Capítulo 10: Como un demonio de agua, frío y encantador, emergiendo de un lago
La tetera sobre la estufa gorgoteaba – <¡Plac, plac!>.
El agua estaba hirviendo.
Jiang Se tomó el cucharón y, sin prisa, comenzó a preparar el té.
“No planeaba hacer nada, solo guardé la grabación por seguridad. Ves, me vino bien, ¿verdad?”
Le acercó el té recién hecho y dijo: “Señor Lu, solo hay una copia de esta grabación, si la toma, no habrá una segunda en este mundo.”
Lu Huaiyan bajó la mirada hacia el tazón de té, cuya vaho blanco se arremolinaba ligeramente y las comisuras de sus labios se curvaron ligeramente. – “Hace un año, mi tercer tío hizo planes para Hongsheng.”
La mano de Jiang Se que sostenía el cucharón se detuvo un momento y después de un rato, levantó la vista. – “Lo sé. Xu Zhou, y yo estuvimos vigilando a la persona a la que Lu Jinqin sobornó, pero desafortunadamente no hizo ningún movimiento después.”
“Sí hizo algo, pero después de recibir mi advertencia, no mezcló el lote de productos defectuosos en Hongsheng.” – Dijo Lu Huaiyan, levantando lentamente la mirada para encontrarse con la de Jiang Se. – “¿Así que esta grabación fue preparada para mi tercer tío?”
Preguntó, pero su tono era muy seguro.
Su tercer tío, Lu Jinqin, era un pedazo de barro inútil en la familia Lu, sin ningún poder real.
En privado, había fundado una empresa tecnológica con otros herederos de segunda generación, apoyándose en el cartel dorado* de la familia Lu y lo hizo tan maravillosamente, hasta que el repentino ascenso de Hongsheng lo derrumbó todo.
(N/T: «金字招牌» se refiere originalmente a los letreros dorados que usaban las tiendas en la antigüedad para presumir de su solidez financiera, y posteriormente se convirtió en un símbolo de reputación comercial y acumulación histórica. Esta frase suele tener un doble significado en el chino moderno: se refiere a marcas tradicionales con buena reputación y también implica el uso despectivo de nombres para presumir.)
Quizás estaba celoso del desarrollo de Hongsheng o temía que Hongsheng le quitara la cuota de mercado, así que tuvo una mala idea y sobornó a alguien de Hongsheng para que manipulara sus productos.
Hongsheng estuvo al borde de la bancarrota debido a un accidente con un producto en el pasado, antes de ser adquirido por la familia Cen, si volviera a surgir otro problema, no sería fácil revertir la situación de la empresa.
Cuando Lu Huaiyan se dio cuenta de eso, hizo una llamada telefónica para resolver el asunto.
Lo que no esperaba era que la joven no necesitara su ayuda en absoluto, no solo le había tendido una trampa a su tercer tío y esperado a que cayera en ella, sino que también astutamente le había cortado la salida.
Su tercer tío tenía una aventura con su cuñada mayor y le dió a su hermano mayor un sombrero verde*, por no mencionar que también dejó que él criara a su hijo, y también quería usar a ese hijo para arrebatar parte de la fortuna familiar en el futuro.
(N/T: *En la cultura china, sin embargo, «usar un sombrero verde» (戴绿帽 o dài lǜ mào zǐ) tiene una connotación negativa. Se refiere a la infidelidad conyugal, específicamente cuando una mujer engaña a su esposo. Esta expresión se remonta a la dinastía Yuan, donde los familiares de las prostitutas estaban obligados a usar sombreros verdes como una forma de señalización pública de su situación.)
Si eso salía a la luz, ¿tendría Lu Jinqin alguna forma de sobrevivir?
Él sabía del romance entre su madrastra y su tercer tío desde hacía mucho tiempo y había reunido suficientes pruebas para demostrarlo.
Pero ahora no era el momento de exponer ese escándalo.
Ese escándalo podía costarle la vida a su tercer tío, pero también traería consecuencias desfavorables a la familia Lu.
Lu Huaiyan no quería sacrificar lo grande por lo pequeño.
Además, siempre había deseado que su padre experimentara lo que se sentía ser traicionado. Cuanto más profundo fuera su vínculo con Lu Huaixuan*, mayor sería el golpe cuando se revelara la verdad.
(N/T: Antes se mencionó al hermano menor como Xia Xuan = Pequeño Xuan, toman parte del nombre.)
‘¡Qué maravilloso!’
Lu Huaiyan miró a Jiang Se.
Tenía que admitir que esa joven había destrozado por completo la impresión que tenía de ella.
No era tonta, ni un simple adorno.
No se muestra ambigua a la hora de ser despiadada cuando era necesario; así que no era de extrañar que la familia Cen no esté dispuesta a renunciar a ella hasta ahora.
“Todos los que conocen a Cao Xun saben que su hermano es su talón de Aquiles y Cao Xun es un hombre que nunca acepta una pérdida, y sus métodos son despiadados. Jiang Se, hablando en términos de negocios, la grabación que tienes en la mano me sirve de poco.” (Lu Huaiyan)
Cuando Lu Huaiyan mencionó el nombre de Lu Jinqin, Jiang Se ya se había dado cuenta de que la grabación había perdido su valor.
Como él sabía que Lu Jinqin era la persona que tuvo una aventura con Hu Yuping, con sus propios métodos, las pruebas que tenía en sus manos probablemente eran mayores que las de ella.
No era la primera vez que ella negociaba un trato con alguien; siempre había imprevistos en la mesa de negociaciones.
Jiang Se tomó la taza de té de la mesa y dio un sorbo.
“Puede que esta grabación, en efecto, sea de poca utilidad para el Director General Lu, pero como está en mis manos, me parece un desperdicio no publicarla. Me gustaría preguntarle al Director General Lu, ¿cuándo sería el mejor momento para publicarla?” – Jiang Se levantó la vista del té y dijo con una sonrisa. – “Después de todo, Lu Jinqin me desagrada desde hace mucho tiempo.”
Años atrás, cuando Hu Yuping interfirió en el matrimonio de la madre de Lu Huaiyan, Han Yin, y Lu Jinzhong, Han Yin estuvo postrada en cama durante varios años debido a la tensión, y tras el divorcio, se fue a las montañas a recuperarse.
Toda la familia se desintegró, y Jiang Se no creía que Lu Huaiyan no estuviera resentido con Hu Yuping.
Sin embargo, tenía las pruebas, pero no había revelado el romance entre su madrastra y Lu Jinqin, lo que debía significar que tenía otras intenciones.
Actualmente, la familia Lu ha puesto en marcha varios proyectos en Europa. La familia Lu es ambiciosa y se ha convertido en líder en el campo de las nuevas energías en China y tenían la mira puesta en el mercado internacional, con la esperanza de morder un gran trozo de carne de la boca de grupos extranjeros.
Ahora es un momento crítico, un momento en que un sinnúmero de personas los observan, naturalmente no se podía permitir que estallara cualquier escándalo.
Si la grabación se publicaba en el momento inoportuno, inevitablemente podría traer consecuencias adversas.
Ese era el «momento oportuno» del que Jiang Se habló con Lu Huaijian.
Lu Huaiyan naturalmente comprendió el significado profundo de las palabras de Jiang Se.
Dicho claramente, la chica lo estaba amenazando con que, si no cerraba el trato hoy, no la culpara por hacer algo inapropiado en el momento inoportuno.
En tan solo el tiempo que tomaba beber una taza de té, había convertido el contenido del trato de la grabación en su mano en el «momento oportuno» para publicarla.
Es más, ese «momento oportuno» ilusorio era, sin duda, algo que podía negociar.
El hombre dejó su taza de té y la miró con los párpados ligeramente entrecerrados.
La chica frente a él parecía ajena a su mirada, estaba sentada erguida con una sonrisa en el rostro, y parecía todo lo inofensiva que podía ser.
Lu Huaiyan sintió repentinamente el deseo de fumar.
Pero no había olvidado el cigarrillo que ella había apagado la última vez, así que solo sacó un encendedor y jugó con él en la mano para reprimir sus ganas de fumar, y de paso, lanzó una pregunta que no venía al caso.
“Además de hacer cócteles y jugar al billar, ¿qué más te gusta hacer?”
Jiang Se se quedó atónita.
No entendía el significado de su pregunta.
¿Estaba charlando de cosas triviales? ¿Pero qué asuntos triviales hay entre ella y él?
Su mirada recorrió el encendedor que él tenía en la mano, y la sonrisa en sus ojos se desvaneció un poco. – “Parece que no hay necesidad de que hable de esas cosas con el Director General Lu.”
Los ojos negros y claros de la chica mostraban una resistencia manifiesta.
Lu Huaiyan la miró largo rato. – “Si te digo cuál es el momento adecuado, ¿elegirás obedientemente ese momento para soltarlo?”
Jiang Se: “Depende de lo que el Jefe Lu esté dispuesto a ofrecer a cambio.”
Lu Huaiyan dejó el encendedor y rió por lo bajo: “Adelante, ¿dime qué quieres a cambio?”
***
Cuando Jiang Se fue a pagar la cuenta, descubrió que Lu Huaiyan ya la había pagado por adelantado.
No le importó.
Era solo el precio de una taza de té; si quería pagar, que lo hiciera.
Los dos permanecieron en la casa de té durante casi una hora y el cielo había pasado de despejado a una ligera llovizna.
Jiang Se no había traído paraguas, abrió la puerta de cristal de la casa de té, miró las gotas de lluvia que caían del cielo, dudó solo dos segundos y luego se adentró en la lluvia otoñal.
El aparcamiento en el distrito comercial donde se encontraba la casa de té no estaba lejos.
Cuando Jiang Se llegó allí, conducía el pequeño Golf de Yu Shiying y solo había cuatro o cinco plazas de aparcamiento exclusivas en la casa de té, el Bentley negro de Lu Huaiyan estaba estacionado justo al lado del Golf.
Mientras ella caminaba hacia el estacionamiento, Lu Huaiyan estaba de pie tras la ventana francesa de la casa de té.
La ventana francesa daba directamente al estacionamiento.
Al observar la figura de Jiang Se empapada por la lluvia, el hombre entrecerró los ojos tras sus gafas.
Después de que acordaran la «recompensa», la chica no quiso quedarse ni un segundo más y simplemente dijo “Un placer hacer negocios” y salió de la casa de té sin mirar atrás.
La lluvia cayó con fuerza y, en un instante, su ropa quedó húmeda.
La fina tela de su vestido abrazaba su piel, delineando sus líneas esbeltas pero llenas, y los mechones de cabello pegados a sus mejillas y cuello le daba a su piel un aspecto blanco lechoso.
Las gotas de lluvia resbalaron lentamente por su mandíbula, y su clavícula, medio expuesta en su escote, era como un charco poco profundo que retenía suavemente el agua.
Como si hubiera notado su mirada, lo miró mientras abría la puerta del coche.
Bajo el cielo cubierto de densas nubes, permaneció de pie bajo la niebla brumosa y la tenue lluvia, junto al destartalado sedán, sin el menor atisbo de incomodidad o vergüenza.
Su mirada era fría, su expresión indiferente.
Como un demonio del agua, frío y encantador, emergiendo de un lago.
Dos segundos después, apartó la mirada, abrió la puerta del coche, subió y se marchó rápidamente.
Lu Huaiyan no apartó la mirada hasta que el coche desapareció bajo la lluvia, bajó ligeramente la cabeza y rió suavemente.
Sus ganas de fumar volvieron a aflorar.
Sacó a tientas su pitillera, golpeó ligeramente un cigarrillo e hizo una leve pausa al bajar los ojos.
El cigarrillo se había quemado demasiado, y había una mancha negra de carbón en la boquilla aplastada.
La escena de la chica apretando el cigarrillo se repitió en su mente como una vieja película a cámara lenta.
Dos dedos pálidos y delgados, ojos oscuros ocultos en la profundidad del humo, y mechones de cabello ondeando por el viento sobre su nuca.
Un ligero escalofrío y una ligero picor.
El hombre entrecerró los ojos, y la luz de su mirada bajo sus finos párpados blancos se oscureció. Después de un momento, guardó el cigarrillo en la pitillera, tomó su teléfono de la mesa de té y le envió un mensaje de texto a Jiang Se.
***
Jiang Se regresó a su apartamento para ducharse y luego fue a ‘Wangchuan.’
Cuando salió de casa, Jiang Chuan le había pedido específicamente que fuera al bar a su regreso, diciendo que tenía algo que discutir con ella.
El día que Jiang Ye regresó herido a casa, no mencionó ni una palabra sobre Cao Liang, solo dijo que se había peleado con alguien del equipo.
Ni Jiang Chuan ni Yu Shiying dudaron de él, solo lo regañaron brevemente y al día siguiente lo llevaron de vuelta a la base de entrenamiento.
Cuando Jiang Se llegó al bar, Jiang Chuan y Yu Shiying estaban contando las existencias de vino de la tienda.
Al verla regresar, Yu Shiying tomó rápidamente una pequeña cuchara de madera, cogió un poco de vino claro y lo vertió en una copa, diciendo: “Ven a probarlo. Este es vino de osmanto elaborado hace dos años, ya está maduro y se puede usar para preparar cócteles esta noche.”
Jiang Se tomó la copa, le dio un sorbo e inmediatamente sintió el aroma de osmanto inundando sus labios y dientes.
El vino no era dulce, pero sí muy suave y el aroma a osmanto era muy intenso.
“Huele bien.”
Jiang Chuan, que sostenía un bolígrafo en la mano, escribía en el libro de cuentas y al escuchar sus palabras, sonrió y dijo: “Por supuesto que el vino que elabora tu madre es fragante. La familia Yu lleva generaciones elaborando vinos, y las recetas que usa tu madre se han transmitido de generación en generación. ¿Cómo podría el vino de nuestros antepasados no ser fragante?”
“Deja de presumir delante de la niña.” – Dijo Yu Shiying enfadada y luego se volvió hacia Jiang Se y le preguntó: “¿Todo salió bien en la reunión con tu amigo hoy?”
Preguntó con tono era cauteloso, con un toque de vacilación.
La primera noche que Jiang Se regresó a Tongcheng, Jiang Ye le había recordado específicamente a su padre que instalara una cámara en el patio trasero.
Solo después de preguntarle, se enteró de que el amigo de Jiang Se de Beicheng parecía tener una mala relación con ella.
Fue una casualidad que, cuando Yu Shiying fue a Beicheng a ver a Jiang Se, viera una foto de Jiang Se, su hermano y Lu Huaiyan en casa de la familia Cen.
En la foto, Jiang Se parecía bastante joven, de unos dieciséis o diecisiete años. La niña estaba de pie entre su hermano y Lu Huaiyan, mirándolo de reojo, sonriendo con las cejas ligeramente arqueadas, luciendo muy hermosa.
El joven de la foto, sin embargo, no la miraba, había escarcha en sus delicadas cejas, como si no estuviera muy contento de que le hicieran una foto.
Pero ese rostro era innegablemente atractivo, un rostro inolvidable guapo, tanto que cuando Lu Huaiyan entró en el bar esa noche, Yu Shiying lo reconoció al instante.
Siempre había pensado que la persona capaz de hacer sonreír a Se Se así, debía de ser alguien muy importante para ella.
Cómo iba a saber que él y Se Se no tenían una buena relación.
Al oír la preocupación de Yu Shiying, Jiang Se curvó los labios y dijo con una sonrisa: “No pasa nada, solo le pedí un favor, no creo que nos volvamos a ver en el futuro.”
Jiang Chuan asintió – “Busca un momento para que tu madre te acompañe a elegir un coche, así te será más fácil salir y ver a tus amigos en el futuro.”
Jiang Se oyó eso y echó un vistazo al libro de cuentas sobre la barra.
“Wangchuan ha obtenido buenas ganancias en los últimos años, suficiente para comprarte un coche mejor.” – Jiang Chuan cerró el libro de cuentas y enumeró algunos modelos de coches. – “¿Te gusta alguno de esos? ¿O puedo llevarte a un concesionario en un par de días?”
Los precios iniciales de esos coches superaban el millón de yuanes, aunque no eran tan buenos como los coches anteriores que Jiang Se solía conducir, también eran coches de lujo, mucho mejores que su pequeño Volkswagen Golf actual.
Mientras Jiang Chuan estaba ocupado haciendo cálculos con su libro de cuentas y su teléfono, no evitó a Jiang Se.
Ella sabía que ese dinero para comprar un coche probablemente vaciaría la mayor parte de los ahorros de Jiang Chuan y Yu Shiying.
No solo el dinero para el coche, sino que en varias ocasiones ambos revelaron que planeaban dejarle la casa de la calle Liyuan y dividir la propiedad de ‘Wangchuan’ a partes iguales entre los tres hermanos.
Para compensar los 23 años que habían perdido con ella, prácticamente le estaban dando todo lo que tenían.
Esta no era la vida que Jiang Se había imaginado antes de llegar a Tongcheng.
Toda la extrañeza, el aislamiento y la indiferencia que se había preparado y estaba dispuesta a aceptar no existían.
Una extraña emoción brilló en el fondo de sus ojos.
Jiang Se bajó ligeramente la mirada, y cuando ella volvió a levantar la vista; una sonrisa se dibujó en sus oscuros ojos.
“No hace falta elegir, al igual que tú, me compraré un pequeño coche eléctrico.” – Levantó la mano para apoyarla en la barbilla y le dijo a Jiang Chuan. – “¿No dijiste que tu pequeño coche eléctrico es ágil como un conejo y que es fácil de estacionar incluso un estrecho espacio de aparcamiento? Me gustaría uno como ese.”
El minicoche eléctrico de Jiang Chuan se usaba especialmente para repartos.
La zona de los alrededores era un antiguo barrio residencial, con calles estrechas y antiguas que dificultaban el aparcamiento, así que solo podía comprar un coche pequeño.
A él le venía bien conducir ese coche, pero para Jiang Se podría parecer demasiado barato.
La pareja intercambió miradas un momento, y Yu Shiying dijo: “El coche eléctrico de tu padre es flexible, pero le falta estilo. Mañana mamá te llevaré a un concesionario a echar un vistazo y elegiremos uno más elegante. No te preocupes por ahorrar dinero para nosotros; ese dinero estaba reservado para ti.”
“Entendido.” – Jiang Se echó un vistazo al libro de cuentas en la barra. – “Me gustaría usar el dinero sobrante de la compra del coche para invertir, ¿de acuerdo? Podría usar el dinero extra para una inversión.”
Tras decir esto, Yu Shiying dejó de persuadirla.
Al fin y al cabo, el dinero era para Jiang Se, así que podía gastarlo como quisiera.
Una vez liquidada la compra del coche, el bar estaba casi listo para abrir.
Jiang Chuan y Yu Shiying estaban ocupados con sus asuntos, y Jiang Se no quería molestarlos, por lo que se sentó en un rincón tranquilo.
Fue en ese momento que vio un mensaje de texto que le había enviado alguien a quien creía no volver a ver hacía más de una hora.
Lu Huaiyan: [‘Me encontraré con Cao Xun el lunes a las 7 p. m. en Junyue, ¿vienes?’]
Anterior | Novelas | Menú | Siguiente |