Capítulo 38: Mejor que entrelazarse
Zhong Yu Bai apartó el dedo que lo pinchaba hacia un lado, no con suavidad, pero tampoco con fuerza, sujetando su mano en el apoyabrazos, mientras con la otra mano abrochaba lentamente los botones de la camisa que ella había desabrochado silenciosamente.
Su sonrisa expectante se atenuó lentamente ante su acción de taparse con firmeza.
‘¿Qué sentido tiene volver a ponérsela? ¡Es realmente distante!’ (Ji Zhen Tang)
‘¡Incluso el coqueteo debe descansar bien*, es realmente frio!’ (Ji Zhen Tang)
(N/T: * 好整以暇 = «Descansar bien» es un modismo que apareció por primera vez en Zuo Zhuan, el año 16 de Cheng Gong. [1] Significa que el ejército se mueve de manera ordenada y sin prisas/con calma. Más tarde se utilizó principalmente para describir una actitud tranquila y sin prisas en medio del caos o la actividad.)
Zhong Yu Bai simplemente la sujetó por la muñeca y, dijo con reproche: “Tienes malas intenciones.”
Ella sonrió con picardía, mirándolo a los ojos y eludió la responsabilidad: “Es culpa del tío por ser demasiado sexy. Parece tan comedido y cortés, como un caballero, pero en realidad, está ocultando una gran jugada, para seducir a la gente en secreto.” (Ji Zhen Tang)
Una vez más, mencionó las palabras ‘ocultando una gran jugada’ y ‘seducir a la gente’, lo que le dio ganas de reír porque era muy inocente. Zhong Yu Bai le mostró una sonrisa indulgente, como si ella lo hubiera derrotado.
Él dijo: “Es solo un lunar.”
Pero era bastante visible, justo a lo largo de sus abdominales.
“¡Doscientos por ciento tentador!” (Ji Zhen Tang)
Dijo Ji Zhen Tang, extendiendo un dedo y tocando ligeramente la hebilla de su cinturón, mirándolo con lo que parecía una débil y suplicante mirada, insinuando: ‘¿De verdad es imposible?’
Sosteniendo su mirada descarada, Zhong Yu Bai la miró fijamente y preguntó: “¿Qué puedes darme a cambio? Los secretos de tu cuerpo.”
A Ji Zhen Tang se le hizo un nudo en la garganta. – “¿Tenemos que intercambiar algo? ¿No puedo ser codiciosa una sola vez?”
Haciendo oídos sordos a su súplica, le tocó ligeramente el puente de la nariz con un dedo doblado. – “Piénsalo detenidamente.”
La voz del hombre era profunda y clara, aunque era muy bueno en andarse por las ramas, enmascarando sus pensamientos igualmente ambiguos con un tono muy serio, Ji Zhen Tang aún pudo capturar la pizca de expectativa en su corazón.
Solo Ji Zhen Tang no pudo evitar dejar que sus pensamientos más íntimos aparecieran por un momento y luego preguntó imprudentemente si podía besarlo.
Zhong Yu Bai solo insinuó que, si quería besarlo, tenía que dejar que la besara.
Ciertamente, tienen que aprovecharse el uno del otro para divertirse.
Cuando usó ese truco con ella, lo hizo precisamente con la persona adecuada.
Porque efectivamente ella tenía una marca de nacimiento en el muslo.
Cuando Ji Zhen Tang lo escuchó mencionar algo sobre los secretos de su cuerpo, tensó sus extremidades con sensibilidad, temiendo ser retenida y escrutada al segundo siguiente. Su primera reacción fue de pánico.
Cuanto más rápida y tensa respondía, más hacía un movimiento subconsciente que hacía que él se dé cuenta.
Dos cosas quedaron claras: una, que no estaba preparada, y dos, que sí guardaba un secreto.
Debía de estar bastante en conflicto en su corazón, con muchos pensamientos lujuriosos, pero sin el coraje para llevarlos a cabo. Cuando llegaba el momento crucial, su coraje no era suficiente para satisfacer su lujuria.
Zhong Yu Bai no la retuvo para inspeccionarla; en cambio, la dejó ir lentamente.
“¿Tienes un espejo aquí?” – Ji Zhen Tang de inmediato se levantó de su asiento.
Al verla mirar a su alrededor, él dijo: “Puedo ser tu espejo.”
Comprendiendo lo que quería decir, Ji Zhen Tang dejó de concentrarse en buscar un espejo, le devolvió la mirada, levantó el cuello y señaló: “¿Ayúdame a ver si hay marcas de besos?”
“Considerando que tienes clase mañana.” – Zhong Yu Bai no necesitó mirar más de cerca, sacudió la cabeza suavemente. – “No hay ninguna.”
“…” – Ji Zhen Tang estaba atónita. – “Tu tono, hace que parezca como si debiera agradecerte su amabilidad.”
El hombre sonrió sin decir nada, apoyado en la mesa con las manos en los bolsillos del pantalón, su postura relajada, pero las esquinas de la camisa que ella había sacado habían sido cuidadosamente metidas por él.
Ji Zhen Tang lo vislumbró y contuvo la respiración en su corazón. – “¿Por qué te vistes tan pulcramente en plena noche? ¿Quieres tener una reunión conmigo?”
Dos o tres segundos después, Zhong Yu Bai comprendió su acusación y miró los puños de la camisa cuidadosamente doblados y dijo: “Si no tienes intenciones de hacer nada, no te metas en líos.”
‘¡Demasiado meticuloso!’ (Ji Zhen Tang)
“¿Cuál es el problema? ¿Estás listo para entrar en batalla y matar al enemigo en cualquier momento?” – Ella se burló. – “¿Son todos ustedes, los ricos, tan vigilantes y desconfiados y siempre en guardia? ¿Sospechan que les robaré el dinero mientras están en medio de un lío?”
Zhong Yu Bai sonrió levemente, negando con la cabeza como si temiera que todos los ricos se vieran implicados por él, y explicó: “Es solo mi costumbre.”
Ji Zhen Tang no insistió; de repente se rió un poco maliciosamente y susurró: “Tienes buenos abdominales, como un estudiante de 20 años, no como un jefe de 30 que está ocupado socializando todos los días.”
La sonrisa de Zhong Yu Bai se atenuó momentáneamente.
Él dijo: “Tengo 29.”
“¿Ah?” – A Ji Zhen Tang le pareció extraño. – “Pero el año pasado, cuando tu abuela celebró su cumpleaños, me dijiste que tenías 30, ¿cómo es que ahora eres aún más joven después de un nuevo año?”
En la región de Jiangsu y Zhejiang, era costumbre hablar con edades ficticias.
Zhong Yu Bai heredó el método de cálculo de la generación anterior. A los 28, decía tener 30. Al principio, ese método le resultó útil, ya que los hombres con los que interactuaba a diario siempre tenían un sentido de superioridad y menospreciaban a los que eran demasiado jóvenes y ponían demasiado énfasis en la experiencia.
Poco a poco, se dio cuenta de que su edad se había convertido en un arma para ser ‘humillado.’
Así que, frente a ella, un día menos para celebrar su cumpleaños se considera menos de 30.
Al ver su expresión juguetona, Zhong Yu Bai dijo con ligereza: “¿De verdad crees que no tengo mal genio?”
Ji Zhen Tang se divirtió aún más: “Claro, anda, pierde los estribos rápidamente, haz el ridículo, vuélvete loco, grítame, déjame ver cómo eres de verdad cuando te enfadas.”
Si ella usa una provocación como esa, quizás realmente consideraría mostrar algo de agresividad.
Sin embargo, después de que Ji Zhen Tang terminara de hablar, dio un paso adelante y lo abrazó, actuando con coquetería.
Siendo pegajosa y cariñosa, Ji Zhen Tang frotó su mejilla contra su pecho; ese comportamiento fue como darle una bofetada y luego ofrecerle dulces, nada más.
“Pero está bien, no importa la edad que tengas, me gustas.” (Ji Zhen Tang)
Ji Zhen Tang sonrió dulcemente, mirándolo con estrellas en los ojos. – “Los hombres de veinte años no son buenos, son estúpidos, arrogantes e inmaduros, se creen que son los mejores del mundo, siempre intentan tomar las riendas y dar consejos. Los compañeros varones de mi clase son así, muy molestos. Es mejor ser un poco mayor, maduro, con carácter y sustancia, no como una botella de agua medio llena, deambulando todo el día y provocándome dolor de cabeza.”
Zhong Yu Bai se rió a carcajadas, sacó una mano del bolsillo para acariciarle suavemente el cabello y dijo con un tono relajado.
“Yo tampoco te entiendo.”
“Hablo en serio, ¿no son mis palabras sinceras? Mira mis ojos sinceros.” – Dijo Ji Zhen Tang, sonriendo y parpadeando rápidamente, y luego espetó haciendo pucheros: “A diferencia de ti, que hablas como si siempre estuvieras escribiendo acertijos, haciendo que me aburra al responderlos.”
Él se apoyó ligeramente en el borde de la mesa, alisándole el cabello. Con un ligero arco de espalda, le permitió inclinar la cabeza para que pudiera apoyarse cómodamente en su hombro.
Ji Zhen Tang llevaba una bonita camisa de gasa hoy, la tela crujió mientras él arreglaba el cuello, que se había desordenado por sus besos. Las yemas de sus dedos recogieron el calor corporal de ella, extendiéndose poco a poco.
Aunque la calefacción en el estudio estaba completamente encendida, Zhong Yu Bai vestía una camisa fina y siempre sentía frío en lo profundo de su cuerpo y no fue hasta ese momento, que se sintió realmente reconfortado por calor del suave cuerpo de la niña.
En el abrazo final, sus dedos se hundieron en su suave y rizado cabello castaño dorado. De repente, sintió una sensación de enredo entre cuerpo y corazón, no por contacto físico, sino por una sensación entrelazada.
Afuera, el trueno primaveral retumbaba con fuerza, marcando la transición del invierno a la primavera, el aire brumoso era denso y la luz de la luna bañada la torre oeste.
Con tan solo un abrazo superficial, ambos se sintieron húmedos y cálidos. En esa atmósfera tenue y pesada, similar a una escena bajo velas rojas y cortinas bordadas, era difícil distinguir quién estaba más profundamente atrapado.
Sin ningún motivo, deseaba que el tiempo se alargara un poco más.
En realidad, no le pidió cambiarse la pila de ropa una por una.
Zhong Yu Bai le pidió que eligiera su prenda favorita y se la pusiera, diciendo que quería abrazarla mientras dormía.
En su habitación.
Sus débiles ojos recorrieron su figura bien proporcionada.
Ji Zhen Tang eligió un sencillo vestido tubo negro sin tirantes. Dijo que el rojo le sentaba bien, pero el negro también le quedaba bien. Tenía un aire de elegancia que complementaba su cabello rubio y sus hermosos rasgos con huesos fuertes.
El vestido en sí no era nada del otro mundo, incluso el logo de la marca solo estaba bordado en el puño con finas líneas. Aun así, quiso elogiar su idoneidad, pero sintió que usar las mismas palabras demasiadas veces inevitablemente la haría parecer superficial.
Ya era una pintura con un fondo demasiado brillante y seductor, y no importaba qué colores salpiquen en él, todos eran meros adornos.
En ese momento, esa pintura estaba confinada bajo su palma.
Zhong Yu Bai yacía de lado, con Ji Zhen Tang en sus brazos.
Ella jugueteaba con el dobladillo de su falda, dejando al descubierto sus rodillas desnudas, las apoyó cómodamente sobre las suyas a través de la tela de sus pantalones, quedando con las piernas entrelazadas.
Cuando Zhong Yu Bai bajó la cabeza para besarla, la gatita empezó a frotarse de nuevo contra él, consciente o inconscientemente.
Esta vez, el territorio objetivo eran sus piernas.
Él la sujetó suavemente por los hombros con las manos, sintiendo la insoportable necesidad de acercarse, pero temiendo que ella entrara en pánico, inseguro de cómo controlar esa distancia insoportable. Ella era demasiado joven y esa era una de las razones por las que tenía tantas preocupaciones.
Y, sin embargo, podía ser imprudente.
En momentos como esos, se sentía completamente en desventaja y, al mismo tiempo, sentía que ser hombre era bastante difícil.
El beso no duró más de diez minutos y Zhong Yu Bai sintió que estaba casi en llamas.
Abrió los ojos.
Interrumpida repentinamente, Ji Zhen Tang lo miró confundida: “¿Qué pasa?”
Apoyándose en la cama, Zhong Yu Bai se puso de pie lentamente: “Solo fue una reacción, yo me encargaré.”
Zhong Yu Bai dijo eso con voz ronca mientras caminaba hacia el baño.
Ji Zhen Tang se incorporó presa del pánico, preguntándose si había oído mal. Se presionó las sienes para despertarse del beso. Pero sus palabras fueron claras, y las pocas palabras que salieron de su boca no daban lugar a malas interpretaciones y, tras un momento de retrospección, su rostro se sonrojó de vergüenza.
Cuando Zhong Yu Bai salió en la habitación, Ji Zhen Tang pisó descalza la alfombra, caminando de puntillas hacia la puerta que él había cerrado herméticamente, escuchando atentamente.
Su débil valentía alcanzó su punto máximo en ese momento.
Su oído se volvió tan sensible que incluso el sonido de su propia deglución le pareció extremadamente solemne.
Intentando captar cualquier sonido.
Sin embargo, tras un momento de silencio, se oyó un ligero golpe: <¡Tuk-Tuk!>
Él golpeó suavemente a la puerta dos veces desde el interior.
“Deja de escuchar y duérmete.”
“¡…!” (Ji Zhen Tang)
La voz del hombre era profunda: “No me hagas pasar una noche difícil.”
Ji Zhen Tang permaneció en silencio un rato, sintiéndose un poco culpable, temiendo que eso pudiera afectar su descanso. – “Entonces yo… dormiré en la misma habitación de la última vez.”
Después de un rato, él respondió: “De acuerdo.”
Sonaba impotente, arrepentido pero aliviado. Con unas solas palabras amortiguadas, pudo captar las emociones encontradas.
Al día siguiente, ella fue a clase y él a trabajar.
Antes de despedirse, Ji Zhen Tang tomó un bolígrafo y dibujó un reloj en la mano de Zhong Yu Bai, contándolo que cuando era pequeña solía dibujar la hora en su mano, fingiendo que tenía un reloj.
Al ver que él no tenía uno, le ‘puso’ uno también, señalando la hora que dibujó: las 7:30 y dijo sonriendo con picardía: “Hoy hay una obra de teatro a esta hora. Por favor, ven a verla.”
Zhong Yu Bai entrecerró los ojos y miró el reloj de caricatura que ella había dibujado con un bolígrafo de agua, las líneas delicadas, las manecillas nítidas y las 7:30 marcadas en mayúsculas y negrita para asegurarse de que no lo olvidara.
Sonrió, pensando en que usar ese método para hacerle recordar demostraba falta de confianza.
Pero no lo borró, diciendo que lo tendría presente.
Esa tarde, Zhong Yu Bai fue a la Montaña Xishan. Había estado tomando fotos allí durante un tiempo, pero ese día era la primera vez que iba.
Shen Shu lo guiaba y le preguntó si quería cerrar el camino y hacer una visita.
Zhong Yu Bai lo interrumpió, diciendo que no era necesario: “Solo écharé un vistazo.”
La montaña de Xishan se encontraba a las afueras de Qingcheng y era un nuevo lugar pintoresco. Al pie de la montaña se encontraban varios complejos turísticos financiados por el gobierno y era un lugar ideal para vacaciones y ocio.
El antiguo jardín imperial que fotografió no ocupaba un área grande, pero quienes lo habían visto decían que tenía un excelente Feng Shui.
En ese momento, había una multitud de turistas afuera, mientras Zhong Yu Bai tomaba té sentado en una habitación lateral. Shen Shu, una persona refinada, señalaba el origen de la caligrafía y las pinturas en las paredes, pero Zhong Yu Bai escuchaba distraídamente, alzando la mirada para mirar las ramas marchitas de Begonia afuera.
Este tipo de flor se llama begonia. Había oído hablar de ellas mientras cenaba con alguien. En primavera, florecían por toda la montaña, siempre han sido utilizadas como un truco de marketing utilizado por el departamento de turismo, especialmente durante los recorridos nocturnos de primavera, combinados con el espectáculo de luces del jardín, creaban una vista hermosa.
Después de que Shen Shu terminara de presentar los sitios históricos, volvió al asunto de la inversión: “¿De verdad planeas invertir esa cantidad de dinero en nombre de la señorita Ji?”
La compra original del terreno fue responsabilidad de Shen Shu, con Zhong Yu Bai esencialmente ayudándolo y accediendo a proporcionar parte de la financiación. Ahora, tomó la iniciativa de comprar ese terreno relativamente caro pero perfecto, que le costó una fortuna.
Se podía decir que una casa de té sin relación con su propio negocio podría considerarse un negocio independiente. Zhong Yu Bai rara vez malgastaba sus esfuerzos en tareas inútiles, y mucho menos invierte su tiempo y recursos en la construcción en una dirección no relacionada.
En ese momento, dijo: “¿Será que has estado bromeando conmigo todo este tiempo?”
“¿Has hablado de esto con ella?”
Zhong Yu Bai respondió: “No es demasiado tarde para hablarlo más adelante. Primero echemos un vistazo al mercado. Si hay una pérdida, será culpa mía. Cuando realmente obtenga un beneficio real, entonces ella podrá ser feliz.”
Sin embargo, a pesar de decir eso, la posibilidad de pérdida era nula.
Era equivalente a que él gastara cien yuanes para comprar un billete de lotería y dejar que ella lo rascara, y al final, incluso si obtiene un beneficio de un dólar, sigue siendo una ganancia para ella.
Ji Zhen Tang no tenía por qué preocuparse en absoluto por ese asunto.
Shen Shu lo miró con una sutil mirada inquisitiva, con la intención de sonsacarle algún chisme, y dijo: “Estás pensando a largo plazo.”
Zhong Yu Bai guardó silencio un momento, sin interactuar con él, y dijo con franqueza: “A excepción de mí, nadie más hará planes para ella.”
El rostro de Shen Shu mostraba una sonrisa cómplice, asintiendo en señal de comprensión.
El mundo de los negocios son como los centros comerciales, no se puede hacer muchos amigos. Para Zhong Yu Bai, Shen Shu era uno de ellos.
¿Por qué? Era una persona agradable, fácil de tratar, de espíritu libre, tranquilo, indiferente y distante del mundo. Todas esas cualidades estaban presentes, pero lo más importante es la conexión con el campo magnético que permite a las personas coexistir armoniosamente en su relación.
Las mujeres no son una excepción. Frente a una belleza y ambición similares, ella era la única a la que podía aceptar y tolerar.
En el camino de regreso, Ding Jialing que conducía en el asiento delantero, no pudo resistirse a preguntarle por qué.
Zhong Yu Bai frunció el ceño ligeramente y dijo. – “No es culpa suya que, su padre no sepa cómo cuidar a los demás.”
La actitud de Ji Huan hacia su hija probablemente era tal que se sentía generoso y amable solo porque estaba dispuesto a darle una pequeña dote.
Las opiniones y preferencias de las personas no cambiaban según su riqueza. Incluso si tiene un patrimonio neto de más de 100 millones, seguía representando el personaje de Grandet* hasta el final delante de su hija.
(N/T: 葛朗臺 = ‘Eugenia Grandet’ se publicó en 1833 y es una novela extraordinaria, llena de detalles, que describe un mundo que casi podemos tocar, que describe al avaro por excelencia, que habla del dinero como motor del mundo y que pinta a una mujer muy particular, de provincias, sacrificada y dependiente. Entonces Grandet vendría a ser ¡Una persona extremadamente tacaña en un clásico literario! Ahora se usa generalmente para describir a esas personas tacañas.)
Zhong Yu Bai no quería insistir en esas ideas profundamente arraigadas y anticuadas. Aquel mal hábito profundamente arraigado en su mente y la crueldad de favorecer a los hijos sobre las hijas estaban muy lejos de él y también esperaba que esas cosas pudieran mantenerse alejadas de ella.
La verdad era cruel, así que la gente necesitaba encontrar la forma de resolver las cosas con suavidad.
“Descansar bajo a la sombra de un gran árbol puede ser agradable, ese árbol puedo ser yo, pero no siempre puedo ser yo.”
Dijo Zhong Yu Bai, bajando la ventanilla trasera y observando las ramas de flores que despertaban a ambos lados de la sinuosa carretera de montaña y el cielo azul lleno de nubes flotantes. Continuó: “La gente es muy voluble. Las circunstancias cambian, los corazones cambian, incluso la vida y la muerte son inciertas. Todo lo que he vivido en las últimas décadas es un sentimiento. La riqueza es un sentimiento, y la soledad también es un sentimiento. Pocas personas pueden aferrarse a toda una vida de prosperidad, y yo no puedo ver con claridad los nubarrones del mañana, así que, naturalmente, mientras tenga, le daré un poco más.”
Sus palabras eran muy profundas, como si se las estuvieran diciendo a él, pero al escuchar con más atención, sintió que no era así. Ding Jialing escuchó con solo una comprensión parcial, mirando a su jefe por el espejo retrovisor.
A veces, sentía que Zhong Yu Bai vivía con una carga bastante pesada, pero claramente tiene todo lo que necesita, entonces ¿dónde estaba la carga? En ese momento, de alguna manera, encontró algunas respuestas.
Había una depresión oculta en él, una depresión basada en la realidad, una depresión que no podía ver el bien y el mal, la causa y el efecto.
Por eso, a esa persona le importaba tanto la intervención de fuerzas externas y necesitan confiar el apoyo del Bodhisattva para mantener cierta positividad ascendente.
“Emborráchate con vino.” – Zhong Yubai se encontró con la mirada en blanco y pensativa de Ding Jialing y lentamente le resumió su discurso.
(N/T: *La frase china jinzhao you jiu jinzhao zui (今朝有酒今朝醉) significa «emborracharse con vino». También se usa como un verso de un poema de Tang que expresa una actitud despreocupada ante la vida. Se puede interpretar como: Vivir el momento, vivir cada día como si fuera el último, Disfrutar mientras se pueda, emborracharse con vino.)
“Comprendido.” – Asintió Ding Jialing.
Mientras Zhong Yu Bai permanezca en la familia Zhong y ocupe una posición de poder, su soledad y depresión nunca se aliviarían.
Era un hombre que lame la sangre de la hoja de un cuchillo*, ¿cuánto tiempo podría aferrarse a esa precaria riqueza en medio del peligro? Era muy difícil saberlo.
(N/T: * Lamer la sangre de la hoja de un cuchillo con la lengua significa que resultarás herido por la hoja y pagarás el precio de la sangre en cualquier momento. Es una metáfora para referirse a involucrarse en un comportamiento de alto riesgo.)
“Ah, por cierto.” – Ding Jialing cambió de tema, sacando a colación algo interesante. – “¿Ese reloj que lleva en la muñeca está pintado?”
Zhong Yu Bai arqueó una ceja, mirándose la muñeca. – “Es la hora de nuestra cita.”
Movió suavemente la comisura de su boca y preguntó: “¿Se ve bien?”
“Ah, ¿es pintado? Pensé que era real.” – Ding Jialing era el mejor halagando a los demás.
La sonrisa de Zhong Yu Bai se hizo más profunda y había un dejo de orgullo en su tono. – “Tengo un pequeño artista en casa.”
Aunque el jefe Zhong está preocupado, no caerá del altar, ese tipo de desgracia no se escribirá. Quieren mejorar juntos.
Anterior | Novelas | Menú | Siguiente |
Cap. 69 Afortunadamente, todos los rehenes estaban concentrados en un solo lugar. Las balas…
Esta web usa cookies.