En medio de la tensión, solo Ain estaba relajado. La sangre que derramó estaba neutralizando gradualmente el veneno.
El rumor de que el veneno no funcionaba para los miembros de la familia Chade se está extendiendo ante sus ojos.
“Yo mismo reviso todas mis pócimas. Soy el sujeto de prueba más seguro, así que no necesito nadie ni nada más para crear los antídotos».
“…»
Nadie podía refutar sus palabras.
Ain puede clasificar el veneno de tres formas. El primero por su aroma luego por su sabor, y finalmente por su sangre.
De modo que el Duque de Chade no tiene ninguna razón para utilizar ningún otro objeto para desarrollar un veneno o su antídoto.
Como resultado de permitir que el veneno se filtre bajo su piel desde la infancia, Cassius y Ain pueden determinar el olor y el sabor de cualquier veneno y la presencia de la toxina en su propia sangre. También puede saber si alguien está envenenado al observar el cutis de la otra persona.
Por lo tanto, la hipótesis más grande se ha roto, no se necesitó ni ahora ni nunca a los gatos como sujetos de prueba. El rostro del Marqués de Winster se contrajo.
«Creo que esto se ha resuelto hasta cierto punto».
Fue cuando el juez murmuró en voz baja. Esta vez, las comisuras de las cejas de Ain se elevaron y se afilaron.
«¿Todavía existe algo más por revelar?» Ain dijo con firmeza.
«¿No deberían ser más precisos sobre la muerte de Su Majestad el Emperador?»
Ain miró tenazmente al Marqués de Winster y dijo, como si no le permitiera tener ni la más mínima oportunidad.
«La hipótesis de que la muerte de Su Majestad el ex Emperador y el incidente de los gatos están relacionados es la mayor falacia que se le ha ocurrido».
«¡¿Qué?!»
«Su Majestad el ex Emperador no fue envenenado».
‘¿Qué es esto de nuevo?’
El salón se llenó de asombro y confusión. La gente ya no puede señalar abiertamente con el dedo las palabras de Ain.
Pero eso tampoco significa que le crean.
«¿Cómo eres capaz de asegurar eso joven Duque?»
Ante la pregunta del juez, Ain endereza su expresión y abre la boca con seriedad.
«Eso me lo explicará mi padre, el anterior Duque, Cassius Chade».
Al mismo tiempo que dijo esto Ain, Cassius se levantó y caminó hacia el estrado de los testigos.
«Por favor, considéreme un testigo».
«Permito que el Duque Cassius Chade sea un testigo, puede testificar».
«En realidad, su señoría, conozco la causa de la muerte de Su Majestad».
«¡¡…!!»
Lucas, que había estado observando la situación tranquilamente hasta ahora, rebotó hacia adelante instintivamente. Sus ojos eran increíblemente grandes, pensó que sus labios se moverían por su cuenta, pero el Marqués de Winster fue más rápido.
“Esto ya es insólito. ¡¿Dice que conoce la causa de muerte del ex Emperador?! ¡¿Cómo se enteró de que incluso el médico del Palacio Imperial…?!”
«Cuando era joven, Su Majestad el ex Emperador y yo participamos en la gran guerra juntos y fuimos gravemente heridos en batalla».
“¡¿… Qué?!»
«Fue una lesión que puso en peligro su vida y, aunque apenas sobrevivió, sufrió secuelas por el resto de su vida».
Nadie sabía que el Emperador había sufrido alguna vez una herida tan grave.
Fue cuando el Marqués de Winster estaba a punto de gritar que se habría enterado si algo como eso hubiera sucedido. Pero por un momento se detuvo y no tuvo más remedio que mantener los labios cerrados.
El momento en que el ex Emperador fue a la gran guerra fue cuando no era Príncipe Heredero ni nada. Él era solo un Príncipe lejos del trono, y a nadie le importaba lo que sucediera con su vida.
‘Puede que ahora lo sepamos… No, ni siquiera con esto sabíamos lo suficiente’. El salón del juicio estaba en silencio ya que los otros nobles también pensaban lo mismo.
La voz de Cassius quebró sus pensamientos como si arrojara una piedra pesada sobre el silencio que los envolvía.
«Su Majestad lo consideró como una herida de gloria, diciendo que con eso la gran guerra podría terminar antes de que se hiciera demasiado larga».
Ante esas palabras, los presentes quedaron en total silencio, no habían pensamientos de ningún tipo, solo esperaban con ansias sus próximas palabras.
“Pero las secuelas que obtuvo fueron terriblemente dolorosas. Aun así, no mencionó el dolor durante algún tiempo, así que pensé que estaba bien pero… No. Él lo sabía, estaba estancado y soportándolo en silencio, y al final, esa misma terquedad destrozó todo su cuerpo desde el interior».
La cara de Lucas se contrajo horriblemente. No tenía idea de que existiera tal cosa.
Ni siquiera él estaba seguro contra los intentos de envenenamiento solo porque fuese el Emperador. Por eso Cassius comprobó con regularidad el estado de su organismo.
Si hubo algunas ocasiones en las que había veneno de por medio, pero cada vez que sucedía, lo manejaba en silencio. No había lugar en el palacio imperial para que el Emperador ingiera veneno.
Ciertamente su muerte fue repentina. Sin embargo, el mismo ex Emperador se lo tomó con relativa serenidad y para Cassius tampoco parecía que fue un shock repentino.
Las heridas fatales sufridas por el ex Emperador en su juventud no eran bien conocidas por el exterior, pero su vida y su muerte eran ciertas y Lucas las conocía mejor que cualquiera de los demás presentes.
‘Entonces sabía que las secuelas lo seguirían por el resto de su vida.’
«¿Y la evidencia? ¡¿Cómo puede creer lo que dice sin pruebas su señoría?!»
El Marqués de Winster negaba rotundamente las palabras de Cassius e insistía fuertemente ante el juez.
“Su Majestad el ex Emperador ya no existe en el mundo. Si no hay nadie que pueda probar que esa afirmación es verdadera o falsa, ¡¿por qué otro motivo inventaría algo…?!»
Lo escupió sin saber lo que estaba diciendo, la ira y la saliva escapan con fuerza de él. Cassius le dirigió una mirada fría implacable.
“¡Traiga las pruebas de que esa afirmación es cierta! ¡No puede escuchar nada antes de eso su señoría! ¡Mentiras, son todas mentiras!»
El Marqués de Winster obligó a Cassius a demostrar de alguna manera sus palabras. Su rostro estaba rojo como si la sangre hubiera salido a borbotones para acumularse en su cabeza.
«¿Puedo traerlo, su señoría?»
“¿Qué rayos…?»
«El ex Emperador me envió una carta en el último minuto».
«¡¡Qué!!»
«En realidad, me enviaste algo más con la carta».
Cassius se rió suavemente y murmuró para sí mismo. En ese momento, un pensamiento ominoso de que él era quien estaba equivocado y no debió exigir pruebas entró en la mente del Marqués.
Entonces, Roselia, que aún no se había movido, se levantó silenciosamente y le entregó un sobre blanco a Cassius.
Todos lo vieron.
A Cassius se le entregó un sobre y él lo colocó sobre el escritorio del juez.
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En serio, como amo estos capítulos (/¯◡ ‿ ◡)/¯ ~ ┻━┻
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Ver comentarios
Esto será u gran shock para la nobleza que todo lo que tenía eran prejuicios tontos sin fundamento
Como me encanta esto😍😁