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Capitulo 216 ꧁☬ LMEEÚFPLV ☬꧂

15 octubre, 2020

Fue Rennald quien recobró el sentido primero y empezó a correr hacía el deambulante Duque, cuando reaccioné lo seguí a mi ritmo.

«¡Padre!, padre, ¿qué diablos está pasando? ¿Qué pasó con el monstruo? ¿La aterradora chica te dejó ir?»

Rennald sacudió al Duque sin darle siquiera tiempo para descansar.

«Eso…»

Tan pronto como el Duque estuvo a punto de abrir la boca, jadeando porque le costaba respirar, escuché la voz del Príncipe Heredero.

«Ven aquí, Princesa.»

Dijo mientras me atraía a él y me escondía detrás suyo, y una vez me había puesto a salvo, saco su espada y apuntó al Duque.

«¿¡Qué estás haciendo!?»

Gritó Rennald.

«¡Su, alteza! ¡Vamos!»

Me quedé impactada por la acción del Príncipe Heredero e intenté hacer que bajara la espada, sin embargo, terminó levantándola tanto como le fue posible y girándola un par de veces. (Miri: Leñes, nos ha salido muy listo el niño, mis 10’s.)

«Es el Duque.»

Callisto, que parecía haber comprobado algo, pronto dejó caer su espada pulcramente.

«¿Qué estabas haciendo, Su alteza? No importa cuánto te pida que no hagas, siempre lo arreglas todo con violencia, estoy muy disgustada.»

El Duque apaciguó la ira de Penélope preguntándole al Príncipe Heredero por qué había hecho eso.

«Dijiste que ella no se podía ver ni en el agua ni en los espejos, así que no te enojes demasiado, Duque, solo me estaba asegurando de que no eras Leila.»

El Príncipe Heredero se encogió de hombros sin pretender ocultar la rudeza de hace un momento mientras nos hacía entender el porqué de su actuación. 

‘¡Dijiste que ibas a ser un perfecto Emperador, loco!’

Afortunadamente, el Duque, con una mirada perpleja y completamente convencido dijo:

«Yo… Ni siquiera he conocido a Leila, tal vez, ni siquiera sepa que me había ido del vientre del monstruo.»

Solo entonces el Príncipe Heredero hizo la pregunta que todos queríamos hacer.

«¿Cómo regresaste?» 

El Duque se volvió hacia mí en lugar de responder para acto seguido sacar algo del interior de su chaqueta y entregármelo.

«Tu previsión fue correcta, Penélope.»

«Esto…»

Reconocí de inmediato lo que el Duque colocó en la palma de mi mano y abrí mucho los ojos. Una forma redonda delgada decolorada, como si se hubiera quemado. ¡Era el amuleto que le obsequié al Duque antes del concurso de caza!

«Tan pronto como el ácido del estómago del monstruo tocó mi cuerpo, el amuleto se activó y en un abrir y cerrar de ojos estaba en el bosque de la mansión.»

Mientras el Duque hablaba tuve que reconocer que no estaba escuchando…

«¿Has… Tenido el amuleto todo este tiempo?»

«Bueno, es un regalo de alguien especial.» 

El Duque respondió de una forma completamente natural y al instante sentí que mi rostro se distorsionaba, lo había olvidado por completo, ya que, a diferencia del Príncipe Heredero, que siempre sufría algún intento de asesinato, el Duque nunca estuvo en peligro. (Yo también lo olvide y eso que el duque lo presumió mucho)

«Pensé que lo tirarías o lo guardarías en algún lado. No me esperaba para nada que lo llevarás encima.»

«No lo he quitado de mi cuerpo ni por un segundo desde que lo recibí de ti, y me alegro de no haberlo hecho.»

El rostro del Duque, que miraba el amuleto gastado, se llenó con una sonrisa de satisfacción. Y yo me sentí extrañamente conmocionada.

«¿Qué fue? No me dijiste qué hechizos estaban grabados, ¿fue el del teletransporte? Este amuleto es mejor que el mío…» (Miri: Me muero, que celoso es nuestro Callisto.)

El Príncipe Heredero refunfuñó a mi lado, descontento. Así que, como siempre, decidí ignorarlo y me acerqué lentamente al Duque.

«¿Está herido en alguna parte?»

«Estoy bien. ¿No te duele más que yo? Tuviste una hemorragia nasal, ¿pudiste detenerla?»

Fue tragado por un monstruo y el problema era mi hemorragia… Aquí estaban todos locos, pero he de reconocer que mirarle preocupado por mí hizo que me llenará de unos sentimientos indescriptibles.

«Lo siento.»

Los ojos del Duque se abrieron de par en par por mi repentina disculpa. 

«¿De qué te arrepientes?»

«No sé si lo escuchaste… Me fui de la casa sin decir nada y… Dije que no me importaba si ella te mataba.»

Me armé de valor y volví a tartamudear.

«No quise decir eso, padre.»

Mi corazón se hundió cuando pensé que el Duque podría haberse rendido después de escuchar lo que había dicho en el vientre de un monstruo, pensé que no me importaría lo que les pasara a las personas de esta familia, pero…

«No quise decir eso.»

En el segundo en que vi al buen Duque, me sentí completamente aliviada, hasta el punto de que las lágrimas vinieron a mí. ¿No es ridículo? No pude enfrentarlo y bajé la cabeza, sin embargo, algo se posó encima de esta.

«Levanta la cabeza, Penélope.»

Dijo el Duque con su mano en mi cabeza y de inmediato la levanté.

«Los Eckart no se inclina en ningún caso. Como miembro de la familia, hiciste un gran trabajo en esa situación de emergencia, actuaste sin entrar en pánico.»

El Duque irradiaba toda la dignidad de un gran aristócrata, aunque estaba manchado de tierra.

«Buen trabajo.»

El Duque me acarició la cabeza con la mano, y aunque a veces me había elogiado por hacerlo bien, esta era la primera vez que teníamos un contacto tan cercano.

«Desde que recibí esto, se lo estuve mostrando a todos con los que me encontraba y me jactaba de ello, ahora es tu turno de decirles.»

«¿Sí? ¿Qué, qué?»

Hasta entonces mi reputación estaba en su peor momento, así que me asombró que el Duque les hubiera dicho tal cosa a los demás, algo que no hizo ni siquiera con sus propios hijos. El Duque se rio de mi respuesta.

«Se rumorea que el Duque de Eckart está sobre la cabeza de su hija a través de una pila de accidentes.»

Su voz, que ahora era tan pesada como la del jefe de una familia rota, se fue calentando gradualmente.

«No me importa lo que digan de las chicas rebeldes, un niño no sabe nada y puede causar problemas. ¿No crees que debería esforzarme más y convertirme en un padre el cual cubra tus faltas?»

«…»

«No importa lo que hagas, nunca he estado tan orgulloso de ti como ahora, hija mía.»

«Hugh, hugh.»

Mis ojos empezaron a arder muy rápidamente y no pude soportarlo, por lo que me puse a llorar allí mismo. Entonces el Duque me dio un suave abrazo y un sereno silencio cayó en el jardín. En este momento abrí los ojos y pude observar que todos los hombres ahora estaban tranquilos y una variedad de emociones que no se pueden nombrar me golpearon. Los gritos de la pobre Penélope, mi clamor silencioso, todos ellos se fueron apagando muy lentamente.

No sé cuanto tiempo pasó, pero poco a poco volví a estar consciente de donde estábamos y empecé a sentirme completamente avergonzada por la situación en la que estaba con el Duque.

«Está bien, todo está bien ahora…»

Ya era hora de que recobrara el sentido.

«¡Su alteza! ¡Su alteza!»

Justo a tiempo, alguien llamó a gritos al Príncipe Heredero y pudimos ver que uno de sus propios guardias venía corriendo como si no hubiera un mañana.

«¡Es una emergencia!»

«¿Qué está pasando?»

«Se dice que hace dos días los rebeldes kronianos asaltaron el palacio y tomaron el Palacio del Sol.»

«¡¿Qué?! ¿Cómo es que pudieron asaltarlo?»

El Príncipe Heredero abrió los ojos a la noticia del caballero exhausto, pero ese no fue el final del sorprendente informe.

«Se-se supone que fueron los primeros en atravesar el Palacio del Sol… y que el Emperador está retenido como rehén.»

«¡Huh!»

El Príncipe Heredero estalló en una risa aguda y falsa, era ridículo que el Palacio donde vivía el Emperador del Imperio fuera el primero en caer.

«¿Los magos que quedaron en la guardia y en el Palacio Imperial estaban dormidos cuando los atacaron? ¡Un perro sería más capaz que ellos!»

No fue su culpa, pero el caballero inclinó la cabeza como si estuviera avergonzado. Furioso Callisto, que sabía que no podía dejarse ir por la ira, inmediatamente comenzó a comprender la situación con una calma nada propia de él.

«Ya es hora de acabar con esos bastardos inútiles, si el palacio imperial tuviera una buena barrera defensiva nadie podría haberla perforado.»

«Creo que hay una fuerza interna con los rebeldes y eso ha destruido la defensa.»

«¿Estás diciendo que hay personas que han conspirado contra nosotros?»

«Antes del ataque sorpresa las fuerzas del Marqués Ellen entraron en el palacio de la Reina…»

«Está bien, es suficiente. No tengo nada más que escuchar.»

El Príncipe Heredero, al escuchar el informe, le estrechó la mano con nerviosismo, fue la aparición de la Reina detrás del Marqués Ellen  lo que lo puso en ese estado.

‘¿Qué? ¿Así que el segundo príncipe se unió a los rebeldes y cometió la traición?’

«Maldición.»

El Príncipe Heredero, que tenía mi mismo pensamiento reflejado en el rostro, pronunció en un segundo:

«La redada de Delman fue un truco de la vista… «

Hubo una escena que pasó por mi mente.

¡Príncipe!

-¡Son más fuertes de lo que pensaba! ¡A este ritmo, podríamos perder a todos los monstruos! Tendremos que seguir con el plan original

Esas palabras las escuché cuando Eclipse me secuestró y, al final, uno de sus hombres comentó que estaba bajo la orden de Lady Yvonne.

«Debería haberlo sabido cuando dijo que iba a tener el Imperio en sus manos…»

Ese loco logró hacer estallar las cosas.

Eclipse, rebeldes, Marqués Ellen, la reina.

Nada más organizar mis pensamientos mi piel se puso de gallina. Estaba completamente asustada, no podría haberme imaginado jamás hasta dónde había llegado Yvonne.


Jajajajaja, lo que me he reído con los comentarios, todos teorizando por el duque… ¡Y él más fresco que una rosa! No sé vosotros, pero a mí me ha resultado adorable la escena padre-hija, Penny va curando las heridas de su corazón y eso me encanta. ¿Soy la única que ve al duque como un niño pequeño? Jajajajaja.

A Eclise se le está yendo la mano… Ojalá Penny lo detenga sin hacerle daño y pueda eliminar el lavado de cerebro… Y el marques, la reina y el emperador pueden irse a volar con Yvonne, todos juntitos.

¡Ojalá os guste!

Miri


nefe: me morí, casi lloro, ese segundo Príncipe nunca dio buena espina, quiero massss

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