Hace 20 minutos.
Lizelle, que estaba esperando a Chester, se durmió con Raphael.
Se quedó dormida sosteniendo al niño en sus brazos y tuvo un dulce sueño después de mucho tiempo, en el que los tres disfrutaban juntos de un feliz picnic en un jardín de colores alegres.
Allí no hubo ninguna noche oscura e inestable, solo luz y sol, siempre brillando intensamente.
Pasando un día tranquilo allí con Chester y Raphael, un día lleno de amor y risas felices. El sueño era tan pacífico que no quería despertar, pero solo duro un rato.
La nariz de Lizelle, que se había empapado de felicidad en el sueño, pronto se frunció, porque el olor a algo quemándose le picó la nariz.
¿Puedo oler incluso en mis sueños?
Miró a Chester y Raphael con asombro, pero ellos continuaron sonriendo, como si fuera la única que se sintiera extraña.
Miró a su alrededor de inmediato, entonces notó que un humo gris se elevaba como una tormenta desde más allá del horizonte.
Sintiendo una ansiedad desconocida, pensó que debería despertar de su sueño de inmediato.
«Ugh… «.
Pero ¿funcionaría esa desesperación?
Lizelle, que negaba con la cabeza y fruncía el ceño, pudo abrir los ojos, logrando levantar sus pesados párpados, revisando primeramente a la persona junto a ella.
«Uff…»
Afortunadamente, Raphael dormía plácidamente a su lado, mordiéndose los labios.
«Era una simple pesadilla».
Murmuró para sí misma tras asegurarse de que el menor estaba bien.
Había tenido un sueño maravilloso después de mucho tiempo hasta que percibió el olor a quemado, por lo que fue muy triste que acabara así. De igual forma, ella levantó la parte superior de su cuerpo con arrepentimiento, teniendo mucho cuidado para no despertar a Raphael.
Al ver que Chester no estaba en la habitación, parecía que el trabajo de la barrera aún no se había completado.
Cuando miró por la ventana, notó que el sol ya se estaba poniendo.
¿Debo ir?
Lizelle estaba preocupada por su esposo, que había estado trabajando sin un descanso adecuado durante varios días.
Estoy segura de que lo más doloroso para él en este momento es…
Esperaba que Chester no sufriera mucho por los errores de su familia y, mientras pensaba seriamente en ello, abrazó su estómago al escuchar un pequeño rugido proveniente de él.
Cuando despertó estaba tan hambrienta como para hacer un sonido.
Pensándolo ahora, se preguntaba cuándo podría comer de manera adecuada, puesto que, cuando se despertó por primera vez, su garganta estaba tan irritada que ni siquiera logró pasar la sopa de verduras que Chester le había traído.
Lizelle tenía mucha hambre, pero decidió esperar hasta que el Duque regresara, porque quería cenar con él.
(yo también, ando como barril sin fondo)
Una comida juntos…
Recordó de repente el momento en que pensó erróneamente que estaba comiendo pollo crudo.
En ese momento, pensé que su gusto por la comida era único, pero no puedo creer que fuera la comida de Warden.
Ella sonrió, recordando un hecho divertido.
Cuando lo pensó, hubo un momento en el que ni siquiera quería encontrarse con él… Curiosamente, contrario a sus deseos, el hombre formó parte de su vida desde entonces de alguna manera.
Estaba tan arraigado en su corazón que no podía imaginar un día sin él ahora.
«…..».
Lizelle se mordió el labio.
Mientras recordaba sucesos del pasado, los tiempos que pasó con Chester continuaron alineados en su mente y, reflexionando sobre cada uno de ellos, saltó de su asiento.
Quería verlo ahora mismo, quería estar con él.
El que siempre venía a verla primero, así que quería visitarlo ella esta vez
Fue el momento en que alargó la mano para despertar a Raphael, que dormía profundamente.
«…¿Qué?»
Un olor desagradable comenzó a fluir por las rendijas de la puerta cerrada, y el olor acre que siguió como un déjà vú, le puso la piel de gallina.
«…¡Por favor!»
Entonces, el sonido de gente gritando comenzó a escucharse del otro lado.
Sorprendida, Lizelle se acercó rápidamente a la entrada.
«¡Escapen! ¡Hay que salir de aquí rápidamente! »
A medida que se acercaba a la puerta, las voces de los sirvientes empezaron a escucharse cada vez con más claridad.
«…¿Escapar?»
La cara de la Duquesa se puso azul ante la palabra que escuchó.
¿No significa eso que hay algo peligroso ahí fuera?
Sintiéndose incómoda, se acercó inmediatamente a la puerta y la abrió.
«…¡Puaj!»
El humo grisáceo se precipitó como un tifón, y fue suficiente para oscurecerle la vista.
«Coff, coff.»
La mujer tosió por el humo, que ni siquiera la dejaba abrir los ojos.
«¡Señora! ¡Debes evacuar! ¡La casa está en llamas!»
«¡Señora, evacúe a través de este pasaje!»
Los sirvientes, que encontraron a Lizelle, le gritaron.
«¡Raphael!!!!»
Antes de que pudiera entender las palabras de los sirvientes, Lizelle instintivamente corrió hacia el niño, sintiendo el peligro.
«¿Eh? Lizelle….».
El niño, que fue despertado por la voz de la contraria, se frotó los ojos. Todavía estaba medio dormido.
«Raphael, tienes que levantarte. ¡Apresúrate!»
Ella despertó ruidosamente al susodicho y sacó un pañuelo de sus brazos, luego tomó la tetera con agua de la mesa junto a la cama y la vertió sobre la tela.
«Lizelle …¿Qué está pasando?»
Sin embargo, el niño, que estaba completamente dormido antes de la aparición urgente de su tía, se levantó inmediatamente de la cama y se acercó a Lizelle, que estaba ocupada moviéndose.
«Raphael, nunca debes quitarte este pañuelo de la boca y la nariz. ¿De acuerdo?¡Nunca!»
«Si…».
La mano pequeña de Raphael agarró el pañuelo.
«Vamos».
Tan pronto como terminó de hablar, cargó al menor en un instante.
Raphael, que había crecido mucho más que antes, ahora era demasiado pesado para que lo cargara sola, pero sin saber de donde venía su fuerza, Lizelle de igual forma lo tomó en sus brazos.
No sé por qué la mansión se incendió de repente, pero primero debemos escapar a un lugar seguro y ver qué pasa.
Mirando a su alrededor para encontrar una salida, la Duquesa fue llamada:
«¡Señora, por aquí!»
Un sirviente gritando desesperadamente se paró frente a la puerta.
«¡Raphael! ¡Vamos, cúbrete la nariz y la boca!»
Cuando ella gritó, el niño rápidamente tomó el pañuelo de su mano y se lo llevó a la cara.
Lizelle, que salió rápidamente del pasillo, frunció el ceño ante el humo que penetró en todo en sus ojos y nariz, aun así, ignoró todo ello y avanzó bajo la guía de un criado.
El interior de la mansión era realmente un desastre.
La apariencia del tranquilo y pacífico edificio no se veía por ningún lado, y toda el área estaba envuelta en humo nebuloso.
Los sirvientes, que huían para vivir, y el humo interminable que entraba, le recordaban al infierno.
Su cuerpo se estremeció ante el sonido de los gritos de miedo de la gente resonando en sus oídos.
«Uf, el fuego continúa desde el primer piso».
«…Ah, ¿qué pasa con el Marqués y Elensia?»
Lizelle, que había estado caminando mientras contenía la respiración lo más posible, preguntó con cara de preocupación si los invitados habían logrado salir a tiempo.
«¡Coff, coff! Ya han evacuado, debe usar estas escaleras».
Aliviada con la respuesta del sirviente, la chica asintió y bajó lentamente. Todo estaba lleno de humo, como si hubiera niebla, la cantidad era tanta que no se podían discernir los objetos.
No sabía cuánto tiempo había durado el fuego, pero definitivamente no era un incendio pequeño.
«Argh, Lizelle…»
Raphael luchó en agonía, a la vez que se cubría la cara con un pañuelo, pero no pudo evitar inhalar algo de humo.
«…Está bien, Raphael, cúbrete la cara con el pañuelo».
Aunque sabía que inhalaba humo cada vez que hablaba, Lizelle abrió la boca para tranquilizar al niño. Cuanto más aire gris aspiraba, más difícil le era respirar y sentía un dolor de cabeza horrible, como si se la estuvieran rompiendo, no obstante, para ella lo primero era tranquilizar a Raphael.
Así, la joven caminó para que el menor pudiera salir del humo lo mas rápido posible.
«¡Coff, salvenme! Por favor, ¡por favor…!»
Entonces, tan pronto como llegaron al primer piso, escuchó una voz familiar desde el otro lado del pasillo.
No podía decir quién era debido al humo que bloqueaba el paso, pero estaba segura de que la había oído antes.
«Coff, ¿dónde está Tia?»
Cuestionó la Duquesa a su guía, que había saltado a través del humo.
Las lágrimas brotaban de sus ojos, ya que, a diferencia del segundo piso, el fuego en el primer piso era tan fuerte que era imposible respirar.
El humo era tan denso que era imposible siquiera saber qué había frente a ellos, como si lo hubieran pintado con pintura negra.
«Yo, yo…no, no sé, ¡lo siento!»
Sin embargo, el sirviente atrapado por Lizelle tembló con un rostro azulado, y aterrorizado, se sacudió la mano para correr hacia la entrada.
No era solo él, el fuego penetró la mente de las personas e infló aún más su ansiedad y miedo.
«¡Muévanse!»
«¡No empujen!»
Todos corrían y gritaban, alguien incluso pasó junto a Lizelle como si no pudiera verla, empujándola. Ahora, todo lo que les quedaba era el deseo de vivir.
El fuego solo se estaba haciendo más grande al devorar el miedo y el egoísmo de la gente.
«¡Ayúdenme!»
La voz desesperada de Tia se escuchó de nuevo, y Lizette no pudo levantar los pies.
«Perdón. Yo, no puedo…no…»
La sirvienta que le indicaba el camino, tartamudeó atemorizado, temía que la mujer le pidiera que se metiera en ese pozo de fuego cubierto de humo.
«Toma a Raphael y vete».
Manifestó Lizelle al darse cuenta de que era la única persona racional, y le entregó a Raphael al sirviente.
«No, señora…»
·¡Vete!»
Le gritó, cuando el contrario tembló y no se movió.
Tenía que sacar a Raphael de la mansión lo antes posible, porque este humo era demasiado tóxico para que un niño la soportara durante mucho tiempo.
«¡B, bien, conseguiré gente de afuera!»
El sirviente, que estaba confundido, finalmente agarró a su joven maestro y corrió hacia la entrada.
Lizelle se cubrió apresuradamente la nariz y la boca con su manga y caminó en dirección opuesta a las personas que estaban evacuando, al lugar donde se escuchó la voz de Tia.
De esa manera, desapareció en el humo…
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