
Capítulo 80 – Poemas de amor
En el dormitorio de la mansión del Príncipe Jing.
La persona en la cama tenía los ojos bien cerrados y su piel estaba pálida sin ningún rastro de color. El pulso era débil por lo que el joven médico retiró discretamente su mano después de sentirlo, luego escribió una receta para nutrir y fortalecer el cuerpo antes de inclinarse y marcharse.
Tan pronto como el médico abandonó el salón principal, el hombre ‘moribundo’ en su lecho de enfermo abrió los ojos, sus ojos oscuros eran fríos y profundos.
Ning Yin escupió la pastilla que tenía presionada debajo de la lengua, se puso de pie con las piernas dobladas y dijo. – “Síganlo.”
El médico imperial no regresó al departamento médico imperial, sino que dio un rodeo y finalmente se dirigió a una casa de huéspedes.
Poco después, una paloma salió volando del patio trasero de la casa de huéspedes, en dirección sureste.
El halcón gris en el techo inclinó la cabeza y lo siguió de cerca.
Dos horas después, frente a la prisión del Ministerio de Justicia en la Mansión del Príncipe Jing.
Ning Yin, vestido con un abrigo de piel de zorro negro, se bajó silenciosamente de la silla de manos. El halcón voló en círculos en el aire y aterrizó obedientemente en su robusto brazo.
Al descender por los apartados escalones de piedra hasta llegar al piso más interno, una atmósfera lúgubre y decadente golpeó su rostro.
“Realmente no esperaba que fuera Su Alteza el Séptimo Príncipe quien llegara a este punto.” (Cui An)
Cui An estaba atado con cadenas de hierro al armazón de hierro, le sangraban los ojos y la nariz, pero aun así sonrió cálidamente. – “Si no fuera por el odio profundamente arraigado entre la familia Ning y yo, Su Alteza y yo podríamos habernos convertido en personas similares que hablan felizmente.”
Ning Yin, cruzando las piernas, se sentó en una silla, se enderezó las mangas y dijo. – “Fuiste tú quien desvió la atención de Ning Tan hacia Yu Lingxi, apuntándola una y otra vez.”
Su voz era baja, con un tono de convicción.
“Porque ella es la hija de Yu Yuan.” (Cui An)
Cui An se rió y dijo. – “Yu Xinyi, Yu Lingxi… Deberían experimentar el sabor de ser humilladas y abusadas, como los miembros cautivos de mi clan.”
Si no fuera por la extraordinaria suerte de la familia Yu, su plan se habría realizado hace mucho tiempo.
Cui An se atrevió a admitirlo abiertamente porque sabía que Ning Yin no lo mataría.
Tenía demasiados secretos de la Emperatriz, y si Ning Yin quería eliminar por completo los obstáculos, necesitaba obtener su confesión y dejarlo como testigo.
“¿Estás pensando que mientras no confieses, este Príncipe no podrá matarte?”
La voz desdeñosa de Ning Yin llegó a sus oidos. – “Desafortunadamente, solo hago las cosas según mis preferencias y no según la razón.”
Los pensamientos de Cui An fueron adivinados, y la sonrisa en la esquina de su boca se endureció.
“¿Por qué estás tan nervioso?”
Ning Yin se presionó la sien con sus dedos, y su rostro exquisito era difícil de discernir en la luz cambiante. – “Tocaste a la persona en mi corazón, así que, si mueres así, sería demasiado barato para ti.”
Levantó el dedo e inmediatamente un subordinado trajo una pila de velos de red plateado tan fina como el humo.
Cui An, que había tratado con mucha gente, naturalmente sabía lo poderoso que era esa malla plateada aparentemente exquisita como herramienta de tortura.
Esa malla de alambre plateada solo necesitaba envolverse alrededor del cuerpo de una persona, y la carne sobresaldría por de la fina y densa malla de alambre plateado como escamas de pescado. Luego, se podía usar un pequeño cuchillo afilado para cortar la carne abultada pieza por pieza…
“Tres días, mil cortes, jugaré contigo lentamente.”
Hablando de eso, Ning Yin hizo una pequeña pausa y dijo con una sonrisa. – “Casi lo olvido, al almirante Cui le faltan dos taels* de carne; no hay necesidad de mil cortes.”
(N/T: Un tael es una unidad de peso utilizada tradicionalmente en el Asia Oriental que equivale a unos 40 gramos.)
En ese momento, el rostro tranquilo y cálido de Cui An finalmente se quebró, revelando la naturaleza siniestra y viciosa que debería haber tenido.
Se echó a reír y dijo bruscamente. – “Está bien, está bien… La espada de Su Alteza debe ser lo suficientemente firme…”
Pero pronto, ya no pudo hablar más.
Después de salir del calabozo, Ning Yin se sentó en la silla de manos, tomó el paño húmedo que le entregó el asistente y se limpió los dedos poco a poco.
Cambió el paño siete u ocho veces hasta que sus dedos pálidos y delgados se enrojecieron. Solo entonces abrió la pequeña tapa del incensario, dejando que la fresca fragancia amaderada disipara el olor a sangre en su cuerpo.
El agua limpia no era suficiente para eliminar la suciedad en sus manos; necesitaba utilizar algo más cálido, suave y limpio para lavarlas.
Ning Yin chasqueó los dedos y dejó la talla de jade negro en su palma, diciendo tranquilamente. – “Ve a la Mansión Yu.”
***
Después de regresar a casa por dos o tres días, Yu Lingxi solía ir a menudo al patio trasero a sentarse un rato.
El sol poniente fuera de la ventana era tenue, el lugar todavía está en el mismo estado que cuando Wei Qi se fue, como si la mesa y la silla aún conservaran su presencia.
Perdida en sus pensamientos, Yu Lingxi de repente vio una hoja de arce cayendo con el viento, aterrizando en el escritorio junto a la ventana.
Yu Lingxi recogió la hoja de arce, su color ardiente y aún vibrante después de soportar la escarcha, el frío, la lluvia y la nieve de un duro invierno.
Girando la hoja de arce entre sus dedos, le dio la vuelta, tomó un pincel y escribió dos líneas de caracteres diminutos en ella.
[‘Que yo sea como una estrella, y tú como la luna y que la luz que fluye noche tras noche sea brillante y limpia.’]
Después de terminar de escribir, dejar el pincel y secarlo, respiró suavemente y no pudo evitar preguntarse qué podría estar haciendo Ning Yin en ese momento.
“Ah’Guan dijo que ya ni siquiera bebes vino de ciruela con chile en polvo, solo te escondes aquí sola y aturdida.” (Yu Huanchen)
La voz de Yu Huanchen llegó desde atrás. Se sentó frente a Yu Lingxi, con las piernas cruzadas, observando a su hermana durante mucho tiempo. – “¿Sigues pensando en lo que dijo padre?”
Yu Lingxi presionó la hoja de arce debajo de un pisapapeles, ordenó sus pensamientos y dijo. – “Hermano, ¿por qué a padre no le gusta Ning Yin?”
Ese es un problema al que nunca se enfrentó en su vida anterior.
En aquella vida, no tenía apegos ni preocupaciones, simplemente siguió a Ning Yin sin tener que considerar ningún vínculo, estatus o intereses mundanos.
Pero cuando regresaron de la mansión del Príncipe Jing ese día, su padre no dijo una palabra.
Yu Lingxi, que siempre había sido colmada de amor desde la infancia e incluso Yu Yuan inconscientemente bajaba la voz cuando hablaba con ella, nunca había visto a su padre tan serio y silencioso.
Después de un momento de reflexión, Yu Huanchen preguntó. – “¿Sabe Sui Sui cómo el Príncipe Jing trató con los asesinos y cortesanos que participaron en el incidente del festival de los Faroles esa noche?”
Yu Lingxi ciertamente lo sabía; recordaba las escenas de su vida anterior.
Yu Huanchen dijo. – “Algunas de esas personas fueron participantes, algunas solo fueron implicadas bajo coerción, pero sin excepción, todos fueron colgados en estacas de madera debajo de la puerta del palacio y los encendió como las linternas del cielo.”
“Fueron esas personas los que querían matarlo primero.”
Yu Lingxi explicó. – “El hecho de que otros busquen hacerle daño no nos da derecho a exigirle que pague el mal con bondad.”
“De hecho, desde la perspectiva de los que están en el poder, debo elogiar al Príncipe Jing por estar ‘’decidido a matar’. Pero desde la perspectiva de un cuñado que cuida a su hermana, es demasiado peligroso.” (Yu Huanchen)
Yu Huanchen hizo una pausa y agregó. – “Por supuesto, nuestra principal preocupación no es esa.”
Se levantó y cerró las puertas y ventanas.
“Digamos algunas palabras de traición a puerta cerrada. El Príncipe Jing ha alcanzado una posición a un paso del trono. Incluso si no tiene intención de convertirse en Emperador, su posición actual y los partidarios bajo su mando pueden presionar por su ascenso en aras de beneficios e intereses futuros.” (Yu Huanchen)
Yu Huanchen suspiró, miró a su hermana y dijo con seriedad. – “La falta de emociones es lo más importante para ser Emperador. Cuando llegue ese momento, habrá setenta y dos concubinas en los tres palacios y seis patios y detrás de cada mujer habrá una familia con intrincadas conexiones. ¿Puede Sui Sui soportar los agravios año tras año? Con lo orgullosa que eres, ¿puedes realmente permitirte compartir un hombre con otras mujeres?”
Él continuó. – “No es que a padre le desagrade, pero hay muchas cosas que deben sopesarse, ya sea desde su perspectiva como padre o desde la posición de un súbdito leal.”
El análisis tranquilo de su hermano mayor se sintió como arrojar una piedra al mar, creando pequeñas ondas en el corazón de Yu Lingxi.
Sí, en esta vida, Ning Yin no está físicamente discapacitado y goza de buena salud. Su origen humilde ya no puede detener su progreso.
‘¿Quiere él convertirse en Emperador?’
Yu Lingxi no está del todo segura.
De lo único que está segura era de sus propios sentimientos y de los de Ning Yin.
“Hermano, aunque en tu opinión, solo conozco a Wei Qi desde hace poco más de un año, me tomó mucho, mucho tiempo entender una cosa.”
Yu Lingxi bajó la mirada y dijo cálidamente. – “En mi corazón, solo hay lugar para Ning Yin. Si ese es el caso, ¿por qué debería ser tímida y detenerme por algo que no ha sucedido? Solo porque alguien tiene miedo de caer, ¿eso significa que no debería caminar?”
“Sui Sui…” (Yu Huanchen)
“Creo en él, al igual que creo que mi hermano y mi padre nunca me harán daño.”
Era un tono claramente suave y sonriente, pero inexplicablemente infundido con una rotunda determinación y convicción.
“Señorita, tranquila…” (Hutao)
Hutao corrió apresuradamente, se agarró del marco de la puerta y expulsó su aliento por un momento antes de finalmente soltar: “¡El Príncipe Jing ha llegado!
Yu Lingxi quedó atónita e ignorando a Yu Huanchen, rápidamente se levantó la falda y salió corriendo.
El sol poniente a finales del invierno era pálido y frío.
Las mangas de la túnica de Yu Lingxi ondeaban con el viento y su capa danzaba como humo. Atravesó el pasillo adornado con linternas por el Festival de los Faroles y se dirigió directamente al salón principal donde se recibía a los invitados.
Como era de esperar, Ning Yin estaba sentado en el asiento principal. Al oír pasos, sus ojos del color de la tinta se volvieron hacia ella.
La línea de sus labios se movieron casi imperceptiblemente mientras la saludaba con la mano como si no hubiera nadie más alrededor.
Yu Lingxi jadeó caminó hacia él.
“¡Cof, cof!” – Dos toses repentinas y bajas resonaron en el pasillo.
Yu Lingxi miró el rostro resuelto y severo de su padre y rápidamente se contuvo e hizo juna cortés reverencia. – “Su Alteza.”
Sin embargo, sus ojos permanecieron brillantes, revelando una luz clara, sin el más mínimo atisbo de timidez o incomodidad.
“Ven aquí.” (Ning Yin)
Frente a Yu Yuan y Yu Xinyi, Ning Yin levantó la mano y pellizcó la mejilla de Yu Lingxi, como si estuviera sopesando si había ganado algunos kilos en los dos días desde que regresó a casa.
‘Has perdido un poco de peso, ¿cómo la cuidaban las personas de la familia Yu?’ (Ning Yin)
Ning Yin entrecerró los ojos.
Al ver la expresión cada vez más compleja en el rostro de su padre, Yu Lingxi tuvo que bajar la mano de Ning Yin y susurró. – “¿Por qué estás aquí?”
“Este Príncipe está aquí para llevar a Sui Sui de regreso a su mansión.” (Ning Yin)
Ning Yin bajó la mano hasta su rodilla con insatisfacción e hizo una reverencia. – “Ya que la persona que buscaba está aquí, no molestaré más al General Yu.”
Yu Yuan probablemente nunca había visto a alguien tratando de quitarle a su preciosa hija de una manera tan directa, lo que hizo que su cuello se endureciera por un momento.
Esa persona era como una persona completamente diferente a cuando era Wei Qi.
Pero Yu Xinyi rápidamente se dio cuenta de la situación y comentó sin rodeos. – “Lingxi todavía no está casada y reside en el tocador de nuestra familia. ¿Cómo puede pasar la noche en la residencia de Su Alteza?”
Ning Yin dijo en voz baja. – “Oh, este Príncipe hará una oferta de matrimonio ahora mismo.”
Yu Lingxi frunció los labios y le hizo un gesto a Ning Yin con los ojos: ‘¿Qué estás haciendo? ¿Dónde está el precio de la novia?’
“El General Yu es una persona recta y puede que no aprecie las joyas de oro y plata que este Príncipe le ofrece, así que, le daré un precio de la novia más interesante.” (Ning Yin)
Levantó el dedo e inmediatamente un sirviente trajo una bandeja con un mechón de pelo rizado cortado desde la raíz.
“¿Qué es esto?” (Yu Xinyi)
Yu Xinyi lo reconoció con solo una mirada. – “¿Su Alteza atrapó a Cui An?”
“¿Está satisfecho con este precio de la novia?” – Preguntó Ning Yin.
Ning Yin vino preparado y Yu Yuan dirigió su atención a su hija.
Su mirada era pesada, pero infinitamente preocupada.
Después de un poco de contemplación, Yu Lingxi dio un paso atrás y se arrodilló frente a Yu Yuan.
Por un momento, todos en la habitación tenían expresiones diferentes.
Los ojos de Ning Yin mostraron un toque de frialdad.
Incluso cuando estaba enojado, solo se atrevió a usar su boca para castigar a Sui Sui.
Nadie podía hacerla arrodillarse, incluso si esa persona fuera su padre.
Ning Yin se puso de pie, se inclinó para sostener los hombros de Yu Lingxi, sus ojos color tinta se oscurecieron, pero su voz fue increíblemente gentil. – “Sui Sui se levantará por su cuenta, o este Príncipe hará que todos se arrodillen contigo.”
Yu Lingxi parpadeó y sostuvo los dedos de Ning Yin de manera tranquilizadora.
“Padre.”
Miró a su padre, que estaba más angustiado que dominante, y confesó sus verdaderos sentimientos. – “Padre, Su Alteza Real el Príncipe Jing es el hombre que he elegido. No abandonaré su crianza por él. Sin embargo, permíteme elegir a la persona que realmente me gusta como una mujer común y corriente.”
El silencio llenó el salón.
Yu Lingxi exhaló levemente y dijo con una sonrisa. – “Ahora, quiero pasar un tiempo a solas con mi amado. Padre, permítamelo.”
Después de decir eso, levantó la mano y las juntó a modo de saludo, luego se puso de pie, tomó la mano de Ning Yin y salió.
La luz del sol se inclinó y se extendió como un velo dorado en el suelo.
Yu Huanchen salió del pasillo y sacudió la cabeza hacia su padre, cuya mirada era pesada.
El vestido de color claro de Yu Lingxi y la túnica de color púrpura de sándalo de Ning Yin se entrelazaron. Si ignorara las incertidumbres del futuro, la joven pareja frente a ellos crearon una hermosa escena con vívidos colores.
Yu Lingxi llevó a Ning Yin al patio trasero.
Al ingresar nuevamente a la habitación de la guardia, Ning Yin, que vestía una túnica de brocado de color púrpura de sándalo, se despojó del verdor juvenil y en su lugar reveló un comportamiento alto y noble que parecía fuera de lugar.
“¿Qué excusa está pensando Sui Sui esta vez para retrasar su regreso a mi palacio?” (Ning Yin)
Ning Yin se sentó obedientemente en el lado opuesto del escritorio, extendiendo la mano para quitar un poco de polvo en la falda de Yu Lingxi que se había acumulado cuando se arrodilló.
Yu Lingxi no podía decir si estaba enojado o no por su tono, así que explicó con una sonrisa. – “Mi padre tiene preocupaciones, teme que sufra si me caso con un miembro de la familia imperial. Lo que tenemos que hacer es disipar sus preocupaciones mediante acciones prácticas.”
Ning Yin levantó la mano para apoyar su barbilla y preguntó: “¿Convertir el arroz crudo en arroz cocido no es suficiente para disipar sus preocupaciones?”
Cuando se mencionó ese asunto, el corazón de Yu Lingxi ardió incómodamente.
Su cuerpo que finalmente se había recuperado con tanto esmero ahora tenía leves rastros de dolor y molestias.
“Los amantes ordinarios suelen obtener la aprobación para el matrimonio después de enamorarse y que sus padres se sienten aliviados.”
Los ojos de Yu Lingxi brillaron como un estanque de agua otoñal y dijo en voz baja, hablando suavemente. – “Nunca he tenido una historia de amor seria con Su Alteza.”
Eso era cierto en ambas vidas.
Ning Yin pareció sonreír levemente pero no sonreía, solo se quedó mirándola en silencio, su perfil bañado por una luz tenue que se filtraba a través de la ventana, su belleza exquisita e impecable.
Sin embargo, las palabras que dijo al momento siguiente estaban lejos de ser agradables.
Ning Yin, con una expresión seria y una mirada persistente, dijo. – “¿No es suficiente después de amarte profundamente la noche anterior?”
“…” – Yu Lingxi le dio una mirada molesta.
Trató de dirigir la conversación de nuevo al camino correcto, ella sacó la hoja de arce prensada debajo del pisapapeles con palabras de amor escritas en él y la empujó frente a Ning Yin.
Ning Yin la recogió casualmente, levantando una ceja ligeramente. – “¿Solo una hoja?”
Entonces vio los pequeños caracteres en la hoja de arce y su mirada se detuvo un poco.
“Que yo sea como una estrella, y tú como la luna y que la luz que fluye noche tras noche sea brillante y limpia.” (Ning Yin)
Al ver que Ning Yin la miraba durante mucho tiempo, Yu Lingxi no pudo evitar suavizar su mirada. – “Una hoja para expresar mis pensamientos de amor a Wei Qi. Así es como se habla de amor.”
Wei Qi…
Ning Yin no había escuchado ese título desde hacía un tiempo y sintió una sensación de nostalgia.
Colocó cuidadosamente la hoja de arce a un lado, con la escritura hacia arriba, y después de mirarla por un rato, sonrió suavemente. – “Ven aquí, a cambio este Príncipe le dará un poema de amor a Sui Sui.”
Tan pronto como Yu Lingxi lo vio sonreír tan suavemente, instintivamente sintió que algo andaba mal.
“Sin papel.” – Dijo vacilante.
“No importa, tengo el mejor pergamino blanco y de primera calidad justo frente a mis ojos.”
Mientras hablaba, Ning Yin pellizcó la cintura de Yu Lingxi con ambas manos, la levantó para sentarla fácilmente sobre el escritorio.
“¿Qué estás haciendo…?”
Yu Lingxi inconscientemente trató de levantarse, pero la mano de Ning Yin la presionó hacia abajo sobre su hombro y su otra mano tocó su cintura y con un tirón de su abrigo, las prendas exteriores e interiores se deslizaron hasta la curva de sus brazos, revelando la prenda interior rosada y un trozo de cintura y espalda blancas y delicadas.
Yu Lingxi se estremeció involuntariamente, pero vio a Ning Yin inclinándose hacia adelante y apoyándose contra ella, la exquisita tela rozando su espalda, creando un escalofrío ligeramente fresco.
“No te muevas.” (Ning Yin)
Ning Yin sostuvo su cintura en una postura semiconfinada, susurrando en voz baja junto a su oído.
Levantó lentamente el pincel y lo sumergió en la tinta y luego dejó caer el pincel y comenzó a escribir en su cintura blanca como la nieve.
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