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EMDLF – Vol 1: Capitulo 1

25 mayo, 2021

Maomao

‘Quiero comer kushiyaki al aire libre’ (brochetas de carne y verduras a la parrilla).

Maomao suspiró mientras miraba el cielo abatida.

El mundo que la rodeaba era el más hermoso de todos los lugares en los que había estado. Y, sin embargo, también estaba sumergida entre la escoria embarrada que se retorcía de miasma. (*relacionado con la suciedad que corre por las alcantarillas)

‘Ya han pasado tres meses, eh. Me pregunto si papá estará comiendo bien’.

No ha pasado mucho tiempo de ser secuestrada por aldeanos con nombres de Ichi (壱, uno), Ni (弐, dos) y San (参, tres) cuando salió a buscar hierbas medicinales en el bosque.

Todo por una búsqueda de matrimonio verdaderamente formidable y extremadamente molesta; en resumen, una captura para darlas en nupcias. Habían sido cazadores de mujeres para la Corte Imperial.

Bueno, le pagan, y si trabajaba durante dos años más, podría volver a la ciudad. El lugar en sí no era malo para trabajar, pero eso es algo que realmente dependía de la persona a la que le preguntes. Para Maomao, que antes vivía como farmacéutica, esto era una verdadera molestia.

Si los secuestradores capturaban a jóvenes doncellas y las vendían a eunucos para cubrir sus gastos de alcohol, o que estas doncellas estaban siendo vendidas para usarlas de sustitutas de sus propias hijas, a Maomao no le importaba. Cualquiera fuese la razón, no cambió el hecho de que ella se vio envuelta en esto accidentalmente.

Si no fuera por esto, nunca hubiese deseado tener nada que ver con el Palacio Interior.

Las sonrisas de las damas de Palacio con ropa hermosa, maquillaje empalagoso y perfume eran muy superficiales.

Fue lo que pensó la farmacéutica cuando llegó aquí: que no hay veneno tan aterrador como la sonrisa de una mujer. Que tampoco había diferencia entre la Corte donde vivían los funcionarios y el Distrito Rojo debajo del Palacio.

Levantó la canasta de ropa sucia que había dejado a sus pies y se dirigió al interior del edificio. A diferencia del exterior, el patio de mal gusto tenía una piscina pavimentada de piedra, donde los criados que no eran ni hombres ni mujeres lavaban una gran cantidad de ropa.

El Palacio Interior está prohibido a los hombres. Los únicos que podían entrar eran los más nobles del país, sus parientes consanguíneos y aquellos hombres que ya habían sido privados de lo más importante. Por supuesto, todos los que trabajaban allí eran los del último tipo. Si bien parecía retorcido, debe haber sido hecho porque hay una razón para ello, o eso supuso Maomao.

Cuando dejó la canasta, miró las filas de canastas en el edificio cercano. Esos no eran ropa sucia, solo ropa preparada para el sol.

Ella miró la etiqueta de madera que estaba pegada al mango. Tenía un dibujo de una planta y un número.

Entre las damas del Palacio, también hay quienes no sabían leer, ya que esto incluía a las que fueron secuestradas. Antes de ser llevadas a la Corte Imperial, se les enseña la etiqueta mínima, pero es difícil cuando se trata de alfabetización. Les resultaba mejor si la tasa de alfabetización de las niñas del campo se mantiene superior al cincuenta por ciento.

Se puede decir que es la práctica malvada del Palacio Interior lo que se ha vuelto demasiado extenso; aunque el número de personas en el lugar ha aumentado, su calidad de vida es mala.

Si bien no se puede comparar con el jardín de flores que tenía el Emperador anterior, el actual tiene una gran familia que constaba de dos mil consortes y damas de Palacio, y tres mil eunucos en total.

De esos números, Maomao se encuentra entre las sirvientas más bajas. Ni siquiera recibió un cargo del gobierno. En especial, carecía de respaldo, eso es un hecho para una niña que ha sido secuestrada y obligada a inventar los números. Bueno, si tuviera un cuerpo más regordete como una peonía de árbol y la piel traslucida y brillante como la luna llena, entonces podría haber tenido la oportunidad de servir a una consorte de bajo rango, pero Maomao solo tenía la piel sana cubierta de pecas y sus extremidades son como ramas marchitas.

‘Terminemos con este trabajo.’

Después de que Maomao localizó la canasta con la etiqueta que había sido pintada con flores de ciruelo y ‘Uno-Siete’, aceleró el paso. Quería regresar a su habitación antes de que el cielo nublado profundo comenzara a llorar.

La dueña de la canasta de ropa sucia es una consorte de bajo rango. En comparación con otras con el mismo rango, la calidad de los muebles en su habitación privada es hermosa pero demasiado extravagante. De una forma u otra, se asomaba la expectativa de que la dueña de la habitación fuera la hija de un rico comerciante. Es posible para aquellos con un rango que tengan una sirvienta; las consortes de bajo rango pueden tener dos como máximo. Por eso las sirvientas como Maomao, que no servían a un amo, llevan ropa como tal.

A las consortes de bajo rango se les permite una habitación personal dentro del Palacio Interior, pero como están ubicadas en el borde de los terrenos del Palacio, rara vez llaman la atención del Emperador. Aun así, si se le ordena a una consorte que se ocupe de su cama aunque sea una vez, ella puede cambiar de habitación. Una segunda vez elegida tiene el significado de una promoción.

Por otro lado, las consortes que pasan la edad adecuada sin mover el dedo índice, limitadas a aquellas cuyas familias no tienen un poder político sustancial, verían rebajadas sus filas. En el peor de los casos, podrían terminar siendo otorgadas a un extraño. Si eso es desafortunado dependía de la persona; a las damas de Palacio les parece que es más aterrador para ellas ser entregadas a un eunuco.

Maomao llamó suavemente a la puerta.

«Deja eso ahí».

Respondiendo sin rodeos fue la criada que abrió la puerta.

Había una consorte con un olor a sacarina flotando agitando una copa de vino en el interior. Antes de entrar al Palacio Interior, fue elogiada por tener una hermosa figura. Después de todo, es como una rana en un pozo. Después de que las otras hermosas flores la dominaron y aplastaron su orgullo, no había intentado salir de su habitación últimamente.

‘Nadie vendrá por ti si siempre te quedas adentro’.

Maomao aceptó la ropa de la habitación de al lado y regresó al área de lavado.

Aún quedaba mucho trabajo por hacer. No es que a ella le gustara. Solo planeaba trabajar por su paga.

Diligente por naturaleza, esa era la ex farmacéutica Maomao.

Eventualmente podría irse si trabajaba obedientemente. De ninguna manera sería elegida como amante. Eso sería imposible.

Es lamentable que se pueda decir que los pensamientos de Maomao fueron demasiado optimistas. Nadie sabe lo que depara el destino. Así es la vida.

Para ser una doncella de diecisiete años, poseía un pensamiento con visión de futuro. Aun así, tenía algo que no podía reprimir.

Su curiosidad y sed de conocimiento.

Y su pequeño sentido de la justicia.

En un par de días, Maomao quedará expuesta ante una extraña verdad cierta.

Las muertes en serie de los bebés nacidos del Palacio Interior.

Para Maomao, la cosa llamada La maldición de la concubina no era extraña ni nada extraordinario en absoluto.

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Bienvenidos, otra vez yo trayendoles novelas raras xD personalmente me encanta este manga, y desde que descubrí la novela decidí leerla con ustedes (también van al día con el manga?) Siempre hay un curioso (como yo) que quiere leerlo todo, y más si es de las favoritas. No es el tipico romance, y Maomao es todo un personaje. Les atrae el proyecto? Los leo 😉

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