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Capitulo 151

<¿¡Qué es esto!?>

Los ojos de Ahin, mirando a una Ash que parecía confundida, revolotearon como nunca antes.

Cuando él dio un paso reflexivo hacia atrás, sus piernas rozaron una tela suave. Se dio cuenta de que era la ropa que llevaba puesta hasta ahora.

<¿Me desnudé? No tengo la afición de quitarme la ropa en público…>

Pensando cosas absurdas, trató de agarrar la ropa. Sin embargo, sus patas delanteras, que no sabía de dónde habían salido, resbalaron sin poder agarrar nada.

<¿Patas…?>

Ahin, mirando lo que parecía ser una bola de algodón negra, movió la mano. Y lo que vio fue la parte inferior de una patita, con almohadillas rosadas, una grande y cuatro pequeñas.

<….? ¿No es la palma de mi mano, sino la planta de una pata?>

Intentó tocar su cuerpo, pero todo lo que podía sentir era pelo y más pelo. Sintiéndose mareado, miró a su alrededor, viendo la mansión, los árboles y Ash. Entonces, tuvo que aceptar la dura realidad.

El mundo no se había vuelto más grande. Él que se había encogido. Ahin no pudo verificar en ese momento, pero parecía que se había convertido en algo parecido a una pantera negra bebé.

[Hice una poción para que los dos podamos entendernos mejor.]

La voz avergonzada de Vivi sonó en su mente.

<¿Quiso decir que yo también debería tratar de ser pequeño?>

Ahin, probando las cuatro extremidades, lanzó feromonas al aire para comprobarlo. Afortunadamente, sus feromonas de dominación le obedecían a la perfección. Sin embargo, por más que lo intentara, su cuerpo se negaba a volver a su forma humana.

Una sombra oscura cayó sobre Ahin, quien se preguntó si estaba a punto de desmayarse. Pero era Ash, que se había acercado, con los ojos entrecerrados.

Luego, con una expresión aterradora, ella golpeó a Ahin con su pata delantera. Ash no entendía lo que estaba pasando, pero una cosa era segura: esta era la oportunidad perfecta para vengarse de su antiguo maestro, quien le robaba a Vivi todos los días.

<Tú, cretino. Ladrón.>

Ash, más confiada que nunca, siguió golpeando y golpeando a Ahin.

<¡¡Ash, detente!!>

Ahin, siendo rodado de lado a lado por el animal más fuerte, se asombró. Consideró atacarla con sus feromonas, pero pensó que Vivi estaría triste si Ash resultaba herida. Así que siguió siendo rodado por el suelo – la mayor humillación que jamás había sentido.

Incapaz de atacar al animal más cercano a Vivi, al final, Ahin cayó, noqueado.

<Maldita sea…>

Sintió desesperación. Pronto, Ash dejó de golpearlo cuando vio a Barra, que regresaba del bosque fronterizo, correr hacia ellos con una expresión totalmente sorprendida.

<¿Ash…?>

Deteniéndose frente a los dos, Barra cambió su mirada entre Ash y la pantera negra bebé, luciendo desconcertado.

<¿Tuvimos un nuevo hijo después de Shu y Bion? No recuerdo… tengo amnesia…?>

Sabía que Ash no sería tan amable al punto de cuidar al hijo de otra pantera negra. Entonces, si no recordaba ser el padre… ¿Podría ser este el hijo secreto de Ash con otro hombre?

Al llegar a esta conclusión absurda, Barra se sintió mareado y tuvo que sentarse. Ash tuvo un hijo secreto con otro. El mundo de Barra se estaba desmoronando.

Mientras tanto, ignorando a la tambaleante pantera, Ash miró a Ahin. Quería aprovecharse y morderlo mientras estaba débil, pero sabía que él era la segunda criatura que más amaba Vivi en el mundo, por lo que no podía hacerlo. Naturalmente, la número uno era la propia Ash.

Ahin, que había pensado algo muy similar, miró a Ash lentamente.

<Dejémoslo así.>

Llegaron a este acuerdo con sus ojos. Entonces Ash sujetó a Ahin, mordiéndolo por la piel del cuello, y empujó a Barra, quien aún estaba en estado de shock.

<Barra, vayamos a la mansión.>

<Ash, al menos dame una excusa…>

Mientras tanto, había decidido encontrar y destrozar al amante de Ash, y luego perdonarla y aceptar al bebé como su propio hijo. Él la miró, su único ojo amarillo lleno de lágrimas.

<Está bien si es una mentira. Creeré todo lo que digas…>

<¿De qué estás hablando? Toma esta ropa de inmediato y sígueme.>

<¿…?>

Su mirada sorprendida llegó a las prendas que estaban esparcidas por la hierba. Barra las olió y se dio cuenta de que eran de Ahin.

<¡No era una pantera negra bebé, era el subordinado de la coneja…!>

Al comprender finalmente la identidad de la pantera bebé, él se llenó de alegría de inmediato. Barra incluso movió sus caderas en un pequeño baile mientras rápidamente tomaba la ropa en su boca.

Ash, entendiendo su línea de pensamiento, sonrió y comenzó a caminar hacia la mansión. Su destino era la oficina de Ahin, donde se suponía que estaba el esclavo de Vivi, Evelyn.

 

***

 

Dentro de la oficina de Ahin, Evelyn miró fijamente al pantera negra bebé que Ash y Barra habían traído. Nunca había visto a un cachorro recién nacido tan arrogante en toda su vida.

Además de la actitud de caminar orgulloso y sentarse directamente en la silla de Ahin, que era el asiento más poderoso, los ojos, que apenas asomaban por el borde de la mesa, tenían una expresión como si el mundo entero le perteneciera.

Evelyn, pensando que podría ser el hijo pequeño de algún noble que estaba visitando a la mansión Grace, aún no humanizado definitivamente, miró a los ayudantes.

«¿Quién és…?»

Encogiéndose de hombros, los tres negaron con la cabeza, en perfecta sincronía. Los movimientos del pantera bebé eran demasiado ágiles para pertenecer a un niño menor de tres años.

Sin embargo, extrañamente, el instinto de supervivencia de Evelyn le advirtió sobre ese bebé. Observándolo con cautela, pronto se dio cuenta de que Barra llevaba un atuendo familiar en la boca. Era el abrigo negro que llevaba Lord Ahin esa mañana.

«No puede ser…»

Evelyn, poniéndose nervioso, lo cual era una rareza, preguntó con voz temblorosa.

«¿Es este bebé… Lord Ahin?»

“¡Señor Evelyn, otra broma!”

“Qué broma más absurda.”

Los ayudantes, juzgando que era otra de las bromas que a Evelyn le encantaba jugar, se rieron a carcajadas. Todavía no habían notado la ropa.

“¿Un Lord Ahin tan lindo? Imposible.»

Evelyn ni siquiera pudo sonreír, a pesar de las risas que llenaron la habitación. Lejos de ser lindo, los ojos del pantera negra bebé brillaban con una luz espeluznante.

«Apuesto mi cabeza a que es imposible que esta bola esponjosa sea Lord Ahin.»

El asistente, continuando con el estado de ánimo bromista, no se dio cuenta de que la atmósfera se había vuelto repentinamente fría. La risa se desvaneció gradualmente. En ese momento, los ayudantes notaron la ropa que Barra llevaba en la boca.

‘Estoy muerto.’

Una sola lágrima cayó del ojo del ayudante, que había vislumbrado su terrible futuro. Evelyn lo miró, pensando que era extraño que su boca todavía sonriera pero sus ojos lloraban.

“Será mejor que vayas a buscar un médico antes de que te corten la cabeza. Y no digas nada a los demás, mantenlo en secreto.”

Pronto, el médico de familia entró corriendo y examinó cuidadosamente el pequeño cuerpo de Ahin de arriba a abajo.

Después de mirar la botella de vidrio, que estaba escondida en el bolsillo de su ropa, habló, luego de llegar a un diagnóstico.

«Pude analizar la poción por las pocas gotas que quedaban en el vidrio y… Oh, lo siento, lo siento.»

El médico se disculpó por tocar accidentalmente la zona sensible de la barriga rosada de Ahin, quien lo abofeteó con su pequeña pata.

«Bien entonces.»

El médico, pensando que se parecía más a un gato negro caprichoso, siguió hablando.

«La poción era solo un suplemento nutricional, pero el problema parece haber sido que la creadora fuese la Señorita Liebre.»

<¿Por qué lo hizo Vivi? ¿Y qué?>

Ahin apretó los labios, frustrado porque había olvidado que no podía hablar. Afortunadamente, el médico, que lo conocía muy bien, agregó una explicación.

“Las pociones del clan Mapache tienen su efecto determinado en base a las feromonas que tiene la persona que las prepara. Entonces, a pesar de ser una principiante, cualquier poción hecha por la Señorita Liebre sería…”

El médico, inquieto, recordaba las feromonas curativas, cuyo poder era insuperable, aunque se buscara por todo el continente.

«Me atrevo a decir que sus efectos rivalizarían con las pociones elaboradas por un gran maestro.»

<…>

“Además, es imposible hacer una poción que reduzca el tamaño de la forma original de un hombre-bestia en un salón de clases simple. Creo que sus feromonas se insertaron demasiado durante la cocción, o tal vez se equivocó con los ingredientes.»

Ahin, al darse cuenta de su imprudencia al beber la poción sin dudarlo, se masajeó las sienes con las patas delanteras.

<¿Vivi és tan fuerte…?>

Sus expresiones amables y el hecho de que todavía se encogía cuando escuchaba un ruido fuerte hicieron que Ahin olvidara que, en ese momento, ella era más poderosa que él.

“Pero, ¿cómo puede el Lord volver a ser humano?”

Evelyn, que había estado escuchando en silencio, preguntó.

«Como no tengo acceso a la lista exacta de ingredientes utilizados, no puedo decir… Pero todas las pociones del clan mapache son efectivas por un tiempo limitado, por lo que dentro de 5 días, como máximo, seguramente volverá a la normalidad.»

<¿¿Cinco días??>

No puede ser… Ahin saltó y agarró el dedo del doctor con sus patas, sacudiéndolo. Si fueran 5 días, no podría asistir a la ceremonia de graduación de Vivi. En un día tan importante, sería imposible presentarse en el cuerpo de una pantera negra bebé.

[Todos estarán en la ceremonia… ¿Qué pasa si cometo un error durante el discurso?]

Vivi, que estaba al lado de Ahin, moviendo los pies, se estremeció.

[El abuelo dijo que haría una fiesta después de la ceremonia. Aunque le dije que no necesitaba hacerlo…]

Incluso con una expresión nerviosa, ella parecía feliz de que toda la familia Grace fuera a asistir.

Pensando que tenía que volver a ser humano antes de eso a toda costa, Ahin golpeó la mesa con su pata delantera, con fuerza. Era una señal de que el médico tenía que arreglarse y encontrar una solución inmediata.

«Lord Ahin, lo siento, pero ¿puede ser más específico en sus gestos…?»

El médico, que no podía interpretar los pequeños gestos, se rascó la mejilla confundido.

<Qué frustración… ¿Vivi se sintió de la misma manera en el pasado?>

Finalmente entendió por qué ella pisoteaba el suelo con frustración y volteo la mirada hacia su secretario, imaginando que él sería capaz de entender, ya que habían estado juntos durante más de 20 años.

Evelyn asintió y tranquilamente fue a buscar un objeto. Era una olla de barro, lo suficientemente grande para una pantera negra bebé.

«Permiso.»

Cargó a Ahin, que empezó a forcejear, y lo colocó en la olla.

«Caballeros, esta es mi única oportunidad de hacer una broma como esa.»

Evelyn, agarrando la tapa de la olla, gritó.

«¡También es nuestra única oportunidad de probar el estofado de pantera negra más preciado del continente!»

“…”

“¿Quién quiere comer?”

El médico y los asistentes no podían reírse y comenzaron a mirar el piso, sudando frío.

<¿Tienes la intención de matarme?>

Ahin, de pie sobre sus patas traseras y apoyado contra el borde de la olla, miró a Evelyn con ojos asesinos. El otro, manteniendo su expresión neutral, parecía que no sangraría aunque lo perforaran con una aguja.

[Hice una poción para que nosotros dos podamos entendernos mejor.]

En ese momento, él, más que nadie, entendió los sentimientos de Vivi, quien ponía una mirada de puro odio cada vez que veía a Evelyn.

 

***

 

Los colores del atardecer coloreaban la Academia. Evelyn, que acababa de llegar, se levantó del arbusto donde se escondía.

En su rostro, había pequeñas marcas de garras, y estaba abrazando una olla que contenía a Ahin. Era la única forma de transportarlo, ya que el pantera negra bebé se negaba desesperadamente a ser llevado directamente a los brazos del secretario.

[Si pudiera analizar los ingredientes, podría crear un antídoto, pero el tiempo para hacerlo sería de 5 días, de todos modos. Creo que la mejor opción es ir directamente a la profesora Karen, quien le enseñó a la Señorita Liebre.]

Tal como le indicó el médico, Evelyn se comunicó de inmediato con la profesora Karen, pero ella se había encerrado en su laboratorio y nadie podía hablar con ella.

Por eso, había decidido venir él mismo a la Academia. Evelyn, inspeccionando el pacífico campus, suspiró.

“Está prohibido usar carruajes aquí… Voy a romper mis preciosas piernas deambulando detrás de esa profesora. Y, cómo puedo evitar ser visto por los estudiantes…”

Habló, pensando en Vivi, que ya estaría en la Academia.

«Vamos a pedirle ayuda directamente a la Señorita Liebre.»

Ahin negó con la cabeza, decidido.

«¿Pero por qué no? Es imposible que nuestra presencia no termine llegando a sus oídos, ya que ella es la presidenta del consejo estudiantil.”

<No, en absoluto.>

A pesar de que había abandonado su dignidad, Ahin no quería mostrarle esa patética apariencia a Vivi. Incluso él, mirándose a sí mismo, tenía que admitir que él como pantera negra bebé era demasiado lindo y tierno.

“Entonces, ¿qué tal si vamos a ver a Lord Lillian? Sé bien cómo llegar a su oficina.”

Ahin lo negó obstinadamente, lo que hizo que Evelyn pensara en otra solución.

<¡De ninguna manera voy a dejar que me vea así!>

Ahin gruñó tan pronto como escuchó el nombre de Lillian. Era obvio que, viéndolo en una olla, el anciano se reiría en su cara por el resto de su vida.

Ignorando la ferocidad de Ahin, Evelyn murmuró.

«Que irritante.»

<¿Qué dijiste?>

«Quiero decir, qué irritante es encontrar a esta profesora…»

¿Estaba Evelyn pensando en engañarlo? Mientras Ahin estiraba las patas delanteras, considerando seriamente cortarle la garganta, Evelyn fijó su mirada en un punto más adelante.

 

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