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꧁☬ LMEEÚFPLV II☬꧂ Capítulo 25

26 noviembre, 2020

Capítulo 25:

Tras finalizar la conversación y volver al palacio imperial, lo primero que hizo el príncipe heredero fue crear un equipo de exploración de reliquias nacionales, nombrando a Marienne como la jefa del departamento. También anunció que brindará apoyo para proyectos de reconstrucción cultural durante los próximos años.

Al escuchar la noticia, Marienne corrió al palacio del Príncipe Heredero con un suspiro de sorpresa.

«¡Oh, Dios mío! ¡Me convirtió en un oficial de alto rango en el palacio imperial! Mi padre me dijo: ‘¡Puedes hacer tus propios planes’ y me elogió mucho!»

Me miró con una mirada que mostraba una mezcla de locura y culpa, comentándome que su padre, el Conde Terrosh, había cambiado su actitud 180 grados.

«Como era de esperarse, todos esos viejos que estaban arriba ahora han caído gracias al emperador tirano que ha cambiado por el amor que siente por ti.»

«¡Marieenne!»

Le llamé la atención haciéndome la indignada, pero realmente en el fondo estaba sintiéndome feliz al escuchar su afirmación.

Estuvimos hablando un tiempo hasta que se fue y Callisto vino a estar conmigo durante un rato.

«Penélope, quiero que estés por encima de Marienne, gestionándolo todo a tu gusto.»

Abrí mucho los ojos ante la repentina noticia del trabajo.

«¿Puedo hacerlo? ¡Aquí no tengo ningún título!»

A diferencia de Marienne, yo no tengo tanta experiencia, por lo que pensé que era natural que no tuviera ese puesto.

«La gente me va a llamar aprovechada…»

«Ya ha pasado medio día desde que lo anuncié. ¿Qué te pasa? ¿Por qué esa cara? ¡Dímelo!»

«No tengo ningún problema pero… Van a protestar todos.»

El príncipe heredero frunció el ceño y dijo sin rodeos.

«Si no quieres escucharlos protestar, trabaja duro. Si no tienes un historial, empieza, trabaja y lábrate un nombre propio.»

Al escucharlo hablar, un lado de mi corazón me hizo cosquillas, logrando que reprimiera la suave risa que trataba de salir.

«¡Hmm! Bueno, es mejor ser apoyada formalmente por el estado que sufrir por nada, porque, al fin y al cabo, todos hablan siempre.»

Puse una excusa para evitar sentir vergüenza.

«Penélope Eckart.»

Callisto me miró fijamente.

«Ahora está todo bien, no olvides que estamos comprometidos.»

Sonreí y respondí con brusquedad.

«Por supuesto.»

Al darse cuenta de que mi voz carecía de sinceridad, me miró mostrando su descontento.

«Debes volver una vez a la semana.»

«… ¿Una vez a la semana? Puede ser difícil si me voy lejos.»

«… O te encontraré.»

Asentí rápidamente porque realmente sabía que vendría a buscarme.

«Ya, ya! Lo intentaré.»

«Voy a ponerte un mago escoltándote, no te lo quites, tienes que llevarlo siempre contigo. Así mismo, asegúrate de usar el anillo en todo momento y en cualquier lugar.»

«¿El anillo?»

«Si estás en una situación peligrosa, se manifestará una magia para teletransportarme a donde estés.»

Me quedé mirando reflexivamente el anillo, recordando la magia de rastreo del mapa antiguo. Aunque no me gustaba, la verdad es que me había salvado en varias ocasiones. Y, aunque era de ayuda, no dejaba de ser un problema en sí.

«No intentes venir a visitarme todo el tiempo usando esto como excusa. Si lo haces, no me lo pondré.»

Con él, cualquier posible situación era viable, por lo que era mejor prevenir que curar. Al escuchar mis palabras se me quedó mirando fijamente, como enfurruñado al descubrir su plan.

«Como era de esperar… ¿Debo lanzarte un hechizo de invocación? Eso suena bien, reuniré a los magos mañana temprano…»

No pude soportarlo y grité.

«… ¡Ah, de verdad! Su alteza, no voy a ir a la guerra, ¡simplemente vamos a explorar sitios históricos!»

«Pero estoy preocupado…»

«¿Qué te preocupa tanto si tengo una escolta?»

Extendió la mano y tocó la mía, donde llevaba el anillo.

«Ahora mi vida está en tus manos.»

Eso era cierto, la maldición fue activada porque usé el anillo en el incinerador, donde «las lágrimas de la sirena» me reconocieron como la compañera de Callisto.

«La vida del emperador depende de las manos de una mujer con la cual ni siquiera se ha casado…»

Dado que era una acción completamente loca y peligrosa, solo nosotros dos lo sabíamos. Comprendiendo lo que le preocupaba, respondí de una manera más moderada.

«Quédate tranquilo con el anuncio del compromiso, a ojos de todos nos pertenecemos.»

«¿Cómo puede un compromiso sin una ceremonia de compromiso ser adecuado?»

Gritó con el rostro lloroso.

«Piensa en el día de ayer como nuestro día de compromiso.»

Respondí con indiferencia.

«¿Frente al incinerador de la basura?»

«¿Qué más va a dar el lugar? Su alteza me propuso matrimonio, y lo más importante es que lo acepté, ya no hay más que hablar.»

Callisto se detuvo ante mis palabras, mientras le daba un ligero beso en la mano que aún sostenía la mía.

«¿Por qué aceptaría una propuesta de alguien a quién no amo? No tendría sentido.»

«… Tienes razón.»

Me reí alegremente mientras miraba sus enrojecidas orejas.

***

Poco después Callisto finalmente retiró oficialmente su reclamo para poder seguir adelante con la boda, aún convencidísimo de poder convertir la ceremonia en una fiesta de compromiso.

Mañana dejaré el palacio, por lo que no quise montar una escena, además, todos deberían centrarse en la coronación de Callisto. Pero no, constantemente escuchaba cosas sobre mi vestido y que todo estuviera correcto con el protocolo de la ceremonia. Y todo eso empezó cuando él soltó la bomba.

‘Estoy comprometido con la princesa Eckart.’

Ni siquiera respetó mis palabras, ni mi promesa, simplemente lo dejó ir como un simple hecho.

«¿Qué me estabas diciendo?»

Cedric repitió con una cara ligeramente emocionada.

«El duque de Eckart se cayó hacía atrás cuando le informaron sobre el compromiso.»

Me reí sin poder evitarlo, Callisto había avisado a todos que, tras la ceremonia, habrá una breve recepción para celebrar nuestro compromiso.

«Qué loco…»

«¿Por qué no usas el mismo color del vestido que el del anillo?»

La doncella, que me estaba arreglando el vestido, miro a Cedric desviando la mirada momentáneamente de su trabajo. Dios, hoy llevaba todo el  probándome vestidos y ya estaba harta.

«¿Cómo pueden aceptar el compromiso si las dos partes no dicen lo mismo?»

Cedric, que sufría de muchas maneras, sonrió y habló con rencor.

«Hay momentos en los que todas las cosas pertinentes al castillo son espeluznantes, jajaja.»

«Habla demasiado. Sr. asistente, ¿ha olvidado que tiene una cita para almorzar con su alteza un poco más tarde?»

«Lo siento, princesa, usted sabe que no quise decir eso…»

Intercambiamos un par de bromas antes de que la puerta exterior sonara de forma ruidosa, haciéndome saltar del susto, y logrando que mandara que la criada a revisar. Ella, al rato, volvió con cara de vergüenza.

«Querida princesa, hay alguien que quiere verle…»

«¿Quién?»

Antes de que me pudiera responder, la puerta se abrió de golpe.

«¡No puedes hacer esto!»

«¡Oh, si solo la voy a ver un segundo!»

Los guardias trataban de bloquear la puerta, mientras dicha persona intentaba pasar a través de ellos de forma violenta.

«¡Hey! ¡Penélope!»

Un hermoso cabello rosado ondeo en el aire.

«… ¿Rennald?»

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Uffff, aquí lo tenéis, perdonar la tardanza, llevo varios días con fiebre y ponerme con el capítulo se me hacía un mundo.

Amo leer vuestros comentarios, jajajaja. ¡Y tener presente que si no podéis leer los siguientes capítulos se debe a que aún no los hemos sacado! Jajajaja, que siempre hay alguien que lo pregunta, en cuanto los tenemos, los subimos, así que don’t worry, que de salir, ¡salen!

Habiendo acabado el capítulo, voy a dejarme caer en los brazos de Morfeo, jajaja, que ya no me aguanto. 😉

Miri

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