Capítulo 4:
Cedric me presionó con ojos brillantes, como si mi respuesta fuera ley.
‘¿Por qué estás tan empeñado en obtener una respuesta mía?’
Respondí con una pequeña voz temblorosa.
«… Hagámoslo.»
«Está bien. ¡Lo haré ahora mismo! Muchas gracias por encontrar una solución.»
Después de agradecerme diversas veces, sacó un bolígrafo y un cuaderno de sus brazos y escribió algo. Siempre acababa teniendo ese comportamiento cuando yo acabo por resolver sus dudas. Todo era muy sospechoso, pero fingí no saberlo, ya que pensaba que estaría en problemas si comenzaba a profundizar en el extraño comportamiento de Cedric.
«Oh, y recientemente la reina del reino de Baien pidió entablar relaciones diplomáticas con el palacio imperial. ¿Qué debemos hacer con esto?»
Cedric, que había estado escribiendo algo durante mucho tiempo, pronto hizo otra pregunta.
«¿El reino de Baien?»
«Sí, hay muchas minas buenas en el reino de Baien y la cultura de la cerámica está bien desarrollada.»
«Ahhh.»
«Los artículos de mesa hechos por los artesanos de Baien son tan hermosos que se pueden admirar, pero la mayor parte del mineral extraído es inferior, por lo que no es muy valioso.»
«Ya veo.»
«Queremos monopolizar los suministros de vajilla utilizados en el reino de Baien, y así mismo ellos están tratando de usar la reputación del imperio para que el trato valga la pena.»
A pesar de mi respuesta desalmada, Cedric continuó con la conversación. Su descarado rostro descarado se asemejaba al de Callisto.
«Pero no es una mala propuesta. Podemos tomar la iniciativa en una nueva tendencia completamente diferente que las que tenemos en la actualidad en el palacio imperial, ya que la situación está ahora en pleno cambio.»
Traté de obligarme a perder el rumbo de la conversación, pero esa última parte llamó mi atención, la observación tenía todo el sentido del mundo, ya que lo primero que hay que hacer cuando cambia la administración es borrar la anterior. Pero eso no es algo sobre lo que yo tenga que opinar.
«Su alteza, el príncipe heredero, se encargará de ello.»
«Jajaja, princesa, conoce bien al príncipe heredero, él va a decir: ‘Si compro esa vajilla, ¿para qué voy a utilizarla?» Y va a terminar cortándoles el cuello a todos ellos y tirándolos.»
Era terrible decirlo, pero Callisto lo haría. Cedric era realmente un asistente excepcional.
‘No puedo creer que tenga una comprensión tan perfecta de su maestro…’
Lentamente rodé mi cabeza, lamentándome por el hecho de que había un hombre como él junto al emperador. No pude evitar interferir, ya que, gracias al loco sistema, me convertí en calculadora semiautomática cuando se trataba de dinero.
«… No tiene ningún sentido gastar dinero en material de baja calidad.»
En ese momento pensé en una buena forma.
«Puedes pagarlo con las gemas adecuadas extraídas en el imperio.»
«¿Qué? ¿Con joyas dices?»
«Sí, escuché que el mineral usado en la vajilla es barato, por lo tanto a la gente se le pasan las ganas de comprarlas y se vuelve una negociación inútil.»
«Ah…»
Cedric dejó escapar un suspiro como si entendiera el significado de lo que sugerí, y en un imperio donde se comercializaba con la magia, las joyas se usan para grabar magia. Debido a esto, las piedras en bruto no tienden a ser utilizadas.
«No pensé de esa manera… Princesa, eres increíble.»
Cedric me miró con admiración y se puso a escribir rápidamente en su cuaderno.
«En el imperio no se comercializa a un precio tan alto, por lo que el presupuesto no se desperdiciará mucho. Tendré que contactar a los ministerios relevantes y pedirles que compren las piedras restantes de todo el país.»
«Sí, pero no deberían ser joyas demasiado baratas… Entonces, algo como las esmeraldas estarían bien.»
«Esmeraldas… Muchas gracias, princesa.»
«No hay necesidad de decir gracias.»
Mirando a Cedric, quien escribió «esmeralda» en su cuaderno, sonreí divertida. Llamaré al mayordomo en cuanto regrese.
****
Entré por el jardín detrás del palacio del príncipe heredero y fui al comedor, allí vi a Callisto, el cual estaba mirando un documento con una mueca en el rostro, y cuando me vio saltó de su asiento y echó a correr.
«¿Por qué vienes tan tarde?»
«¿Has estado esperando tanto tiempo?»
«Mmm, la comida aún no se ha enfriado.»
Al ver su malhumorada cara me sentí mal, era cierto que llegué bastante tarde por entretenerme con Cedric, así que rápidamente tomé su mano y lo llevé a la mesa. Su temperamento tendía a durar bastante tiempo, por lo que era obvio que terminaría en problemas, así que me disculpé amablemente.
«Lo siento. Esto está bastante lejos.»
Al tomar su mano empezó a relajarse y Callisto se sentó frente a la mesa con un rostro más suave.
«Sirve de nuevo la comida.»
Ordenó a sus sirvientes.
Miré con una mirada lastimera a Cedric el cual estaba recogiendo los documentos que habían sido tirados descuidadamente.
«Si estás ocupado, ¿por qué no tomamos simplemente un refrigerio?»
«¿Quién está ocupado? Y, si voy a lidiar con demonios, tengo que comer bien.»
Cedric terminó de recoger todos los documentos que habían caído al suelo y se puso de pie.
«Por cierto, ¿dónde dejaste el carruaje que te di para que realizarais un cómodo viaje?»
Lo criticó Calisto, logrando que los hombros de Cedric se estremecieran notablemente.
«Tengo un asunto urgente que atender, así que me iré primero.»
Callisto se rio entre dientes, mirándole la espalda mientras salía hacía el jardín, otra vez volvió a tratarlo como a un hueso de perro
«No hagas eso de normal.»
Las ganancias que obtuve hoy fueron bastante ajustadas, así que lo defiendí con moderación.
«Me siento cómoda caminando, así que no necesitas enviar un carruaje.»
Callisto movió las cejas como si no tuviera idea de lo que estaba diciendo.
«Lo enviaste de vuelta la última vez también, ¿qué diablos te pasa? Es cansado caminar.»
Con los rumores, la gente observando y el carruaje enviado por él… Habría más rumores esparciéndose de que el príncipe heredero estaba monitoreando de cerca a los oponentes políticos.
«Sabes los rumores entre nosotros y haces esto…»
«¿Rumores?»
Estaba a punto de gritar de frustración pero me las arreglé para recuperar el sentido y cerrar la boca ante su tono inquisitivo. Si Cedric y Marienne solo llevaban una bomba en la boca, en la boca de Callisto eso sería el equivalente a una bomba nuclear. Si digo algo de forma errónea, puede que él acabe colocando un cartel escrito a mano en todo el país.
«Dime, ¿cuál es el rumor que circula de nosotros?»
Sacudí la cabeza rápidamente cuando lo vi comenzar a interrogarme con ojos curiosos.
«… Oh, no es nada.»
Afortunadamente llegaron los alimentos recién calentados y acabé revolviendo bruscamente la sopa humeante que me habían servido los criados.
«De todos modos, no envíes más el carruaje. Volveré cuando acabe el trabajo.»
«Incluso si te importa, no te haré caso, es una locura.»
Golpeó la taza de té con su tenedor con una mirada muy molesta en su rostro, creando un sonido desagradable un par de veces.
«No me gusta.»
Me quedé atónita y me eché a reír.
«No eres un niño. ¿Qué diablos es esto? ¿No vas a ser emperador pronto?»
«Si alguien te ve se confundirá y se preguntará si eres mi madre o mi esposa.»
«Estás equivocado, aún no nos hemos comprometido.»
«¿Por qué eres tan mala? Nunca te saldrás con la tuya.»
Respiré hondo, apenas masticando el trozo de carne en mi boca.
‘… Vamos a aguantarlo, como dama intelectual, tengo que soportarlo.
Callisto también es un ser humano, pero qué injusto sería si yo entrara en la misma clase. Entonces Callisto se echó a reír como si fuera divertido verme tragar la carne mientras bebía agua fría.
«Tus pies ¿te duelen en alguna parte?»
Lo preguntó de forma casual, pero no lo era. Cuando fui por primera vez con él a un sitio de restauración, me hizo un escándalo después de ver que mis tacones se pelaban debido a una mala elección de zapatos.
Pero no se sintió tan mal, era muy extraño y vergonzoso saber que alguien se preocupaba tanto por mí.
«Está bien, ni siquiera estoy usando esos zapatos.»
«Tsk. Te he dicho que te quedes en el palacio.»
Mientras sonreía, Callisto refunfuñó con el ceño fruncido.
Esa cálida voz y esos ojos. A diferencia del pasado, ahora es tan delicado y perfecto para mí que no hay ni un solo día en que me sienta arrepentida de la decisión de quedarme en este mundo.
«Lo mismo te digo.»
«Eso es lo mismo que insultar a la familia imperial.»
Era perfecto excepto cuando soltaba esas palabras que lo hacían verse como escoria.
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Aquí el segundo capítulo, Penny nos ha roto al corazón y nos ha impedido ver la cara de Callisto. Aunque me da que él ya lo sabe… Igual la niña nos ha salido lista, haciendo negocio desde las sombras, jajaja.
Miri
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