La Duquesa ha desaparecido

 

El Duque regresó a la residencia Ducal mucho antes de lo previsto después de recibir un mensaje extraño.

Originalmente había planeado llevarse a Rachel y explorar los alrededores durante tres o cuatro días, pero el carruaje regresó a la residencia Ducal después de solo un día.

“¿Es cierto?”

Preguntó el Duque, sentado en el carruaje con los brazos cruzados.

“Sí. Dicen que unos asesinos han invadido la residencia Ducal.” (Alexandro)

“¿Cómo es posible?”

El castillo del Ducado estaba diseñado con gran precisión para impedir la entrada de asesinos e intrusos.

No era fácil través del bosque artificial y entrar al castillo Ducal.

El Duque se tocó la barbilla y volvió a abrir la boca.

“No habría sido fácil entrar sin un informante.”

“…” (Alexandro)

Alexandro se mordió la lengua.

Clint estaba extrañamente preocupado por Psyche, a quien había dejado en la residencia Ducal.

Últimamente ella se había mostraba sensible, así que intentó encontrar la manera de animarla, pero él nunca había sido capaz de complacer a nadie, así que no sabía qué hacer.

Aunque intentara considerarlo como la depresión habitual que conlleva tener un hijo, ella no era de las personas que mostraban esos sentimientos por fuera.

No quería llegar al punto de representar una relación romántica entre una pareja casada, pero odiaba verse envuelto en malos rumores o meterse en problemas sin motivo.

“¿Es por Rachel?”

“No podemos descartarlo.” (Alexandro)

Alexander añadió al monólogo del Duque como si lo hubiera estado esperando.

“Su esposa no es el tipo de mujer que se pone celosa.” (Alexandro)

“No lo sé.”

Alexander le aconsejó.

“De todos modos, ¿no sería mejor para el Duque apaciguar a su esposa?” (Alexandro)

“…”

El Duque arqueó una ceja ante las palabras de Alexander.

Volvió a abrir la boca.

“No. ¿Le hace sentir mejor tener las manos vacías? Cómprele unas flores y déselas.” (Alexandro)

En ese momento, volvió a escuchar sus palabras. Lo que es bueno es bueno.

Como nunca había comprado algo así, eligió torpemente las flores más caras.

A Psyche le gustaban incluso las cosas pequeñas.

Pensando en su cara de felicidad, se dirigió a la residencia Ducal.

No estaba demasiado preocupado por los asesinos.

Ella estaba custodiada por los más hábiles caballeros.

Sin embargo, su extraño comportamiento últimamente lo había inquietado mucho.

Además, Rachel también había cambiado de forma extraña, lo que lo preocupaba.

De repente, recordó la conversación que había tenido con ella.

<“¿Qué demonios hiciste para provocar que mi esposa te echara?”>

<“No lo sé.”> (Rachel)

<“Mi esposa tiene un temperamento tan dulce. Si la hiciste enfadar, debe ser culpa tuya.”>

En el carruaje, Rachel se sentó frente a él con los brazos cruzados y las comisuras de los labios se levantaron de forma extraña.

<“Lo sabrás más tarde. Me lo agradecerás cuando lo sepas.”> (Rachel)

<“No seas ridícula. Y no vuelvas a ser tan grosera conmigo.”>

<“¿Estás molesto?”> (Rachel)

La expresión de Rachel se endureció cuando Clint trazó una línea con firmeza.

<“¿Qué? ¿Estás loco por esa mujer y ya no puedes verme? Te arrepentirás.”> (Rachel)

Ella sonrió con satisfacción.

<“Serás tú el quien se arrepienta.”>

Fue un tono muy frío. También era una advertencia. Pero Rachel lo ignoró y respondió:

<“Oh. Da un poco de miedo cuando lo dices así. Por eso te dije que te casaras conmigo por motivos políticos, no que trajeras a una mujer extraña de la nada.”> (Rachel)

<“No hables mal de mi esposa. Es mucho mejor mujer que tú.”>

<“¿De verdad crees eso? Ni hablar.”> (Rachel)

Los dos tuvieron una pelea que no parecía una pelea durante todo el camino.

Clint no recordaba cuántas veces había reprimido su ira delante de ella.

Hasta el punto de pensar que debían rendirle homenaje a su paciencia.

La razón por la que siguió hablándole, incluso si estaba cansado, era porque creía que tenía que averiguar qué le había dicho Rachel a Psyche.

‘Debió de haberle dicho algo absurdo.’

‘De lo contrario, Psyche no habría salido así.’

Pensó que debería ir a ver cómo estaba su esposa primero, pero algo lo inquietaba.

(N/T: Parece que el Duque solo es un idiota. Un idiota que no se da cuenta de nada. Entonces mi pregunta es ¿a quién quiere matar?)

Clint se deshizo de los pensamientos que lo asaltaban y le preguntó a Alexandro.

“Entonces, ¿cuándo llegaremos a este ritmo?”

“Bueno, a este paso, llegaremos tarde por la noche.” (Alexandro)

“Mmm. Entonces mi esposa estará dormida.”

“Sí. ¿Cuánto se molestaría ver al Duque?” (Alexandro)

“Alexandro.”

La voz baja de Clint lo hizo estremecer y apartar la mirada.

“Lo siento.” (Alexandro)

Tras esas palabras, el silencio llenó el carruaje.

Clint se sintió extrañamente nervioso.

Aunque no fuera a pasar nada, estaba inquieto.

Incluso si entrara un asesino, los caballeros estarían firmemente vigilándola, así que Psyche estará a salvo. Entonces, ¿Por qué se sentía tan ansioso?

Al final, incapaz de soportar la extrañeza, volvió a abrir la boca.

“Por cierto. ¿Quién te informó de la llegada del asesino? ¿Y tan rápidamente?”

“Ah. En cuanto partimos, uno de los caballeros sintió que algo andaba y nos siguió. ¿No es una suerte?” (Alexandro)

“Mmm.”

Era algo extraño.

Casi como si ella estuviera tratando de darle un aviso.

Aun así, no podía quitarse de encima la extraña sensación.

Alexandro preguntó, observando su expresión.

“¿Por qué estás así, mi Señor? ¿Por qué está ansioso?” (Alexandro)

“Simplemente, ¿no es extraño?”

“Bueno, incluso si fuera una trampa, seguro que los caballeros se encargan de ello y no tiene de qué preocuparse. Se dice a modo de broma que los caballeros de la Casa Ducal pueden enfrentarse a la Guardia Imperial y aun así ganar.” (Alexandro)

“Sí…”

Clint asintió bruscamente y volvió a sumirse en sus pensamientos.

No era eso lo que le preocupaba… Era otro tipo de preocupación. Pero no sabía qué era, así que se sentía frustrado.

Ese día, la velocidad del carruaje se sintió inusualmente lento.

El camino a la residencia Ducal se hizo increíblemente largo.

“Dile al cochero que vaya más rápido.”

Alexandro abrió mucho los ojos al oír esas palabras.

“Ya vamos tan rápido como es posible… Lo entiendo.” (Alexandro)

Rápidamente notó su estado de ánimo y regañó al cochero.

Una indescifrable sensación de ansiedad se apoderó de Clint.

Y esa ansiedad se acentuó al llegar a la residencia Ducal.

La atmósfera en la residencia Ducal era inusualmente siniestra.

Era bien pasada la medianoche, pero las lámparas estaban encendidas y las antorchas ardían intensamente.

No tenía sentido que estuvieran encendidas simplemente para atrapar a un asesino.

Cada vez que ocurría algo en la residencia Ducal, siempre se aseguraban de manejarlo con seguridad sin que su esposa lo supiera y se lo informaran.

Así que Clint supo intuitivamente que algo diferente e inaceptable había sucedido.

Tan pronto como bajó del carruaje, cruzó rápidamente la puerta principal y entró.

Era la segunda vez que veía pasar a los sirvientes con lámparas afanosamente por todo el camino hacia la mansión. Era extraño.

Al llegar a la mansión, el mayordomo, que rara vez parecía tener prisa, apareció con aires de estar ocupado.

Llevaba la ropa desaliñada y el sudor le corría por la cara no le sentaba nada bien.

Los empleados que sabían de su llegada estaban particularmente ocupados.

Clint decidió ir primero a ver a Psyche. Después de todo, tenía asuntos que tratar con ella sobre Rachel.

Saludó a quienes vinieron a recibirlo y se alejó rápidamente.

“¿Qué está haciendo mi esposa ahora?” – Le preguntó al mayordomo que lo seguía apresuradamente.

“Eso… eso.” (Mayordomo)

El rostro del mayordomo palideció ante esa pregunta.

“¿Está en el dormitorio?”

Preguntó Clint de nuevo, sintiéndose extraño. La mirada del mayordomo, que vagaba por el aire, parecía extremadamente ansiosa.

Clint, irritado, aceleró el paso como si hubiera recibido la respuesta.

Con la esperanza de que esa extraña ansiedad fuera infundada, se dirigió a la habitación de Psyche.

‘¿De verdad estaba su habitación tan lejos?’

La habitación de Psyche se sentía tan lejana que parecía haber caminado durante mucho tiempo.

Sintió un extraño arrepentimiento mientras caminaba.

La sentía tan lejana que parecía que tendría que caminar todo el día para llegar.

Mientras caminaba como si corriera, el mayordomo y los empleados que lo seguían no tuvieron más remedio que moverse afanosamente.

Cuando vio la habitación de Psyche, se dirigió rápidamente a la puerta y la abrió de par en par.

Era extraño.

Todo estaba tranquilo…

Y desolado.

Si Psyche estuviera allí, la sentiría… La atmósfera que llenaba la habitación era solitaria.

Como si el lugar nunca hubiera estado habitado antes.

La habitación se sentía fría, como un lago congelado tras una fuerte nevada.

Marie, que daba vueltas por la habitación mordiéndose las uñas, descubrió a Clint y sus ojos se abrieron como platos.

Entonces se agachó rápidamente.

“¿Qué demonios…?”

Ni siquiera las palabras pudieron salir de su boca.

“¿Qué demonios…?”

Psyche se había ido.

Por mucho que mirara a su alrededor, ella no estaba. La ansiedad que antes había crecido lentamente, ahora se había hecho tan grande que amenazaba con consumirlo, agobiando todo su cuerpo

“¡Señor, he cometido un pecado mortal!” (Marie)

La primera en hablar fue Marie. Marie apoyó rápidamente la cabeza en el suelo, temblando con una voz casi llorosa.

“Su Excelencia…”

El mayordomo principal, que no pudo soportarlo más, dio un paso adelante con dificultad.

“Esta noche, la Duquesa…” (Mayordomo)

El mayordomo principal, que no pudo terminar de hablar, cerró los ojos con fuerza y los abrió.

“¿Mi Señora…?”

La fría voz de Clint le impactó el rostro.

“¡La Duquesa desapareció!” (Mayordomo)

El mayordomo dijo con miedo. Ante eso, Clint se quedó inmóvil como si todo se hubiera detenido.

“¿Qué?”

“La Duquesa ha abandonado la residencia ducal.” (Mayordomo)

El mayordomo bajó la cabeza, incapaz de soportar mirar a Clint.

Ante esas palabras, el Duque apretó el puño sin darse cuenta de que estaba rompiendo las flores que sostenía.

Las flores cayeron flácidas.

“¿Cuándo fue eso? ¿Cuánto tiempo ha pasado?”

“Parece que fue hace tres o cuatro horas.” (Mayordomo)

Con esas palabras, Clint salió de la habitación sin mirar atrás y dio una orden.

“Rastréenla enseguida.”

 

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