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Drama

EUECEPM Capítulo 136

«Este … este lugar es …»

Shane, el jefe de Caballeros, que llegó a la Calle Jenart, #21 con Chester, tartamudeó con una mirada de desconcierto y rápidamente su rostro volvió gris, pero como su maestro sólo tenía pensamientos sobre Lizelle en su cabeza, no notó tal cambio.

Poco después, la puerta de la mansión voló con un estruendo por la patada de Chester, mientras él entraba a la casa sin ninguna duda en su rostro, miró lentamente a su alrededor esperando que ella estuviera allí.

La casa tenuemente iluminada en la que entró era un verdadero desastre. Los muebles y utensilios estaban esparcidos por el suelo desordenado, además, el polvo se amontonaba sobre los muebles, como si las personas no los hubieran tocado durante mucho tiempo.

«Duque, aquí están las escaleras».

El Duque, cuyos ojos brillaron, estaba buscando incluso un pequeño rastro de ella y, cuando escuchó a su acompañante, se dio la vuelta apresuradamente ante sus palabras.

Como dijo el caballero, las escaleras que conducían al sótano se colocaron en la esquina de la casa.

«Entremos».

Chester habló, mientras tomaba la delantera para dirigirse al sótano y, así, encontrar a Jeffrey tirado en el suelo, como si estuviera muerto.

«¿Por qué está aquí?»

Chester sacó su espada y apuntó al cuello del hombre, quien solo levantó los párpados temblorosos ante el toque frío en su cuerpo.

«… La señora salió por la puerta trasera. Si no va rápidamente, la atraparan».

«¿Qué?»

Solo entonces el Duque vislumbró una silla en medio del sótano y una cuerda debajo de ella. Seguramente debía ser el lugar donde Lizelle había estado atrapada.

«Llévenselo».

Ordenó apresuradamente a los caballeros, y subió las escaleras como si saltara.

«¡Vamos!»

Chester, que subió al caballo en un instante, tiró de las riendas y con un grito áspero logró correr con el animal, quien, con su galope, rompió la apilada nieve blanca.

Por favor, por favor.

En busca de todo tipo de dioses, azotó al caballo y rezó para que Lizelle estuviera a salvo.

¿Cuánto corrió por una zona residencial vacía como una ciudad fantasma?

Chester tiró de las riendas de repente con fuerza, fue porque encontró algo tirado sobre el campo nevado blanco, luego, bajando del caballo, caminó unos pasos  y finalmente se inclinó.

«…..».

Eran los zapatos de Lizelle, rotos. En ese momento, su corazón se hundió y cayó, a la vez que le temblaban las manos.

¿Por qué está esto aquí…?

Miró a su alrededor con urgencia, pero no pudo verla en ningún lugar del bosque vacío.

¿Por qué sus zapatos …?

Pronto, un gran dolor oprimiendo su corazón lo agobió debido al miedo de no volver a verla.

«No, no lo creo».

Era demasiado pronto para sacar conclusiones precipitadas, por lo que, poco después de que recobrara el sentido, agarró los zapatos preciosamente y volvió a subir al caballo.

En este frío día de invierno, se le rompió el corazón al pensar en ella caminando sobre la nieve sin zapatos.

Cabalgó apresuradamente a lo largo de las huellas que aún no se habían borrado y, pronto, un bosque interminable apareció frente a él.

«¡Lizelle!»

Chester gritó su nombre mientras entraba al bosque sin preocuparse por lo demás.

«Si estás aquí, por favor contéstame y muéstrate».

«¡Lizelle!»

Pero no importó cuanto la llamó, ni siquiera se pudo escuchar un eco, de modo que, ansioso, Chester se bajó del caballo, debido a que era difícil montar entre los densos árboles.

Mientras avanzaba a pie pudo encontrar nieve apilada en una forma esférica particularmente redonda, pero, a diferencia de otros lugares, frente al árbol que se veía en la distancia, había algo grande, como si una persona estuviera enterrada.

«¡Lizelle!»

Sin dudar, Chester corrió hacia allí.

 

***

 

Una hora antes.

«Ah …»

El cabello castaño de Lizelle ondeaba irregularmente en el viento frío con la nieve que volaba.

La sensación de ambas mejillas hormigueaba por el paso del viento y la nieve que se amontonaba en la calle donde no existían las farolas. Sin embargo, todo el mundo estaba teñido de azul debido al amanecer, que era el momento en el que desaparecía el límite entre el suelo y el cielo.

En este silencio donde todavía todos duermen, la chica luchaba contra el frío penetrante porque, cuanto más frío corría al amanecer, más frías le llegaba el aire a los pulmones, pero aún así no se detuvo.

No, en realidad ella no podía parar debido a la ansiedad de que, tan pronto como se detuviera, Billie o Jeffrey la podrían atrapar.

¿Cuánto tiempo estuvo corriendo? ¿Dónde estaba ese lugar? ¿En qué dirección y cuánto tiempo debía caminar para encontrarse con Chester…?

Estas fueron las preguntas que se hizo una y otra vez, pero no pudo encontrar la respuesta en absoluto.

«¿Es un pueblo?»

Caminando rápido durante un rato debido a su respiración, miró alrededor de las casas escasamente construidas a su alrededor, pero no se pudieron encontrar rastros de personas en las casas que se sintieron abandonadas durante mucho tiempo.

«Ojalá hubiera un lugar donde pudiera esconderme…»

Tiró de la puerta por si acaso, pero estaban todas cerradas, de modo que no tuvo más remedio que moverse de nuevo mientras que sus mejillas se teñían de rojo, porque estaban congeladas.

«Oh …»

En ese momento, ella, que corría, cayó sobre la nieve apilada con el sonido de un golpe.

«Ay…»

A Lizelle le hormigueaban los dedos de sus pies después de haber pisado una piedra enterrada en la nieve.

La piedra era bastante grande y puntiaguda, haciendo que los delgados zapatos de interior que llevaba también se rompieran, de modo que, levantándose de la nieve en la que había quedado enterrada, sintió como su tobillo dolía.

Pero ni siquiera tuvo tiempo de pensar en el dolor, porque tenía que salir de allí lo antes posible.

No obstante, cada vez que avanzaba, sus zapatos rotos hacían jirones y perturbaban sus pasos, por lo que no tuvo más remedio que quitarse el arruinado calzado que había estado usando.

En la nieve abollada, miró los zapatos tirados en el suelo y volvió a moverse sin ningún arrepentimiento, aún cuando podía sentir el viento frío del invierno a través de la fina tela del vestido.

Su temperatura corporal seguía bajando y sus pasos se volvían más lentos debido a su cuerpo congelado. Sin embargo, Lizelle no se detuvo debido a que creía que encontraría una salida si iba más lejos, así que caminó y caminó, aferrándose a esa pequeña esperanza.

Pese a ello, tan pronto como dejó el área residencial, lo que se desarrolló frente a sus ojos fue un vasto bosque cubierto de nieve blanca, donde los árboles densamente crecidos estaban llenos de nieve.

«…..».

Lizelle miró el bosque con ojos temblorosos y tragó saliva seca, era debido a que el lugar era tan ancho que ni siquiera se podía medir el tamaño, si bien volvería complicado para Billie o Jeffrey encontrarla, por el otro lado, era cuestionable si podía ingresar al bosque y atravesarlo de manera segura sin perderse.

«¿Podré sobrevivir…?»

Incluso ahora, todo su cuerpo estaba temblando… Pero solo tenía esta opción, porque debía alejarse de ellos lo más pronto posible y huir.

Todo lo que podía hacer ahora era correr sin parar.

Con ese pensamiento, se internó en el bosque después de una breve vacilación.

Uno de sus pies descalzos ya estaba rojo por el frío, a la vez que los cristales de nieve helada le rascaban los pies con fuerza, cortando y enterrándose en su piel.

Sus pies, que poco a poco fueron lastimados, estaban manchados de sangre.

Lizelle frunció el ceño ante el hormigueo del dolor mientras avanzaba, le dolían los pies y los sentía congelados, pero no podía detenerse, porque tenía y quería seguir viviendo para volver a ver a las personas que amaba.

«Ah…»

El aliento expulsado de la boca azul se convirtió en un aliento blanco y se dispersó.

Sus pies fríos estaban entumecidos hasta el punto en que era difícil saber si estaba caminando o deteniéndose. En ese momento, unas ramas se rompieron al no poder soportar el peso de la nieve acumulada y una cantidad considerable golpeó a Lizette con un crujido.

«Oh…»

Enterrada en la nieve, trató de levantarse rápidamente, pero no pudo moverse debido a que estuvo expuesta al frío durante mucho tiempo y no le quedaban fuerzas.

Hacía tanto frío que sentía que iba a morir de hipotermia y, desafortunadamente, la nieve que caía sin parar se amontonaba sobre su cuerpo.

«…..».

Lizelle parpadeó con sus párpados pesados aún cuando todo su cuerpo ya estaba congelado y endurecido como un tronco, pero poco a poco, su visión se volvió borrosa.

Obviamente, aunque estaba mirando la nieve blanca, ella se sintió como si estuviera frente al cielo nocturno.

¿Moriré así? ¿Mi muerte será en vano? Había muchas cosas que quería hacer y ver…

Quería presenciar como Raphael crecía bien y se casaba con Elensia, también a Chester y ella viviendo felices durante varios años, pero sobre todo…

«Hay algo que quiero mostrarle a mi esposa. Hay un lugar al que quiero ir contigo tan pronto como sé solucionen las cosas».

Se preguntaba qué era lo que Chester quería mostrarle…

Lizelle apretó los puños con los ojos muy abiertos, porque era demasiado injusto para ella morir así. En el momento en el que estaba luchando por no perder la consciencia, el sonido de una herradura llegó débilmente a sus oídos desde lejos.

¿Me seguiste todo el camino hasta aquí?

Se retorció apresuradamente con la ansiedad que se apoderó de ella, porque tenía que esconder su cuerpo detrás del árbol. Sin embargo, como ya se había congelado, no pudo hacer nada.

¡Por favor, muévete!

Y, mientras ella suplicaba ansiosamente mirando a ambas piernas.

«¡Lizelle!»

Una voz fuerte resonó en todo el bosque.

«…..».

En ese momento, las lágrimas rápidamente llenaron sus ojos, que dejaron de moverse, como si el tiempo se hubiera detenido.

La voz que acababa de escuchar era una voz que extrañaba incluso en sus sueños, pero ¿cómo podría no reconocer esa voz?

«…Chester».

Apenas abrió la boca como si estuviera exhalando y lo llamó por su nombre, él corrió hasta ella con el sol naciente en la distancia.

Como una sombra, la forma de la silueta negra se fue aclarando gradualmente. Bajo el sol rojo, el cabello negro estaba esparcido y los ojos rojos brillaban tenuemente en los ojos de Lizette, distorsionados por el dolor.

Era la cara que extrañaba y que nunca podría olvidar.

«¡Lizelle!»

Ella extendió la mano con todas sus fuerzas hacia Chester, que se acercaba a ella.


todavía quedan muchos caps pero ya la rescato, me pregunto que mas le agregaran a la historia

 

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