Capítulo 46 – Carta del Reino
“¡Su Alteza! El embajador del Reino desea ver a Su Alteza de inmediato.” (Carlo)
Carlo, el ayudante cercano de Renato, entró corriendo.
“Déjenlo entrar.”
El embajador, con la frente sudorosa, entregó a Renato y a Mariabelle un sobre con el escudo del Reino estampado en el sello de lacre.
“Son muy rápidos.”
Renato no aceptó los sobres inmediatamente, sino que dejó que Carlo los cogiera.
Carlo, que también había recibido el sobre de Mariabelle, se puso un guante blanco y abrió la carta con cuidado.
La familia real siempre está en peligro de ser asesinada.
En cualquier momento hay que examinar con atención la carta para ver si está cubierta de veneno.
No, es precisamente en tiempos de agitación como estos cuando corren peligro.
El más mínimo descuido puede llevar a la muerte.
Carlo examinó con atención el contenido de la carta para asegurarse de que todo estaba en orden y luego se la entregó a Renato.
“Las noticias no tienen buena pinta.” – Dijo.
Si llegaran buenas noticias en ese momento, sería extraño. Tal vez eso era lo que esperaba Su Alteza.
Renato leyó la carta y se burló.
“Sabía que me lo pondría difícil.”
James dijo que tenía el permiso del Rey, pero como era de esperar, no había forma de que permitiera que Mariabelle se convirtiera en la Princesa Heredera del Imperio sin ninguna consulta.
Además, ella tendría el granero como dote.
Era fácil imaginar que el Reino tendría algo que decir al respecto.
“¿Qué tienes que decir sobre esto Mariabelle?”
Con el rostro completamente pálido, Mariabelle le entregó la carta a Renato con mano temblorosa.
Después de una rápida revisión del contenido, Renato dijo. – “Fuera de cuestión.” – Y le devolvió la carta a Carlo, no a Mariabelle.
“Totalmente fuera de cuestión. Por cierto, embajador, ¿conoce a un tal Simón Lent?”
El embajador, al que de repente se le pidió que hablara, se secó el sudor e inclinó la cabeza, preguntándose por qué quería hacer esa pregunta.
“Es el hermano del Príncipe Heredero.” – Respondió el embajador. – “Creo que es el tercer hijo de un Conde.”
“¿Sabes qué tipo de persona es?”
“No tengo libertad para decirlo… pero estoy seguro de que sabe quién es. Aparte de ser el hermano menor del Príncipe Heredero, no es un hombre de particular importancia.” (Embajador)
“Ya veo.
Carlo intercambió miradas con Renato y luego se dirigió al embajador sonriendo.
“Lo siento, pero tendré que pedirle que espere en la otra habitación para poder revisar el contenido de su carta antes de escribir mi respuesta. Por favor, que alguien acompañe al embajador a la otra habitación.”
El embajador, a quien el mensajero del Reino que había llegado de repente le había confiado la carta, no tenía idea de lo que estaba pasando y quería pedir una explicación, pero no tenía otra opción si eso era lo que le habían dicho.
Había muchas preguntas que quería hacer, como por qué le preguntaron por Simón, pero el embajador abandonó la habitación a regañadientes.
Renato lo despidió y le dio una instrucción tras otra.
“Si la carta fue escrita después de que el Marqués de Berkeley llegara a Desembarco del Rey, no nos llegaría hasta mucho después. En otras palabras, no tenían intención de interrogar al Marqués de Berkeley. Averigüe de inmediato si el Marqués de Berkeley está a salvo.”
Hace poco tiempo que Renato se enteró de que el Marqués de Berkeley había sido llevado a la capital.
El mensajero del Reino no podría haber traído la noticia antes que los soldados del imperio.
Eso significa que la carta ya había sido escrita antes de que llevaran al Marqués de Berkeley.
Eso significa que no estaban dispuestos a escuchar lo que el Marqués Berkeley tenía que decir cuando lo llevaron.
Él ya estaba comprometido con Mariabelle.
“¿Crees que mi compromiso con Mariabelle es inválido porque ella tiene un prometido? ¿De qué estás hablando? Y él es solo el tercer hijo de un Conde. Me estás subestimado.”
Los ojos de Renato ardían de ira mientras escupía esto.
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