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Drama

Begonias – 19

Capítulo 19: Una noche pintoresca, un orden perturbado

 

Sonó la campana de las doce y el avión voló a lo largo de la costa.

La noche afuera era profunda y sin la referencia de calles ni luces, todo lo que Ji Zhen Tang podía ver era una negrura sin fondo en el cielo realmente alto, lo que le daba la incómoda sensación de flotar en el universo. Afortunadamente, todavía podía captar las luces en las alas, y el color brillantes eran como una especie de atracción, que la retenían en la frontera entre el sueño y la realidad, sin dejarla caer más hondo.

“¿No te duele?” – Zhong Yu Bai la miró fijamente, confirmando una vez más.

Los aretes de perlas aún colgaban en su lugar y el lóbulo de su oreja se sentía ligeramente pesado. Ji Zhen Tang lo miró por el rabillo del ojo, encontrando su mirada antes de bajar lentamente los ojos y sacudir la cabeza, mientras él inspeccionaba las perlas que se balanceaban siguiendo sus movimientos.

El olor de su perfume corporal solo tenía un regusto ligero, que se desvaneció al mezclarse entre la multitud de personas de la abarrotada exposición. Ahora, solo el aroma de madera de cedro y ámbar entretejidos en el aire ocupaba sus sentidos.

Se sentía el aire fresco de principios de otoño alrededor de la cintura del valle, y ante ella se alzaba un imponente templo, del que repicaban campanas y se elevaba el humo, mientras los pájaros volaban desde la niebla.

Simple pero profundo.

“A la derecha” – Zhong Yu Bai sostuvo suavemente el otro pendiente en su palma, tratando de decirle que se girara hacia un lado.

Con el hombre en su visión periférica, que tenía las piernas cruzadas, la corbata aflojada y hablaba suavemente con un aire de elegancia.

“Lo haré yo misma.” – Ella tomó la iniciativa de tomar el otro arete de perla de su palma.

Ji Zhen Tang fue hábil al ponerse el pendiente y pronto estuvo en su lugar.

Zhong Yu Bai miró su palma vacía y de repente preguntó: “¿Me tienes miedo?”

“¿Eh?” – Ella dudó por un momento. Incluso en la cabina tenuemente iluminada, no era difícil notar que sus orejas y mejillas estaban sonrojadas. Ji Zhen Tang se sorprendió por esa pregunta, parecía que ya se la había hecho antes, por teléfono, y ella había fingido no entenderla y la ignoró.

Ahora, frente a ese hombre enigmático, al oírle preguntar si le tenía miedo, dudó en responder. Zhong Yu Bai sonrió gentilmente y dijo: “No tengas miedo.”

“¿Es usted una buena persona?” – Ella no pudo evitar preguntar.

Él lo pensó detenidamente por un momento antes de responder con franqueza: “No necesariamente.”

Ji Zhen Tang ya no mostró ningún miedo, pero no pudo contenerse y se echó a reír.

Zhong Yu Bai la miró con calma.

Tenía más miedo de lo que él no diría que de lo que diría.

Después de un momento de silencio, la atmósfera la hizo volver a ser cautelosa.

“Fang Mo…” – Ji Zhen Tang intentó cambiar de tema.

Zhong Yu Bai continuó mirándola, preguntando en silencio que pasaba con Fang Mo.

Ella se aclaró torpemente la garganta, queriendo encontrar algo que decir, y soltó: “¿Le gusta?”

Las palabras salieron sin pensar mucho, y solo después de decirlo se dio cuenta de que podría haber sido demasiado arrogante. Pensando en la sospecha de que a Zhong Yu Bai pudiera gustarle, su discurso desenfrenado debería llamarse Tong Yan Wuji* como máximo. Entonces ella no intentó corregir ese comentario infantil y un par de ojos aparentemente inocentes, esperaron su respuesta en silencio.

(N/T: *童言無忌 = Tong Yang Wuji son términos que aparecen en la filosofía taoísta. Se describe como un estado de calma, vacío sin límites y de completitud a la vez; donde todo está en equilibrio y sin distinción.)

Zhong Yu Bai respondió: “¿Me gusta?”

Su tono le hizo darse cuenta de que, en el mundo adulto, esas dos palabras no tenían el mismo significado.

Ella sonrió con indiferencia. – “Está bien, solo estoy diciendo tonterías.”

Zhong Yu Bai pensó profundamente antes de decir: “Ella tiene sus propios pensamientos.”

“¿Qué específicamente?” – Ella entendió un poco, pero quería escuchar su opinión.

Él continuó, lentamente: “Si te sitúas en un mundo donde el vencedor se lleva todo, uno naturalmente hará su mejor esfuerza para conseguir lo que pueda.”

“Puedo ver que la industria del entretenimiento es un lugar duro para luchar y realmente admiro la resistencia psicológica de los artistas.” – Ella comentó, y continuó con su charla inocente, indagando más: “Usted es tan generoso, ¿por qué no le da una oportunidad?”

Zhong Yu Bai respondió simplemente: “Tengo mis propios principios.”

La respuesta que esperaba podría haber sido: ‘No me gusta ese tipo de personas, no me interesan los juegos de intercambiar poder y sexo, no soy ese tipo de persona.’

Pero él no dijo eso. La palabra ‘principios’ hizo que sus palabras sonaran tranquilas, abstractas y algo poco convencionales.

Ji Zhen Tang no podía entender bien su elección de palabras.

“¿Sus principios? Suena muy estricto. ¿Eso incluye llevarme en un avión para ver las estrellas? Eso suena bastante informal.” (Ji Zhen Tang)

Él bajó la mirada, observando las perlas que se balanceaban ligeramente debajo de los lóbulos de sus orejas, dijo: “Estás fuera de mis principios.”

Abstracción tras abstracción, le resultó cada vez más difícil entender sus palabras, tratando de capturar las emociones en los ojos del hombre, pero él no mostró ninguna emoción, por lo que ella fracasó.

Zhong Yu Bai agregó: “Además, si la persona uno quiere atraparme, y la persona dos también quiere atraparme, si voy a aguantar toda la lluvia, tendría que considerar dónde están mis prioridades.”

Mientras hablaba, un atisbo de sonrisa apareció en su rostro, ligeramente persistente en las comisuras de su boca.

Ji Zhen Tang entendió esta frase: ‘Uno’ se refiere a ella y ‘dos’ se refiere a Fang Mo. Uno o dos, no puede tener a ambos, y ahora está claro en quién está enfocada su mente.

Sintió que su cuerpo se calentaba y murmuró, algo innecesariamente. – “Entonces… ¿en quién está enfocada su mente ahora?”

Sus palabras fueron suaves, casi como si estuviera hablando consigo misma.

Zhong Yu Bai no respondió directamente, se quedó en silencio por un momento y cambió suavemente de tema, diciendo: “Deja que la editora Huang te muestre los alrededores, tiene una buena reputación en la industria y es flexible en su trato. En comparación conmigo, ella pone todos sus huevos en una sola canasta, puedes seguirla y elegir lo que quieras.”

El significado detrás de sus palabras era que tal vez no pueda ayudarla siempre, pero Huang Xinkui definitivamente estaría allí en persona.

Las expectativas de Ji Zhen Tang no eran altas: “No tengo las habilidades para hacer eso, ella se olvidará de mí en unos días.”

Él estaba muy seguro. – “No se olvidará.”

Ella sonrió con calma: “Está bien. Incluso si realmente se olvida de mí, no importa. Ya estoy satisfecha, de verdad. Después de todo, no soy la persona que usted extraña en en su corazón.”

Estaba muy agradecida por su ayuda. Pero en el fondo sabía que estaba aprovechando de la gloria de otra persona.

Si no tuviera más remedio que darse por vencida, aún habría obtenido una gran ganancia.

Finalmente, ella dijo con sinceridad: “Espero que pueda ser feliz en otro mundo, tal como espera.”

Ji Zhen Tang bajó la cabeza y pellizcó la bolsa de tela amarilla, luego leyó la frase que contenía.

La colocó en la mano de Zhong Yu Bai, diciendo: “Le devolveré esto, le deseo buena suerte; no la dejes tirada, afectará su piedad.”

Zhong Yu Bai la tomó y sostuvo la bolsita en su mano.

Había olvidado cuándo la había pedido y cuándo la había dejado en la esquina. Como ella no la quería, no la forzó a aceptar el regalo y se la guardó en el bolsillo.

“Te gustan las alturas, ¿es esto lo suficientemente alto para ti?” – Ji Zhen Tang se cansó de sentarse, se puso de pie y estiró los músculos, mirando el cielo nocturno distante y examinando la gran cabina.

Zhong Yu Bai observó su figura mientras se movía y dijo: “Es demasiado alto para ver con claridad; será solitario.”

Cuando dijo eso, su voz realmente tenía un poco de la frialdad de no ser capaz de superar el frío de un lugar alto.

“Así que eso es lo que significa: una soledad tallada detrás de la soledad.” – Se dio la vuelta y dijo con una sonrisa. – “Pero no la sentirás ahora, porque estoy aquí contigo.”

El hielo y la nieve acumulados en los ojos de Zhong Yu Bai se derritieron ligeramente, imperceptiblemente. Él sonrió y asintió: “Ahora está animado.”

Ji Zhen Tang había descansado lo suficiente y fue a echar un vistazo a su dormitorio.

La habitación estaba bien equipada, con una cama grande en el centro y colores suaves y rosados ​​por todas partes, que se asemejaban al castillo de una princesa. Obviamente, no estaba en consonancia con el temperamento de un gran jefe. Si dijera que estaba especialmente preparado para ella, Ji Zhen Tang se sorprendería lo suficiente como para gritar.

Al darse la vuelta, vio al apuesto hombre apoyado contra la pared, se habían quitado la corbata, dejando solo su camisa blanca limpia y fresca con un toque de fragancia helada, los puños ligeramente arremangados, revelando las vigorosas venas de sus antebrazos desnudos como montañas verdes.

“¿Te gustaría bailar?” – Estaba de pie bajo la luz de la lámpara, con su rostro atractivo.

Tan pronto como terminó de hablar, una melodía enérgica llegó de alguna parte. El sonido del piano se mezcló con el violín, con un ritmo de baile lento de tres tiempos.

“¡Vals!” – Ji Zhen Tang sonrió.

Zhong Yu Bai sonrió levemente y asintió.

Extendió su brazo, invitándola cálidamente. – “Vamos, señorita.”

Ella se acercó y puso su mano en la de él.

Bailar era una habilidad oculta de Ji Zhen Tang, como su madre solía bailar, ella había tratado intencionalmente de cultivarla en esa dirección en aquel entonces, pero habían tomado caminos separados y ella no había dominado el baile, por lo que nunca tuvo la oportunidad de aprovechar al máximo sus ventajas. Ahora, en la animada melodía del vals, ella avanzó y retrocedió, igualando su ritmo fácilmente.

Zhong Yu Bai la sujetaba por la cintura y exudaba la elegancia de un caballero occidental de la vieja escuela en sus movimientos.

Ji Zhen Tang sonrió feliz.

Sin necesidad de mostrar sus dientes de manera digna, cuando lo miró y sonrió con naturalidad e inocencia. Parecía que todas las flores, pájaros, nubes, estrellas y la luna, todas las cosas hermosas del mundo volarían juntas con su sonrisa despreocupada, se volverían libres y crecerían brillantemente, disolviendo todo dolor en un jardín sin límites, lleno de romance.

Poco a poco, la música terminó.

Los pasos de baile se detuvieron gradualmente.

“¿Puedes beber?” – Preguntó Zhong Yu Bai.

Ella negó con la cabeza: “Estimula mi corazón y puedes desencadenar mi enfermedad.”

“¿Jugo de uva?”

Antes de que ella pudiera responder, él ya le había servido cuidadosamente un vaso de jugo y se lo había entregado, diciendo: “Después de que termines de beber, ve a lavarte y quitarte el maquillaje. Acuéstate y descansa un rato.”

Ji Zhen Tang vio un nuevo conjunto de pijamas junto a la cama y preguntó: “¿No puedo cambiarme de ropa? Quiero usar esto por más tiempo.”

Él sonrió y estuvo de acuerdo: “Depende de ti.”

Luego se dio la vuelta y salió de la habitación, dejando un comentario: “Volveré más tarde y te despertaré.”

Una noche algo elegante e inolvidable terminó lentamente en sus oídos con la melodía persistente. Ji Zhen Tang se durmió con la ropa puesta, durmiendo profundamente sin sueños, hasta que finalmente se despertó con un toque en su hombro, abriendo los ojos.

“Ah’Zhen, ven a ver el amanecer.”

Zhong Yu Bai se inclinó para mirarla, se había puesto una camisa gris ceniza limpia y una corbata a juego, su mandíbula tenía un ligero tono azul y su rostro delgado era maduro y elegante, su cuerpo rebosaba una especie de aroma fresco después del lavado, y ella podía oler un toque de menta porque estaban muy cerca.

Se sentó sin comprender, frotándose los ojos secos y somnolientos. Al darse cuenta de lo que habían estado haciendo no hace mucho, preguntó: “¿Dónde estamos ahora?”

“Xingzhou.” – Dijo él.

El corazón de la niña se encogió y su conciencia se despertó al instante.

Ji Zhen Tang levantó el dobladillo de su falda y caminó rápidamente a la portilla para mirar hacia abajo.

Se podían ver vagamente las islas dispersas, esparcidas debajo de las nubes ligeramente espesas. El sol salió por el horizonte, tiñendo todo el cielo de rosa.

Era completamente rosa.

Las estrellas todavía eran visibles y la luna aún no se había puesto.

El sol iluminaba el horizonte con formas y colores, aportando un majestuoso y supremo romance a todo el paisaje por debajo de las nubes.

Ella miró sorprendida a Zhong Yu Bai.

Él se paró detrás de ella, con las manos en los bolsillos del pantalón, con una leve sonrisa en su rostro. Solo miró brevemente el paisaje antes de desviar su mirada hacia su expresión. Luego, lentamente, se inclinó hacia adelante, colocando una mano en una esquina de la mesa al otro lado de ella, bajando su postura para ver más allá por la ventanilla ligeramente más baja.

Con un brazo, la envolvió libremente entre sus brazos.

Cuando las personas están en un estado de ánimo persistente envuelto por hormonas, a menudo se sienten inclinadas a hablar de sus sentimientos.

Ji Zhen Tang entornó los ojos y en ese universo rosa, lo que le vino a la mente fueron las palabras de Zhong Yu Bai.

Dos frases.

Una fue en el Chen Zhangyuan cuando preguntó: <“¿Qué puedes ofrecerme?”>

La hizo sentir indulgente.

La otra fue el comentario casual de hace unas horas. – <“Entonces, estemos juntos todo el tiempo.”>

Haciéndole sentir una sinceridad sutil.

Tal vez Zhong Yu Bai no sea tan insondable como ella pensaba, le dejó suficiente espacio para la imaginación, permitiéndole liberar tantos caprichos y fantasías, que habrá un día en el que ella entenderá con precisión sus intenciones.

Podría adivinar, siempre y cuando estuviera dispuesta a ir paso a paso para intentarlo.

En comparación con la exposición de joyería, más de fama y fortuna, sentía que ese hombre se parecía más a su parque de diversiones.

Ella y él estaban jugando un juego.

Pero en ese momento, no estaba dispuesta a intentar más, así que simplemente dejó que sus pensamientos se demoraran antes de especular, viviendo segundo a segundo con él, en la calidez inacabada de la mañana.

Basta con que se sienta bien; las razones no eran tan importantes.

Ji Zhen Tang miró durante mucho tiempo, pero esta vez no sacó su teléfono para tomar fotografías.

Cuando las personas realmente presencian paisajes impresionantes, probablemente queden tan atónitas como ella ahora y no pueden pensar en ninguna otra forma de registrarla y preservarla más perfectamente excepto observarlo con concentración y dejar que esa escena quede grabada en lo más profundo de su memoria.

Parecía haber una ola de emociones lista para estallar dentro de su cuerpo, haciendo todo lo posible por contenerla, suspiró: “Es tan hermoso. Esta es la primera vez que veo el amanecer en un avión privado y bailo un vals a una altitud diez mil metros sobre el nivel del mar.”

Zhong Yu Bai dijo: “Me gusta la frase ‘primera vez’, es fresca, emocionante e inolvidable.”

Su voz cayó sobre sus oídos, con su rostro elegante y refinado, su alto puente de la nariz y sus labios tentadores.

Estaba inusualmente cerca de ella, rompiendo la habitual distancia entre ellos.

Él dijo que tenía sus principios.

Ji Zhen Tang pensó: ‘¿por qué su mundo no caería también en una especie de principio inmutable?’

El sol sale y se pone, el cielo se cubre de estrellas y la luna sale día tras día. La rutina del día a día, sin resultados visibles, hizo que su fondo fuera gris, obligándola a caer en un ciclo aburrido.

Hasta hoy, finalmente pudo escapar por completo en ese cielo vacío, como si se fugara, una fuga al fin del universo.

La noche encantadora, las principios descarrilados. Un sentimiento duradero, el romanticismo que brilla intensamente bajo el sol y la luna.

Todo era fugaz pero duradero, lo suficientemente fugaz como para despedirse después de una siesta, lo suficientemente duradero como para que ella nunca lo olvidara.

Ji Zhen Tang dijo con una sonrisa: “Pero el nombre de este avión es Zhong, ha volado en él innumerables veces, por lo que su experiencia no es tan fresca como la mía.”

Él no estuvo de acuerdo y dijo bajando la voz, con un dejo de dulzura brotando de sus labios y dientes. – “También es la primera vez que tengo a una dama en este avión y es la primera vez que no me siento solo en este avión.”

Su corazón también se estaba poniendo rosa, expandiéndose, contrayéndose y latiendo sin descanso.

Él continuó. – “Por primera vez ofrezco una rosa a una dama en un momento así.”

La voz del hombre era baja y magnética y la bajó repetidamente debido a la proximidad, lo que hizo que ella se sintiera aún más conmocionada y cada frase quedó grabada en su corazón, tocándolo de cerca.

Como si estuviera realizando un truco de magia, Zhong Yu Bai sacó una rosa roja de algún lugar, el tallo entrelazado entre sus nudillos y lo sostuvo frente a la ventana con el universo como fondo, agregando color al mundo de un cuento de hadas.

Él sonrió. – “Diré: Buenos días. Felicidades, este momento vuelve a ser nuevo para ti.”

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