Florecían nuevos brotes de cada rama.
La nieve blanca que había cubierto el suelo y los techos se derritieron, desapareciendo de repente, de manera que las tranquilas calles que habían estado congeladas por el frío fueron recuperando poco a poco su vitalidad.
Era el comienzo de la primavera.
«La primavera ya está aquí».
Una voz tan fresca y pura como una flor de primavera resonó en el templo.
La mujer que pasaba por el pasillo para ir a la sala de oración miraba hacia abajo, al pueblo, con el viento que todavía tenía un leve olor a invierno.
La larga cabellera plateada de la mujer le llegaba a la cintura y revoloteaba con el viento, mientras que, en su rostro blanco, sus ojos azules brillantes estaban más vibrantes que nunca. Su nombre era Elensia Heneron.
Con la llegada de la primavera, Elensia se había convertido en una señorita de dieciocho años.
(necesitamos una imagen de esto)
«Señorita Elensia».
La susodicha, que miraba hacia afuera, se volvió hacia la voz que la llamaba.
«Sumo Sacerdote Roel».
(no pude evitar pensar en Roel del manhwa y novela Ella no es lo que parece)
«Supongo que estaba de camino a la sala de oración».
«Sí. Observaba la llegada de la primavera por un tiempo antes de irme».
Ante sus palabras, la cabeza de Roel se volvió hacia el exterior.
«El tiempo ya pasó».
Susurró el sacerdote en voz baja.
Era un tono del que se sentía algo amargo.
Cuántos encuentros y despedidas se habían repetido hasta ahora que incluso él tenía huellas de la edad en su frente.
«Han pasado doce años desde que la señorita Elensia vino aquí».
«Es verdad».
Sonrió al mirar al mismo lugar que Roel.
Había pasado doce años desde que pisó el templo por primera vez cuando una habilidad misteriosa y maravillosa apareció en el Imperio por primera vez en cientos de años.
Elensia recordó la primera vez que usó esta habilidad, que se llama ‘Bendición divina y favor de Dios’.
El día que había salido al jardín con Raphael a buscar al gato perdido en el ducado Halos y en el momento en el que tomó la mano del chico porque se había derrumbado al ver una araña, Raphael vagó entre la muerte, al menos hasta que una luz blanca como un campo de nieve envolvió toda la habitación.
La luz se transmitió por completo al menor y, afortunadamente, él se despertó sano y salvo.
En ese momento, Elensia solo había pensado en que le gustaría darle un poco de fuerza a Raphael, quien lo estaba pasando mal como si estuviera teniendo una pesadilla, pero fue ese día en el que ella descubrió por primera vez sus poderes.
Después de eso, trató de curar a su madre enferma, ya que con esta habilidad podría sanarla.
Afortunadamente, la enfermedad de su madre se curó, pero Elensia también conoció el peligro de su habilidad porque casi le hizo daño a la Marquesa debido a una fuga incontrolable.
Un poder del que la niña no era consciente podía ser como un arma en lugar de una cura.
Entonces, reflexionando sobre el pasado cuando era ignorante, puso un pie en el templo para aprender a controlar y manejar un poder que no conocía bien, de modo que, durante los primeros años, se dedicó a comprender plenamente sus habilidades.
Mientras tanto, los sacerdotes habían estado tratando de aprender sobre las habilidades de las que sólo habían oído hablar como leyenda, pero que aparecieron con Elensia por primera vez en cientos de años.
Naturalmente, este incidente fue informado al Emperador, causando así que Elensia comenzara a vivir en serio en el templo bajo su mirada y supervisión.
Trabajando duro para hacer que el uso de sus poderes fuera más seguro y consistente, como resultado, la joven ahora tenía auténtico control de sus poderes.
«Señorita Elensia, ¿cuánto tiempo ha pasado desde que no ha visto a sus padres?»
Preguntó Roel con una sonrisa amable.
Había algo especial más allá del afecto en los ojos del hombre cuando miró a Elensia, con quien había estado durante doce años.
Esa niña, que antes ni siquiera le llegaba a la cintura, ahora había crecido hasta el punto de hacer contacto visual con él y, aunque todavía era joven, se había convertido en una mujer hermosa.
«Cuatro años».
Le respondió directamente Elensia sin pensarlo en su cabeza, porque siempre tuvo el sentimiento de extrañar a sus padres en su corazón.
Después de entrar al templo por primera vez pudo visitar su ciudad natal varias veces al año como unas vacaciones y pasar tiempo con su familia, pero esto fue solo una pequeña consideración del Sumo Sacerdote por su corta edad.
Así que, cuando cumplió catorce años, ya no pudo ver a sus padres debido a que era una orden del Emperador y también porque era la vida que eligió.
Ella quería poder controlar sus habilidades lo suficiente como para usarlo y que nadie saliera lastimado, de manera que pensaba regresar con orgullo a su familia.
Elensia hizo una promesa y un compromiso consigo misma hace cuatro años.
«Bueno, no podía verlos, así que…».
Sería una mentira si digo que no los extraño.
Ante la pregunta de Roel, la contraria esbozó una sonrisa suavemente, la cual estaba llena de un anhelo que no podía ocultarse.
La chica, que había madurado a una muy temprana debido a que su madre estaba enferma, vivía en el templo sin quejarse, ya que pudo ocultar sus sentimientos y emociones internas para poder actuar con dignidad.
Sin embargo, este tiempo largo y solitario, pero que nunca terminaba, hacía que a veces el corazón de Elensia se ahogara en una profunda oscuridad.
Tiempos de soledad y la presión de tener que soportar todo esto sola, aunque era demasiado joven. No obstante, la razón por la que había podido soportarlo hasta ahora era gracias a los recuerdos de su infancia y cuando tenía más confianza.
Los vagos, pero intensos recuerdos de aquella época, existían intactos en el cajón de su memoria.
Los días espléndidos que había pasado en el ducado Halos cuando tenía cinco años.
Pero fue algo desafortunado.
En lugar de recordar los ojos y las manos amigables de sus padres, los recuerdos de esa época, que ahora eran recuerdos desvanecidos, fueron mas reconfortantes.
También hubo momentos en los que Elensia tenía curiosidad por Raphael.
¿Estás bien y sigues disfrutando cada día de ser amado por el Duque y la Duquesa?
Ella esperaba que su amigo no llorara más.
No lo había visto desde que tenía cinco años, así que debía haber crecido mucho.
¿Qué tan alto serás? ¿Te has vuelto como el Duque ahora?
(se le habrá quitado lo llorón??)
En la última carta que habían intercambiado en un día de invierno cuando tenían trece años, había escrito que había alcanzado la misma altura que Lizelle.
Entonces, ahora que tenía dieciocho años, debía ser más alto.
Elensia había intercambiado cartas con Raphael por un tiempo, pero después de entrar al templo a la edad de seis años, no pudo ver a nadie más que a su familia, porque incluso eso fue controlado.
Hubo varias cartas enviadas por el chico, pero Elensia no pudo abrirlas ni responder debido a que estaba ocupada.
Además, en el momento en que leía las cartas de Raphael, sentía que su corazón estaba a punto de desmoronarse.
No sabía cuánto tiempo tendría que permanecer en el templo, así que tenía que ser más dura y estricta.
De esa manera logró sobrevivir, por lo que a partir de cierto momento, las cartas no llegaron más.
Era natural y seguro que Raphael se había molestado por no tener alguna respuesta.
Elensia trató de responder cuando su fuerza se estabilizó y su corazón estaba un poco más relajado, pero no tuvo el coraje de enviar ninguna carta porque ya había pasado tanto tiempo que seguro Raphael se podría haber olvidado de ella.
Sí solo ella fuera la única que había estado recordando con cariño los recuerdos de lo que habían pasado juntos, habría sido muy doloroso.
(mm tenemos nueva tontita)
«La Diosa conocerá tu lealtad y fidelidad».
«Gracias, Sumo Sacerdote».
«Lo has soportado durante mucho tiempo, ve.»
«Sí».
Elensia se despidió del Sumo Sacerdote y se dirigió a la sala de oración.
Cuando Roel vio la espalda fuerte y recta de Elensia, pensó que había llegado el momento.
***
Una semana después.
«Haa…»
Elensia respiró hondo ante la tensión constante, tratando de no temblar, pero no funcionó.
Como ella siempre había vivido dentro del templo, ahora el mundo de afuera le era extraño.
Hace unos días recibió una carta con el sello de la Familia Imperial.
Ella solía moverse según la protección constante del templo y las órdenes del Emperador, por lo que finalmente podría ir a casa y vivir de nuevo con sus padres.
Antes de partir por última vez, Elensia miró alrededor del templo donde se había hospedado durante más de diez años y, en ese momento, pudo ver sacerdotes que aún no se habían levantado de sus asientos más allá de las siempre altas y majestuosas salas.
«De verdad…».
La joven sonrió suavemente, como si no tuviera más remedio que agitar su mano hacia ellos.
Se despidieron y salieron, pero fue igualmente decepcionante verlos irse cuando dieron una vuelta en una esquina.
La vida del templo era calmada y solitaria, pero no siempre fue así, ya que gracias a los sacerdotes que la cuidaron como familia, siempre fue cálido y también fue un tiempo para fortalecerse.
«Adiós».
Les dió una sincera despedida y se alejó lentamente.
A medida que el edificio del templo se alejaba y la entrada se acercaba, la manos de Elensia empezaron a sudar y su corazón comenzó a latir tan rápido que sentía que iba a vomitar.
No debes llorar, debes actuar con dignidad, valientemente y sin flaquear.
Pensando así, le dio fuerza a la mano que sostenía la maleta.
«…Elensia».
Pero en el momento en que escuchó la voz de sus sueños, todo lo que había prometido hacer se vino abajo.
¿Cómo podría estar tranquila ante esa voz que la llamaba cargada de afecto?
«Elensia».
Otra voz quebrada la llamó una vez.
Se mordió los labios temblorosos y levantó la vista lentamente.
La entrada del templo era el único espacio permitido para los forasteros, y allí estaban sus padres, que la habían estado esperando fuera del carruaje en este clima frío.
Se veían un poco más mayores que la última vez que los había visto hace cuatro años.
«Madre, padre…».
Al final, la chica no pudo contener las lágrimas que brotaron de sus ojos.
En el momento en el que vio las caras de sus padres, todo lo que pensó que estaba bien hasta ahora resultó no estarlo.
Evidentemente, la soledad y la tristeza lo podía soportar sola.
Sin embargo, ¿por qué la magnitud de esas emociones que antes eran del tamaño de una piedra ahora se sentían tan grandes con solo verlos?
«Elensia, Elensia. Nuestra hija, mi hija…»
«¡Madre, padre!»
Elensia finalmente tiró su equipaje y corrió hacia ellos.
El Marqués y la Marquesa abrazaron calurosamente a su hija, quien, en sus brazos, derramó lágrimas.
«Nuestra hija. Te convertiste en una dama sin que nos diéramos cuenta».
El Marqués Heneron limpió la mejilla de la joven con una mano temblorosa.
La hija en sus brazos ahora tenía un nivel de ojos similar al de él.
Obviamente, desde la última vez que la había visto, ella había crecido hasta pasar la altura de sus hombros.
«¿Tienes algún dolor? ¿Estás bien?»
El Marqués, llorando sin parar, examinó detenidamente el cuerpo de Elensia.
Estaba muy preocupado de que su preciosa hija pudiera haber pasado incluso por una pequeña prueba.
«Je, je…».
Aun así, la contraria se tragó las lágrimas con fuerza y asintió con la cabeza abiertamente.
Los ojos cálidos de sus padres mirándola, el toque cariñoso y la preocupación amistosa era lo que siempre había extrañado, así que aunque lo intentó, no pudo contener el llanto.
«Has trabajado duro…Has trabajado duro, hija mía».
Las tres personas se quedaron allí durante mucho tiempo, abrazándose y llorando.
Fue así como Elensia volvió con su familia después de cuatro años.
pobre niña…. ayer me desvele sacando los extras y hoy me regalaron este cap así que disfruten, quedan 4 para que por fin digamos adios, pero hasta que crecen, en serio 166 caps y nada
Esta novela no la voy a reemplazar mucho con nuevas, quiero reditar Penny y el conejito
Pero si quieren leer algo tranquilo, con romance y magia les recomiendo una de mis mas recientes novelas, cuya traducción no me causa dolor de cabeza: Cómo poner fin a un amor no correspondido
o si quieren un poco de tragedia como con Raphael: Deja en paz a la débil mujer malvada
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Muchas gracias por todo l trabajo hasta ahora y por lo que todavia falta