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Capítulo 52 – Festival Qiqiao*

 

(N/T: *便是七夕 = Dia del San Valentín Chino.)

Yu Lingxi miró a Ning Yin sorprendida. – “¿Qué acabas de decir?”

Ning Yin la miró por un momento y de repente sonrió. – “Estaba bromeando. Si muero, ya no podré burlarme de la señorita.”

Yu Lingxi sabía que Ning Yin no estaba bromeando.

No hay nada en este mundo que no se atreva a hacer mientras esté dispuesto a hacerlo.

“No puedes bromear sobre eso conmigo.”

Ella sostuvo la vaina de loto medio pelada, recuperó la compostura y dijo seriamente. – “Nada es más importante que vivir bien. Ni siquiera puedes pensar en este tipo de cosas en el futuro.”

Ning Yin miró la delicada punta de sus cejas ligeramente fruncidas con luz tenue brillando en sus ojos.

“De acuerdo.” (Wei Qi)

Lentamente giró el pequeño frasco de medicina que tenía en su mano. – “Entonces, señorita, no me dé la oportunidad de pensar así.”

Yu Lingxi no podía controlar esos pensamientos locos que a menudo aparecían en su mente, pero si los escuchaba una vez, definitivamente los detendría.

Peló con cuidado las semillas de loto, las puso en una hoja de loto y las colocó junto a él. Luego extendió su palma y dijo. – “Las semillas de loto son para ti, la medicina para mí.”

Ning Yin bajó los ojos y el pequeño frasco de medicina que giraba descuidadamente se detuvo por un momento antes de ser entregado a ella.

Mientras lo dejaba en su mano, las yemas de sus dedos rozaron ligeramente su palma, como si fuera un toque involuntario.

“Mañana y noche, una cada vez.” (Wei Qi)

Ning Yin levantó una ceja y dijo seriamente. – “Si lo sirvo personalmente, el medicamento será más efectivo.”

Yu Lingxi no se atrevió a tomárselo como algo personal, agitó el pequeño frasco de medicina en su mano y dijo. – “Gracias, pero eso no será necesario.”

La fragancia de hojas de loto flotó en la superficie del estanque y cuando respiró profundamente, se sintió relajada y feliz.

“Ning Yin.” – Llamó Yu Lingxi suavemente.

Ning Yin se volvió para mirarla.

“Quería decirlo hace mucho tiempo, en lugar de morir por alguien, espero que puedas vivir por alguien, que vivas bien.”

De repente, Yu Lingxi tuvo una idea: quería iluminar las estrellas, el sol y la luna en sus ojos oscuros y hacerlos brillar.

‘Si no puedes hacer que todos te quieran, entonces haz que todos te teman.’

Después de que Yu Lingxi se fue, Ning Yin tomó una semilla de loto, se la puso en la boca y saboreó con cuidado sus suaves palabras.

No probó el amargor de las semillas de loto, pero encontró un poco de dulzura.

Todos lo maldijeron para que muriera, solo Yu Lingxi le dijo que viviera bien.

‘En ese caso, ¿cómo podría decepcionar las sinceras expectativas de la señorita?’ (Wei Qi)

Curvó los labios, colocó la mano en la barandilla y miró al cielo.

Es una pena morir.

‘Si un día el pájaro se cansa de él como su rama, por qué no arrebatar un trozo de cielo y mantenerla cautiva.’ (Wei Qi)

 

***

 

El ungüento que le dio Ning Yin era muy efectivo. Después de unos ocho o nueve días de uso, las costras en su brazo comenzaron a desprenderse lentamente.

La herida se curó sin problemas y parecía poco probable que dejara cicatrices.

En la noche del Festival de Qiqiao, en la víspera del séptimo día del séptimo mes, el gobernante del Condado de Qingping organizó una noche de observación de linternas en el Puente Lingxiao de la Torre Wangxian e invitó a los hermanos de la familia Yu y la recién casada Su Guan a disfrutar de las linternas nocturnas.

Aunque ese plan fue acordado por las dos familia hace medio mes, solo habían pasado diez días desde el intento de asesinato de la familia Yu.

Yu Lingxi dudó un poco al principio, pero escuchó que la anciana de la Mansión del Marqués Tang estaba gravemente enferma y Tang Buli estaba bastante angustiada y tenía la intención de soltar algunas linternas para rezar por el bienestar de su abuela

Como la única amiga de pañuelo de Tang Buli, sería poco amable de su parte faltar a la cita.

“Esa niña ha perdido a sus padres y todo el negocio familiar depende de la anciana de la familia Tang. Ahora que ella, su único apoyo ha caído enferma, y se encuentra en un momento de soledad e impotencia, está bien ir a acompañarla.” – Dijo Yu Lingxi.

Después de escuchar la solicitud de Yu Lingxi, Lady Yu suspiró. – “Xinyi, cuida bien de tu hermana y de Su Guan. No seas descuidada.”

Yu Xinyi asintió. – “No te preocupes, madre.”

“Yo también las acompañaré.” – Dijo Yu Huanchen, que había regresado del ejército.

No quería volver a experimentar lo que sucedió en el Puente Yongning.

Con Yu Huanchen y Yu Xinyi liderando el viaje y llevando consigo a varios expertos como Qingxiao y Qing Lan, la Dama Yu se sintió un poco más aliviada y los instó a regresar temprano.

Yu Lingxi ordenó a alguien que invitara a Ning Yin.

Ese día, cuando se estaba recuperando en el burdel, le había prometido a Ning Yin que lo llevaría a encender linternas de oración, y ahora era la oportunidad perfecta.

Al final del día, las linternas comenzaron a encenderse.

Yu Lingxi se puso un traje de verano de color rosa loto, una falda de color rojo albaricoque y bajó los escalones de piedra con una gasa suave en la mano, y allí vió a Ning Yin acercándose con las manos a la espalda.

No llevaba su habitual atuendo marcial oscuro, sino que había optado por ropa de color claro. La mitad de su cabello negro como la tinta estaba recogido en un moño en la parte superior de su cabeza, atado con una cinta del mismo color y la otra mitad caía libremente sobre su hombro. <imreadingabook.com> La forma en que se acercó bajo la luz de las linternas era impresionante, por lo que parecía tan apuesto y noble como en su vida anterior, y era indescriptiblemente asombroso.

No fue hasta que se acercó a ella que Yu Lingxi recuperó el sentido y preguntó. – “¿Por qué te vestiste así hoy?”

“¿No le gusta a la señorita?” (Wei Qi)

Ning Yin aparentemente vio a través de sus pensamientos y usó una voz baja y profunda que solo ella podía escuchar. – “Cada vez que uso ropa claras, la señorita no puede apartar sus ojos de mí.”

Si a ella le gustaba que pareciera un caballero, él puede hacerse pasar por un caballero.

“¿Cómo podría?”

Yu Lingxi replicó sin ninguna confianza y agregó. “Por supuesto que te ves bien sin importar lo que uses, pero rara vez te veo usando ropa de colores ligeros, así que parece novedoso a primera vista».

En su vida anterior, a Ning Yin le encantaba usar ropa roja o túnicas moradas, pareciendo noble y lánguido y mostrando una belleza extremadamente agresiva.

Sin embargo, cuando vestía de blanco, toda la locura en su cuerpo parecía desaparecer, dejando solo la belleza fría y atractiva de una deidad de la montaña.

“Cof, cof.” – Yu Huanchen se aclaró la garganta ruidosamente desde atrás.

Yu Lingxi inmediatamente contuvo sus desbordantes palabras de elogio, sonrió, le guiñó un ojo y se levantó la falda para subir al carruaje.

La mitad del cielo todavía estaba pintada con el persistente tono rojizo del sol poniente, mientras que la otra mitad estaba envuelta del índigo del crepúsculo. El mundo bullicioso y ruidoso en la unión de la luz y la oscuridad formaba un mar sinuoso de luces.

Las calles abarrotadas estaban llenas de muchos visitantes.

Los carruajes tirados por caballos tenían dificultad para moverse, quedando bloqueados bajo la Puerta de la Plaza, de tal forma que en media hora se movió solo unos pocos metros.

No sabiendo cuánto duraría el atasco, todos tuvieron que desembarcar y caminar, seguidos de cerca por los guardias.

Se estaba realizando un espectáculos de fuego en una tienda de azulejos, y las llamas arrojadas por un hombre sin camisa alcanzaban varios pies de altura, provocando vítores de la multitud.

Qingxiao encabezó el camino, con Yu Lingxi y Ning Yin caminando uno al lado del otro, seguidos por Yu Huanchen, Su Guan y Yu Xinyi.

Su Guan pellizcó la borla de la espada de jade de hielo escondida bajo su manga y un dulce nerviosismo apareció en su rostro y sus ojos redondos y felinos estaban fijos en su joven y apuesto esposo a su lado.

Desafortunadamente, su esposo parecía tener algo en mente y miraba fijamente al guardia que se hacía llamar ‘Wei Qi’ sin parpadear.

Abrió la boca varias veces para entregar su regalo, pero no encontró el momento adecuado.

Naturalmente Yu Lingxi notó la mirada inquisitiva de su hermano y no pudo evitar fruncir los labios y sonreír. Ella fingió no darse cuenta, bajó la voz y dijo. – “Wei Qi, mi hermano te está mirando, así que será mejor que te comportes bien.”

Sabía en su corazón que, si quería que su familia reconociera la identidad de Ning Yin, esconderlo no sería suficiente.

Entonces, decidió llevar abiertamente a Ning Yin, presentando su mejor lado para disipar las sospechas de su hermano.

Ning Yin, plenamente consciente de sus pequeños pensamientos, mantuvo una actitud despreocupada y dijo mirándola fijamente. – “Donde sea que esté la señorita, ¿cuándo me he portado mal? ¿Eh?”

El “eh” que siguió tenía un tono burlón, sonando excepcionalmente agradable en medio del bullicio del mercado callejero.

Yu Lingxi volvió los ojos, sonrió y se detuvo en seco.

Al mirar la abarrotada tienda de bebidas heladas cercana, se volvió hacia su hermano, que había estado observándola todo el tiempo, y le preguntó. – “Hermano, ¿puedo comprar unos tazones de bebidas heladas?”

Sin una respuesta clara de Yu Huanchen, Yu Lingxi hizo felizmente los arreglos.

Compró diez tazones de bebidas heladas y distribuyó el agua de lichi y jugo de arándano entre sus hermanos y asistentes. Solo quedaron dos tazones de yogurt de uva para ella y Ning Yin.

Les dió a todos las bebidas heladas, solo para que Ning Yin pudiera disfrutar de ese tazón de yogurt de uva dulce y refrescante como el hielo.

Yu Huanchen no sospechó nada, pero frunció el ceño mientras tomaba el tazón de su esposa, diciendo con una cara severa. – “Tienes una constitución sensible al frio; come menos.”

“¡Solo un sorbo más, solo uno!” (Su Guan)

Su Guan, que anhelaba la dulzura del agua de lichi, extendió sus dedos con una suave súplica. – “¿Esposo?”

Enfrentarse a decenas de miles de tropas enemigas nunca había cambiado la expresión del General Yu, pero fue derrotado por los felinos ojos suplicantes de su esposa.

“Wei Qi, toma.”

Aprovechando la distracción de sus hermanos, Yu Lingxi le entregó un cuenco a Ning Yin y tomó el otro para ella y lo bebió elegantemente a pequeños sorbos.

El hielo de uva de color violeta claro, cubierto con leche fragante y blanca como la nieve y miel ambarina, la combinación emitía una frescura refrescante bajo el resplandor de las farolas.

Ning Yin tomó un sorbo con una cuchara pequeña y lentamente se lo llevó a los labios saboreando la mezcla.

La frescura se extendió por la punta de su lengua, seguida por la dulzura y la acidez de las uvas.

“¿Está delicioso?”

Preguntó Yu Lingxi con voz suave, las flores de perlas en su cabello reflejaban la cálida luz.

De repente, Ning Yin tuvo una idea. Si hubiera alguna forma mágica de hacer que todas las figuras ruidosas de la calle desaparecieran, entonces lo usaría sin dudarlo.

De esta manera, podría abrazar libremente la luz frente él en sus brazos e integrarla a sus huesos y sangre.

“Le falta un poco de sabor.” (Wei Qi)

Comentó Ning Yin con la línea de sus labios ligeramente dibujada y sus ojos llenos de una profunda calidez. – “No tan delicioso como el lichi y las semillas de loto con que la señorita me alimentó directamente.”

Yu Lingxi se quedó atónita por un momento, luego su rostro se sonrojó indicándole con la mirada. – ‘No cederé ni un milímetro.’

Entonces, Ning Yin sonrió felizmente.

Él y ella saborearon el mismo sabor agridulce, pasearon juntos a través del flujo ascendente de luces.

En el tercer piso de la Torre Wangxian, estaba el magnífico Puente Lingxiao* que se extendía a ambos extremos de la calle, parecido a un puente de urraca construido en el aire, lo que lo convertía en un excelente lugar para observar las linternas nocturna y disfrutar del paisaje del Festival de Qiqiao.

(N/T: *畫橋 = Puente Lingxiao.)

Tang Buli ya había preparado frutas, vino y comida y los estaba esperando en una habitación privada.

Detrás de ella se encontraba un desconocido y apuesto joven.

Al ver entrar a Yu Lingxi y a los demás, ella forzó su habitual sonrisa brillante y saludó. – “Sui Sui, hermana Xinyi y hermana Guan, entren y tomen asiento.”

“A’Lí.”

Yu Lingxi tomó la mano de Tang Buli y luego miró al tranquilo hombre detrás de ella, preguntando. – “¿Quién es?”

“¡Oh, él! La abuela solía castigarme haciéndome copiar libros porque era perezosa y me encantaba jugar. Un día, conocí a este hombre por casualidad en la librería. Al ver que era guapo y tenía talento literario, reservé algo de dinero para que me ayude a copiar libros para mí.”

Explicó Tang Buli, bajando la voz. – “Pero ahora que la abuela está enferma y ya no tengo dinero de sobra para mantenerlo, después de esta noche, lo despediré y buscaré otra salida.”

Detrás de ella, el apuesto joven, que probablemente no sabía que estaba a punto de ser despedido, continuó preparando su té en silencio, luciendo muy obediente y honesto.

Tang Buli resopló. – “Si la abuela mejora, estoy dispuesta a copiar otros cien libros.”

Pensando en el destino de Tang Buli, quien se casó apresuradamente en su vida anterior después del declive de la familia Tang, Yu Lingxi se sintió preocupada y dijo con suavidad. – “La abuela definitivamente se recuperará y vivirá una larga vida.”

“Tomaré prestadas tus auspiciosas palabras.” (Tang Buli)

Tang Buli se rió entre dientes y dijo animándose. – “Basta de estas charlas. ¡Vamos a encender las linternas!”

Ning Yin todavía estaba parado en el pasillo, apoyado en la barandilla y mirando la multitud bulliciosa de abajo, aun sosteniendo el yogurt de uva a medio comer en la palma de su mano.

Los huesos de sus dedos eran largos y podía sostener fácilmente un cuenco de porcelana blanca con una mano.

Temerosa de descuidarlo, justo cuando Yu Lingxi estaba a punto de acercarse con una linterna de papel, escuchó a Yu Huanchen exclamar con una sonrisa. – “¿No es ese A’Cen?”

Yu Lingxi hizo una pausa y siguió la mirada de su hermano.

Bajo el Puente Lingxiao, la multitud estaba abarrotada, y dos jóvenes vestidos de con espléndidos atuendos de brocado y a caballo estaban bloqueados al costado del camino, incapaces de moverse.

El hombre vestido de blanco con un cinturón de jade, que no mostraba signos de ansiedad en su rostro, era Xue Cen y el joven con una túnica de seda carmesí a su lado, era el Príncipe Ning Zizhuo del Condado Nanyang, a quien no veía hacía mucho tiempo.

Con un pensamiento travieso, Yu Xinyi agarró un trozo de papel, lo arrugó hasta formar una bola y lo arrojó debajo del puente.

Dio la casualidad de que golpeó Ning Zizhuo en el brazo…

Ning Zizhuo entró en pánico debido al atasco y levantó la cabeza con irritación, pero tan pronto como vio a Yu Xinyi en el puente, sus cejas fruncidas se suavizaron instantáneamente y levantó el brazo, sacudiendo el abanico plegable en su mano mientras exclamaba en voz alta. – “¡Comandante Yu!”

Xue Cen naturalmente miró hacia arriba en respuesta, viendo a Yu Lingxi en el Puente Lingxiao sosteniendo una linterna de papel y sus ojos se iluminaron involuntariamente.

Ning Yin, apoyado en la barandilla, vio a Xue Cen y su mirada se oscureció gradualmente, tirando de la comisura de su boca y riendo entre dientes.

“Voy a bajar.” (Yu Xinyi)

Yu Xinyi le entregó el pincel de oración a Yu Lingxi, guiñó un ojo y bajó las escaleras para saludar a Ning Zizhuo.

Después de un rato, Xue Cen subió las escaleras y saludó a Yu Lingxi. – “Segunda hermana.”

“Hermano Cen.” – Yu Lingxi no esperaba que subiera y le devolviera el saludo.

En el pasillo…

Ning Yin observó a los dos intercambiar saludos con una cara inexpresiva y recogió un cubito de hielo medio derretido del fondo del cuenco y se lo llevó a la boca.

Una molestia, se burló.

Después de charlar un rato, Yu Lingxi y Xue Cen fueron al Puente Linxiao para ayudar a Tang Buli a encender su linterna de oración.

Las persistentes luces de la calle de repente se volvieron demasiado cegadoras.

Demasiado cegadoras.

Ning Yin mordió lentamente el cubito de hielo, haciendo un sonido crujiente.

Entrecerró los ojos, miró su sencilla ropa blanca y frunció el ceño.

Si una prenda de ese color estuviera manchada de sangre, podría arruinar el humor de Yu Lingxi.

Poniéndose otro trozo de hielo en la boca, Ning Yin tamborileando tranquilamente con sus dedos.

Si no mata a Xue Cen; había muchas formas de herir su corazón en este mundo.

Pero se preguntó, ¿qué significado tenía esa inocente y sincera amistad entre los dos frente a los intereses de la familia Xue?

 

***

 

Yu Lingxi bajó de las escaleras y encontró a Ning Yin en el pasillo.

Todavía estaba sentado en su posición original, con los ojos ocultos en las sombras de la cortina de bambú y el cuenco de hielo a su lado ya estaba vacío.

“¡Wei Qi!”

Yu Lingxi se acercó al trote, jadeando y susurró. – “¿A dónde crees que fui hace un momento?”

Ning Yin la miró, la calidez de sus ojos se desvaneció.

Apoyándose en la barandilla durante mucho tiempo, medio sonriendo, pero sin sonreír, dijo. – “No tengo ningún interés en asuntos triviales como ‘a dónde fue la señorita a susurrar con otros hombres’.”

Yu Lingxi se quedó atónita, se rió entre dientes y preguntó. – “¿En qué estás pensando?”

Ning Yin respondió lentamente. – “Pienso en cosas que me harían feliz, pero que a la señorita no le agradarían.”

Yu Lingxi se rió.

Ella puso los ojos en blanco y dijo. – “Ven conmigo, te llevaré a algún lado.”

Ning Yin todavía la miraba como si intentara ver en las profundidades de su alma.

“¡Date prisa! No dejes que mi hermano se entere.”

Instó Yu Lingxi suavemente, y la luz se reflejó en sus hermosas y brillantes ojos.

Solo entonces Ning Yin se puso de pie, siguiendo sus pequeños pasos mientras se levantaba la falda y subía las escaleras

El último piso de la Torre Wangxian era un pequeño ático con ventilación por todos lados, utilizado a menudo por eruditos y literatos para admirar la vista lejana.

Como hacía viento y frío esa noche, no había nadie más en el ático, solo una lámpara solitaria.

“Este es el lugar que encontré hace un momento y tiene una vista excelente.”

Dijo Yu Lingxi con una sonrisa y extendió la mano y abrió la ventana, y de repente el cielo nocturno estaba tan oscuro como la tinta, llenó de estrellas colgando por todas partes, y la vista nocturna de la ciudad capital con sus luces sinuosas estaba a la vista.

La luz entró en los ojos de Ning Yin, lo que le hizo parpadear.

Caminó lentamente hacia la ventana, de pie al lado de Yu Lingxi, con vistas a la ciudad. Las telas de sus ropas crujieron con el viento, frotándose entre sí, calmando la inquietud en su corazón.

“¿La señorita desapareció por tanto tiempo solo para encontrar este lugar?” – Ning Yin arqueó una ceja.

“¿Qué más?”

Dijo Yu Lingxi. – “Subí cinco pisos solo para encontrar este lugar desierto.”

“¿Por qué?” – Ning Yin la miró fijamente y preguntó.

“¿Por qué qué?” – Respondió Yu Lingxi.

Yu Lingxi extendió la mano para acomodar los mechones de cabello junto a su sien detrás de su oreja y sonrió suavemente. – “¿No prometí que te llevaría a encender y liberar una linterna de oración? Es un inconveniente tener tanta gente mirando abajo.”

Mientras hablaba, sacó el pincel, la tinta y la linterna de papel que había preparado de antemano y las colocó en el alféizar de la ventana.

Puso el pincel sobre papel y comenzó a escribir una hermosa frase en la linterna de papel. – “Que todo salga bien.”

Luego le entregó el pincel a Ning Yin, que apoyaba su barbilla en el alféizar de la ventana. – “Tú también escribe, ¿quizás se haga realidad?”

Ning Yin no creía en fantasmas ni dioses; para él, esas cosas infantiles no eran más que juegos desdeñosos a sus ojos.

Sin embargo, tomó el pincel, calentado con la temperatura corporal de Yu Lingxi, y el moviendo el pincel con gracia como un dragón y una serpiente, escribió en el espacio en blanco de la linterna frente a él.

Yu Lingxi observó su atractivo perfil sumergido en la luz de la linterna, sintiéndose como si estuvieran en un mundo diferente.

En la vida anterior, había querido ver el espectáculo de los faroles con Ning Yin, pero desafortunadamente eso nunca sucedió.

Afortunadamente, hoy, finalmente cumplió con ese pequeño deseo persistente.

Sus ojos cayeron y se posaron en las palabras húmedas recién escritas por Ning Yin.

No pudo evitar sorprenderse un poco.

Lo que escribió no fue nada siniestro, solo una oración sencilla. – “Que cada año sea siempre pacífico.”

Era una frase ordinaria, pero parecía extraordinaria porque incluía su apodo y su apellido.

Al verla perdida en sus pensamientos, Ning Yin dejó el pincel y dijo. – “Señorita, ¿está bastante satisfecha con mi letra?”

Yu Lingxi se recompuso, asintió y lo elogió. – “La letra de una persona refleja su carácter; así que estoy satisfecha.”

En ambas vidas, la caligrafía de Ning Yin había sido extremadamente hermosa.

Ning Yin se rió entre dientes suavemente. – “Señorita, ¿esta boca suya me está elogiando a mí o está elogiando mi caligrafía?”

“Wei Qi, mira, en este mundo, siempre hay cosas que pueden hacerme feliz y también pueden hacerte feliz a ti, ¿verdad?”

Yu Lingxi encendió la linterna de papel y una sonrisa se extendió a la luz persistente de las llamas parpadeantes.

En el ático hacía tanto viento que casi no podía sostener la linterna de papel.

Ning Yin levantó las manos de ambos lados, estabilizando la linterna a punto de caer.

Sus palmas se superpusieron, sus sombras la envolvieron, y Yu Lingxi se vio rodeada por el abrazo de Ning Yin y sintió su aliento constante rozarle las orejas…

Inconscientemente, las yemas de sus dedos no pudieron evitar temblar, y la linterna se deslizó de su mano, balanceándose inestablemente hacia el cielo nocturno.

La persona detrás de ella colocó sus manos casualmente en el alféizar de la ventana, todavía rodeándola, sin mostrar intención de soltarla.

“Puede haber cosas aún más felices.” – Dijo.

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