Episodio 80 – Terminé lastimándola
“Respóndeme. ¿Eso era realmente todo?” – Dijo Farnese como si la estuviera interrogando.
Frente a él, Kasaline se sentía como una niña que había cometido un error.
Al menos, se dio cuenta de que Farnese había perdido un poco la compostura al mirar el misterioso calor que se desprendía de sus ojos.
No sabía hasta dónde miraba, pero pareció darse cuenta instintivamente de que acababa de encontrarse con Charlene cara a cara.
‘¿Es mi expresión facial tan mala que se dio cuenta de inmediato?’
“Estaba en el tocador cuando entró Charlene. Supongo que estaba esperando la oportunidad de hablar conmigo.”
(N/T: ¡Que felicidad! ¡Hay comunicación señores!)
No quería arruinar su estado de ánimo en un buen día.
Pero como no quería simplemente decir que estaba bien y no decirle nada, Kasaline le contó con calma lo que había sucedido hace un momento, centrándose en los hechos.
“Como de costumbre, nuestras emociones se calentaron e intercambiaron algunas malas palabras. No hay nada de qué preocuparse.”
“¿Entonces donde está ahora?” (Farnese)
“¿Qué?”
“Ese tipo.” (Farnese)
“Vas a Ir… ¿Qué vas a hacer?”
Farnese miró a Kasaline en silencio, con una expresión impasible que parecía decir: ‘Tal vez tu imaginación sepa más.’
Kasaline se dio cuenta de que el extraño aura que se desprendía de él desde hace un momento no era una ilusión.
De alguna manera era diferente de lo habitual.
Su voz era tan suave como siempre, como si estuviera recitando letras sin notas, y sus ojos no mostraban signos de agitación, pero eran diferentes.
Había una locura que envolvía todo su cuerpo y que no desentonaría si fuera ahora mismo a donde estaba Charlene y le partiera el cuello sin miramientos.
“Eres mi prometida.” (Farnese)
Después de lo que pareció una eternidad, en la que parecía que nunca volvería a abrir la boca por el resto de su vida, volvió a hablar.
“Es claramente un comportamiento incorrecto irrumpir en un tocador utilizado por una mujer sin permiso, y más si es la futura Emperatriz de este país. Así que es natural, que yo como Emperador, le dé una o dos palabras de advertencia.” (Farnese)
“Sí… Así es.”
Él tenía razón.
Sin embargo, el problema era que hoy, Kasalie tuvo la ominosa sensación de que no terminaría con sólo una o dos palabras de advertencia.
Parecía que no sería extraño que Farnese hiciera algo ahora.
“Ah, Señorita Kasaline. Usted está aquí. La he estado buscando por un tiempo.” (Loggia)
Cuando el aire que fluía entre él y ella se sintió varias veces más pesado de lo habitual, la persona que se acercó desde el otro lado del pasillo con pasos ajetreados fue Loggia.
“Su Majestad la Reina de Khan desea verla, Señorita… Oh…” (Loggia)
A pesar de ser un poco menos perspicaz que los demás, Loggia parecía saber instintivamente que ahora no era el momento de interponerse entre ella y Farnese.
Miró nerviosa alrededor de la habitación, con cara de qué-debería-hacer.
Kasaline apartó la mirada de Farnese y habló con Loggia.
“¿Supongo que la Reina de Khan finalmente llegó al salón de baile?”
“Ah, sí. Buscó a la dama tan pronto como llegó. ¿Qué debo hacer? ¿Debería darle una excusa razonable?” (Loggia)
Ella no tenía ganas de reunirse con nadie.
Especialmente con Rose, debido a que el agotamiento emocional sería aún más severo ya que probablemente ella sacaría a relucir cosas del pasado.
Sin embargo, Kasaline no quería agacharse para evitar las flechas que venían volando sólo por esa razón.
“No. Como alguien que pronto se convertirá en Emperatriz, ¿debería evitar reunirme con la Reina de un país vecino? Si tienes tiempo, llévala a la sala de recepción del primer piso.”
“No. Kasaline está demasiado cansada y ya no puede sentarse más. Si tiene algo que decir, que acuda a verme.” (Farnese)
Dijo Farnese, dando la vuelta a las palabras de Kasaline como a una carta desechada y apartándolas a un rincón.
Loggia estaba confundida sobre cuál de las dos órdenes seguir, y Kasaline rápidamente levantó la cabeza y miró a Farnese.
“Su Majestad. Como futura Emperatriz, todavía tengo trabajo que hacer en el salón. ¿Porque hace esto?”
“Porque al igual que Charlene Riche, Rose Riche no te tratará como a una futura Emperatriz.” (Farnese)
“Dondequiera que vaya o con quién me encuentre, es algo que tendré que manejar por completo de ahora en adelante.”
“No. No tienes que lidiar con nada.” (Farnese)
Cuando Farnese dijo esa declaración breve, clara, dulce pero extraña, Kasaline supo por qué se sentía diferente de lo habitual.
Farnese estaba tratando de cortar de raíz cualquier posibilidad que pudiera lastimarla o hacerla sufrir.
Si se siente angustiada después de encontrarse con Charlene, puede impedir que ella se reúna con él.
Si se reúne con Rose y la hace sentir mal, tampoco permitirá que la vea.
Con actitud fría, como si no fuera necesario en absoluto tener en cuenta las opiniones y la voluntad de la persona interesada, Kasaline, Farnese la tomó de la mano y la condujo hacia el palacio del Emperador.
“Su Majestad.”
“Yo me ocuparé de todo. Así que no tomes nada en serio y no te reúnas con nadie. No hay ninguna razón para que te esfuerces.” (Farnese)
Como el Emperador y Kasaline estuvieron fuera mucho tiempo, varios caballeros vinieron a ver qué estaba pasando.
Sin embargo, Farnese ni siquiera intentó dejar a Kasaline a su cuidado y, en su lugar les ordenó que se marcharan, como si hubieran interrumpido su tiempo a solas.
Kasaline, que estaba siendo agarrada y conducida impotente por la mano de Farnese, que era varias veces más grande, de repente puso fuerza en su muñeca y se sacudió la mano.
“¿No tener que lidiar con nada significa que tengo que seguir obedientemente las palabras de Su Majestad y sentarme como una muñeca para ser protegida?”
‘¿Como una propiedad de Su Majestad?’
Murmuró Kasaline, como si quisiera añadir algo más.
Farnese, que estaba de pie en el pasillo donde la luz de la luna fluía como seda plateada, escuchó sus palabras y sólo después de un rato se dio la vuelta lentamente.
Sus ojos estaban congelados en un shock silencioso.
“A mí… No me gusta eso.”
En ese momento, la luna, que había estado brillando intensamente, desapareció bajo un manto de nubes como si hubiera estado esperando.
Cuando se proyectó una sombra negra donde debería haber luz, fue imposible distinguir qué tipo de expresión estaba haciendo.
Kasaline sabía que él, parado como un clavo en medio del pasillo, no tenía intención de retenerla por más tiempo.
Ella inclinó levemente la cabeza, luego se alejó de su lado y regresó por donde había venido.
* * *
“Su Majestad, ¿por qué está en un lugar como este? El matrimonio nacional está a la vuelta de la esquina, pero si se resfría, estará en problemas.” (Ludwig)
El Duque Ludwig, que debía haber estado deambulando por los pasillos durante un rato, entró al pasillo respirando con dificultad.
Cuando vio a Farnese de pie como una estatua pálida, el Duque Ludwig contuvo la respiración por un momento.
Farnese, que había estado inmóvil en su lugar durante mucho tiempo después de que Kasaline se fuera, miró fijamente un punto en el cielo con ojos vacíos, casi espeluznantes.
“¿Su Majestad?” (Farnese)
“Terminé lastimando a esa niña.”
La mano que fue rechazada tembló.
Farnese cerró los ojos con fuerza mientras la vívida imagen de sus labios temblando ansiosamente, diciendo que no quería convertirse en un objeto, todavía estaba viva en su mente. <imreadingabook.com>
Sabía que no debió haber hecho eso y se advirtió varias veces a sí mismo que no lo hiciera. Cuando recobró el sentido, vio que estaba tratando de atarla.
<“Eres como tu padre, nunca serás capaz de amar. Está en tu sangre, en tu naturaleza.”>
<“…Madre.”>
<“No te confundas. Si anhelas a alguien, no es amor. Es una posesividad egoísta y de baja calidad.”>
‘Tal como lo hizo mi padre con mi madre.’
‘Ignoré por completo sus deseos, la mantuve escondida en mis brazos y no le permití reunirse con a nadie.’
Si hace eso, al menos no se lastimará ni pasará momentos difíciles por personas como Charlene y Rose como lo hizo hoy.
“… Maldita sea.”
Si hoy no se hubiera desprendido de él y lo hubiera rechazado con frialdad, la sucia codicia de aislarla del mundo habría crecido en tamaño sin saber su alcance.
Es así, aunque todavía no están casados, ni siquiera podía adivinar cuánto más aumentaría su tamaño una vez que oficialmente se convirtiera en pareja con ella y pasaran más tiempo juntos.
Bastaría un pequeño desencadenante, como el de hoy, para que perdiera el control y volviera a hacerle daño.
‘¿Por qué no puedo quitármela de encima?’
Organizar y cortar.
¿No era eso lo que mejor hacía?
‘Pero ¿por qué, entre tantas personas en el mundo, es Kasaline?’
Cuando la mira, siente una calidez infinita, como si recibiera la luz del sol primaveral, pero al mismo tiempo se hunde en una oscuridad infinita. ¿De dónde viene ese sentimiento contradictorio de ambivalencia?
La respuesta a esa pregunta asomaba como un espejismo, pero se le escapaba.
* * *
El banquete de compromiso terminó con éxito.
La mayoría de los invitados dijeron que se lo pasaron genial y expresaron su intención de asistir a la boda y ceremonia de investidura de Emperatriz que se celebraría cuatro días después.
Todo salió según lo planeado, avergonzando sus preocupaciones, pero cuando llegó la noche anterior a la boda, Kasaline no pude evitar sentirse un poco ansiosa.
‘Puede que haya sido demasiado fría con Su Majestad.’
Si lo mira con atención, puede que haya otras formas de hacerlo.
Kasaline estaba sentada sola en el balcón sosteniendo una taza de té de hierbas caliente y humeante.
El vasto bosque como agujas que se elevan hacia el cielo e incluso guardias desconocidos que pasan con un sonido seco y metálico.
Estaba contemplando la vista panorámica del palacio imperial, que era como un mar negro, que no sabía cuándo se acostumbraría.
“Cogerás un resfriado.” (Farnese)
De repente, una voz inesperada vino desde abajo en la oscuridad, y Kasaline casi derramó su té de hierbas.
Se sobresaltó y rápidamente miró hacia abajo para ver a Farnese de pie, mirándola.
“Su Majestad, ¿qué está haciendo en el palacio de la Emperatriz a esta hora…”
“Pedir disculpas.” (Farnese)
Mientras Kasaline cerraba y abría los ojos aturdida, Farnese respiró lenta y profundamente con una expresión que demostraba que sabía muy bien lo que planeaba decir.
Y Kasaline escuchó con más claridad que nunca una palabra corta que nunca había esperado que saliera de su boca.
“Lo siento.” (Farnese)
“…”
“Prometí respetarte porque serías la Emperatriz de un país, pero terminé tratándote como a una persona inexperta sin autoridad para tomar decisiones. Y traté de controlarte según mi gusto.” (Farnese)
No había forma de responder.
Fue una disculpa tranquila y tan honesta que resultó difícil entender lo que había dentro.
Kasaline estaba tratando de elegir una de las innumerables opciones para responder.
Pero antes de que pudiera terminar su elección, Farnese continuó.
“Nunca más volverá a pasar algo como lo de hoy.” (Farnese)
Probablemente no signifique mucho.
Sólo lo siento. Me aseguraré de que no vuelva a suceder.
Aunque estaba destinada a ser una disculpa ordinaria, ni más ni menos, de alguna manera a Kasaline le sonó como si significara trazar una línea entre ella y él.
Como para demostrar que su premonición no estaba equivocada, Farnese dijo.
“Y tal vez hoy sea el último día que pueda tratarte como Kasaline.” (Farnese)
Era la tendencia que esperada.
Ser respetuosos uno con el otro, dentro del ámbito de cada uno, sin traspasar determinadas líneas.
Pero cuando Farnese trazó realmente una línea como si estuviera prometiendo: ‘No iré más allá de esto’, Kasaline sintió un sentimiento indescriptible de decepción.
En otras palabras, estar decepcionada significa que secretamente esperaba algo especial de él.
‘¿Quizás no quiero quedarme con él como un simple Emperador y Emperatriz?’
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Ver comentarios
Chica, tu jodes.
Te enojas porque quiere cuidarte, te enojas porque se disculpa y dice que no volverá a pasar... 🙄