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Drama

EUECEPM – Especial 4

¿Qué quieres decir con qué querías verme de nuevo?

Elensia abrió mucho la boca mirando la mano que tenía delante.

«¿Qué estás haciendo?»

Raphael la instó a tomarla rápidamente.

«Tú…».

«Elensia, ¿pensaste que perdería mi oportunidad de bailar contigo?»

Había un ligero brillo en los ojos rojos, lo que hizo que la chica se avergonzara por la situación.

Después de que bailaron juntos, Raphael extendió su mano por segunda vez, bloqueando así al Príncipe Heredero.

Ya sea que lo supiera o no, estaba sonriendo muy astutamente.

***

 

Hace 30 minutos.

El debut comenzó con la aparición del Emperador y la Emperatriz.

Los nobles que hicieron su debut subieron las altas escaleras para saludar según su turno, y ni Raphael ni Elensia fueron la excepción.

Los jóvenes y señoritas que iban siendo llamados saludaron a la pareja Imperial con cortesía.

En cada saludo, el Emperador daba una charla de felicitación formal, pero mostró una reacción diferente con Elensia.

El Emperador, que había estado apoyado contra el trono con una mirada de aburrimiento en el rostro, se puso de pie ante la aparición de la joven y sonrió regocijándose.

Pronto, las palabras de bendición de los labios severos fueron suficiente para hacer que todos se agitaran.

«Eres el tesoro de nuestro Imperio».

Incluso la Emperatriz la emparejó con el Príncipe Heredero.

«De pie uno al lado del otro, no hay otra pareja que se vea mejor».

«La atractiva figura del Príncipe Heredero y tu belleza encajan tan bien como el sol y la luna».

Cuando incluso el Emperador apoyó lo que la Emperatriz dijo, todos se sorprendieron, conteniendo la respiración.

Era como señalar que Elensia sería la próxima Princesa Heredera.

En el Imperio, el sol y la luna eran la representación del Emperador y Emperatriz, por lo que no hubo nadie que no pudiera notar el significado escondido en esa metáfora de compararlos con el sol y la luna.

Elensia finalmente bajó las escaleras después del enfrentamiento que se sintió incómodo y agobiante.

Entonces, ella, que había estado en el centro de atención desde el inicio, tuvo que recibir más y más atención.

«No tienes que sentir demasiada presión, pero creo que es mejor hacer el primer baile y después volver».

Expresó cariñosamente la Marquesa, arreglando el cabello de su hija, dándose cuenta de lo que estaba pensando.

«Sí».

Tan pronto como terminó el saludo, la joven tuvo que renunciar a su deseo de regresar a la mansión de inmediato.

«Es un alivio que hayas florecido tan hermosamente que puedas participar ahora en el baile de debut».

No podía decepcionar a su madre, que se sonrojaba como si estuviera impresionada cada vez que la veía.

«Los felicito sinceramente por su mayoría de edad».

Tras el saludo, el Emperador hizo un brindis.

Poco después, hermosas melodías comenzaron a resonar en el gran salón.

El Emperador tomó la mano de la Emperatriz y se dirigió al centro del salón a bailar.

Era costumbre que la primera canción fuera iniciada por la pareja de Emperadores.

Cuando el baile de las dos personas terminó con una breve canción, de inmediato la segunda melodía comenzó a sonar.

Entonces, como si lo hubieran estado esperando, los jóvenes comenzaron a invitar a las señoritas que habían estado observando de antemano.

Como si fueran abejas buscando flores, había bastantes jóvenes alrededor de Elensia, pero no pudieron entregar sus solicitudes de baile, porque el Príncipe Heredero se acercaba a ella desde lo lejos.

Como si el destino fuera claro, los pasos firmes parecían acercarse a Elensia para pedir un baile.

¿Quién se atrevería a robar a la pareja que tiene en mente el Príncipe Heredero?

Los jóvenes, que estaban asustados, no pudieron reunir el coraje, pero…

«Señorita Heneron».

Apareciendo de repente, el Príncipe, que caminaba hacia ella, desapareció de su vista, asomándose un amplio pecho en su lugar.

El joven parado con confianza frente a Elensia cubría totalmente al Príncipe Heredero.

Así, ella levantó la vista sorprendida ante el inesperado suceso.

«Deme el honor de bailar con la señorita».

De esa forma, Raphael extendió cortésmente su mano con una sonrisa más cálida que el sol.

 

***

 

De vuelta al presente.

Era de mala educación interrumpir a la persona que pidió el primer baile.

Por lo tanto, el Príncipe Heredero, que se acercaba a Elensia sin dudarlo, no tuvo más remedio que dejar de caminar.

Porque le quitaron a su objetivo delante suyo.

―Ha pasado un tiempo desde que la ví, Marquesa.

Raphael saludó a la esposa del Marqués, que estaba de pie junto a él, mirando a la desconcertada Elensia.

La mujer también se sorprendió, pero rápidamente sonrió dándole la bienvenida.

«Ha pasado mucho tiempo».

Raphael, que se convirtió en un hombre adulto, sonrió felizmente ante el saludo.

«Iré a saludar oficialmente pronto».

«…¿Qué?»

La boca de Elensia, sin habla ante su declaración, se abrió.

¿Por qué estaba saludando a su mamá?

Las palabras se atoraron en su garganta, pero no podía expresarlas frente a su madre que tanto amaba.

«Está bien, veámonos de nuevo oficialmente».

«Sí, por supuesto».

Raphael sonrió, prometiendo un encuentro.

¿Qué es esto…?

De alguna manera, Elensia estaba avergonzada por la situación.

Era la única que se sentía rara en ese momento.

«Elensia, deja de hacerme esperar».

«Sí. Elensia. No es educado hacer esperar a tu pareja por mucho tiempo».

Siguiendo a Raphael, su madre ya no le dejó espacio para demorarse.

Inevitablemente, superpuso su mano sobre la gran mano que estaba extendida frente a ella.

Entonces, como si hubiera esperado, la mano de el envolvió la suya.

Una cálida sensación se extendió.

De repente, los recuerdos de esa época vinieron a su mente y Elensia se sintió extraña.

(te la has pasado sintiéndote extraña)

Los dos se posicionaron entre las numerosas parejas bailando.

«Sostén mi hombro».

Luego, levantó una mano con mucha naturalidad y la abrazó por la cintura.

También, inesperadamente, puso su mano en el alto hombro de Raphael, quien sonrió y movió los pies.

El baile de los dos comenzó.

Puesto que era una canción que se bailaba con sus cuerpos demasiados juntos, la chica se endureció por la tensión del contacto cercano.

Como resultado, el movimiento se volvió más lento que cuando practicaba, y parecía haberse convertido en un tronco rígido.

Sin embargo, Raphael era diferente, él se movía con mucha facilidad.

Comparado con ella, cada paso era suave y flexible, como si fuera una persona que había bailado muchas veces, hasta el punto en que fue muy molesto.

Pensando que no podía perder, Elensia intentó no cometer un sólo error.

Como acababa de salir del templo, no tuvo suficiente tiempo para practicar el baile, pero afortunadamente, aprendió muy rápido, y gracias a su buena memoria, no había cometido un error hasta ahora.

«Debería darle las gracias a mi tía».

(si, Raphael creció bien, debe ser obra de Lizette, porque si fuera por Chester ya hubiera hecho una mensada)

«¿Qué significa eso?»

Preguntó Elensia, que concentraba todas sus fuerzas en los dedos de los pies para no pisar a su compañero.

«Dijo que tenía que aprender a bailar para hoy. Me alegro de haberlo hecho».

Raphael, que recordaba el entrenamiento especial de la Duquesa, sonrió.

«Tal vez mi tía sabía de antemano que podría bailar contigo».

«…¿Eh?»

«Fue ella quien me hizo aprender, diciendo que así tendría la oportunidad de pedirte bailar. De todos modos, no se lo pediría a nadie más».

«……».

Sus palabras sonaban como si no fuera a solicitar un baile a otra mujer que no fuera ella.

Probablemente, era una ilusión, ¿verdad? No podía ser cierto.

Él había pasado con frialdad la primera vez que se vieron.

Sin embargo, no podía deshacerse fácilmente de esa ilusión.

Ante sus ojos, Raphael sonreía como si estuviera feliz, sin apartar la vista de ella.

«Elensia».

«…¿Sí?»

«La caja de regalo que tenías en la terraza antes, ¿intentabas entregármela?»

«…..».

«…Mirando el empaque, pensé que era algo que le gustaría a una niña de 5 años».

Raphael preguntó cuidadosamente sobre el obsequio que vio antes en la mano de la contraria.

El empaque con lunares y lindos conejitos parecía algo que le encantaría a un niño pequeño.

¿Leyó la carta? ¿O escuchó la noticia de que tenía un hermana menor?

El joven estaba entusiasmado pensando en eso.

«¿Por qué…?»

«¿Elensia?»

«¿Tienes curiosidad acerca de eso ahora? ¿Por qué fingiste que no me conocías?»

Finalmente, sin poder soportarlo más, Elensia levantó la voz, dejando salir sus dolorosos pensamientos.

«Te vi entrar, quería saludarte con alegría. Si tan solo no hubieras sido tan indiferente».

La tristeza brotó de sus labios rojos sin detenerse.

Una vez que comenzó a desahogarse, la decepción que había estado conteniendo todo el tiempo salió a raudales.

Cuando estaba teniendo dificultades para vivir en el templo, sacó los preciosos recuerdos de su infancia.

Con solo recordar los días que pasaron juntos, se sentía mejor, como si estuviera comiendo un delicioso caramelo.

Así que vagamente quería creer que él hacía lo mismo.

Aunque no todos los días, esperaba que de vez en cuando pensara en ella.

Era natural olvidarlo porque sucedió cuando eran muy jóvenes, pero quería que la recordara… Justo como ella hizo.

Afortunadamente, no se olvidó de enviarle una carta.

Por supuesto, la carta fue de hace cuatro años, pero al final, dijo que esperaba verla.

Por lo tanto, dio por sentado que él la reconocería hoy y le sonreiría.

No esperaba que la ignorara así, ni tampoco que su corazón estaría tan dolido y triste.

Porque fue él y nadie más quien lo hizo.

«Como era de esperar, eras tú a quien vi entonces».

Ante las palabras de Elensia, Raphael la miró con una expresión de asombro, como si hubiera sido golpeado por un martillo.

«¿No quisiste pretender que no somos amigos? ¿Qué te pasa ahora?»

«Pensé que era un sueño».

«…¿Qué?»

El movimiento de Raphael se detuvo con la canción de baile, que había llegado a su fin.

Los dos se quedaron erguidos mirándose entre los nobles que se saludaban con cortesía, como si sólo existieran ellos dos en ese lugar.

«Pensé que te estaba alucinando, como en mi sueños».


mmm dejando de lado su respuesta romantica, no manches Elensia, no te ha visto en años, capaz ni te reconoció, creciste mal, pero orgullosa del lepe llorón

 

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