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EUECEPM Capítulo 133

27 diciembre, 2021

«lo… es».

«… ¿Lo es?»

«No lo es».

Más allá de la inmensa oscuridad en la que se encontraba, las voces de dos personas tarareaban en sus oídos. Sentía como si estuviera escuchando la conversación de alguien más bajo el agua.

Murmuraban, haciendo imposible oír exactamente lo que decían.

«¿De qué estás hablando…?»

LizeLLe hizo un esfuerzo por recuperar los sentidos, frunciendo ligeramente el ceño. Todo su cuerpo estaba pesado y se sentía mareada.

«¿Qué está pasando…?»

Habiendo recobrado la conciencia hasta cierto punto, comenzó a pensar en lo que le estaba pasando con los ojos bien cerrados. Incluso recordó a la Sra. Watson abrazándola y esparciendo un polvo extraño en el aire, la manera en que el humo le nubló la vista…

Y luego no podía recordar nada.

«No la dejes hacer nada estúpido».

«Sí, señor».

La última voz masculina le sonó familiar para LizeLLe, sintió que la escuchó con frecuencia con anterioridad.

De pronto, percibió el sonido de pasos alejándose.

¿Se ha ido?

LizeLLe concentró todos sus nervios en sus oídos y trató de entender la situación. Aproximadamente dos hombres tuvieron una conversación y uno de ellos dejó su asiento.

¿Qué diablos es esto…?

«Sé que estás despierta».

El hombro de Lizelle se estremeció ante la voz que escuchó de pronto, fue porque era obvio de quién se trataba incluso si no lo veía, ante eso, la tensión endureció su cuerpo.

«Solo estamos tú y yo aquí, así que, si quieres mantenerte a salvo, abre los ojos».

La Duquesa estaba acostumbrada al sonido suave de sus palabras, como le había escuchado antes. Así, se mantuvo alerta y se esforzó para abrir sus párpados temblorosos.

No servía de nada fingir si ya la habían atrapado, de ese modo, el rostro de un hombre, acompañado con una luz ligera, apareció borroso sobre la vista que se volvió más brillante.

Debido a que abrió los ojos después de mucho tiempo, fue difícil apreciar con claridad, pero, tras parpadear una y otra vez con los ojos bien abiertos, gradualmente todo se fue clarificando.

E inmediatamente estuvo completamente consciente de las cosas y situaciones, un rostro familiar se paró frente a ella.

«…ja».

En una situación impresionante, Lizelle soltó una risa hueca.

No lo creyó al principio, sospechó de él todo el tiempo, sin embargo, ante la realidad, el sentimiento de traición era inevitable.

«Jeffrey».

«Veo a la Duquesa».

Cuando se escuchó el nombre de Jeffrey, que ahora era incómodo, Hazen inclinó la cabeza hacia Lizelle.

«Han estado en el mismo equipo desde el principio. Haa, no te hagas ilusiones por engañarme, en primer lugar, nunca confié en ti».

Lizelle levantó con sarcasmo una comisura de la boca, mientras que Hazen solo la escuchó en silencio.

Miró al hombre frente a ella con desprecio.

Todo estaba planeado que viviera en la mansión en forma de gato y actuara como una persona que sufría pérdida de memoria, fue espeluznante. Lamentó el día en que sintió un poco de simpatía por él, que lloraba y no podía recordar, rogando por su vida.

Ni siquiera sabía que estaba…

«No quiero estar contigo ni por un momento, así que llama a la Sra. Watson ahora».

La ira había disminuido, y Lizelle dijo, fortaleciendo cada palabra.

Ahora la habían secuestrado y estaba en un lugar extraño. La habitación estrecha tenía dos ventanas muy pequeñas y un olor húmedo, las paredes incluso estaban llenas de musgo y moho, ya que había estado abandonada durante mucho tiempo.

«Señora».

Ella ignoró a Jeff, tratándolo como invisible. Sentada en la silla con las manos y los pies bien atados, no podía moverse como quería.

«Estás despierta».

Hazen, que estaba a punto de hablar a Lizelle con voz seria, cerró los labios ante la repentina aparición de Billie, dio dos pasos hacia atrás, inclinándose rápidamente.

La Duquesa miró fijamente la silueta, que se acercaba lentamente a ella en la distancia, cuando escuchó su voz notó que se trataba del hombre que hablaba con Jeffrey antes.

La persona emergió lentamente en la oscuridad, y Lizelle se congeló cuando la parte superior de su cuerpo y la cara de hombre se revelaron, siguiendo una larga silueta que había estado oculta.

«Nunca te había visto así antes, así que tendré que saludarte de nuevo».

El hombre, que se detuvo frente a ella, sonrió tranquilamente.

«……».

Los ojos verdes de la chica, que enfocaron al ser delante suyo, temblaron como ramas agitadas por una tormenta.

Cabello negro y ojos rojos, si no se equivocaba, esos rasgos…Eran un símbolo de la casa de los Halos, característica que aparecía solo cuando heredaban la sangre de la familia.

«Billie Halos».

Además, el rostro del contrario se parecía mucho al de Chester y Raphael. Lo creyera o no, su rostro idéntico al de su esposo era más que suficiente; no obstante, lo que si la desconcertó era el hecho de que el joven parecía acabar de convertirse en un adulto.

No podía creer que fuera el villano de la novela original, aunque era bastante razonable.

El nombre, ‘Billie Halos’, no existía en el registro familiar de los Halos, ante lo cual, Lizelle trató de no mostrar la mayor agitación posible.

En momentos como este, tenía que mantenerse en control. Ahora que todo su cuerpo estaba atado con fuerza, no había ninguna ventaja en estimular a su oponente.

«No parece sorprenderte».

Billie sonrió sarcásticamente ante la silenciosa respuesta de Lizelle.

Y, cuando esta vio los ojos brillantes en su rostro sonriente, inmediatamente recordó los ojos rojos que había visto en la Sra. Watson, el poder y las manos que eran increíblemente fuertes para una mujer de mediana edad, y la sensación de heterogeneidad que hizo que el cabello se erizara.

Entonces, no me digas…

«Tú eras la Sra. Watson».

«Eres más inteligente de lo que pensaba».

Independientemente de que el razonamiento de la mujer fuera satisfactorio o no, Billie se cruzó de brazos y puso ojos curiosos.

«Entonces, ¿sabe por qué me infiltré en el Duque disfrazado?»

No podría no saberlo, si era la trama principal de la novela, el objetivo era obvio.

Raphael Halos, estaba tras él desde el principio, desde el accidente de la carreta.

«¿Qué demonios quieres con Raphael?»

¿Por qué tiene que sufrir así? ¿Qué hizo tan mal?

Billie levantó la voz cuando no pudo contener su ira.

«¿Sabes qué? Me he estado reprimiendo, pero parece que ya no puedo».

Con una mirada sutil y misteriosa ante la respuesta de Lizelle, el hombre volvió la cabeza y miró la pequeña ventana, diciendo:

«El Duque debe haber tenido noticias tuyas a estas alturas».

Acercándose de pronto a la mujer, la agarró por la barbilla, causando que lo mirara directamente y temblara ante el toque espeluznante.

«Voy a pedir al niño con la condición de que te libere».

Dijo entre risas al ver la figura frente a él, y levantó los labios con una sonrisa cínica.

«… ¿Qué?»

«El Duque tendrá que elegir».

Los ojos de Lizelle temblaron ante el mezquino y torpe plan.

«¿Por qué eres tan…? ¿Qué obtienes al matarlo?»

«¿Por qué preguntas?»

Billie la miró con la espalda erguida, sus ojos se mancharon con vieja ira antes de que se diera cuenta.

«Iorn Halos es mi padre».

Las pupilas de Lizelle se agrandaron con el nombre que escuchó, fue porque se trataba del padre de Raphael y el hermano mayor de Chester.

 

 

El Duque, que montó a caballo día y noche, llegó a la mansión desesperado. Fue porque estaba terriblemente preocupado.

«¡Maestro!»

De pronto, cuando las piernas de Chester se relajaron y flaquearon, Lohan, sorprendido, se apresuró a ayudarlo.

«Lo siento mucho…»

E, inmediatamente después, dejó caer la cabeza y se disculpó,

No tenía nada que decir, ni siquiera diez bocas le hubieran servido para ser perdonado, había fallado.

«De verdad, de verdad lo lamento…»

El secretario no pudo contenerse y derramó lágrimas, entonces, su maestro lo miró, mordiendo sus labios.

Frente a él había un dormitorio vacío, no pudo encontrar a su esposa, ni su dulce y cálida voz, tampoco su sonrisa más brillante que cualquier otra luz en el mundo.

«Duque».

La voz, que lo llamaba por todo el dormitorio, todavía resonaba en sus oídos…

«Tú también me gustas».

Su rostro era tan vívido que podía transmitirle el contenido de su corazón solo viendo las mejillas pintadas más bellamente que una manzana. Aun así, ella no se encontraba por ningún lado y, frente a él, solo había oscuridad.

A partir de algún momento, ella siempre existió en cada futuro que había pintado, por lo que ahora ni siquiera podía imaginar una vida sin Lizelle.

Sus ojos vacíos estaban hundidos.

El miedo a perderla para siempre se erosionó dentro de él, y los ojos que murieron después de perder sus rasgos eran tan repugnantes que no eran considerados ojos humanos.

En ese momento, le vino a la mente la última conversación que tuvo con ella.

«Sí, estaré esperando. Espero que el Duque no sufra ninguna herida».

Ojos verdes transparentes y claros que contenían la completa creencia de que volvería, aunque debería preocuparse por ella misma. Cuando recordó esa mirada que siempre lo habían visto directamente, su interior vacío comenzó a llenarse de nuevo.

«Te llamaré por tu nombre el día que regreses».

Incluso la última promesa que le hizo … la cual no tuvo tiempo para cumplir.

Mientras mostraba su fe, también tuvo que exponer su creencia de que ella estaba a salvo.

«Encuéntrala. Por todos los medios».

Agarró la espada en su cintura

De esa forma, salió de la habitación sin demora.

Ella debe estar viva, volverá a mi lado.

Los ojos llenos de esperanza firme brillaban resueltamente.

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