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Capítulo 109 – Extra 13: Zhou Tang (Parte 1)

 

(I)

 

(N/T: Quise poner una nota al comienzo, porque de seguro no recuerdan quién es Zhou Yunqing, es el erudito que se casará con Tang Buli.)

(N/T: 鄉君: Xianjun = Señora/Señor de una Prefectura/Condado. Vendría a remplazar a ‘Príncipe/esa del Condado/Prefectura.’)

“¡Xianjun! ¡Xianjun!”  (Sirviente)

Los sirvientes trotaban todo el camino para alcanzar a su ama, secándose el sudor y persuadiéndola. – “¡Ya casi oscurece, sería mejor regresar! La anciana volverá mañana, ¡y aún no ha copiado ni una palabra de la tarea!”

La Princesa continuaba bajo periodo de confinamiento y reflexión. Si no entrega su tarea mañana, su delito será aún más grave y ellos, los sirvientes, también serán castigados junto con su ama.

“¿A qué viene tanta prisa? ¡Aún es temprano!”

El mercado estaba lleno de gente. Tang Buli vestía un elegante uniforme militar con mangas estrechas, tocó las bolsitas de incienso y los adornos de jade a un lado del puesto durante un rato, y luego recogió unas nueces confitadas del plato de hierba del vendedor ambulante y no pudo evitar decir. – “Si no puedo terminar de copiar, ¿aún no los tengo a ustedes?”

El sirviente contó apresuradamente dos monedas de cobre para el vendedor ambulante y dijo con amargura. – “De ninguna manera, ¿cómo es posible que nuestros trucos fantasmales engañen a la anciana Taijun*?”

(N/T: * Taikun (大君) es un título japonés arcaico que se refería a un gobernante independiente, sin linaje imperial. Recuerden que ella tienen un título otorgado por el emperador, pero no a través de sangre imperial.)

Antes de terminar de hablar, un paquete medio usado salió volando desde un lado y aterrizó justo a los pies de Tang Buli.

“¿No tienes ojos?”

Tang Buli, llena de justa indignación, miró en la dirección de donde vino el paquete y vio a un apuesto erudito con ropas delgadas siendo expulsado de la librería.

“Como nuestros caminos son diferentes, no hay necesidad de decir más.” (Dueño)

El dueño de la librería colocó dos nueces y se burló. – “Su Excelencia* no es bienvenido en nuestra tienda, así que retírese inmediatamente.”

(N/T: * 阁下 = Gexia = Puede traducirse como Mi Señor, mi Lord, Su Excelencia.)

El erudito tenía más o menos la edad de un hombre adulto, enderezó la espalda y lentamente se alisó la camisa azul confuciana descolorida y dijo. – “Los libros no se pueden tomar prestados, pero la razón no se puede ignorar. Imitar la caligrafía de las escrituras de es un delito de fraude, según la ley penal de la dinastía, los bienes familiares deberían ser confiscados y condenado a tres años de prisión. No estoy dispuesto a ser cómplice, sin ánimo de ofender.”

Las palabras del erudito eran claras, concisas y contundentes y exudan un sentido de integridad.

La multitud de espectadores se fue reuniendo gradualmente y señaló hacia la librería.

El cara del dueño de la librería cambió ligeramente.

Ese erudito venía a menudo a la librería a pedir prestados libros y transcribirlos, y es capaz de imitar el estilo de cien obras de caligrafía. El dueño de la librería vio que era un genio poco común en la capital, por lo que tuvo malas intenciones y le prometió dinero a cambio de imitar la escritura de los antiguos para hacer algunas falsificaciones y revenderlas.

¡Quién hubiera pensado que ese erudito era tan desagradecido que no sólo se negó sino que incluso se atrevió a exponerlo en público!

El dueño apretó las nueces con fuerza y ​​le guiñó un ojo al hombre que estaba a su lado. El hombre comprendió, cogió un ejemplar doblado y encuadernado de «La interpretación de los seis capítulos» y caminó silenciosamente entre la multitud.

La expresión del dueño de la librería se suavizó un poco y le dio la vuelta a la tortilla y dijo. – “Viniste a mi tienda a robar te dejé ir porque pensé que tenías algún talento, pero no esperaba que pagaras mi amabilidad con odio e incluso ¡te atrevieras a hacer declaraciones tan escandalosas para incriminarme!” (Dueño)

“Nunca robé.”

“¿No? ¿Entonces qué es esto?” (Hombre)

El hombre sacó un libro de escrituras doblado de entre el paquete disperso y señaló el brillante sello rojo de «Taller de los Diez Mil Pergaminos» y dijo: “¡Hemos atrapado al criminal con las manos en la masa y todavía está tratando de discutir!»

El erudito frunció el ceño. Era evidente que el libro había sido manipulado por la otra parte, pero no tenía pruebas que demostraran su inocencia.

El hombre también se dio cuenta de eso y con más alarde, sacó los volúmenes trascritos de su paquete.

En un instante, los papeles volaron por los aires, y los ensayos y la prosa que habían sido escritos con tanto esmero durante años fueron arrojados al suelo y pisoteados hasta convertirse en polvo.

Los espectadores exclamaron “¡Ooh!”, sólo preocupándose de ver el espectáculo, sin importarles la verdad.

Tang Buli mordió un bocado de calabaza confitada y miró al erudito, que estaba agachado en el suelo, recogiendo uno a uno los escritos e inexplicablemente sintió cierta compasión.

Ella, que tenía un temperamento que ansiaba justicia y rectitud, exclamó de inmediato. – “¡Oye! ¡Este libro claramente lo pusiste tú mismo ahí! ¡Eres muy bueno interpretando el juego de atrapar al ladrón!”

El rostro del hombre cambió. – “Esta chica no debería escupir sangre, ¿me viste acaso?”

“¡Esta Xianjun lo vio con mis propios ojos!”

Dicho eso, reveló deliberadamente la ficha de la mansión del Duque Tang que llevaba en la cintura.

La capital era tan pequeña que cuando una sola hoja cae puede aplastar a varios nobles, así que el hombre, naturalmente, al ver que Tang Buli no era una persona común, se encogió entre la multitud con remordimiento.

Tang Buli sopesó las calabazas confitadas en su mano, se los arrojó al hombre con todas sus fuerzas y le dio una palmada en la nuca.

El tipo fue derribado y avergonzado, corrió de regreso hacia el dueño de la librería.

El dueño de la librería no se atrevió a ofender al noble, por lo que sonrió en tono de disculpa y se escondió en la tienda. La farsa había llegado a su fin, y los espectadores agitaron sus mangas y se dispersaron.

Tang Buli aplaudió, miró sus puños viejos y ligeramente más cortos, y preguntó. – “¿Puedes imitar la escritura de otra persona?”

El erudito no dijo ni una palabra y recogió los papeles del suelo de forma ordenada.

Un trozo de papel aterrizó sobre las botas de raíz de loto de Tang Buli, quien se detuvo un momento entorpecida por la etiqueta, que no le permitía simplemente recogerlo.

Tang Buli se agachó, recogió el papel, arqueó las cejas y dijo. – “Ah, ¿qué tal si hacemos un trato? Tú haces algo por mí y yo te ayudo a financiar tus estudios…”

El erudito levantó la vista, su mirada era fría y distante.

“Aunque mi familia es pobre, mi voluntad no es pobre.” (Zhou Yunqing)

El erudito dijo. – “Le agradezco que me haya ayudado. Pero si quiere usar este favor para cometer una injusticia, siento no poder obedecerla.”

Ese erudito puede ser joven, pero habla y actúa como un hombre anticuado.

Tang Buli lo encontró interesante, sacudió el papel en su mano, observó la elegante y pulcra letra en la parte superior y dijo. – “No te preocupes, solo copia el libros para mí, y nunca te pediré hacer nada que viole la ley penal ni la moral.”

Tang Buli llevó al erudito de vuelta a la mansión del Duque Tang, le preparó una habitación limpia en la calle trasera donde vivían los sirvientes de la mansión Tang y lo instaló.

“¿Puedo saber tu nombre?”

Tang Buli se cruzó de brazos, actuando como la Xianjun de la Mansión del Ducado Tang.

“Zhou Yunqing.”

El erudito dijo: “El Yun como de oculto y Qing como de caballero.”

“Es un buen nombre.”

Tang Buli hizo un gesto con la mano, e inmediatamente llegó un sirviente con una pila de libros y papel de un palmo de grosor, y lo arrojó sobre la mesa de resolución de casos de la habitación con un ruido metálico, levantando una nube de polvo.

Esa era la tarea de copias que había acumulado durante un mes de castigos, y no había escrito ni una palabra.

“Esto debe estar transcrito antes del mediodía de mañana…”

Era una pila tan gruesa, que incluso para alguien con tres cabezas y seis brazos, le sería difícil copiarlo todo de la noche a la mañana. La conciencia de Tang Buli se sintió culpable y tartamudeó. – “Olvídalo, copia todo lo que puedas. Esta es mi letra…”

Sobre el papel de arroz estaban escritas dos líneas: ‘Entrenamiento Interno’ copiadas y por aburrimiento dibujó una llamativa tortuga de cola larga.

“…”

Tang Buli arranco tranquilamente el papel con la tortuga, la hizo una bola y la arrojó a la basura. – “No necesitas imitar la pintura de la Princesa de la Prefectura, solo imita la escritura.”

Tras decir eso, golpeó el papel sobre la mesa y, con valentía presionó generosamente dos lingotes de plata sobre él.

Al día siguiente…

Lo primero que hizo la anciana Taijun luego de regresar a la mansión después de adorar a Buda fue llamar a su nieta para revisar sus deberes.

Tang Buli dio pequeños pasos a regañadientes hacia el salón principal, pensando en cómo evadir la situación hasta más tarde, y al mismo tiempo pensó preocupada: ‘Zhou Yunqing no ha hecho ningún movimiento en toda la noche, ¿podría haberse escapado con el dinero?’

Justo cuando estaba aturdida, vio a un sirviente corriendo desde la puerta de la esquina, sosteniendo un grueso fajo de papeles y diciendo. – “¡Aquí está! ¡Xianjun, todo ha sido copiado!”

“¿Lo has copiado todo?”

Tang Buli se quedó atónita. – ‘¡Zhou Yunqing copió sus deberes de un mes en solo ocho horas!’

Hojeó apresuradamente el fajo de papeles y vio que no solo no faltaba ni una sola página, sino que la letra era exactamente la misma que ella escribía todos los días, como si fuera un calco.

Ni siquiera su abuela podría darse cuenta.

Tang Buli sintió que había recogido un tesoro.

 

(II)

 

Tang Buli tuvo un sueño.

En el sueño, su abuela había desaparecido. Ella quedó sola y desamparada y no tenía a nadie en quien confiar y por iniciativa de su tía, se casó con el hijo de una familia prominente.

Antes del matrimonio, su tía y la casamentera elogiaron al hijo de esa familia noble, diciendo que era único en el mundo y solo después del matrimonio descubrieron que él era una persona podrida por dentro, un inútil y un borracho adicto al vino y a las mujeres.

Un día, mientras estaba borracho, su esposo hizo un comentario descuidado e insultó al Príncipe Regente, y fue arrastrado al Templo Da Lisi para ser torturado y su vida o muerte fueron inciertas.

El matrimonio entre familias de alto rango está lleno de demasiados intereses, la muerte de un marido es un asunto menor, pero el impacto en toda la familia es de gran importancia. En su sueño, Tang Buli estaba desesperada y solo pudo rogar tímidamente por información al recién ascendido Joven Secretario del Templo Da Lisi.

El alto funcionario sentado a la mesa tenía un rostro familiar y frío, y su túnica oficial de color carmesí oscuro estaba cuidadosamente arreglada sin una sola arruga.

Con el pelo recogido en un moño, ella parecía como una piedra cuyos bordes habían sido suavizados por el destino, sin la agudeza y el orgullo que tenía en la época en la que vivía en el tocador.

Habían pasado dos años y su estado era lamentable.

Tang Buli se sintió avergonzada, se mordió el labio y se arrodilló, dejando de lado su orgullo y suplicándole a Zhou Yunqing que mostrara misericordia y le diera un castigo leve. No quería ser arrastrada por ese marido idiota, y no quería ser enviada al Ministerio de educación como esclava…

“La sentencia de muerte de su marido ha sido determinada y no puede ser cambiada.” (Zhou Yunqing)

La ansiedad y la opresión en el sueño eran tan claras que podía sentir la fría mirada que siempre caía sobre sus hombros, haciéndole imposible levantar la cabeza.

La imagen cambió repentinamente, y algunos fragmentos borrosos pasaron como un caleidoscopio.

Cuando el sueño se aclaró nuevamente, Tang Buli yacía acostada en una tienda tenuemente iluminada; su hermoso rostro ruborizado se reflejaba en unos ojos resueltos.

“¿Sabes cómo se trata el pecado del adulterio según las leyes de esta dinastía?” (Zhou Yunqing)

Su voz era ronca, sus ojos se esforzaban, su boca pronunciaba las frías leyes del castigo, pero su cuerpo respondía con fuerza ardiente.

Tang Buli se despertó sobresaltada; tenía las mejillas tan ardientes que casi podía cocinar un panqueque.

Se cubrió las mejillas, incapaz de creer lo que había soñado.

Ella se casó, y su esposo cometió un delito y estaba a punto que le confiscaran la mansión y de ser exiliada. Ella fue a preguntarle al joven secretario del Templo de Da Lisi, quien estaba a cargo del caso, pero el joven secretario resultó ser el pobre erudito que copiaba libros en su casa y ella hizo algunas cosas desvergonzadas con él…

Tang Buli sintió como si estuviera poseída por un espíritu maligno.

“¡Bah! ¡Apestoso desvergonzado!”

No sabía a quién estaba escupiendo, se quedó tumbada boca arriba un rato y luego su mente comenzó a divagar nuevamente.

‘Zhou Yunqing, ese ratón de biblioteca es una escultura de hielo sin corazón ni deseos, ¿cómo pudo él…?’

Una vez que las semillas de la curiosidad se arraiga en el corazón, germinan.

 

(III)

 

Zhou Yunqing aún llevaba puesto como de costumbre la descolorida camisa confuciana azul pálida, pero había sido lavada y planchada con sumo cuidado. En lugar de parecer desaliñado y lamentable, tenía una especie de aire noble, como el que usa bastón y sandalias de bambú.

Estaba de pie junto a la pared, de espaldas a Tang Buli, y la pared estaba cubierta con un gran trozo de papel de arroz, y estaba escribiendo un majestuoso carácter Fu* con tinta y pincel.

(N/T: * El carácter chino (fú) significa «buena suerte», «fortuna» y «prosperidad». También puede referirse a no de los primeros estilos de poesía china, típico de la dinastía Han)

Más de mil palabras estaban salpicadas por toda la pared, y parecían dragones y serpientes, tan gráciles como nubes voladoras.

Zhou Yunqing era un hombre tranquilo, frío y aburrido, pero cuando se sumergía en el mundo de la tinta y la literatura, su figura clara y recta parecía contener un poder infinito, rebosante de luz deslumbrante.

Dejó caer el último trazo y se detuvo frente a la pared de inscripciones Fu, examinándola como un inmortal contemplando las montañas rodeadas por un mar ondulante de nubes.

Ese era su mundo.

Se quedó allí durante un buen rato; con la tinta goteando de la punta de su pluma y salpicando las baldosas del suelo hasta formar una flor de ciruelo negra.

Tang Buli estaba tan absorta en la lectura que el libro en sus brazos cayó al suelo con un fuerte ruido, rompiendo el silencio en la habitación.

Zhou Yunqing dejó el pincel sobre la mesa y le hizo una reverencia.

La luz se disipó y él regresó a su apariencia sombría y discreta.

“Toma, la tarea de hoy. Escribe un ensayo sobre ella para mañana.”

Tang Buli cogió el ‘Significado de las palabras’ que había ordenado su abuela, lo empujó delante de Zhou Yunqing, dejándole una moneda de plata en el proceso.

Ella era muy generosa, pero Zhou Yunqing ni siquiera la miró dos veces; simplemente regresó al escritorio, cogió su pluma, la mojó en tinta y empezó a escribir.

Tang Buli no se fue. Inclinó la cabeza y lo miró un rato, solo para darse cuenta de que estaba escribiendo un ensayo sobre ‘El significado de las palabras’ de una sola vez, sin siquiera tener tiempo para detenerse y pensar

Tang Buli se sorprendió mucho y preguntó. – “¿Ni siquiera necesitas leer el libro?”

“Ya lo he leído.” (Zhou Yunqing)

Zhou Yunqing respondió brevemente. – “Tenlo en cuenta.”

No podía permitirse comprar demasiados libros, así que intentaba hacer todo lo posible por memorizarlos cuando los tomaba prestados. Ya sabía miles de artículos de memoria.

“Eres bueno.”

Tang Buli era directa por naturaleza y nunca escatima en elogios. – “Tengo una amiga, ella también tiene la capacidad de recordarlo todo; si tienes la oportunidad, puedes competir con ella.”

Zhou Yunqing se concentró en escribir y no respondió.

No le interesa nada más que los libros, y solo podía hablar con elocuencia cuando se trata de leyes y castigos.

Tang Buli no pudo evitar sentir curiosidad: ‘¿podría ese hombre desinteresado y poco romántico frente a ella ser realmente el joven Secretario del Templo Da Lisi de su sueño, cuya etiqueta se había derrumbado en su cama?’

Ella se sujetó la barbilla con una mano y lo miró fijamente un buen rato, sin poder evitar preguntar. – “¿Tienes esposa o concubina?”

Zhou Yunqing ni siquiera levantó la vista. – “No.”

“¿Tienes prometida o confidente?”

“No.” (Zhou Yunqing)

Por mucho que Tang Buli preguntara, él simplemente decía que no.

Tang Buli recordaba inexplicablemente ese sueño. No parecía el tipo de persona impaciente, ¿cómo podría él…?

Detuvo la peligrosa escena, se aclaró la garganta y dijo: “Entonces, déjame preguntarte: Si la familia del esposo de una mujer comete un delito y la involucra. Ella va y le ruega a la persona a cargo del juicio que sea indulgente, y luego…”

Ella tosió de nuevo y luego, vacilante, dijo ante la mirada dubitativa de Zhou Yunqing: “Y luego, por alguna razón, duermen juntos… Bueno, ¿qué pasaría en esa situación?”

En cuanto escuchó el caso legal, Zhou Yunqing se interesó.

“¿La mujer está dispuesta?” (Zhou Yunqing)

“Debería… tal vez, fue voluntario.”

“Eso es adulterio.” (Zhou Yunqing)

Zhou Yunqing dijo solemnemente. – “Según las leyes de esta dinastía, ambas partes serán azotadas veinte veces y condenadas a tres años de prisión. Si el juez que preside manipula el caso mediante soborno, el castigo será más severo, y será destituido y exiliado a mil millas de distancia.”

“…”

Tang Buli se negó a darse por vencida. – “¿Qué pasa si fuera el juez principal?”

“Imposible.” (Zhou Yunqing)

Esta vez, Zhou Yunqing respondió con rapidez y firmeza. – “Si yo fuera el juez a cargo, sin duda aplicaría la ley de manera imparcial y echaría a golpes por la puerta a la mujer que intentó sobornarme.”

Tang Buli se sintió inexplicablemente agraviada y enojada.

Sin embargo, después de mucho tiempo de pensarlo, no sabía cómo refutarlo. Ese sueño era ficticio, y no debía tomárselo en serio.

Ella arqueó las cejas y dijo. – “No lo puedo creer, nunca has sentido atracción por las mujeres.”

“No.” – Dijo Zhou Yunqing.

Cuanto más contrastaba con su sueño, más sospechaba Tang Buli que fingía ser noble.

La Princesa de la Prefectura de Qingping estaba acostumbrada a ser traviesa y revoltosa y no tiene un temperamento tranquilo y rompía la cazuela para preguntar hasta el final sobre cualquier cosa que le despertara curiosidad.

“¿Qué te parece esto?”

Tang Buli se acercó al escritorio y le sopló aire.

La chica de uniforme militar color rojo tenía un látigo dorado y una campanilla colgando de la cintura, vivía una vida de lujo y era mimada y arrogante como el sol en pleno verano.

Las pestañas de Zhou Yunqing temblaron, pero siguió escribiendo.

“¿Qué tal esto?” – Tang Buli le tomó la mano.

Los dedos del erudito eran delgados, con finos callos en las puntas, pero eso no afectaba su buena apariencia.

Zhou Yunqing no pudo escribir más y la miró.

Los ojos que se encontraron eran de un color ámbar muy claro, y a primera vista, tenían una claridad emocionante.

“¿Qué te parece esto?”

En ese momento, como si estuviera poseída por alguna fuerza extraña, Tang Buli le dio un rápido beso en la mejilla, tal como en el sueño.

En lugar de un beso, sería mejor decir que se estrelló contra él y su nariz fue golpeada por su mejilla causándole dolor.

La pincelada dejó una larga estela sobre el papel de arroz.

El viento entró por la puerta entreabierta, haciendo crujir el papel de arroz en la pared, y el aroma a tinta flotaba en el aire.

Zhou Yunqing se quedó atónito; su rostro permaneció tranquilo, pero su abdomen se tensó de repente.

Tang Buli se dio cuenta de lo que había hecho y la broma en su mente se desvaneció, dejando solo una vergüenza infinita.

Sus miradas se cruzaron y el aire se congeló.

Ella se levantó bruscamente, dio un paso atrás, se limpió los labios vigorosamente y huyó.


Nameless: Estoy picada, me gustaría saber exactamente que pasó y como murió en su vida anterior, ¿será que el joven secretario se la almorzó de verdad? Jaja…

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