Amor al mismo tiempo(1)
Algunas verdades no se pueden tragar, no importa cuánto lo intentes.
«Yo… No te odio». Dijo Evelyn.
Los ojos de Fabián temblaban mientras miraba los labios titubeantes de Evelyn.
«Y Su Majestad ahora no me ha hecho nada malo… usted nunca lo hizo».
Habían pasado dos años desde que ella lo dejó a la edad de veinte años. Era un marido muy ocupado que además era terrible para mostrar sus emociones, pero eso fue todo.
«¿Entonces por qué?» Fabian la miró con ojos doloridos. Pero Evelyn no pudo decírselo, porque esa desgracia aún no había sucedido en esta vida. “¿Qué nos ha hecho estar así?» Preguntó con una voz llena de ansiedad.
«Su Majestad, todo ha terminado».
«No, no ha terminado todavía. Es algo doloroso que vuelve constantemente a mí como ahora».
«Aún así… Tú lo prometiste.» Ella trató de sacudirse su mano, pero él sujetó su muñeca con más fuerza. «Incluso si Su Majestad conoce la razón, nuestro futuro no cambiará».
Fabián terminó diciéndolo en voz alta, riendo amargamente, “Eso pensé. Por eso dije que era yo el que estaba mal.“ Pero cuando sintió que el amor de ella por él había desaparecido por completo, fue testigo de una verdad irrefutable.
“Los ojos del niño estaban llenos de amor. Cuando me rogaste que lo salvara, estabas tan desesperada que sentiste deseos de morir por él».
«Eso es…»
«Lo amas, al hijo que es mío». él dijo.
El corazón de Evelyn dio un vuelco.
«Solías mirarme como a ese niño».
Ella pensó que ahora estaría bien, lejos de su lado. Pensó que sus sentimientos se habían enfriado y que su amor por él se había desvanecido.
«¿No es él, el hijo que tuvimos por amor?»
Cuando se convirtió en madre, creyó erróneamente que su corazón de mujer desaparecería.
«Al menos, existe porque una vez me amaste… ¿No es él, ese niño?»
Siempre pensó que Fabián era un hombre muy fuerte. Sintió que él podía olvidar todo porque sentir dolor no era parte de su trabajo como Emperador. La tristeza era algo que solo ella podía entender. Sintió que sus desgracias y dolores eran todos únicamente suyos.
Pero estaba equivocada.
“Ahora no me queda nada más a lo que renunciar. ¿No puedes ser honesta conmigo por un instante?»
Captó la mirada cansada de Evelyn. Hasta ahora había sido paciente y lo había soportado todo bien. Pero tan pronto como vio que su rostro se puso tan pálido, Fabián se sintió abrumado por la emoción.
«Hemos pasado por muchas dificultades…»
Fabián le dijo ‘nosotros’.
«Aunque nuestra razón sea diferente, nuestros corazones serán los mismos». Sus manos cubrieron suavemente el dorso de la mano de ella. Era el mismo toque que cuando se conocieron por primera vez, y era tan caliente como estar abrigada entre sus brazos.
No pudo soportarlo y siguió llorando. «¿Todavía dices… nosotros?»
Si él le hubiera hablado con tanta amabilidad en su vida anterior, ella no habría tomado esa decisión tan drástica. No, si el que estuviera frente a ella ahora era el Fabián del pasado, entonces sí podría odiarlo.
«Es porque somos ‘nosotros’. Es difícil el uno para el otro estar por separado… ¿no crees?»
Ella tenía la mente complicada ahora. Se sintió tan confundida. ¿Cuál era el verdadero Fabián? Si este era su verdadero yo, ¿Por qué Evelyn perdió a su hijo dos veces, se enfermó y murió envuelta en soledad a los 30?
«No puedo evitarlo Evelyn. Yo no cambiaré de opinión sobre ti. Una vez unidos por una relación, no podré estar con nadie más… ¿Qué hay de ti?»
«… ¿Si?»
«¿No te cuesta siempre mirar hacia atrás en el pasado?»
Las innegables palabras le traspasaron el corazón. Ella no podía estar en desacuerdo con él. Fabián vio claramente que sus ojos azules temblaban en ese momento.
“¿Hemos sido verdaderamente honestos el uno con el otro hasta este momento, incluso una vez, desde que rompimos bajo el árbol de madera dorada? … No lo recuerdo».
“Sin divorcio no hay futuro”, respondió.
«Estoy hablando del ahora. Cada momento que estamos viviendo y viéndonos. Esto existe, no importa lo que digas «. Fabián le dijo. También para ella existía este momento. Continuaba atrapada en el pasado, no quería admitirlo, pero, ahora los dos habían llegado tan lejos.
“Ahora, existe nuestro hijo. Yo he cambiado. Tal como tú has cambiado, Evelyn. No fue poco tiempo el que necesitamos para hacerlo».
La promesa de mantener un secreto entre los dos no funcionó. Fabián ya lo sabía, así que ella ya no podía dar marcha atrás. Y de hecho todo lo que había recordado, de la vida anterior, él la había cambiado.
«Su Majestad, yo no puedo darle nada, ni siquiera una respuesta».
Fabián cerró los ojos lentamente, «Pero ya no te me resistes. Eso es suficiente para mi.»
Evelyn evitó su mirada avergonzada. Como si no le importara, él apoyó la cabeza nuevamente en su regazo, como siempre lo hacía en el pasado, cuando pasaban el tiempo solos en la residencia de la Emperatriz.
«Sólo por un momento, déjame quedarme así». La voz de Fabián parecía tan cansada que no pudo apartarlo. Como dijo, ya ambos lo pasaron mal. «Algunas cosas para mi no cambian». Su voz sonó suavemente.
Solo el olor corporal y la calidez de Evelyn no cambiaron. Eran sus movimientos torpes y su cuerpo tan delgado los que lastimaban su corazón. «Yo… ¿he cambiado mucho?» le preguntó.
«Si.» Evelyn le respondió en silencio. Él había cambiado mucho desde que se volvieron a encontrar después del divorcio. Hizo algo que ella no podía haber imaginado antes y ya no ocultaba sus sentimientos. Bastaba decir que el Fabián del presente era una persona totalmente diferente.
«Sí…», respondió Fabián en voz baja. Soplaba un suave viento nocturno que atravesaba su cabello cansado y desordenado. «Tú también…» Con la cabeza aún enterrada, extendió la mano y tocó la mejilla de Evelyn. Luego, le puso la mano en la cabeza. Era el mismo viejo hábito. «Sola… debes haber pasado por un momento difícil».
Estaba celoso de la brillante sonrisa de Evelyn. Fabián la odiaba porque cuando se encontraron ella se veía radiante y feliz.
«Solo tú… has criado a mi hijo tan bien».
Las sinceras palabras de Fabián la hicieron llorar.
«Debes haber luchado mucho mientras lo todo hiciste sola».
Negó con la cabeza, «No estaba sola». Si hubiese estado realmente sola, no habría podido llegar tan lejos. Aparte de conocer el dolor de Fabián, el momento en que dio a luz y crio a Adrián fueron momentos llenos de felicidad.
“Estaba feliz de tener a Adrián. Lo digo en serio.»
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Ahhhh!! Agonizo de ver como Fabi le tiene tanta paciencia, como no amarlo? No lo entiende, pero quiere enmendarlo todo, nunca un amor fue tan puro *_* les recomiendo escuchar con este capitulo «A un paso de tu amor, de Jaci Velasquez» le queda como anillo al dedo a este cap @w@
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