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No te relajes demasiado (2)

Los caballeros, los asistentes y sirvientes, que más tarde se enteraron de las verdaderas intenciones de Cassius y Ain con todo esto, abrigaron un nuevo sentido de reverencia por sus maestros, mientras que el tiempo que habían estado extremadamente nerviosos y cautelosos se volvió inútil e inservible.

A partir de entonces, todos los empleados empezaron a moverse según la intención específica de Cassius.

Difundieron rumores sobre los dos e informaron que Cassius había ganado, y luego la historia fluyó como si Ain estuviera siendo ignorado.

─────♡◦♡◦♡─────

Los nobles dejaron sus lugares ante el Emperador como si huyeran. No miraron atrás y nadie se despidió primero. Cassius y Ain salieron lentamente del Palacio Imperial mientras miraban sus espaldas impotentes huir.

Mientras Cassius y Ain se dirigían a la mansión en su carruaje. Ain, con la mirada fija en el paisaje que circulaba por la ventana, abrió la boca. «No te relajes demasiado. Pronto ganaré». Dijo resueltamente.

No hace mucho, recordó el momento en que ambos combatieron. Él mismo sabía que aún no sería capaz de derrotar a Cassius. Pero no esperaba que fuera tan fácil ser vencido.

‘Pensé que podría repelerlo más fuerte…’

Recientemente, Ain estuvo recibiendo un entrenamiento intenso para derrotar a Cassius. Para él, su padre siempre ha sido el muro más alto por escalar, por lo que derrotarlo era su objetivo final. Esa voluntad se reavivó recientemente por la conspiración de los nobles.

«Bien. Si ganas, me retiraré de inmediato».

Cassius observó a su hijo con ligereza, y de esa manera habló como si no fuera gran cosa. Cuando lo escuchó aceptar dócilmente sus palabras, Ain presintió que tal actitud era bastante extraña. Sus cejas se levantaron con desconfianza.

«Así, en ese momento, podré ir con Roselia a la finca y descansar un tiempo».

Los ojos de Cassius se entrecerraron con avidez de que llegara ese momento. Por el contrario, los ojos de Ain se elevaron salvajemente.

«¡Si vas, ve tú solo!»

«¿Por qué? Por supuesto, mi esposa debería acompañarme».

«¿Por qué debería ser eso?»

«¿…?»

«No escucharás un sí de mi madre, ella nunca me dejaría».

Ain arqueó una ceja y dijo con arrogancia. Era un rostro con una fuerte convicción de que Roselia siempre lo elegiría.

Ante las palabras de Ain, los ojos de Cassius se entrecerraron un poco más. En lugar de quejarse por su altivez, Cassius levantó las comisuras de la boca con más calma.

“Ella es mi esposa, así que debería quedarse conmigo. Por tu parte vivirás con tu pareja».

«No llores cuando madre se quede.»

«Es gracioso. Ese serías tú al verla marcharse conmigo».

Ain fulminó a Cassius con los ojos como si fuera a matarlo. Cassius también se le enfrentó del mismo modo.

Se desató una pelea de nervios entre los dos. Cassius y Ain se miraban el uno al otro con fiereza y competían entre sí si intención de ceder ante el otro.

Con Roselia de por medio, ambos compitieron con su orgullo como gallardo. Con sus espíritus de lucha más fuertes que nunca, como si nunca pudieran perder ante el otro.

Si se hubieran difundido los rumores sobre a quién de los dos estaba dirigido el afecto de Roselia, podría haber tenido un efecto mejor resultado que esto.

Pero nadie pensó que tal opción funcionaría.

Ya era de noche cuando Cassius y Ain regresaron del Palacio Imperial a la residencia del Duque. Roselia salió a la puerta principal y los recibió cálidamente a los dos.

«¿Ha ido todo bien?»

Sin lugar a dudas, Roselia les sonrió alegremente a los dos, dichosa de verlos llegar.

«¿Esperaste mucho tiempo, esposa?»

Cassius primero se acercó a ella y le habló amablemente.

“Salí hace un rato porque presentí que iban a llegar pronto”.

Roselia dijo con una sonrisa como si estuviera entusiasmada. Ain, que los miraba a los dos simpatizar sin tomarlo en cuenta, empujó ligeramente a Cassius y se paró frente a Roselia.

«Estoy en casa, madre.»

Ain inclinó sus ojos hacia Roselia con cariño.

«Sí. Bienvenidos. ¿No estás cansado, Ain?»

«Cuando vi a mi madre, toda mi fatiga se había ido».

«¡Eh! ¿De verdad?»

Roselia, conmovida por la emoción, se tapó la boca con ambas manos y le brillaron los ojos de entusiasmo. De repente, los cuidados de Roselia se concentraron solo en él.

Ain miró a Cassius que permanecía en silencio a su lado y sonrió triunfalmente. Mientras ambos caminaban lado a lado, charlando afectuosamente, Cassius caminaba un paso detrás de ellos, escuchando.

«Tuviste mucho trabajo del que ocuparte hoy, sería mejor que puedas descansar temprano». Roselia dijo preocupada por Ain.

«No, estoy bien…»

«Sí, eso estaría bien.»

Cassius cortó la excusa de Ain y se apresuró hacia adelante. Ain hizo una impresión reflexiva, pero Cassius fingió no saber nada y continuó hablándole con voz amistosa, que se notaba que era fingida.

“Fue difícil para ambos hoy. Detente y descansa un poco».

“Madre, yo…»

“Roselia. Asegurémonos de salir pronto de la habitación para que Ain pueda descansar».

“… ¿Lo fue?”

Al ver a Roselia completamente envuelta por las palabras de Cassius, Ain no pudo evitar mirar a Cassius con irritación, quien estaba enrosando las comisuras de su boca como si se burlara descaradamente de él.

 “Oh, Ain. Entonces tómate un buen descanso desde temprano y nos vemos mañana».

Roselia, que estaba confiada en Cassius, volvió la cabeza y le sonrió amablemente. Ain no tuvo más remedio que asentir con la cabeza hacia ella y retroceder por hoy.

─────♡◦♡◦♡─────

Han pasado unos días desde entonces. Los nobles permanecieron en silencio.

Dado que tal vergüenza ha sucedido, no tienen la voluntad ni la confianza de hacer nada durante un tiempo. Con este incidente, los muros infranqueables del Duque de Chade se levantaron nuevamente.

No había nada que me importunara, así que fue un día tranquilo después de mucho tiempo.

En el pasado, uno de sus pequeños placeres era pisotear ligeramente a los nobles cada vez que hacían algo, pero ahora, cuando los nobles lo fastidiaban, solo se molestaba a ver interrumpirse su tiempo con Roselia.

«Ojalá pudiera pasar más días así».

Cassius murmuró, disfrutando de la serenidad que había obtenido durante mucho tiempo a su lado.

 

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