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LRS 129

18 agosto, 2022

Capitulo 129

Los ayudantes que entraban en fila a la oficina comenzaron a moverse en perfecta sincronía. Colocaron una almohada suave encima del escritorio de Ahin y abrieron una ventana, diluyendo el fuerte olor a papel y tinta.

Rayman miró con asombro a estas personas, que hacían más pompa que cuando él mismo fue recibido.

Pronto la puerta se abrió y entraron dos panteras negras. Una bola de algodón colgaba de la cabeza de la hembra. Rayman, al ver animales dentro de la mansión, agrandó los ojos.

Ahin, quien se levantó y personalmente fue a buscar a Vivi, miró a Ash. Sabía que ella había puesto toda su sinceridad en esperar frente a la puerta todo este tiempo, por lo que obviamente él recibió una mirada asesina cuando le quitó la liebre.

‘Ella es mía.’

Ahin le mostró la lengua y volvió a su escritorio.

«¿Pero, qué es esto?»

Con un dedo extendido, tocó el tutú de bailarina que llevaba Vivi. Con un golpe, Vivi apartó su dedo profano y se sentó en el cojín.

‘¿Es una mujer-bestia liebre…?’

Rayman miró de un lado a otro entre Ahin, Evelyn y la liebre, con ojos temblorosos.

«¿Está de vuelta después de pasar tiempo con la Señora?»

«Oh, mi madre debe haber llamado al pintor otra vez.»

La coneja comenzó a masajearse las sienes con las patas delanteras, como si estuviera estresada. Rayman no podía creer este gesto.

La historia del joven maestro enamorado de una coneja no era falsa. No solo se había suavizado la atmósfera fría de Ahin, sino que también estaba inclinando todo su cuerpo para estar a la altura de los ojos de ella y hacer contacto visual.

“Vivi, ¿viniste aquí a verme?”

Ahin habló, con una voz alegre. Vivi se sintió aliviada de haber decidido no humanizarse antes de venir, gracias a su mirada. Si no, todos se darían cuenta de que se sonrojaría como loca en segundos.

Tosiendo para disfrazarlo, la liebre hizo mímica con sus patas delanteras, fingiendo llevar una mochila.

«Oh, ¿viniste a decirme que vas a volver a la Academia, ahora que has hablado con mi madre?»

Tan pronto como terminó de interpretarlo correctamente, Ahin frunció el ceño.

“¿No puedes quedarte aquí hasta que comiencen las vacaciones? Serían unos días…”

Tak.

Vivi lo pateó en la boca con su pata trasera. Sin palabras, Ahin trató de continuar.

«Una o dos faltas no importan-»

Tak.

«Entonces me uniré-»

Tak. Tak.

Vivi usó su arma secreta para detener estas ideas absurdas. Su pata delantera apuntaba firmemente a la pila de documentos sobre la mesa. El mensaje era claro: cada uno tenía su propio negocio.

«…Quieres decir, coneja….»

Ahin, levantándose, mostró abiertamente su disgusto.

«Así que después de que obtuviste lo que querías de mí, ya no estás interesada…»

Era una frase que podía interpretarse de manera escandalosa. Vivi se volvió, presa del pánico, para ver los rostros de los ayudantes y del visitante, Rayman. Movió las patas delanteras, explicando con mímica.

<Lo que quiere decir es que hay menos de un mes antes de las vacaciones de verano, pero todavía se queja de que no quiere que vaya.>

“Evelyn, dile al chef que hay un conejo gordo listo para sacrificar.”

<Evelyn, dile que está siendo ridículo.>

Las agudas miradas de Vivi y Ahin estaban clavadas en Evelyn. Con las manos a la espalda, él miraba tranquilamente la ventana soleada. La lucha entre la coneja y el pantera negra fue intensa y él tenía que elegir un lado. Contempló la situación durante un rato.

[Evelyn, nada es más importante que saber qué maestro seguir.]

Según su madre, la forma de supervivencia de Evelyn era comprender y aprender a utilizar las estructuras de poder, es decir, seguir a quien estuviera arriba. Además, las feromonas de dominación de Ahin podían matar a las personas, mientras que las feromonas curativas de Vivi las salvaban. Alguien que pudiera salvarlo en caso de emergencia… Cerró los ojos y habló lentamente.

“Lord Ahin. Ya sabe que la idea de matricularse en la Academia es absurda. Y Señorita Liebre, tenga la seguridad de que este competente Evelyn la ayudará a regresar a la Academia.”

Evelyn caminó rápidamente hacia el cojín y cargó la liebre con ambas manos.

«No pude preparar un regalo para conmemorar su inscripción, ni un uniforme… Pero lo compensaré enviándolos por correo más tarde.»

Evelyn salió de la oficina cargando a Vivi y parloteando. Ash miró a Ahin con una mirada satisfecha e hizo un «pffft», luego se fue para seguir a Vivi.

Barra lo siguió rápidamente, después de lanzar una mirada de lástima a Ahin, quien estaba siendo tratado de una manera similar a la que él conocía muy bien. La puerta se cerró y los animales se fueron.

Un pesado silencio cayó sobre la oficina, donde solo quedaron Ahin, Rayman y los ayudantes. El secretario del consejo de ancianos instintivamente se dio cuenta de que no era una buena idea quedarse. Abrió la boca para romper el silencio.

“…Entonces, ya he transmitido la palabra del consejo. Con eso, me retiraré…”

«Cállate.»

La única palabra que dijo hizo que un sudor frío recorriera la espalda de Rayman. Los ojos rojos que lo miraban eran completamente diferentes de los que miraban a la liebre. Ahin le sonrió a Rayman, quien reflexivamente contuvo la respiración.

“¿Puedes ver cómo la coneja finalmente me abrió su corazón?”

Rayman, que no podía entender nada, murmuró palabras sin sentido. De hecho, sería más exacto decir que su corazón estaba totalmente cerrado, solo con observar la pelea. Él y los ayudantes se quedaron sin palabras cuando Ahin, que parecía un loco, acarició sus propios colmillos.

“Antes, se resistía a patearme la boca. Pero ahora, lo hizo como si no importara.”

“…”

«… Desearía que me hubiera pateado más.»

Loco, loco. Rayman se tragó las maldiciones que aparecieron en su cabeza.

«En resumen, dile a la tumba de los viejos que será mejor que se callen sobre el matrimonio por ahora.»

«¡Eso… yo… no…!»

“Todavía es demasiado pronto para hablar de matrimonio. Si por tu culpa la coneja se siente presionada y huye, debes saber que no habrá un consejo de ancianos para contarlo, porque los mataré a todos.”

“…”

«Vete.»

Rayman, que salió de la oficina como si lo hubieran echado, se frotó la cara con las manos. No tenía idea de lo que iba a informar al consejo de ancianos.

¿Qué el próximo líder era un lunático? ¿Qué le gustaba ser golpeado? ¿Qué pensaba que la liebre era una diosa?

Lo que sea que dijera, era obvio que traería una gran tormenta al consejo de ancianos.

 

***

 

En una sala de conferencias con una mesa ovalada, los miembros del consejo de ancianos se reunieron, abatidos.

Después de escuchar el informe del nuevo secretario, Rayman, solo pudieron llegar a una conclusión. El artículo de chismes que salió hace casi dos años, que afirmaba que Ahin Grace estaba enamorado de una coneja, era cierto.

“… ¿Entonces por eso me llamaron aquí? ¿Para confirmar que el chisme era cierto?”

Rune, con la barbilla apoyada en la mano, bostezó pesadamente.

«Le agradecemos mucho por venir aquí, Lord Manionz. Le imploramos que nos diga todo lo que sabe. Después de todo, el Lord es el embajador de la alianza con el clan de las panteras negras.»

Uno de los caballeros ancianos se alisó la barba y extendió un periódico sobre la mesa. Era el mismo artículo que Rune había visto hace dos años.

[La coneja, la pantera negra y el león.]

Una sonrisa se formó en su boca ante el título nostálgico. Los ojos de todos en la sala estaban pegados a los dedos de Rune, que estaba doblando el papel después de leer todo el artículo.

«La mitad de lo que hay aquí es verdad.»

Rune miró a los ancianos, que se cubrían la boca con las manos, en estado de shock total.

«¿Entonces, qué es lo que quieren saber? ¿Sobre la mujer-bestia liebre?”

Ni siquiera pudieron responder, solo asintieron, ignorando sus modales. Un sonido de gente tragando resonó en la habitación.

Rune pensó en ese largo cabello blanco por primera vez en mucho tiempo.

«Ella es bonita.»

Los ojos de color lila claro, un color que no existe dentro de los clanes depredadores.

«Es valiente.»

Ella tenía un temperamento fuerte, que él notaba cada vez que la veía.

«También es graciosa.»

Sus expresiones faciales seguían cambiando.

«Sin mencionar fuerte.»

Las feromonas curativas eran una habilidad que no se podía encontrar fácilmente, incluso si buscabas en todo el continente.

Los miembros del consejo, pensando que esta respuesta no los ayudaba en nada, lanzaron una mirada impaciente a Rayman.

Sintiendo la pregunta implícita de «¿es esto cierto o no?», Él, que solo había visto una liebre velluda, se encogió de hombros y buscó la mejor respuesta.

“Lord Grace parece tener mucho cariño por la coneja.”

Rune, levantándose de su silla, se dirigió a la puerta de la sala de conferencias.

“He dicho todo lo que sé. Espero que no me vuelvan a llamar.”

En los perezosos ojos dorados, surgió una intensa energía. Sin importar la avanzada edad que tenían, los miembros del consejo sintieron la amenaza velada.

“Oh, y sobre Lord Grace… De hecho está loco, pero no se preocupen. Todo saldrá bien.»

Rune, que estaba en la puerta de la sala de conferencias, agregó antes de irse. El lugar quedó en completo silencio, como si a los miembros les hubieran dado un balde de agua fría, hasta que el sonido de pasos alejándose desapareció por completo.

«… Incluso si aceptamos que la novia sea de un clan diferente, al menos, debería ser una depredadora, ¿no creen?»

Los otros ancianos asintieron ante la declaración que uno de ellos logró expresar. Clan de las Liebres y clan de las Panteras Negras. Pensar en eso hacía que sus cabezas palpitaran más y más.

Por supuesto, sólo porque los clanes eran diferentes, eso no causaría ningún defecto físico o problema en los niños. Pero la razón por la que el consejo de ancianos estaba tan dedicado a este matrimonio era porque el niño nacido allí sería el líder del territorio de las panteras negras en el futuro.

Si ese niño descendiera de una mujer-bestia liebre… Aparte del color de los ojos, exclusivo del clan, no tenían ni idea de si la forma original del niño sería una liebre o una pantera.

¿Y si naciera una pantera negra con ojos lilas? El líder de su clan, con el color de los ojos del clan de las liebres… Pero eso aún sería aceptable.

Sin embargo, ¿y si la forma original de ese niño fuera una liebre de ojos rojos? Sería imposible designarlo como sucesor.

La probabilidad de nacer una pantera negra con ojos rojos era muy baja. Y luego estaba el problema de las feromonas del clan de las liebres, que eran notorias por ser muy débiles.

En secreto, los miembros del consejo de ancianos tenían prejuicios contra los herbívoros. El sucesor del clan de las panteras negras debe ser más fuerte que cualquier otro. No podían aceptar que tuviera las feromonas de un hombre-bestia liebre.

Además, parecía imposible convencerlos de que Ahin tomara una segunda esposa que pudiera dar a luz al heredero. La propia Valence nunca se había vuelto a casar y se rumoreaba que Ahin odiaba la traición más que cualquier otra cosa.

El líder del consejo, cerrando los ojos y abriéndolos lentamente, se levantó de su silla.

«Pidamos una reunión oficial con la líder Valence.»

 

***

 

El carruaje de Manionz, que regresaba del territorio de las panteras negras, acababa de cruzar la frontera hacia el territorio de las liebres. Luego dio una sacudida y se detuvo por completo.

«¿Qué sucedió?»

Restin, saltando, preguntó al cochero.

“Lo siento, pero la rueda se soltó de repente. Yo creo que fue porque pasamos muchas rocas en el camino…”

«¿Cuánto tiempo te tomará arreglarlo?»

«Alrededor de una hora… Iré lo más rápido que pueda.»

Rune, observando la conversación desde el interior del carruaje, saltó.

«Lord Rune, ¿a dónde va?»

“Dijo que tomaría una hora. Voy a tomar una siesta en algún árbol por aquí.”

El tiempo era soleado, con una brisa agradable. Mientras caminaba hacia los árboles, Rune escuchó un grito detrás de él.

«¡Kyaaaa!»

“¿Qué son estos conejos? ¡¡Lord Rune, Lord Rune!!”

Restin saltó al carruaje, sobresaltado.

«¡Vete…! ¡Por favor!»

Ignorándolo, Rune miró a una bandada de conejos blancos salvajes que rodeaba el carruaje, curiosos. Era el bosque fronterizo en el lado del territorio de las liebres, por lo que era natural que hubiera muchos conejos.

Riéndose de Restin, Rune ignoró todo y siguió caminando hacia el bosque. Su cabello rosa voló con la brisa. Sus ojos perezosos de repente se volvieron más vivos. Incluso después de todo este tiempo, su memoria aún estaba clara.

¿Vivi habrá cambiado mucho? Rune recordó a Ahin, que había derrotado a batallones enteros sin ayuda durante la disputa con el territorio de los lobos, y se frotó el cuello con incomodidad.

¿Cómo iba a lidiar con esta pantera negra, que ahora estaba en un nivel más allá, una vez que sus feromonas hubieran sido controladas? Además, viendo cómo el consejo de ancianos la estaba investigando, parecía que Vivi se iba a encontrar con otro problema.

Pronto volvió a ponerse de pie, sacudiendo la cabeza y pensando que no tenía sentido preocuparse. Rune siguió buscando un buen árbol para dormir, pero de repente dejó de caminar de nuevo.

«… ¿Cuánto tiempo piensas seguirme?»

Miró a la coneja salvaje que le pisaba los talones, que lo había seguido desde el carruaje. Pronto, el animalito se sentó en su zapato, calentándose el trasero con la cola de algodón en el cuero del zapato.

Rune se arrodilló y tocó la barbilla de la coneja, que no hizo ningún movimiento para escapar.

«Te pareces a ella…»

Entonces la coneja golpeó el dedo de Rune con su pata delantera y se acomodó en la punta de su zapato, comenzando a quedarse dormida. Rune, sin siquiera considerar apartar a la coneja que se parecía a Vivi, se quedó allí, mirándose el zapato.

«¡Lord Rune!»

El descanso de la coneja blanca fue interrumpido por Restin, quien estaba gritando por Rune.

«¡¿Dónde está?!»

Rune miró de un lado a otro entre la coneja medio dormida y la dirección del carruaje.

«¿Quieres venir conmigo? Te llevaré a un lugar más cálido.”

Llevó la coneja en sus manos, sonriendo.

 

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