«Creo que por ahora podemos hacer un entrenamiento básico de lenguaje y etiqueta, parece bastante maduro para su edad».
«Le preguntaré a Nitens…»
«Bien, y si no te gustan las criadas ni los sirvientes, ¿por qué no cenas conmigo?».
«¿Cenar…?» preguntó Karinna con incredulidad. “¿De qué estás hablando?”
Basster ahogó una risita ante lo absurdo de su pregunta.
«Ahora que las cosas se han calmado un poco, creo que podemos comer juntos durante un tiempo. Necesitas pensar en el crecimiento de tu hijo y sentirte un poco más cómoda con otras personas.»
«¿No me dijiste que mantuviera un perfil bajo?»
«Tengo que conocer al niño, después de todo, no puede llamarme tío para siempre» replicó Basster secamente. Karinna volvió la cabeza para mirar a Nitens, que estaba tirado en el suelo, jugueteando con algo en la tierra.
No le apetecía mucho tratar con la gente, y eso incluía al hombre que tenía delante. Le daba miedo el mundo exterior, y aún más tener que mantener las apariencias constantemente.
Pero peor que eso era que la descubrieran. No quería que se compadecieran de ella, no quería hablar de ello y tampoco quería sentirse desgraciada al revivir lo que vivió.
Sobre todo, no quería salir mucho de casa.
La villa era moderadamente espaciosa y acogedora, con un pequeño jardín y estanque, un lugar tranquilo sin gente deambulando.
Salvo para hacer de comer al niño, rara vez se movía de la habitación o a los alrededores de la casa.
Estaba cansada de la gente. Era imposible no estarlo. Ya no podía relacionarse con nadie después de sentir que todo el mundo parecía fingir estar a su favor. En otras palabras, Karinna tampoco quería tratar con Basster. Tampoco quería desperdiciar su poca energía en complacerlo, así que agradeció que él le pidiera, desde el primer día de conocerse, que mantuviera un perfil bajo.
«Entonces llévate a Nity contigo y cena con él a menudo. Yo comeré y descansaré en la villa, siento no poder acompañarlos, ya que no estoy de ánimos para hacerlo» dijo Karinna con un suspiro.
El letargo que se apoderó de ella un día la consumió por completo. Apenas podía moverse para limpiar, hacer y comer sus comidas, sólo para Nitens.
El resto del tiempo lo pasaba en la cama, o en el jardín con el niño, apoyada en un árbol, lo que ya habría sido bastante aburrido para Nitens.
«¿Qué?»
«Nos casamos en papel de todos modos, por nuestras propias razones, así que déjame al menos ser capaz de decir no a la invitación».
«…»
«Por supuesto, iré en ocasiones formales que requieran a la Archiduquesa, pero aparte de eso, creo que probablemente no tengamos que vernos mucho, así no nos sentiremos incómodos el uno con el otro».
El rostro de Basster se endureció ante las palabras de Karinna. Había pensado en mejorar su estancia, pero la respuesta que recibió había sido muy rígida. Con su rostro inexpresivo y sus ojos que podían estar vivos o muertos, parecía una muñeca inorgánica.
«He oído por ahí que no te gustan mucho las mujeres molestas».
Basster se quedó boquiabierto ante las palabras de Karinna.
«Si todo esto es por Nitens, puedes conocerlo y conversar durante las comidas, es un chico listo, así que no va a montar una escena ni a meterte en problemas».
«Espera. Aparte del hecho de estar casados en papel, ni siquiera quieres tener una relación personal conmigo, ¿es eso?».
«Supongo que eso es en esencia».
Basster, que había estado mirando a Karinna con cara de fastidio, pasó junto a ella. Intercambió unas palabras con Nitens, y luego el niño se acercó a ella arrastrando los pies.
«¡Mamá, tío jugará también!»
«Mamá todavía tiene sueño, así que voy a dormir en mi habitación un rato más, Nity se aburrirá, así que puedes irte con el señor».
«¿Nity tiene que dormir?»
«No, Nity, mamá quiere estar sola, deberías ir con el señor».
Nitens se lo pensó un momento, luego sonrió y asintió. Karinna palmeó la espalda de Nitens y acarició el pelo de el niño.
«¡Mamá, es un escarabajo pelotero!»
«Sí, vete, por favor».
Karinna hizo un gesto con la mano y Nitens dejó la pala de sembrar en el suelo, se sacudió el polvo de las manos y se las limpió en la ropa, luego se puso en pie y trotó hacia Basster, que estaba de pie bajo el árbol.
Sus miradas volvieron a encontrarse en el aire, pero Karinna apartó la vista con indiferencia. Los dos salieron del jardín de la villa.
«Estoy cansada.”
Últimamente, había estado volcando toda su energía en su hijo. Incluso con la poca energía que le quedaba, estaba claro que no saldría de la cama de no ser por Nitens.
Llena de una depresión y un letargo inexplicables, regresó tambaleándose a su habitación y se desplomó en la cama.
Tal vez fue después de enterarme del matrimonio.
A partir de entonces, el letargo se intensificó. Karinna estaba harta de todo. El mundo le parecía tan gris que sólo quería envolverse en un edredón y quedarse allí para siempre.
No le gustaba la gente, así que ni siquiera intentaba tocar la comida, y entonces se asustaba de despertar nuevamente en el sótano, y luego no quería comer.
«Olvidé decirle que lo devuelva al… anochecer».
Karinna enterró la cara en la almohada y gimió mientras cerraba los ojos. Parpadeó un par de veces, con una expresión de desesperación en el rostro, y luego suspiró pesadamente.
«Bueno, lo recogeré en un rato.”
Si él no venía, ella tendría que recogerlo. Antes de eso, por supuesto, quería que el hombre trajera por sí mismo a Nitens.
«¿El Vizconde… te hizo daño de alguna forma?»
Cerrando los ojos, la mente de Karinna se adormecía con la pregunta de Basster. ¿Qué diría un hombre como él si se enterara de que habían encerrado a un adulto en un sótano y habían abusado de ella constantemente?
‘… Obviamente, te vas a reír de mí por ser una mujer cobarde y ridícula‘.
Karinna pensó en los duros músculos y la corpulencia de Basster. Seguramente el hombre nunca había cedido ante otro antes. Aceptarlo la haría ver desgraciada.
El delirio, una vez iniciaba, se extendía sin fin.
Se estremeció y se hundió un poco más en el edredón. Imaginó que se había corrido la voz de su miserable estado en el pasado, y empezó a sentir como si todo el mundo estuviera hablando sobre ella.
Las heridas en su espalda que creía haber olvidado volvieron a palpitar con fuerza.
∴※✻※∴
‘… Esto es ridículo.’
Nunca pensó que tendría que tolerar que alguien le dijera a la cara que no quería relacionarse con él. Por supuesto no son niños que apenas empiezan la flor de la vida, y tampoco esperaba que fuesen cercanos sólo por charlar un par de veces, pero… nunca pensó que le rechazarían una invitación a cenar de esa manera.
‘Y tampoco tiene miedo de confrontarme.’
«¿Tu madre siempre es así?»
«¿Mamá se siente mal?»
«Así que no te sorprende».
«Eh… ¡Mamá siempre ayuda a Nity!”
“No lo parece”.
El niño ahuecó sus manos y se las acercó a la oreja.
“Es solo que le gusta dormir mucho. Si Nity despierta a mamá se pone de mal humor.»
Basster entrecerró los ojos ante el susurro de Nitens. No estaba seguro de entender lo que significa ‘dormir mucho’.
‘¿Qué le pasa?’
Cuando le he visto hoy, parecía cansada y pálida, pero no enferma.
Basster era bastante sensible a la enfermedad de quienes lo rodeaban, pero ella no presentaba signos de sudores nocturnos ni fogaje. Sin embargo, percibió un claro aire de reticencia hacia el contacto con otras personas.
‘No es capaz de hacer contacto visual correctamente‘.
Estaba claro que le daba miedo la gente. Era casi un hábito que evitara el contacto visual, agachando la cabeza o mirando hacia otro lado.
«Nitens».
«¡Sí!»
«¿Has pensado en estudiar?»
«¿Eh?»
Basster asintió. Sintió la necesidad de charlar un poco más con ella. Al parecer, algo iba mal. Podría no importarle si no quisiera molestarse innecesariamente, pero odiaba tener que encargarse después de que las cosas se complicaran innecesariamente.
A Basster le gustaba ir unos pasos por delante en la batalla, y por seguir esa estrategia, a menudo ganaba.
Recordaba haber visto ese tipo de comportamiento una vez. Era uno de los generales que habían sido utilizado y abandonado en una batalla contra los bárbaros, los de su mismo bando. Era un general leal, pero los bárbaros, al verse acorralados, lo usaron como cebo para dispersarse y planear el ataque futuro. Por supuesto, Basster no les permitió esa jugada y cayeron cuando creyeron estar a salvo.
Pero aquel general, que había luchado valientemente antes de ser cruelmente abandonado, pareció perder toda motivación al mismo tiempo que se dio cuenta de la traición sufrida, en ese momento, se limitó a blandir su espada de forma desordenada, siendo derrotado al poco tiempo.
La desesperación en los ojos de aquel general y Karinna eran muy parecidos.
Posteriormente fue hecho prisionero, donde permaneció en silencio ante todo y todos los que se le acercaron, se negó a comer y al cabo de un tiempo, terminó con su vida por sus propias manos.
‘¿Dije demasiado en ese entonces?’
Por primera vez, Basster reflexionó un poco sobre sus actos y palabras. Se pregunté si al menos debería haberle dado invitado una comida y en ese momento decirle que viviera de forma tranquila, en lugar de darle ese aviso apenas conocerse.
«¿Tío?»
«Oh. ¿Pensaste sobre estudiar?»
Basster, ensimismado, levantó la vista y preguntó a Nitens, quien, para ser alguien tan poco familiarizado con él, no había mostrado el menor atisbo de resentimiento.
«¿Estu… diar?»
«Sí. Sabrás cosas que no sabes y podrás leer por ti mismo libros de cuentos».
«¡Libro de cuentos!»
Animado, sonrió ampliamente. Basster en cambio sonrió débilmente. Por la forma en que hablaba, parecía que no la habían tratado del todo bien en su anterior hogar, pero parecía haber salido bastante bien parado para ser un niño de tan corta edad.
«Sí, podrás hacerlo. Pero tendrás que venir a la mansión a estudiar, ¿está bien?»
«¿Nity estudiará aquí?»
«Sí.»
«Mmm….»
Nitens dudó. El niño nunca se había separado de su madre durante tanto tiempo. No se había dado cuenta de lo lejos que tenía que estar para estudiar. Mirando al niño indeciso, Basster finalmente entró en la mansión.
«Pregúntale a tu madre».
«¡Sí!»
Los ojos del niño centellearon cuando Basster ofreció una solución, y asintió con entusiasmo.
Cuando entró en el jardín con el niño en brazos, se encontró con una mesa redonda con un mantel blanco y tres sillas alrededor. Su ceño se frunció mientras coloca al niño en una silla y se sentaba frente a él.
“Supongo que eso es en esencia.”
Una voz fría y gélida resonó en sus oídos. Basster se había enfrentado a muchos tipos de personas, pero ésta era sin duda la primera vez que se encontraba con una mujer que hablaba con voz impasible y ojos que demostraban que no le importaba nada en el mundo.
Nunca esperé oír eso de la mujer que sería mi esposa en papel, la mujer con la que pasaría el resto de mi vida.
«Puedes comer».
Viendo que Nitens estaba inquieto y miraba fijamente la comida, Basster le permitió comer, y sólo entonces la alcanzó.
Vincent intenta corregir el agarre en el tenedor del niño, pero Basster se lo impide.
«Pronto tendrá un maestro, por ahora, que coma como quiera».
«Ya veo, ¿Qué me dice de la señora? ¿Llegará un poco tarde?»
«No, ni siquiera le interesa conocerme».
La expresión de Vincent cambió ante la brusquedad de la voz de Basster. Técnicamente, había sido Basster quien la había empujado primero a tomar esa actitud.
Si lo pensaba bien, en realidad no había razón para que fuera tan directo ese día. Por supuesto, Vincent prefirió guardar silencio, sabiendo muy bien que no le dirigiría palabras amables. Vincent apretó la mandíbula y observó al joven Nitens.
«¡Wow..!»
Los ojos del niño centellearon. A Nitens se le hizo la boca agua sin parar, como si fuera lo más delicioso que hubiera probado nunca.
Vincent le había traído un cuenco amplio, para que sus manitas pudieran meter y sacar alimentos variados.
«¿Acaso el arroz que cocina es tan insípido?»
«…»
Los ojos del niño se abren de par en par y de pronto se ríe a carcajadas.
No sabía si estaba siendo poco sincero u observador, pero a Basster no le pareció que su comentario fuese tan gracioso.
«¡Sí, mamá se esfuerza y camina! ¡Nity y Terry van con mamá! ¡A Nity le gusta la carne en trozos que mamá cocina!»
Parecía significar que ella trabajaba duro al hacer la compra y cocinar. Vincent lo interpretó en voz baja al oído de Basster. La edad no era algo que debiera descartarse a la ligera.
«Ya veo. ¿Tú mamá también está comiendo bien?»
«Mamá come poco, Nity come y ella sube a descansar.»
«¿Todo lo que hace fuera de cocinarte es dormir?»
«¡Sí! ¡Por eso Nity dice que tiene hambre!» dijo Nitens, agitando sus manos grasientas en el aire.
«Creo que se refiere a qué no podrá estudiar mucho porque si no está cerca, le preocupa que ella permanecerá durmiendo todo el tiempo».
Vincent susurró al oído de Basster como si fuera un intérprete simultáneo. La ayuda de Vincent valía la pena, ya que la mitad de lo que decía Nitens resultaba ininteligible para el hombre sin hijos.
«¿Tu mamá no suele comer?»
«Si Nity tiene hambre, ¡come!»
«… Ya veo.»
«¡Mamá! Ummm… ¡no se hace de comer! Si Nity tiene hambre, come y no comerá si no le pido comida, así que, um… ¡Nity se asegura de decírselo!»
Nitens tartamudeó un poco al hablar.
«Creo que dijo que, si no le dice que tiene hambre, ella tampoco come nada, pareciera no saber que tiene hambre, así que el joven amor siempre debe decírselo».
La expresión de Basster se ensombreció al escuchar la traducción de Vincent. La situación era más grave de lo que había pensado.
Como lo temía, no parecía muy diferente de aquel general cautivo.
«Creo que probablemente está profundamente enferma, Excelencia» susurró Vincent en voz baja al oído de Basster.
Nitens lo escudriñó con la mirada, pero él sonrió con benevolencia y le acercó otro plato de comida, invitándolo a seguir comiendo.
«Estoy seguro de que el joven Nitens confía mucho en usted para llegar a contarle todo esto».
«Me temo que ella podría morir».
Lo último que quiere son más chismes sobre lo que pasa en el interior de la mansión. Al menos habló en voz muy baja por respeto a Nitens, que estaba sentado frente a él, pero Basster parecía bastante preocupado.
«Háblele a menudo y coma junto a ella, aunque le diga que no».
«… ¿Hablas de mí?»
«No creo que la señora acuda a otra persona para hablar de sus problemas».
“Si no es usted, ¿entonces quién?” dijo Vincent con una sonrisa burlona.
Por supuesto, no cometió el tonto error de mostrar sus verdaderos sentimientos al exterior; era un mayordomo muy avezado.
«No tiene intención de aceptarme cerca suyo, pero ¿crees que se abrirá conmigo? También podría apoyarla Sir Therian».
«Su Excelencia, le recomiendo que no haga nada que incite a un escándalo con la dama» dijo Vincent, «las personas con enfermedades mentales tienden a alejar a la gente, pero si permanece firme tendiéndoles la mano y mostrando afecto genuino, pronto logrará que lo miren a los ojos».
Sus palabras hicieron que Basster se girara hacia Vincent.
«Entonces ya lo sabías todo».
«Sabía que la dama no se sentía cómoda con la gente, porque soy bastante bueno juzgando el carácter» dijo Vincent con voz ronca.
Basster suspiró y miró a Nitens, que estaba comiendo con deleite su comida. El niño debió de notar la mirada, porque causó que se estremeciera y bajara la vista.
«Eso es una molestia» murmuró Basster, recordando a Karinna, siempre a la defensiva y llena de palabras espinosas. Su primera impresión le dijo que sería un matrimonio fácil, pero resultó ser problemática de otra manera.
«El almuerzo se servirá en la villa a partir de mañana.»
«Como ordene, Su Excelencia.»
Los ojos de Basster se entrecerraron de inquietud.
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CAPITULO II - Parte IV Basster se arrodilló junto al estanque y bajó. Aunque…
CAPITULO II - Parte III El jefe de los caballeros, Wistin, y Vincent, el…
CAPITULO II - Parte II "Así que tenemos que mantenerlo en secreto hasta que…
CAPITULO II - Parte I “Esta es la villa. Es una mansión separada que…
CAPITULO I - Parte IV "Sí, Nitens también es el más guapo cuando sonríe". "Hehe."…
CAPITULO I - Parte III Karinna estaba harta de todo. Odiaba el dolor de…
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