Desenfrenado
Cuando el verano llegó en 2007, los alumnos de la Preparatoria N°6 fueron los que más lo sufrieron.
Fue ese año cuando la Ciudad C tuvo un verano abrasadoramente caluroso. También coincidió con el momento en el que la atención mundial se centró en el calentamiento global. Esto hizo que los titulares rodaran por las pantallas de televisión de todo el mundo: «Extensa eutrofización detectada en el estanque T en mayo, dejando a más de 100k residentes sin acceso al agua».
Después de la acelerada era de la industrialización, el tema del reciclaje había captado por fin la atención de los lugareños.
Algunos incluso bromeaban con que el calentamiento global había convertido a la Ciudad C de una ciudad antaño pacífica en un gigantesco horno de ebullición.
Chen FeiFei era regordeta, por lo que le asustaban más las olas de calor en verano. Le sacó la lengua: «YaoYao, ¿crees que los perros pueden refrescarse así?».
Bei Yao estaba haciendo sus deberes en clase, pero se giró y ladeó las comisuras de sus labios al ver la tontería de Chen FeiFei.
Chen FeiFei comentó: «Esta escuela es muy tacaña, sólo dan tres ventiladores viejos en cada aula. Incluso el de arriba está roto, creo que voy a morir de calor pronto».
Aunque se ofrecía un descanso los fines de semana, los ventiladores no estaban disponibles durante el día en los dormitorios. La Preparatoria N°6 llamaba a esta desafortunada situación bajo el bonito nombre de enseñar a los estudiantes a aguantar las penurias y ser capaces de trabajar duro desde temprano.
Chen FeiFei pensó de repente en algo, lo que hizo que sus ojos brillaran de alegría. Entonces sacó un anuncio de debajo de su escritorio.
En él aparecían unas palabras doradas y llamativas: «The Glamorous» abierto al público, ¡sorteo gratuito para tener la oportunidad de ganar un helado Häagen-Dazs! ➀
➀ El helado Häagen-Dazs viene en muchos sabores diferentes y, desde sus comienzos, se trató de vender como una marca «super-premium». En este se usan los ingredientes de mayor calidad y tiene una textura bastante densa debido a su proceso de elaboración.
La ilustración del helado que lo acompañaba era de lujo. Podía robar el alma de los espectadores con sólo una mirada en el caluroso verano.
Chen FeiFei miró a Bei Yao y suavizó su voz: «YaoYao, vamos a ver The Glamorous. Está muy cerca de la escuela. Incluso hay un sorteo gratuito. No he comido Häagen-Dazs en toda mi vida, cuesta tanto sólo uno. ¿Y si ganamos el sorteo?»
Bei Yao lo pensó: «El paseo dura unos 15 minutos».
Chen FeiFei miró el anuncio, apretó los dientes y exclamó: «¡No hay problema!».
Bei Yao tomó un paraguas y acompañó a Chen FeiFei.
Chen FeiFei, con su objetivo de conseguir un Häagen-Dazs, perseveró bajo el caluroso sol de verano durante 15 minutos hasta llegar a The Glamorous. Sin embargo, al llegar, la espectacular cola serpenteante que tenía ante sí hizo que Chen FeiFei quedara desolada.
La cola serpenteaba desde la entrada de The Glamorous hasta el paso de peatones.
La vida en 2007 no se había centrado en el materialismo tanto como en el presente. Al menos para los estudiantes de preparatoria, el Häagen-Dazs gratis era realmente algo especial.
A Bei Yao, en cambio, no le asustaba el calor. Sin embargo, al ver la larga cola, se sintió ligeramente intimidada.
No obstante, vio el semblante decepcionado de Chen FeiFei y la consoló: «No te preocupes, tenemos un paraguas. Pronto será nuestro turno».
Chen FeiFei se animó.
Las dos chicas se unieron a la cola que avanzaba a paso de tortuga.
Bei Yao levantó la cabeza para contemplar esta infraestructura recién construida con su impresionante conjunto de patrocinadores. The Glamorous no era sólo una heladería, sino también un gran centro de entretenimiento. En la primera planta se vendían postres y helados, mientras que en la segunda había restaurantes. En la tercera había un cibercafé y en la cuarta un estudio KTV.
Más arriba, en el quinto piso, había una sala de billar, y en el sexto, una sala de cartas y ajedrez.
El resto de los pisos eran habitaciones de hotel.
The Glamorous se construyó entre la Preparatoria N°3 y N°6, pero más cerca de la Preparatoria N°6.
Para un estudiante de preparatoria, este local alberga todo tipo de entretenimiento lujoso, y sin duda cuesta una fortuna. Esto era evidente por el hecho de que en el primer piso se vendía Häagen-Dazs.
Chen FeiFei levantó la cabeza: «Ojalá pueda comer en el segundo piso y jugar libremente en el tercer piso hasta el sexto algún día».
Bei Yao la animó: «Espera a que crezcas».
Chen FeiFei se rió a carcajadas: «Sólo estaba bromeando. Sólo los ricos o los derrochadores gastan su dinero aquí. Un pobre desgraciado como yo está fuera de lugar. YaoYao, eres muy amable: me animas a buscar cosas como ésta».
Chen FeiFei tomó el paraguas y lo sostuvo sobre sus cabezas.
Los cristales del edificio de gran altura reflejaban brillantes rayos de luz.
–✧–
En el sexto piso, se veía a un grupo de chicos jugando a las cartas.
Wei Wan se apoyó en el reposabrazos de la silla, sosteniendo una bebida fría. Llevaba una falda corta de color rosa que apenas le llegaba a los muslos. Se veía preciosa. Wei Wan mordía la pajita de vez en cuando mientras miraba al grupo de «chicos ricos».
La clase de noveno año era un lugar lleno de ricos. Y Wei Wan era la flor de la clase.
Jin ZiYang extendió una mano de 2 y sonrió a Wei Wan: «Gran belleza Wei Wan, ¿te aburres? Este hermano mayor te enseñará a jugar al póker».
Su forma indecente de hablar sucio hizo reír a los jóvenes.
Zheng Hang dijo: «Olvídalo, tus habilidades son una basura».
«¡Cuida tus palabras, estás arruinando el ambiente!»
«Dime, ¿has ganado alguna partida? ¡Iba a ganar la última ronda, pero no pasaste el turno! ¡Soy tu jodido compañero de equipo, retardado!» Cuanto más hablaba, más se enfadaba.
«…» Jin ZiYang se sintió culpable. Originalmente no tenía nada que hacer en el juego y Zheng Hang ya había terminado. Sin embargo, el primero calculó mal en el calor del momento. Al final, este último no ganó y el ambiente entre ellos se enfrió.
Jin ZiYang tosió y miró fijamente al chico sentado de espaldas al espejo: «Hermano Chuan, tú no das facilidades en absoluto. Aquí todos somos amigos. ¿Estás realmente satisfecho con ganar estos pocos cientos de yuanes?».
El chico levantó tímidamente la cabeza. Se bañó bajo el sol abrasador de julio. Como la habitación tenía el aire acondicionado encendido, no hacía calor.
Pei Chuan se sentó con las piernas cruzadas, tiró los últimos cuatro nueves y contestó con indiferencia: «Eres una basura, me he contenido mucho».
Jin ZiYang sintió como si una flecha golpeara su corazón, «…»
Los chicos estaban bromeando. Los ojos de Wei Wan se posaron en Pei Chuan.
Todos los chicos tenían padres ricos. Tanto la familia de Jin ZiYang como la de Zheng Hang dirigían empresas, estaba claro de dónde sacaban el dinero. Sin embargo, nadie conocía la historia de Pei Chuan. Los chicos tampoco hablaban de su origen.
Sin embargo, este chico era el que vivía más extravagantemente de todos ellos.
Al menos, Jin ZiYang y Zheng Hang no se atrevieron a comprar un coche de lujo que costara más de un millón cuando aún estaban en la preparatoria. Si lo hacían, sus padres les darían una paliza mientras estaban colgados boca abajo.
Jin ZiYang cambió de tema: «¡Yo no sé jugar bien, pero hay alguien que sí!».
Se rió hacia Wei Wan: «Rápido, siéntate al lado del hermano Chuan. Deja que el dios del juego te enseñe algunos trucos de cartas».
Wei Wan se sonrojó y miró a Pei Chuan. El chico sonreía, no rechazó ni aceptó la petición.
El corazón de Wei Wan latía rápidamente mientras el grupo la engatusaba. Tomó asiento junto a Pei Chuan.
Los dedos largos del chico eran muy bonitos. En esta ronda repartía las cartas.
Barajó las cartas con suavidad y las distribuyó también con mucha rapidez.
Jin ZiYang levantó las cejas mirando a Wei Wan: «Flor de la Clase, la Gran Belleza. En esta ronda no vamos a apostar con dinero. Si gano, ¿puedes darme un beso?».
Wei Wan, que era una persona atrevida, sonrió al oír a Jin ZiYang.
Zheng Hang dijo: «¿Quién ha dicho que el ganador serás tú? ¿Y si gano yo?».
Jin ZiYang interrumpió: «Resolvámoslo así. El que termine primero sus cartas recibirá un beso de Wei Wan, y también se arreglarán las cuentas. ¿Qué te parece, Wei Wan?»
Wei Wan miró a Pei Chuan, éste tenía una mirada atrevida y desenfadada, sonrió: «¿De qué tienes miedo?».
«Es un beso en los labios, no te arrepientas después».
Wei Wan apartó entonces la cabeza, avergonzada. Tomó un sorbo de su bebida fría y miró por la ventana de cristal la larga cola. Muchas jóvenes parecían impacientes bajo el intenso calor.
Wei Wan sonrió con intención burlona.
Mira, ésta es la diferencia entre ellos y los demás. Se enteró de que » The Glamorous» celebraba un sorteo de un Häagen-Dazs gratis. Muchos se pararon bajo el brillante sol, pero acabaron volviendo con las manos vacías. Estas personas nunca podrían tener la oportunidad de ser tan privilegiadas durante su adolescencia.
Para Wei Wan, la bebida que sostenía y que era un regalo de los chicos, valía mucho más.
En la mesa de juego, se veía a los chicos compitiendo intensamente.
Se vio la cara de Jin ZiYang frunciendo el ceño en una sola pieza, «Maldición, ¿qué es esa maldita baraja, Tres Cuatro Cinco Seis, no hay Siete?».
El propietario seguía siendo Pei Chuan. Se quedó mirando su par de comodines y cuatro sietes, y se quedó callado un rato.
Cuando Zheng Hang escuchó que sus estúpidos compañeros no tenían Sietes, se sobresaltó porque él tampoco tenía ningún Sietes. Miró a Pei Chuan y suspiró.
Después de esta ronda, a Pei Chuan sólo le quedaban los comodines.
Jin ZiYang no estaba enfadado por haber perdido. En su lugar, levantó las cejas de forma escalofriante: «Gran Belleza Wei Wan, haz tu trabajo ahora».
Después de hablar, Zheng Hang frunció ligeramente el ceño mientras el resto de los jóvenes de la sala empezaban a burlarse de ellos.
Bajo esa atmósfera, Wei Wan se giró para mirar a Pei Chuan. Éste estaba apoyado en la ventana y levantó los ojos para mirarla.
Nadie en la clase de noveno curso sabía que Pei Chuan tenía una discapacidad.
Por mucho calor que hiciera en verano, siempre se le veía con pantalones largos. Han pasado muchos años en los que ha caminado lentamente, pero nadie se ha inmutado. Además, simplemente desprendía una actitud indescriptiblemente perezosa y desenfrenada.
En realidad, Wei Wan sentía bastante curiosidad por él, y estaba enamorada de él.
Él era rico y con buena apariencia. Era un maestro de los juegos de cartas y del baloncesto. Incluso había oído que él había aprendido a boxear desde muy joven.
Pensó en él de esta manera, y comenzó a inclinarse hacia él. Cerró los ojos y se acercó a Pei Chuan.’
Entre la multitud, Jin ZiYang fue el que más se burló.
Pei Chuan sonrió al ver que Wei Wan se inclinaba hacia él.
‘Le pareció divertidísimo. Si ella supiera realmente quién era él, se aterrorizaría y saldría corriendo’.
A Pei Chuan no le molestaba esto. Sólo eran los labios de otra persona tocando los suyos. No le dolía ni le picaba.
Esto era mucho mejor que las traiciones, los abandonos y las mentiras. Esto era sólo un juego de niños. Él nunca ha sido un buen tipo. Así que no importaba.
Entre sus largos y delgados dedos, seguía sosteniendo un Rey de Diamantes. El aroma de un ligero perfume llegó a su nariz.
Pei Chuan miró hacia abajo con descaro.
En ese momento, una chica con una camiseta de color verde guisante que estaba fuera levantó su rostro.
Bei Yao apartó el paraguas y levantó su delicado rostro hacia el cielo azul y habló con voz crujiente y dulce: «FeiFei, las nubes han tapado el sol».
Ya no necesitaban el paraguas.
El edificio utilizaba un cristal unidireccional. Bei Yao no podía ver quién estaba dentro ni lo que hacían. Sin embargo, Pei Chuan vio a Bei Yao.
Wei Wan se inclinaba para darle un beso.
Él giró su cabeza inconscientemente. Los labios de Wei Wan sólo rozaron su fría y dura barbilla.
Todos los presentes en la sala de cartas y ajedrez se quedaron boquiabiertos.
En sus mentes, Pei Chuan era alguien atrevido. Wei Wan se mordió los labios, sabiendo que Pei Chuan echaba de menos su beso. Se sintió avergonzada. Sus ojos se llenaron de humillación. Miró fijamente a Pei Chuan, sin que le salieran palabras.
Pei Chuan miró en silencio hacia la planta baja.
Jin ZiYang se apresuró a aligerar el ambiente: «Ah, hermano Chuan, eres un maleducado. Para dejar que la Gran Belleza Wei te bese de nuevo, ¡incluso haces tales trucos!».
Wei Wan se sintió inmediatamente mejor y se mostró mejor. Pensó que Pei Chuan también estaba jugando con ella.
Sin embargo, Pei Chuan se levantó de repente.
Miró a sus falsos amigos confundidos y sacó dos cartas de su bolsillo.
Una tarjeta fue lanzada a Jin ZiYang: «Para la cuenta», mientras que la otra fue lanzada a Wei Wan: «Y un regalo de disculpa. Todos, regresen hoy».
Wei Wan vio que la tarjeta era la Tarjeta Oro Glamour para los niveles uno y dos.
Con esta tarjeta se podía hacer cualquier compra.
Las chicas de la sala la miraron con envidia. El poco enfado que quedaba en Wei Wan se disipó en el aire.
Respondió comprensivamente: «Si Pei Chuan tiene algún negocio, paremos hoy».
Pei Chuan colocó una muñequera negra junto a la silla. Sus brazos desnudos mostraban que hacía ejercicio. La sonrisa descarada de su rostro desapareció. Salió en silencio y solo.
Jin ZiYang se sobresaltó y preguntó en voz baja: «¿Qué le ha pasado?».
Zheng Hang se encogió de hombros y respondió: «No sé».
No lo habían visto antes así.
–✧–
Pei Chuan bajó las escaleras y se paró frente a la ventana francesa del segundo nivel.
Su mirada se posó en Bei Yao. Ella no podía verlo. Desde hacía más de un año, era la primera vez que la veía tan de cerca.
Bei Yao era tan bonita. Era tan bonita que él no se atrevió a revisar el foro de la Preparatoria N°6 durante más de 300 días.
La camiseta de color verde guisante que llevaba Bei Yao tenía el dibujo de un gatito lamiéndose el pelo. El verano de julio era caluroso, Bei Yao se limpió el sudor de la frente con el dorso de las manos. La amiga que estaba a su lado dijo algo y a ésta se le vieron los ojos redondos y brillantes.
Pei Chuan apretó sus labios y encendió un cigarrillo.
Un chico con camisa gris salió y se acercó a Bei Yao. Le entregó dos Häagen-Dazs que había comprado para ella. El chico estaba totalmente sonrojado. Pei Chuan estudió detenidamente el movimiento de labios del chico: «Yo invito».
Pei Chuan tenía un semblante indiferente mientras exhalaba el humo.
Bei Yao sonrió mientras negaba con la cabeza: «No, gracias».
El chico se alejó con decepción.
Chen FeiFei se quedó mirando la espalda del chico y no dijo nada.
Unos cinco minutos después, por fin llegó el turno de Bei Yao y Chen FeiFei. Las dos chicas introdujeron sus manos en la caja y sacaron un número.
Pei Chuan vio primero a Bei Yao mirar su propio número y luego el de la ruidosa Chen FeiFei. Bei Yao procedió a guiñar suavemente el ojo al personal, y señaló a Chen FeiFei en secreto.
Pei Chuan apagó su cigarrillo y concluyó inmediatamente: Bei Yao ganó el sorteo, pero Chen FeiFei no. En secreto, le pidió al personal que anunciara el número de Chen FeiFei como ganador.
La señora del personal se sintió conmovida por la hermosa chica y accedió a su favor.
Hasta que el personal le entregó a Chen FeiFei el Häagen-Dazs, Chen FeiFei estaba eufórica y no dejaba de abrazar a Bei Yao: «¡YaoYao, esto es lo mejor, he ganado!».
Bei Yao también sonreía junto a ella.
Luego se alejaron. Después de muchos pasos, Pei Chuan vio que la chica llamada Chen FeiFei sacaba con cuidado el helado y le daba el primer bocado a Bei Yao.
Bei Yao se lo comió con una sonrisa.
Pei Chuan sacó su encendedor. No tenía calor y estaba totalmente frío al tacto.
Se dio cuenta de que no debería haber abandonado a un grupo de personas para verla. Además, no se atrevía a presentarse ante ella. Ella lo había protegido con delicadeza y deseaba que el joven creciera puro. En cambio, creció corrupto.
Sabía que ella era demasiado buena para él, pero no podía controlarse.
Ella aún tenía una vida maravillosa por delante, mientras que Pei Chuan se convirtió en un sucio esqueleto podrido, incapaz de salir del infierno.
Tal vez fuera la calurosa temperatura de julio, pero su corazón latía inevitablemente como un loco.
Alguien como Wei Wan era capaz de divertirse en una sala de cartas y ajedrez con aire acondicionado, pero una chica maravillosa como Bei Yao sólo podía estar bajo el sol.
Sus pupilas negras permanecieron inmóviles.
–✧–
Después de que Bei Yao y Chen FeiFei habían caminado una distancia considerable, se vio que un miembro masculino del personal se apresuraba hacia ellos.
Dijo cortésmente: «Hola estudiantes, ¿les pertenece este número del sorteo?».
Bei Yao miró el número. Era su número el que «no había ganado» el sorteo.
El personal mostró una sonrisa despreocupada: «Sí, la tienda estaba demasiado ocupada y nos hemos equivocado. Este es el gran premio de hoy. The Glamorous ha preparado un regalo para usted».
Sacó una caja bellamente decorada y se marchó tras entregársela a Bei Yao.
Bei Yao se quedó sin palabras.
A instancias de Chen FeiFei, Bei Yao abrió la caja.
La caja tenía bolsas de hielo, y en su interior había un pastel delicadamente elaborado. Encima del pastel había un principito hecho con crema.
La caja también contenía dos bebidas frías y cuatro Häagen-Dazs.
No es de extrañar que se sintiera pesada.
Chen FeiFei tenía los ojos muy abiertos, «Woah, YaoYao tienes mucha suerte».
Bei Yao frunció el ceño. ‘No recordaba que The Glamorous tuviera un gran premio diario, ¿verdad?’
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