El regalo de Fabián(1)
La habilidad de Serus para manejar los halcones era muy estable y tranquila.
«No son peligrosos porque están altamente entrenados. Princesa, ¿por qué no te unes a nosotros?»
Evelyn rápidamente se puso al lado de Adrián. Aunque los halcones aún no eran adultos, eran bastante grandes y sus plumas negras eran muy anchas.
«Una vez que el halcón recuerda a su amo, es un pájaro leal que te recordará de por vida.»
«Es un buen pájaro».
«¡Gavilán! ¡Halcón!» La cara de Adrián estaba llena de entusiasmo. Al ver eso, Evelyn sin darse cuenta comenzó a codiciar el halcón negro. Al principio, pensó que era un pájaro grande y espeluznante, pero cuando lo vio de nuevo, era tan lindo como su hijo.
«¿Qué te parece. Los entrené directamente y su pedigrí está considerado como uno de los mejores del Imperio», dijo Fabián.
«Claro, es genial.» Evelyn sonrió tranquilamente, aunque las palabras de él estaban llenas de arrogancia como siempre. Fabián parecía un poco halagado por su inesperada respuesta. Aún así, fue capaz de soportarlo, y la miró de inmediato.
«¿Por qué crees que traje este halcón al Reino de Felice?»
«¿Como un regalo para el pequeño Príncipe?»
Fabián asintió con una leve sonrisa, «Este halcón ahora memorizó el camino del cielo desde el Imperio hasta este Reino. Y si te recuerdan como su amo, te seguirán a todas partes.»
«¿Quieres darme este halcón a mí…?»
«Sí. Es la mejor manera de enviar la carta más rápido y seguro que enviarla de ida y vuelta por mensajero.»
Fabián luchó todo el día para conseguir este truco. Después de todo, era posible enviar cartas usando el halcón negro porque él era el Emperador. Porque un halcón negro entrenado era más caro que el costo de la comida de una familia durante un año.
«Pero es demasiado para mí…» Como de costumbre, los ojos de ella intentaban decir que no, pero Adrián ya se veía demasiado feliz. «Es demasiado, pero lo aceptaré con gusto».
Los labios de Fabián se levantaron satisfechos después de que Evelyn finalmente aceptara su regalo.
«Adrián, Su Majestad regaló un halcón al Reino de Felice.»
Evelyn pensó que estaría bien que Adrián lo saludara por un tiempo ya que era antinatural que el Príncipe se fuera sin saludar al Emperador.
«Halcón, halcón, ¿vives aquí?»
«Sí Adrian, el halcón vivirá con nosotros ahora.»
Adrián caminaba muy bien mientras sostenía la mano de Evelyn. Pero de alguna manera, Fabián se sentía vacío cuando los veía a los dos. (faltas tú ;_;)
«Abulin….¡Aguila!» Adrián mostró su inocencia y se rio con alegría. Al mismo tiempo, las mejillas de Evelyn también se sonrojaron de felicidad. Fabián, que vio la escena, se acercó a ellos con celos sin motivo.
«Bueno, Principito, este halcón me lo regalé yo».
«¡Abulin, Halcón!»
«Soy yo». Fabián se señaló a sí mismo con el dedo. Se preguntaba si tenía que estar a la altura del niño, porque sentía que algo iba mal. Pero de repente, Evelyn abrazó a Adrián por miedo a un escándalo. Mientras tanto, la boca de Adrián seguía hablando sin parar, «Halcón… como Abulin».
«¿Y qué hay de mí?» Fabián miró directamente a Adrián, que fue abrazado por Evelyn y se señaló a sí mismo. Inclinó su cuerpo para que coincidiera con el nivel de los ojos del niño.
«Su Majestad, el Príncipe es todavía joven…»
«Supongo que eso es todo lo que necesita decir, ¿no?»
Evelyn fue incapaz de refutar sus palabras.
«Es ‘Yo’.» Fabian continuó hablando, de repente Adrián dirigió su atención hacia él. Sólo ahora se dio cuenta de lo que significaban los gestos de las manos de Fabián.
«Yo…»
Todos en el jardín, excepto Adrián, abrieron los ojos como platos.
«¿Yo, dar halcón?»
«Me disculpo, Su Majestad. Voy a llevarme al Príncipe conmigo.»
«¡Yo, abrázame!»
Evelyn pensó que un sudor frío fluía por su espalda. En ese momento, Adrián, que nunca había creado un lío, inesperadamente puso tensa la atmósfera del jardín del palacio.
«El título es un desastre. ‘Yo’ es la palabra que uso, y no deberías decirla» Fabián fue muy serio al responder al niño.
«¡Desastre!»
Parecía que Adrián siempre repetía las palabras de Fabián. Adrián se rió y le miró como si su palabra fuera divertida.
«¡Yo, desastre!»
«¿Eh?»
«¡¡Yo soy un desastre!!
En este punto, Evelyn no tuvo más remedio que callar la boca de Adrián. «Discúlpeme porque el Príncipe es todavía joven. Por favor, perdónelo generosamente, Su Majestad.»
De hecho, Fabián odiaba más a la persona ruidosa y grosera. Y ahora el Principito era ambas cosas. Pero no había disgusto en su cara. En cambio, con una leve sonrisa en su rostro, lo miraba en los brazos de Evelyn como si viera algo inusual.
«Con este halcón, puedes intercambiar cartas conmigo.»
«Su Majestad, nuestros lazos ya se han roto, así que no tiene sentido aunque intercambiemos cartas.»
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Jajajaja eres lo maximo Adrián! A ti te confío unir a tus padres ;__; usa tus poderes tiernos bebé~
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