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Drama

Begonias – 55

Capítulo 55: Persistencia y Anhelo

 

Llegó el verano, trayendo consigo las vacaciones de tercer año, a medida que se acercaba el año de graduación, los compañeros que tienen planes a largo plazo comenzaron a estar ocupados.

Ji Zhen Tang también necesitaba hacer algunos planes para la cuenta de redes sociales de su marca, ella no salió a trabajar durante estas vacaciones de verano de ese año, en su lugar, organizó un equipo, buscó localizaciones y realizó varias sesiones de fotos y planificó formalmente su futuro camino de desarrollo.

Exhibió sus diseños y fue elogiada por los demás por estar adelantada a su tiempo.

En el arte no hay respuestas estándar, pero en el entorno escolar, se enfrentaba a diversas evaluaciones.

En el pasado, Ji Zhen Tang tenía dificultades con sus calificaciones; las cuales rondaban en la mitad de la montaña y era difícil mejorar.

Ella también sentía ansiedad y frustración por ese tema, hasta el punto de que afectó su salud.

Más tarde conoció a Zhong Yu Bai en el museo de la escuela.

Un cuadro que ella había presentado hace quién sabe cuánto tiempo colgaba en un rincón discreto. Él vislumbró el cuadro con sus pequeños peces y paisaje, junto con el pequeño nombre artístico con el que firmaba.

Cada vez que piensa en ello, es un encuentro que la hace sentir muy poderosa.

Ji Zhen Tang diseñó un broche rojo con un pez koi para Zhong Yu Bai como una especie de conmemoración.

Rara vez mostraba entusiasmo por las cosas materiales, pero los dos peces que tenía en casa probablemente eran el sentimiento más evidente en su inmutable rutina.

El día que recibió el broche, ella se sintió inusualmente feliz, sosteniéndolo en la palma de la mano y mirándolo una y otra vez.

Cuando terminó la semana de exámenes finales y el dormitorio se vació, Ji Zhen Tang se sentó en su escritorio y guardó cuidadosamente el broche en una caja y, justo después, recibió una llamada de su madre.

Qin Meilan explicó que había estado ocupada últimamente, por lo que no se había comunicado con ella, y luego le preguntó por su bienestar y habló de su situación reciente.

Ji Zhen Tang le dijo que todo iba bien, al igual que a su padre, riendo discretamente y evitando mencionar los problemas con Ji Huan.

Qin Meilan había seguido trabajando en una fábrica de café de Singapur durante los últimos años, empezando como trabajadora en la cadena de montaje y fue ascendiendo puestos, hasta que este año se convirtió en gerente de departamento. Ella había soportado dificultades por su falta de educación y trabajó duro toda su vida, pero finalmente tuvo la oportunidad de cambiar su suerte.

A veces, le preguntaba a Ji Zhen Tang si necesitaba dinero, durante muchos años, su madre no había mencionado el dinero delante de ella, y Ji Zhen Tang se dio cuenta de que era porque ahora estaban en una situación más cómoda.

Pero Ji Zhen Tang negó con la cabeza, diciendo que no necesitaba nada.

Qin Meilan dijo: “Estás a punto de graduarte, ¿verdad? Una vez que empieces a trabajar, podrás ganar dinero por tu cuenta y no tendrás que depender de la ayuda de tu padre.”

Al escuchar las palabras de su madre, Ji Zhen Tang miró el zafiro en su mano y sintió emociones encontradas y se quedó sin palabras, guardando silencio un buen rato.

Su madre le preguntó: “¿Has pensado en donde trabajar? Si la situación laboral en China no es muy buena, considera volver a Singapur. Conozco a algunos gerentes de joyerías aquí, y el mercado de la joyería en Singapur sigue siendo prometedor.”

Ji Zhen Tang murmuró: “¿Singapur…? ¿En serio?”

Qin Meilan respondió: “Sí, incluso abriendo una pequeña tienda en el barrio chino puedes ganarte la vida. Hay mucha gente adinerada en los países desarrollados, y el mercado también está en auge.”

Ji Zhen Tang hizo una pausa, con la mente hecha un lío. – “Pero nunca he pensado en ir al extranjero. Ahora mismo estoy trabajando en mi propia marca de diseño.”

Qin Meilan dijo: “No es nada, solo era una sugerencia, el gobierno de Singapur también está buscando maneras de retener a los estudiantes chinos, venir aquí es solo cuestión de seguir la corriente, ¿y no sería genial estar más cerca de tu madre?”

Ji Zhen Tang escuchó, mordiéndose el labio hasta que se le puso blanco. Quería decir algo, pero no se atrevía a hablar.

“¿Culpas a tu madre por haberte enviado lejos en ese entonces?” – Preguntó su madre.

“No.” – Respondió ella. – “No te culpo, yo solo…”

‘Simplemente pienso que ustedes los adultos son realmente raros, nos envían lejos cuando ya no nos quieren, y luego nos llaman cuando nos extrañan.’

Ahora, me ofrecen su amor sincero, en un intento de llenar el vacío en mi crecimiento.

Desafortunadamente, es demasiado tarde; el espejo roto y aunque se vuelva a armar, ahora está lleno de grietas.

La voz de Qin Meilan sonaba impotente y llena de arrepentimiento: “Lo siento, cariño. Antes las condiciones no eran buenas y no había otra opción. Ahora que las cosas están un poco mejor…”

Ji Zhen Tang interrumpió a su madre: “Mamá, necesito decirte algo.”

“Hmm, adelante.”

Originalmente no tenía intención de sacar el tema, pero ahora que había dicho eso, Ji Zhen Tang todavía balbuceó: “Yo…”

Tras un momento para ordenar sus palabras, finalmente dijo: “Hace unos días, vi al joven maestro.”

Qin Meilan estaba desconcertada: “¿A qué joven maestro?”

Ji Zhen Tang respondió: “Al joven maestro de la familia Chen, cuando yo era niña.”

Qin Meilan se sobresaltó y se puso visiblemente nerviosa y, con la voz ligeramente más aguda, preguntó: “¿Lo viste? ¿Está en China ahora?”

Sosteniendo el teléfono con fuerza, Ji Zhen Tang también se tensó y las palmas de sus manos empezaron a sudar. – “Sí, de hecho, vivimos bastante cerca el uno del otro, su apellido no es Chen, sino Zhong.”

“¿Hablaste con él? ¿Te reconoció?”

Ella respondió: “No.”

Tras un breve momento de silencio, Qin Meilan pareció respirar aliviada y suavizando el tono, dijo: “Eso es bueno, mantente alejada de él.”

Su madre pareció aliviada.

Pero Ji Zhen Tang se quedó atónita, sintiendo como si algo se le hiciera un nudo en la garganta. – “¿Por qué? Éramos tan unidos de niños, y la señora siempre fue muy amable conmigo, incluso ahora, yo todavía…”

(N/T: Pienso que la madre tal vez tuvo algo que ver con la muerte de la Señora Che.)

Antes de que pudiera terminar, escuchó decir a Qin Meilan: “No provoques problemas, simplemente vive una vida sencilla y tranquila, se más inteligente, es mejor mantenerse alejada de la gente con la que no deberías involucrarte.”

Ji Zhen Tang: “…”

“Hay cosas que quizás no recuerdes; eras demasiado joven en ese entonces.”

“Lo recuerdo.” – Dijo ella. – “Recuerdo el barco, recuerdo los disparos y recuerdo que la señora no regresó con nosotros.”

Aunque era muy joven, lo recordaba todo porque ese incidente la había marcado profundamente.

Qin Meilan hizo una pausa. – “Si lo recuerdas, no hace falta que me preguntes por qué.”

Después de colgar, el corazón de Ji Zhen Tang estaba hecho un lío.

Lo único que podía pensar era en las palabras de su madre que decía: ‘Mantente alejada de él.’

Ella no necesitaba la aprobación ni la bendición de sus padres, pero no podía evitar sentirse triste porque ambos eran tan pesimistas.

Incluso pensó que si le decía la verdad, Qin Meilan podría ir corriendo a China de la noche a la mañana para separarlos.

Para distraerse, siguió viendo «Burning», que no había terminado ese día.

Zhong Yu Bai era bastante paciente y caballeroso y ha estado trabajando duro para ayudarla a deshacerse de algunos de sus grilletes de clase. Aunque no podía cambiar los prejuicios de la sociedad, al menos podía hacer que ella cambie su comprensión inherente de la brecha entre ricos y pobres.

Se había esforzado mucho, pero no pudo evitar que ella se sintiera atraída por ese tipo de trabajo.

Ese día, Zhong Yu Bai vio la película con ella por un rato, quizás sintió que el comienzo era demasiado aburrido, por lo que no pudo evitar preguntar: “¿Es buena esta película?”

Ella bromeaba un poco, murmurando: “Ustedes, los nobles, leen Lu Xun; pero a nosotros, la gente común, nos encanta leer sobre cazafortunas. Miramos cómo llevan una vida próspera y colorida, y luego de la misma manera miramos como diferentes caminos conducen al mismo destino, un desafortunado final.”

Él dejó de ver la película y se giró para mirarla. La frase ‘diferentes caminos conducen al mismo destino’ parecía tener cierta implicación.

Ji Zhen Tang dijo: “Disfruto viendo historias con elementos trágicos, aunque sabes que algo está condenado a la ruina, de alguna manera, no puedes evitar querer aferrarte a ella, el juego entre el deseo y la razón es muy emocionante. Por otro lado, un romance fugaz también es agradable.”

Murmuró, como explicándose, o quizás como una auto advertencia.

Hace medio año, al decir algo así, se habría sentido aliviada. Ahora, entre líneas, sus palabras tenían un inconfundible tono de arrepentimiento que no se podía ocultar.

Zhong Yu Bai extendió la mano para apagar la película.

Ji Zhen Tang sonrió y dijo: “No, no me estoy mirando al espejo.”

Su indulgencia también incluía dejar crecer sus remordimientos.

 

***

 

En el segundo día de las vacaciones de verano, Ji Zhen Tang fue al lugar donde había acordado reunirse con el equipo de filmación: un antiguo puente en el casco antiguo de ciudad de Qingcheng.

Antes de eso, Zhu Qingying había filmado con ella una vez, y se había lanzado un video promocional de ‘Mariposa de Jade Roja*’ con un tráfico favorable y con la ayuda de Wang Qianxing, que tenía experiencia en marketing, la respuesta final fue excelente.

(N/T: *Quería aclarar, en anterior ocasión lo traduje como rubí, pero la traducción correcta es Jade Rojo. 紅玉» (hóng yù) en chino significa «rubí» o «jade rojo». «» (hóng) significa «rojo» y «» (yù) significa «jade» o «piedra preciosa».)

En esta ocasión, las piezas de diseño que se iban a filmar era una serie de joyería de piezas clásicas de jade con estilo Jiangnan.

En el minibús que se alejaba, Ji Zhen Tang le mostró a Zhu Qingying el video de la última vez.

“¡Es súper hermoso! La transición en la edición final es realmente asombrosa, pero claro, lo principal es que estás guapísima, como un hada celestial que desciende a la tierra, por no hablar de llevar un vestido de novia; pero incluso si llevaras un saco de patatas, conseguirías al menos 300.000 me gusta.” (Ji Zhen Tang)

Con una sonrisa dulce, Zhu Qingying dejó de mirar su teléfono y se giró para mirar el perfil de Ji Zhen Tang y sonrió suavemente.

“Tu sentido de la cámara está fuera de este mundo, hermana.” (Ji Zhen Tang)

Ella respondió: “Trabajé como modelo para portadas de libros en la escuela.”

Ji Zhen Tang se quedó atónita por un momento, y luego sus ojos se curvaron en una sonrisa. – “No me extraña; tengo muy buen ojo, elegí a una profesional sin darme cuenta.”

Zhu Qingying sonrió y no dijo nada más.

Era muy callada, del tipo de persona que prefieren no hablar a menos que sea necesario. Ji Zhen Tang se dio cuenta de que estaba evitando cualquier interacción social innecesaria.

También dejó el teléfono y preguntó en tono de broma: “¿Por qué tu agente descuida sus obligaciones y ha faltado tantas veces? ¡deberías descontarle el sueldo!” (Ji Zhen Tang)

Zhu Qingying pareció un poco confundida. – “¿Qué agente?”

Entonces, como si recordara algo, rió suavemente. – “Ah, le creíste.”

El coche aceleró, la luz del sol filtrándose entre las sombras de los árboles, proyectando dibujos en los delicados párpados de la chica. Ji Zhen Tang, observando sus suaves cejas, preguntó con un toque de curiosidad: “En una familia como la tuya, ¿no es importante arreglar el matrimonio de los hijos en beneficio de la familia?”

“Es posible.” – Respondió Zhu Qingying con indiferencia. – “Pero la verdad es que no me importan esas cosas.”

“¿No te importan en absoluto?” (Ji Zhen Tang)

“Quizás el proceso fue demasiado rápido y, antes de que pudiera prestar atención, el polvo ya se había asentado.” – Explicó. – “Mi matrimonio fue arreglado por mi familia; y yo simplemente tuve que hacer concesiones.”

Ji Zhen Tang se sorprendió un poco y preguntó: “¿Entonces no querías casarte?”

“No me opuse al matrimonio.” – Hizo una pausa y dijo. – “Pero esperaba poder mejorar mi situación, que no era tan buena en ese momento.”

“¿Ha mejorado?” (Ji Zhen Tang)

Zhu Qingying pensó un momento y simplemente dijo: “Ha cambiado.”

Después de responder, se volvió hacia la profundamente pensativa Ji Zhen Tang y le preguntó. – “¿De verdad quieres casarte?”

Ji Zhen Tang se sintió un poco avergonzada y dijo vacilante: “No, no, no lo sé; todavía soy joven.”

Zhu Qingying sonrió con dulzura. – “Muchas cosas importantes se deciden de forma inesperada y no salen según lo planeado. La edad para casarse, con quién casarse, todo es cuestión del azar. Es como dijiste, abrir una caja de sorpresa.”

Ji Zhen Tang no pudo evitar preguntar: “Entonces, ¿ahora crees que obtuviste el regalo que querías?”

Ella reflexionó brevemente antes de responder: “No es lo que quería, pero aun así es un regalo muy bonito.”

El verano en Jiangnan* no era nada apacible ni hermoso; el camino de ladrillos está quemado por el sol y era casi imposible permanecer bajo el sol.

(N/T: *江南» (jiāngnán) significa «sur del río» en chino, específicamente refiriéndose a la región al sur del río Yangtsé (Cháng Jiāng). Es un área geográfica importante en China, conocida por su rica historia, economía y cultura. Es posible que utilice ambas traducciones: Jiagnan o Al Sur del rio Yangtze.)

A medida que el rodaje avanzaba hacia la segunda mitad, un joven se acercó con entusiasmo y les ofreció algo de comida y bebida.

El personal, como era de esperar, preguntó quién lo había enviado, y el joven respondió que era del Sr. Chen.

En ese momento, Ji Zhen Tang estaba sentada en el jardín exterior afuera de un café en la calle antigua, leyendo el guion. Ella vio a un extraño acercarse con comida y bebida para repartir, al darse la vuelta, vio el Cullinan, que había visto una vez antes, al otro lado del puente.

Zhu Qingying estaba posando en el centro del puente, sosteniendo un abanico.

Ella tenía mucha resistencia; aunque estaba a punto de derretirse por el calor, su rostro no mostraba el más mínimo signo de incomodidad, irradiando un estado mental tranquilo y una serenidad natural, mirando a la cámara con sus ojos claros y fríos.

Alguien se acercó a Ji Zhen Tang por detrás.

Una voz masculina y profunda preguntó en voz baja: “¿Tiene un paraguas?”

Ella levantó la vista y vio a un hombre alto con camisa blanca y pantalón de vestir.

El dueño de la cafetería respondió y rápidamente trajo un paraguas.

Chen Ke lo tomó rápidamente, dijo “Gracias” y se dirigió al puente.

Tan pronto como el fotógrafo gritó “¡Corten!”, indicando una pausa en la grabación, Chen Ke abrió rápidamente el paraguas, asegurándose de que su esposa no estuviera expuesta al sol ni un segundo más.

Zhu Qingying le entregó un lápiz labial sin decir una palabra, pero él comprendió su intención.

Él sostuvo el paraguas con una mano y se inclinó ligeramente hacia delante para ayudarla a retocarse el maquillaje con cuidado.

Ji Zhen Tang observaba desde un lado y no pudo evitar sonreír, ella recordó las palabras de Su Yunli sobre la atracción magnética, y en ese momento, esa atracción se hizo tangible.

Zhu Qingying esperó en silencio, leyendo el guión, luego levantó la vista y le preguntó: “¿Compraste muchas cosas para todos?”

Chen Ke tapó el lápiz labial y lo guardó en el bolsillo de su pantalón. – “Sí, les dije que fueran amables y que no intimiden a mi esposa mientras no estoy cerca.”

Ella se quedó un momento desconcertada, pero no pudo evitar sonreír y preguntar: “¿Te vas pronto?”

“Ahora que estoy aquí, ¿por qué iba a dejarte así?” (Chen Ke)

“Está bien.” – Zhu Qingying asintió, pero añadió con torpeza. – “No es que tenga que ir contigo; es solo que el autobús no es muy cómodo y me marea si va demasiado rápido.”

Chen Ke la observó con el ceño fruncido por un momento y rió levemente. – “¿Por qué no dijiste que te mareabas?”

Le dio un suave golpecito en la frente con los dedos. – “Sigues siendo un misterio.”

Para cuando Chen Ke llegó, Ji Zhen Tang ya había dejado de mirar hacia allá y estaba estudiando unas imágenes enviadas por el fotógrafo. Al levantar la vista, vio a una persona sentada tranquilamente frente a ella.

Ji Zhen Tang estaba sorbiendo unas gachas frías de frijoles mungo que le habían traído cuando se encontró con la mirada del hombre que la observaba fijamente, sus dientes se aflojaron de repente mientras mordía la pajita.

“Hola, Director General Chen.” – Lo saludó calurosamente.

Él se sentó perezosamente frente a ella, con las piernas cruzadas.

Al observar atentamente sus rasgos, aunque estaban relacionados por sangre, Chen Ke no se parecía en nada a Zhong Yu Bai, irradiaba un encanto natural y pícaro, como un jugador experimentado con una baraja de cartas en el juego del amor. Sin embargo, cuando sus ojos de color flor de durazno, con las comisuras de los ojos ligeramente levantadas, miraban a otras personas que no fueran su esposa, no había afecto ni ternura en absoluto, solo alerta y astucia.

Recordó las palabras de Zhong Yu Bai sobre el lema de Chen Ke: ‘Si un hombre no trabaja para sí mismo, será castigado por el cielo y la tierra.’ Esas palabras describían acertadamente la mirada en sus ojos.

Chen Ke no la saludó, sino que fue directo al grano. – “¿Cómo se conocieron tú y mi hermano?”

Ji Zhen Tang se quedó momentáneamente desconcertada por esa pregunta.

Ella no estaba pensando en cómo se conocieron; sino que se preguntaba si Chen Ke la estaba poniendo a prueba.

Tras una larga pausa sin respuesta, Chen Ke la miró fijamente, instándola a responder.

Ji Zhen Tang finalmente dijo: “¿Qué quieres saber?”

Ante sus palabras, curvó ligeramente los labios y bajó la vista para recoger su teléfono. – “No tengo nada que preguntar, simplemente no veo que tengas potencial para ser mi cuñada.”

Ji Zhen Tang: “…”

Ella se quedó atónita de nuevo y antes de poder reaccionar, respondió con dulzura: “¿Quién ha dicho que quiero ser tu cuñada?”

“¿Entonces por qué preguntaste por madre?” (Chen Ke)

“¡Yo, yo solo preguntaba casualmente, sólo chismorreaba!”

Chen Ke rió se burló. – “Bueno, suena bastante casual.”

Ella se quedó en silencio, y él perdió el interés en preguntarle. En cambio, tocó la pantalla de su teléfono unas cuantas veces y se lo mostró a Ji Zhen Tang.

Al bajar la vista, vio una enorme suma de dinero. Ji Zhen Tang abrió mucho los ojos y contó repetidamente los dígitos con incredulidad.

Lo oyó decir…

“No es fácil para mi esposa ganar mucho dinero con ese anuncio de mierda; solo añade esto a su pago y dáselo, déjala ser feliz.” (Chen Ke)

Finalmente añadió con cautela: “No le digas que es de mi parte.”

Ji Zhen Tang, siempre amable, puso una expresión seria como si hubieran llegado a un acuerdo. – “De acuerdo, puedes confiar plenamente en mí.”

Tan pronto como terminó de hablar, le llegó una segunda notificación de transferencia.

Era una pequeña fracción respecto a la cantidad inicial, pero no insignificante.

“¿Qué es esto?” – Preguntó ella desconcertada.

Chen Ke dijo directamente: “Es tuyo.”

Ji Zhen Tang casi no pudo contener la risa. De repente, el hombre que tenía delante le pareció inmensamente impresionante, ella comenzó a halagarlo y le dijo con voz dulce: “Hoy en día, puedo saber a simple vista qué tipo de personas tienen visión. Cuando la gente pregunta quién sería adecuado para ser un gran jefe, yo digo que nuestro director ejecutivo Chen es sin duda el indicado.”

Mientras hablaba, hizo un gesto de aprobación con el pulgar, elogiándolo con entusiasmo.

Chen Ke rió entre dientes: “Un espíritu del discurso*.”

(N/T: *La verdad es que le dice: 花頭精 (Hua Tou Jing) cuya traducción es Esencia de Cabeza de flor, pero no he encontrado la traducción exacta, pero por el contexto puede ser un insulto. / Hua Tuo Jing se puede entender como la «cabeza del discurso» o «punto más allá del cual el discurso se agota». En el contexto de la meditación budista, es una frase o tema corto utilizado para enfocar la mente.)

Chen Ke hizo todo lo bueno que pudo e incluso invirtió en marketing para su cuenta.

Ji Zhen Tang se sorprendió y dijo indignada: “¿Por qué me regañas?”

Se levantó para irse, dejando tras de sí una débil frase: “Te estoy felicitando.”

Chen Ke hizo todo lo bueno que pudo e incluso invirtió en marketing para su cuenta.

Ji Zhen Tang ciertamente sabía quién la había ayudado, pero después de ese apoyo, por fin se dio cuenta del poder del capital para hacer que las cosas sucedan. Antes solo lo había oído hablar de ello en rumores, pero ahora finalmente se ha hecho tangible ante el creciente número de sus fans.

La sensación de logro que fue suficiente para luchar contra el vacío fue rápidamente compartida con Zhong Yu Bai.

 

 

***

 

El día del Festival Qixi*, tenían una cita para cenar en el Riverside Garden.

(N/T: * El Festival Qixi ( chino :七夕; pinyin : Qīxī ; lit. ‘Séptima noche del séptimo mes’), también conocido como el Festival Qiqiao, es un festival chino que celebra el encuentro anual de Zhinü y Niulang en la mitología china . El Qi Xi con otra gran cantidad de nombres populares como Día de San Valentín chino, Festival del doble siete, ​ o Festival de la urraca, se celebra en el séptimo día del séptimo mes lunar en el calendario chino; de ahí su nombre.)

Recordando el año pasado, su primer encuentro, que no podía considerarse una cita, fue en ese restaurante que él había reservado exclusivamente para ellos.

El anochecer trajo una calidez reconfortante.

Las calles bullían con el sonido de las ruedas, y el río parecía al mismo tiempo lejano y cercano y había barcos navegando. En esa hermosa ocasión festiva, la multitud llenaba la zona, con parejas caminando de la mano.

Zhong Yu Bai vestía formalmente con una camisa impecable y gemelos negros y estaba sentado erguido frente a ella con aire serio, eso le hizo recordar una verdad fría y dura que él le había compartido durante su anterior encuentro en ese mismo lugar: <“El mundo está ansioso por obtener beneficios y todos se esfuerzan por obtener ganancias.”>

En ese momento, la serenidad de sus palabras le hizo comprender lo aterradores que podían ser los hombres de negocios.

Afuera, las luces danzaban con colores vibrantes, mientras que adentro, el aroma de las flores se mezclaba con la suave música.

Ji Zhen Tang miró al músico que tocaba la cítara cerca y dijo: “Es tan formal, has puesto tu corazón en ello.”

Zhong Yu Bai pensó que esta era la configuración básica del festival y dijo: “Incluso una pareja de ancianos necesitan un poco de romance.”

Escucharlo decir ‘pareja de ancianos’ le calentó el corazón.

“Bien.”

Brindaron en el lujoso restaurante, y Ji Zhen Tang compartió con entusiasmo anécdotas divertidas que sucedieron durante la filmación.

Zhong Yu Bai escuchó con paciencia, no se distraía ni jugaba con su teléfono mientras ella hablaba, a veces, incluso ella pensaba que sus historias eran aburridas, pero él se conectaba con ella, armonizando su conversación, permitiéndole continuar con el aburrido tema indefinidamente.

El deseo de escuchar es algo verdaderamente amable.

Tanto si se dice que la favorece deliberadamente, como si se dice que es una persona noble, en definitiva, Ji Zhen Tang estaba muy conmovida.

“¿Cómo planeas pasar el Festival del Medio Otoño?” – Ella preguntó.

Zhong Yu Bai respondió: “Depende de tus necesidades.”

Ji Zhen Tang dijo: “¿No vas a estar con tu familia? ¿No es importante el Festival del Medio Otoño de tu familia?”

Él pensó un momento y dijo con sinceridad: “Tú eres mi primera prioridad, los demás son secundarios, también importantes, pero no tanto como tú.”

“Está bien.” – Ella sonrió y removió suavemente el queso de cabra y aguacate en su tazón y dijo. – “Si no estás contento o si tienes un mal día en el trabajo, puedes hablar de eso conmigo.”

Él respondió: “No hay nada que me preocupe.”

Ji Zhen Tang no estaba satisfecha: “Repítelo, no me creo que no tengas ningún tropiezo en tu trabajo.”

Zhong Yu Bai guardó silencio por un momento y dijo: “En el pasado, cuando me encontraba con dificultades, siempre encontraba una salida.”

“¿Por ejemplo?” (Ji Zhen Tang)

“Por ejemplo, en primavera, salía a ver florecer las flores, y en invierno, iba a las montañas a escuchar el sonido de la nieve. Al atardecer, sentía la calidez del sol poniente y al anochecer encendía fuegos artificiales solo. Sin embargo, después de conocerte, dejé todo eso de lado.”

Él dijo: “Ahora, tú eres mi salida.”

“Pero no he hecho nada.” (Ji Zhen Tang)

Él continuó con calma, sin dejar lugar a dudas en cada palabra: “Que estés aquí sentada y compartiendo una comida conmigo es como encender una lámpara para mí; me muestra el camino que debo seguir.”

Ji Zhen Tang lo miró, escuchándolo hablar lentamente, y sonrió con dulzura: “¿Sabes lo encantador que eres cuando dices palabras dulces?”

Zhong Yu Bai también sonrió suavemente: “Quizás sea porque te hablo con el corazón.”

Esa noche no se quedaron a dormir, y Zhong Yu Bai la sacó del restaurante, tenía una buena razón: “Ya que tenemos casa, no deberíamos alojarnos en un hotel.”

Mencionó que los hoteles siempre dan a la gente una sensación de vagar sin un lugar donde alojarse. Al pensarlo, se dio cuenta de que casi nunca la había llevado a pasar una noche en la ciudad.

Su pequeño apartamento estaba en el centro de la ciudad, y era la primera vez que Ji Zhen Tang estaba allí, la invadió la curiosidad por mirar por los ventanales, que iban del suelo al techo, las innumerables luces de las casas debajo de él, la extravagante escena nocturna y la espléndida ciudad reflejada en el río.

Antes de que pudiera asimilarlo todo, la misma ventana se cubrió de repente con la cálida huella de una mano.

Él ignoró su pánico.

Su mano, aún caliente por la temperatura de su cuerpo, se presionó con fuerza contra el frío cristal y los huesos de sus dedos se apretaron gradualmente hasta formar un puño, pellizcando su palma, liberando de las yemas de sus dedos la fuerza que había recibido en sus vulnerables yemas.

El vapor escapó de sus labios, formando una niebla circular, secó con los dedos varias manchas en el cristal, intentando ver la ciudad a través de los fragmentos borrosos.

Hablando de fuegos artificiales, él sí que le había preparado un espectáculo de fuegos artificiales junto al río, iluminando la ciudad justo en ese momento.

Sin que ellos lo supieran, rápidamente se convirtió en un tema de actualidad, apareciendo en los teléfonos móviles de muchas personas, se esparcieron por todo tipo de rincones y quedaron enmarcados para la eternidad.

Ji Zhen Tang se apoyó en la ventana y murmuró: “Parece un sueño…”

Había una aroma fresco de plantas en la casa, y el aire acondicionado central proporcionaba una brisa agradable que hacía que la gente se sienta cómoda.

Zhong Yu Bai le contó todos los detalles, creando una sensación de estar en tierra firme y regreso al puerto en los detalles, porque sabía que ella no quería dejarse llevar. Sin embargo, seguía sintiendo que se parecía demasiado a un sueño.

Se parecía a esa frase: ‘una almohada de mijo amarillo*.’

(N/T: 黃粱夢 = Huang liang meng, es una expresión china que significa ‘sueño de mijo amarillo’ o ‘ilusión de riqueza y gloria’.)

Ella levantó la cabeza y la niebla circular se extendió, haciendo que el cristal se viera aún más borroso, no podía limpiarla ni ver con claridad.

Así, sin más, en esta vasta ciudad, todo se volvió borroso.

Los fuegos artificiales alcanzaron su máximo esplendor en ese momento, estallaron con un fuerte estruendo y cayeron al río con un chapoteo.

El cielo nocturno era grandioso, ella levantó la vista y vio algo cruzando ese espacio solitario, el sonido de pájaros cantando y volando en círculos sobre su cabeza.

Llegó de nuevo a la cima y se hizo añicos otra vez.

“Que hermoso, ¿cuánto durará…?” (Ji Zhen Tang)

Las palabras confusas de Ji Zhen Tang se tensaron de repente, y apretó los dientes.

Unos segundos después, lo oyó decir solemnemente desde atrás: “Se acabó.”

Su mejilla dejó una huella en la niebla.

Ji Zhen Tang observó cómo la noche volvía a caer en la soledad, y después de un rato, sonrió y dijo: “Jefe Zhong, es usted muy generoso.”

Zhong Yu Bai despejó el charco con la mano y le preguntó: “He hecho un pequeño ajuste, ¿te has dado cuenta?”

“¿Ah? No me fijé bien ahora mismo.” – Ella se volvió hacia él y dijo. – “No sé cómo era el diseño original.”

Él sonrió con calma, un poco arrepentido, pero no demasiado preocupado: “Originalmente una de ellas era una rosa, pero pedí que la cambiaran por una begonia.”

Zhong Yu Bai la levantó, y Ji Zhen Tang sintió una repentina ingravidez, casi perdiendo el equilibrio. Extendió la mano para agarrar algo, pero terminó arrancándole el puño de su manga, así que cayó completamente en sus brazos.

Pero Zhong Yu Bai no la dejó sentir ingravidez; la abrazó con firmeza y sin esfuerzo mientras caminaba hacia el borde de la cama.

“¿Te gusta?” – Él preguntó.

El corazón de Ji Zhen Tang latía muy rápido, sin saber qué lo causaba, solo ver su hermoso rostro la hizo sonrojar incontrolablemente: “¿A qué te refieres con ‘te gusta’?”

El hombre se inclinó, la miró con un par de ojos profundos mientras decía en voz baja: “Los fuegos artificiales y yo.”

Ella asintió y respondió: “Me gusta. Pero es una lástima no lo haya visto con claridad y que te haya costado muchísimo dinero otra vez.”

Ji Zhen Tang no había visto las flores, pero vio que estaban floreciendo de manera apresurada, y estaba bastante impaciente.

Ella se quejó del dolor, diciendo que no era bailarina. Mientras Ji Zhen Tang hablaba, extendió la mano y el puño de la manga cayó al suelo, amortiguado por sus pantalones negros.

Un hombre de treinta años podía recuperar su juventud de otras maneras; Zhong Yu Bai demostró que no necesitaba detenerse y dijo: “No hay nada que lamentar; si quieres verlo nuevamente, te lo mostraré una próxima vez.”

Ella agarró suavemente su muñeca que descansaba sobre la almohada y usó las delicadas yemas de sus dedos para sentir las intrincadas venas que palpitaban en su brazo. Levantó la barbilla hasta el límite, el ruiseñor regresó.

Zhong Yu Bai inclinó la cabeza para besarla, la besó profundamente, luego hizo una pausa, los tendones del plexo solar saltaron un poco y le mordió con fuerza el labio inferior.

Medio minuto después, los fuegos artificiales invisibles cayeron al suelo. Las marcas de la mordedura y el entumecimiento se desvanecieron lentamente, y ella se preguntó sin motivo si tal vez ese sentimiento se llamaba afecto persistente.

Ji Zhen Tang reflexionó profundamente: “Una persona puede morir por tres tazones de arroz, pero también existe la posibilidad de morir por otras cosas.”

Ella lo abrazó con fuerza, sin dejar que se moviera. Creyó oír su suave risa junto a su oído y Zhong Yu Bai yacía de lado, abrazándola de una manera diferente.

“Zhong Yu Bai, eres la medicina que me cura, la persona que el cielo envió para salvarme.” – Ji Zhen Tang sonrió levemente, como si necesitara apoyarse en algo para fortalecer su coraje. Finalmente tuvo la oportunidad de decir eso, y de repente preguntó. – “¿Debería empezar a prevenir las reacciones del síndrome de abstinencia ahora?”

Él detuvo ligeramente sus dedos que acariciaban su cabello: “¿Quién habló de abstinencia?”

“Yo…” (Ji Zhen Tang)

Zhong Yu Bai no quería que continuara, así que la interrumpió y dijo: “Es un sueño del que no despertarás.”

Él había prometido no dejarla despertar.

Él dijo: “No me iré, y tú tampoco debes hacerlo.”

Los ojos de Ji Zhen Tang temblaron levemente. Parecía que era la primera vez que lo oía hablarle en un tono casi suplicante. Quizás el sentimiento de rendición era demasiado vívido, y aún no se había liberado de él.

Él aún no había corregido el orden.

“Si un día ya no quiero tener intimidad, hacer esto y aquello contigo, ¿me dejarás estar a tu lado?” (Ji Zhen Tang)

Zhong Yu Bai respondió: “El sexo es importante, pero no debería ser superior al amor. En mi corazón, el orden nunca se ha invertido.”

Él mismo no sabía cómo un corazón que sabe cuándo avanzar y cuándo retroceder había llegado a estar tan enredado.

Él bajó los ojos para mirarla y preguntó: “Ah’Zhen, ¿estás dispuesta a renunciar?”

Ella se sintió profundamente conmovida y no dijo nada, solo lo abrazó fuerte durante un largo rato; la respuesta era clara.

 

***

 

Probablemente no podrían pasar el Festival del Medio Otoño juntos.

Ji Huan había contactado con Ji Zhen Tang con anticipación, diciéndole que quería darle un regalo, claramente parecía bastante preocupado de que su hija se desviara del buen camino.

Ji Zhen Tang se lo comunicó a Zhong Yu Bai, y él, naturalmente, no tuvo objeciones.

Zhong Yu Bai también recibió una llamada, esta vez de su padre.

En ese momento, Ji Zhen Tang se estaba duchando y, al cruzar la puerta, dejó a un lado sus emociones irracionales y él se sentó en el sofá para responder. Al otro lado, Zhong Bingwen declaró sucintamente: “Xiao Yu volverá este año para celebrar el Festival del Medio Otoño.”

Él respondió con calma, como si lo hubiera esperado, sin alterarse.

Zhong Bingwen continuó: “Mencionó dos cosas. Dijo que, dado que la condición de su madre ha estado bien controlada debido a que ha estado tomando bien su medicación estos últimos dos años, quiere que se mude a vivir al Jardín Chen Zhangyuan*.”

(N/T: Quería explicarle un poquito que había un error en la traducción. 沉章園 (Chen Zhang Yuan), realmente Yuan = Jardín, por lo que la traducción correcta sería Jardín Chen Zhang, lo voy a dejar como lo he venido traduciendo, pero quería que estuvieran enterados.)

Zhong Yu Bai no respondió y preguntó: “¿Qué es lo segundo?”

“Dijo que quiere ver la Ópera de Pekín durante el Festival del Medio Otoño y nos pidió que la viéramos juntos en el jardín.”

Él respondió: “Aunque no podamos actuar; los actores también tienen que celebrar el festival.”

Zhong Bingwen suspiró levemente y dijo con impotencia: “Él lo organizó; el horario está definido.”

Zhong Yu Bai reflexionó y preguntó: “¿Qué obra?”

“El huérfano de Zhao.”

Guardó silencio durante un largo rato hasta que cesó el sonido del agua en el baño. Zhong Yu Bai simplemente dijo que entendía y que asistiría a la cita y luego colgó el teléfono.

Él la besó en medio de la ola de calor, Ji Zhen Tang fue colocada en el lavabo y obligada a experimentar el caos de sus emociones, hoy.

En los breves instantes en que sus labios se separaron, ella jadeó y le preguntó qué pasaba. Zhong Yu Bai no respondió, simplemente continuó besándola.

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